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Entre dos Mundos por La_Oscura_Reina_Angel

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Año 2015: 10 de Octubre… Castillo Akashi

 

 

Ryo Sakurai despertó muy confundido sin saber ni que pasaba ni donde estaba. Miro a su alrededor y vio que estaba en una gran y elegante habitación y que alguien le había quitado sus sucios vaqueros y la blusa desgastada que llevaba después del tiroteo y le habían puesto un fino camisón de seda que le llegaba a las rodillas de color crema. Sakurai se sentó en la cama estirándose y retirándose el cabello castaño de la cara mientras antes de lograr encajar en su cabeza todas las piezas de la noche anterior. Se envolvió en una bata que estaba a los pies de la cama en un diván y se dirigió fuera de la habitación para su sorpresa la puerta no tenia llave así que la abrió y salió de la habitación, deteniéndose en la de al lado y abriendo la puerta nerviosa ahí vio cabello rubio sobresaliendo de debajo de las sabanas y supo que era Kise Ryota ese rubio era inconfundible. Con alivio se apresuro hacia el, jalando las sabanas un poco, Kise estaba profundamente dormido.

 

-Esto no va a ser fácil-suspiro Sakurai. Nunca era fácil levantar a Kise cuando estaba tan profundamente dormido. Primero termino de destapar a Kise quitándole las sabanas de golpe, pero el hermoso rubio ni se inmuto. Segundo le saco la almohada de un tirón haciendo que la cabeza de su primo rebotara en el colchón pero una vez mas solo obtuvo un leve ronquido por respuesta. Tercero lo zarandeo fuertemente. Una vez más Kise ni se inmuto. A la cuarta ya hastiado tomo la jara de agua fría que estaba junto a la mesita de noche y con un puchero se la arrojo a su primo en su rubia cabeza. Kise se levanto con un chillido y un cómico salto.

 

-¡Hey!-Grito Kise sobresaltado.

 

-Bienvenido de vuelta al mundo de los vivos-le dijo Sakurai sin remordimientos volviendo a su dulce expresión de siempre.

 

-No pues tu tan delicado como una flor… en un cactus-le dijo Kise limpiándose la cara con las sabanas y con un puchero por la crueldad del castaño.

 

-Gracias-sonrió Sakurai dulcemente. Mientras Kise le miraba torvamente. Kise murmuro algo inteligible pero el castaño le ignoro por la paz.-Vamos a buscar a Tatsuya-le dijo a su primo que asintió de acuerdo.  Levantándose de la cama a él también le habían cambiado sus sucias ropas después de lo del departamento por un pijama de seda de pantalón largo y camiseta ambas piezas negras.

 

Ambos salieron juntos de la habitación. Entraron a la habitación a la derecha de la de Kise y como esperaba ahí encontraron a Himuro. Pero a diferencia de Kise su primo no estaba dormido si no que estaba despierto vestido con un pijama de seda violeta de manga larga al igual que el pantalón, Himuro estaba sentado en el diván a los pies de la cama como si los estuviera esperando.

 

-Buenos días. ¿Durmieron bien?-Pregunto Himuro con indiferencia aparente. Sus primos que lo conocían bien sabían que Himuro estaba furioso pensando en lo idiota que fuero al tomar el té de Akashi.

 

-Claro el somnífero fue un ingrediente maestro para nuestro descanso. Es mas Ryota dormía tan cómodo que un poco más y no lo puedo despertar-dijo Sakurai en tono sarcástico.

 

-Nos han dado la cogida de idiotas de nuestra vida-dijo Kise con el entrecejo fruncido-eso nos pasa por confiar en… bueno lo que sea que sean ellos.

 

-Hay que planear una manera de salir de este lugar olvidado de la mano de dios-les advirtió Himuro.

 

-Pues mira tú ni se me hubiese ocurrido-dijo Kise sarcásticamente.

 

-Y yo que estaba tan cómodo aquí-agrego Sakurai-Ni me quiero ir-dijo con puro sarcasmo. –Sakurai podía parecer muy dulce y asustadizo y lo era el 90 por ciento de las veces… el otro diez por ciento… bueno digamos que a Ryo no le gustaba perder.

 

-Ya basta de payasadas estamos hablando en serio así que compórtense como adultos-les ordeno Himuro perdiendo un poco la paciencia con Kise y Sakurai aunque sabía que en el fondo el castaño y el rubio solo estaban como el… frustrados por todo lo que estaba pasando. Sus dos primos menores asintieron y se sentaron a cada lado de Himuro, pero antes de que alguno de los tres pudiera decir algo mas el pelirrojo entro a la habitación, Akashi Seijuuro.

 

-Vaya veo que ya están despiertos y reunidos-Asintió el pelirrojo mirándolos fijamente con sus ojos bicolores. Al parecer la voz de Akashi alerto a sus dos compañeros por que en un parpadeo Kuroko Tetsuya y Aomine Daiki estaba en la puerta de la habitación entrando como si fueran los dueños del lugar, cosa que de hecho eran.

 

-Buenos Días-saludaron el celeste y el moreno.

 

-No se que tienen de buenos-mascullo Kise con la suavidad del papel de lija. Aomine sonrió burlonamente, Kuroko apenas y lo miro con serenidad.

 

-Vengan con nosotros-ordeno Akashi-ahora que están descansados y más tranquilos podemos hablar.

 

Sakurai y Kise intercambiaron una mirada con Himuro, ambos querían protestar pero Himuro los silencio con un tranquilo gesto, el pelinegro sabia mejor que los otros dos cuando luchar sus batallas y aun no era el momento. Así que Kise y Sakurai se mordieron la lengua asintiendo y siguiendo a Himuro que se levanto para seguir a los tres inmortales fuera pero de pronto se detuvo.

 

-No podemos salir así a ningún lado-le dijo él no era de los de andar en pijama después de levantarse.

 

Akashi le dio una mirada evaluadora de arriba abajo y al final asintió, aunque no le hubiese molestado que se quedaran así sobre todo el pelinegro. Levantando su estilizada y blanca mano señalo el guardarropa de madera contra la pared.

 

-Ahí, encontraras ropa. En los cuartos que se les asigno a ustedes dos-les dijo a Sakurai y a Kise-ahí otros exactamente iguales con ropas para ustedes. De hecho las ropas son de ustedes.

 

Himuro se dirigió al guardarropa abriéndolo y viendo la ropa y las etiquetas de estas.

 

-Woo en que momento me compre ropa Armani, Calvin Klein, Nono Maldonado, entre otras que no lo recuerdo.

 

Comento Himuro sarcásticamente. Kuroko le miro con su carita de palo aburrido de su sarcasmo.

 

-Las elegimos nosotros para ustedes, con el dinero que dio nuestro contratista-les dijo Kuroko acabando la discusión.

 

-Tetsu tiene razón, así que menos hablar y mas acción-ordeno Aomine frotándose las manos.

 

Los tres vampiros salieron para darles algo de privacidad y Kise y Sakurai volvieron a sus habitaciones para cambiarse. Cuando se volvieron a reunir los tres en el pasillo, Himuro vestía un pantalón azul oscuro, una camisa azul clara y un abrigo azul oscuro que dejo abierto y que iba a juego con los pantalones, completando su atuendo calzaba unas deportivas negras.

 

Sakurai por su parte vestía unos jeans negros, una blusa blanca, una chaqueta de estilo jean negra y completo su atuendo con unas botas que debían costar mucho más que todos sus zapatos juntos y de paso que los de sus primos también, se había puesto una banda blanca en la cabeza para apartarse el pelo castaño de la frente. 

 

Kise como siempre se pusiera lo que se pusiera no podía desasearse de las pintas de modelo, el rubio tenía un cuerpo divino que se veía bien con lo que se pusiera. El rubio se había puesto unos pantalones negros de vestir, una camisa negra con las mangas enrolladas hasta los codos y unos elegantes mocasines oscuros. Su cabello rubio caía libremente metido detrás de sus orejas, en la cual brillaba el anillo de plata que llevaba en una de ellas.

 

Los tres vampiros-guardaespaldas los esperaban en el final del pasillo y les dieron un vistazo a los tres antes de dirigirlos al comedor.  Mientras los seguía Sakurai no pudo evitar fijarse en el moreno. Aomine Daiki llevaba unos descuidados jeans negros que le hacían ver un endiabladamente buen trasero y una camiseta de tirantes gris.

 

Kise por su parte dedicaba una más que apreciativa mirada al chico con carita de palo, Kuroko Tetsuya. El chico llevaba unos short que apenas tapaban su trasero y una camiseta blanca que le llegaba a la mitad de su redondeado trasero y le resbalaba por el hombro izquierdo.

 

Himuro por otra parte le daba una mirada al pelirrojo estaba seguro que de los tres y a pesar de la apariencia del moreno el más letal ahí era el pelirrojo de ojos bicolores. Akashi vestía un pantalón negro que le llegaba a las rodillas, una camisa de botones blanca, una chaqueta negra, largas medias de color negro y zapatillas oscuras, el atuendo le recordaba al chico de un anime que solía mirar Sakurai y con el que se había obsesionado hacia unos años… Kuroshi algo el chico se llamaba Ciel o algo así. Akashi le recordaba así vestido al chico de esa animación… solo que 10 veces más letal y hermoso.

 

-Tomen asiento.

 

La voz de Akashi le hizo darse cuenta al pelinegro de que ya habían llegado y que había estado mirando al pelirrojo por mucho tiempo pero si este se dio cuenta no comento nada.

 

Himuro, Kise y Sakurai lo hicieron después de intercambiar miradas. Aomine sonó una campanita y estaba un chico de cabello negro apareció llevando un carito con el desayuno y sirvió la mesa.

 

-Gracias Takao-le dijo Kuroko tranquilamente al pelinegro cuando este término. El pelinegro le guiño un ojo y se alejo con una sonrisa divertida murmurando algo que sonaba con “Shin-chan”.

 

Los tres vampiros comenzaron a comer el desayuno que olía divino. Al principio rebeldes y desconfiados ninguno de los tres mortales quería comer, pero el olor de la tocineta, de los huevos revueltos, las tostadas y los panqueques estaban haciendo retorcerse sus estómagos, así que con algo de desconfianza Kise fue el primero en ceder y tomar el tenedor para comer. Luego le siguió Himuro un poco más renuente pero Sakurai a pesar de ser el mas cobardíca de los tres se cruzo de brazos y se negó a probar bocado alguno. Una vez terminaron el desayuno, los guardianes les dirigieron a la biblioteca donde les invitaron a tomar asiento. Al ver a Kise y Himuro bien, Sakurai comenzó a arrepentirse de no haber desayunado algo… tenía hambre. Claro que el arrepentimiento no le duro mucho, cuando Kise y Himuro empezaron a cabecear en las butacas en las que se habían sentado bostezando sin elegancia alguna.

 

-No desayunaste nada-trato Kise de decir algo coherente mirando a Sakurai.

 

-Qué bueno que no lo hizo-jadeo Himuro y en sus ojos se veía como luchaba desesperadamente contra el sueño-mira como estamos nosotros

 

-No peleen mas, Tatsuya, Ryota dejensen ir-les ordeno Akashi.

 

-¡No!-ambos trataron de gritar su protesta pero apenas fue un débil susurro antes de que al fin el sueño les ganara y se quedaran dormidos.

 

-¿Qué les hicieron?-reclamo Sakurai mientras abofeteaba a sus primos tratando de despertarlos. Pero no pudo abofetearlos mucho antes de que Aomine le apartara de ellos sosteniéndole.

 

-Déjalos en paz.

 

-Solo los queremos mantener dormidos para que no se desesperen nada mas-le tranquilizo Kuroko con expresión tranquila.

 

-¿Son imbéciles o la edad les fundió el cerebro?-Les grito Sakurai forcejeando con Aomine quien le sostenía con facilidad-¿Tienen idea de lo que grandes cantidades de somníferos pueden hacernos a los que si estamos vivos? –Se soltó de Aomine en un descuido de Aomine y nuevamente se arrojo sobre Kise y Himuro queriendo que se despertaran. -¿es que quieren matarnos?-les reclamo entre asustado y furioso.

 

-Nadie lso quiere matar-le dijo Kuroko tranquilamente-si los matamos no cobramos-agrego como si fuera la cosa más lógica del mundo.

 

-Sabemos lo que grandes cantidades de droga puede causar al organismo humano, tengo varios doctorados entre ellos uno de salud Ryo-le dijo Akashi con tono aburrido-estas cantidades son ínfimas y pronto desaparecerán de vuestro organismo sin escándalos-aseguro. –Además solo evitamos que intenten alguna estupidez para escapar.

 

-¿Escapar?-repito Sakurai-¿Cómo diablos? ¿Tirándonos un maratón de natación?-les pregunto con un bufido.

 

Akashi rio y hasta Kuroko parecía tener una mirada divertida aunque su expresión no cambio.

 

-Venga vimos vuestras pruebas de actitud, el IQ de Himuro Tatsuya rivaliza con el de Albert Einsten. Kise Ryota a pesar de ser rubio tiene un IQ igual de alto que Tomas Edison y tu… no te quedas muy atrás de ellos incluso fuiste comparado con Galileo en los círculos universitarios muchas veces. Ahora mismo vuestras tres cabecitas maquinan y maquinan formas para escapar de aquí-le aseguro Aomine-pero escucha algo bien bonito. Mas sabe el diablo por viejo que por diablo-le aseguro el moreno.

 

-Eso no es cierto-trato de protestar Sakurai débilmente con sus mejilla sonrojadas.

 

-Claro, claro trata de mentirte a ti mismo, pero no a nosotros bonito-le dijo Aomine.

 

-Mi nombre es Ryo Sakurai no bonito-le dijo Sakurai con un puchero frustrado. Y solo recibió una sonrisa burlona en respuesta.

 

-Claro bonito como tu digas.

 

-Patan, necio y estúpido-le dijo Sakurai al ver que el moreno se burlaba de el. Realmente, realmente Sakurai odiaba perder.

 

-Repitelo-le advirtió Aomine y Sakurai se estremeció al sentir su voz en su oído y su aliento muy cerca de su cuello, ni siquiera había visto en qué momento el moreno se había movido.

 

-Cuidado con él, Daiki, no es la cena-le dijo Akashi sin siquiera molestarse en levantar la vista de su ordenar portátil. La advertencia llego a tiempo porque Sakurai pudo sentir los colmillos rosando su cuello antes de retirarse en el momento en que el pelirrojo hablo. Sakurai temblaba de pies a cabeza y sus ojos estaban llenos de lágrimas de frustración. Kuroko no lo demostró pero sintió algo de pena pro el chico que miraba con angustia a sus dos primos inconscientes.

 

-Déjalo Daiki no te enfades por que se dé cuenta rápidamente de que eres un idiota y te lo diga a la cara-le dijo Kuroko en tono sereno al moreno, que solo encarno una ceja al escuchar a Kuroko defender a los recién llegados, con los humanos que eran sus misiones Kuroko solía ser un indiferente tempano de hielo.

 

-Lleva a Ryo a su habitación-ordeno Akashi despidiéndolos con n gesto de su mano, noto la mirada azulina de Kuroko encima de él y suspiro.-Si es necesario explícale algunas cosas Daiki-le ordeno para apaciguar a Kuroko que se dio por satisfecho.

 

Aomine tomo a Sakurai como si fuera un nene chiquito y lo arrastraba fuera del despacho.

 

-¡Camina!

 

Le ordeno el déspota moreno arrastrándolo literalmente.

 

-¡No! No quiero ir contigo tu eres peligroso-aseguro el castaño.

 

-Si lo soy-se rio Aomine al ver que el chico tenía algo de instinto de supervivencia-pero soy menos peligroso que Akashi y Kuroko créeme que su apariencia no te engañe el sitio más seguro para correr en esta casa soy yo.

 

-Entonces no existe sitio seguro en este castillo, Dracula-le dijo a Aomine. Aomine rio divertido.

 

-Venga eres un poco dramático. –le dijo mientras subían las escaleras. Sakurai frunció el entrecejo y antes de pensarlo le dio un puntapié a Aomine en la espinilla y trato de correr de vuelta escalera a bajo a pesar de lo que decía Aomine prefería arriesgarse con los otros dos que con él, el moreno le había sentir en completo descontrol los otros dos no. Pero no llego a ningún lado antes de ser inmovilizado por Aomine.

 

-Ese puntapié te dolió más a ti que a mí. Pensé que ya te distes cuenta que eso no funciona conmigo soy tres veces más fuerte y resistente que tu-le aseguro mientras lo tenia inmovilizado contra el barandal de las escaleras.

 

-No me vas a matar ¿Verdad?-pregunto Sakurai asustado.

 

-No, no te voy a matar, pero cuidado con volver a hacer una idiotez como esa porque muerdo bonito-le advirtió Aomine.

 

-No me llames bonito. Kise es quien es realmente bonito-susurro.

 

-El rubiales tiene pinta de modelo, pero ni de cerca tu belleza-aseguro el moreno haciéndolo entrar a la habitación

 

-Quiero irme de aquí-susurro Sakurai con tristeza acercándose a uno de los grandes ventanales de la habitación y mirando hacia fuera.

 

-No os mantenemos prisionero por gusto os tratamos de salvar la vida bonito-le dijo el moreno con un suspiro aunque normalmente no le importaba el sufrimiento de los mortales una parte de él no quería ver triste al pequeño castaño.

 

-¿Por qué estamos aquí?-pregunto Sakurai con un suspiro volteándose a mirarlo.

 

-El gobierno nos contrato para que nos aseguráramos de mantenerlos con vida y protegerlos de la mafia. –le dijo Aomine. Sakurai le miro sorprendido.

 

-¿El gobierno nos quiere mantener con vida?

 

-Tienen información muy valiosa para ellos. Así que si ahí gente en muy altos círculos que os quieren vivos. Otros os quieren muerto, aquellos cuyas cabezas pueden rodar cuando ustedes entreguen las pruebas que consiguieron-le explico Aomine.

 

-¿El gobierno sabe que son vampiros?-pregunto perspicazmente y curiosamente.

 

-El gobierno solo sabe que somos una agencia privada de seguridad que es la mejor en lo que hace, el resto no es de su incumbencia.

 

Sakurai asintió era obvio que el gobierno no sabía que sus protectores eran vampiros.

 

-Es obvio que no lo saben de hacerlo os tendrían como ratas de laboratorio para averiguar el secreto de vuestra inmortalidad.

 

-Inmortalidad. Todos se vuelven locos con la perspectiva de nunca morir.

 

-Yo no. Si mi madre hizo algo bien antes de abandonarme fue enseñarme a no temer a la muerte. Creo que en el fondo tenía la esperanza de que yo me muriera.

 

-¿Tus padres eran malos contigo?-le pregunto Aomine sentándose en el diván de la habitación.

 

-No, por supuesto que no, al menos no mi padre, yo era la luz de sus ojos, el me amaba, pero mi madre nunca quiso a mi padre y a mí tampoco. Mi madre nos abandono cuando yo tenía cinco años por un hombre con más dinero. Pero mi padre siempre fue muy bueno, cuando los padres de Ryota murieron en un accidente de auto junto con el hermano pequeño de Ryota, mi padre adopto a Ryota y lo convirtió en mi hermano. Luego cuando los padres de Tatsuya murieron por culpa de un conductor borracho, también se hizo cargo de Tatsuya. Éramos solo nosotros cuatros pero realmente eramos felices hasta que hace 6 años mi padre también murió en un accidente de auto. –conto abatido.

 

-Lo siento bonito, parece que los coches y tu familia no son una buena combinación-le dijo Aomine. Sakurai tuvo que asentir ante eso.

 

-Ahora háblame de ti. Dijiste que no era verdad tu historia y la de Kuroko san. Entonces… ¿Cuál es la verdad?

 

-Bueno la parte de que mi madre era una esclava africana y mi padre un aristócrata blanco es cierta. Mi padre amaba a mi madre a su modo y a mi también me reconoció pues fui su único hijo varón y contra las normas sociales de esa época me declaro su heredero, los Kuroko tenían una deuda con el así que padre se aprovecho de eso para conseguirme a Tetsu como prometido. Aquella era otra época, la gente no se casaba por amor se casaba por deber y negocios. Pero Tetsu y yo nos queríamos, el era la única persona en nuestro circulo social que me había aceptado con sinceridad como un amigo a pesar de mi color de piel. Así que era mucho mas de lo que tenían otras parejas. Realmente fui feliz cuando mi padre me dijo que me casaría con Tetsu. Tetsu era hermoso y era mi amigo ese seria un buen matrimonio, pero entonces Akahsi se llevo a Tetsu y todos lo dieron por muerto, cinco años después encontré a Tetsu por casualidad y cuando trate de llevarlo de vuelta el me ataco, casi me muero y Akahsi me salvo.

 

-Oh que romántico-susurro Sakurai-así tu y Kuroko se quedaron juntos para siempre ¿no?

 

-Si pero no como tu crees-rio Aomine-aunque intentamos retomarlo donde lo dejamos, era demasiado raro, compartíamos ahora un lazo muy fuerte, teníamos el mismo creador, era como tatar de estar con tu hermano, así que no funciono prontamente nos dimos cuenta que una relación romántica no iría para ningún lado y lo dejamos. Tetsu, mí querido Tetsu, mi niño, mi hermano, mi hijo, mi padre, mi amante y mi amigo, pero jamás mi pareja. Y Akashi es igual para mi antes de que preguntes, el es déspota, mandón y egoísta, pero siempre nos a protegido y a su muy egoísta manera nos ama y nosotros a él, somos una familia-le dijo el moreno tranquilamente.  Por lo general no era tan simpático con nadie que no fuera Tetsu y Akashi pero Sakurai le hacia sentir tranquilo y era fácil bajar sus defensas con él.

 

-¿Y que mas?-pregunto Sakurai curioso-¿Entonces alguna vez en todos estos años te enamoraste?

 

-No hay más que decir-dijo Aomine de pronto poniéndose tenso y serio, no había mas que quisiera contar en ese momento.

 

-A pesar de mi edad no soy tonto, no en vano era apodado Galileo en la universidad. Soy una abogado y no es por mi cara bonita-aseguro-se cuando alguien me miente. Ahí mas cuéntamelo-le presiono.

 

Al momento siguiente Sakurai ahogo un grito sobresaltado de miedo cuando Aomine estuvo a solo medio centímetro de su rostro con una expresión de rabia surcando sus azules ojos.

 

-Cuando digo que no hay mas no hay mas-le advirtió llevándolo contra la pared y haciendo que Sakurai estirara su mano contra la pared y sus propios dedos morenos hasta que apretó uno de los pequenos dedos blancos contra el filo de una espada que decoraba la pared perforándolo y haciendo que gotas de sangre salieran del. Sakurai hizo un gesto de dolor mientras Aomine llevaba ahora el dedo a su boca y lo lamia haciendo que la dulce sangre de Sakurai entrara a su boca. Petrificado Ryo le miro con miedo.

 

-Lo siento-murmuro aterrado.

 

-No lo sientas ahora-le ordeno Aomine tomándolo ahora de la cintura y estrechándolo en sus brazos contra su cuerpo.

 

-Por… por…. Favor…. Lo… lo… siento…

 

Tartamudeo Sakurai con lagrimas en sus ojos, cuando sintió a Aomine inclinarse sobre él y lamer su cuello que luego roso con sus colmillos.

 

Aomine rio asombrado cuando sintió todo el peso de Sakurai contra el, el castaño se había desmayado. Era cobarde, pero adorable pensó levantándolo y poniéndolo en la cama. Normalmente no perdía el control sobre sí mismo de esta forma pero Sakurai Ryo, lo perturbaba a un nivel que no había sentido en décadas.

 

-o-o-o-

 

Kuroko Tetsuya no había descansado en días envuelto en trabajo atrasado, Akashi y Aomine no eran amantes del papeleo así que eso normalmente lo hacia él.  Mientras vigilaba al hermoso rubio de nombre Kise Ryota, sintió sus parpadeos pesados se acomodo en el diván diciéndose que solo cerraría los ojos un minuto, solo sería un minuto después de todo el rubio dormía se despertaría en un momento mucho antes que Kise Ryota.

 

Cuando Kuroko volvió a abrir sus ojos se dio cuenta de que estaba en la cama y al sentarse sobresaltado vio a Kise Ryota de pie mirando por una de las ventanas de la habitación. Se había quedado tan noqueado por el cansancio que ni siquiera había sentido al humano rubio levantarlo y acostarlo en la cama, si Akashi se enteraba le arrancaría la piel por su descuido.

 

-Voy a ver a mis primos-le dijo Kise aun de espaldas a Kuroko, había escuchado al pequeño sentarse en la cama y sabia que este estaba despierto de nuevo.

 

-No puedes salir de aquí-le aseguro Kuroko levantándose de la cama rápidamente para recuperar la dignidad que había perdido cuando se quedo tan dormido que el rubio lo paso a la cama sin que lo notara.

 

-Te equivocas, tu eres el que no puede salir de aquí si a mi no se me da la gana-Dijo Kise volteándose con una sonrisa traviesa y saco de su bolsillo la llave de la puerta que le había quitado a Kuroko mientras este dormía. Kuroko abrió sus ojos asombrado al notar que no solo hacia sido cargado y metido en la cama como un mocoso si no que le habían quitado las llaves y el ni cuenta. Con su velocidad muy superior a la humana se arrojo sobre Kise para quitarle sus llaves. Y aunque Kise no era tan rápido como Kuroko si era un genio, asi que solo calculo la trayectoria y para su asombro sus cálculos no fallaron cuando atrapo a Kuroko de la cintura. El pequeño celeste que rara vez demostraba expresiones desde que lo había conocido ahora tenia sus ojos y so boquita abierta por el asombro de haber sido atrapado por un humano más débil que el. Kise no pudo evitar una sonrisa de triunfo, el peliceleste era adorable con esa mirada de asombro y so boquita abierta, así que cediendo a su impulso, se adueño de la dulce y tentadora boca del pequeño vampiro. La boca del celeste sabia a gloria y Kise pronto estuvo profundizando el beso pasando sus manos por la cintura de Kuroko Tetsuya, por un beso como ese bien valía la pena morir.

 

Kuroko nunca había sido besado de esa forma en su larga vida, nunca había recibido un beso que hiciera temblar sus piernas así antes de saber lo que hacía estaba parado de puntitas buscando mas de ese beso rodeando con sus bracitos el cuello de Kise Ryota buscando casi fusionar su boca con la de él. Cuando al fin en su cabeza penetro lo que estaba haciendo se alejo dando dos pasos hacia atrás. Dorado y azul se miraron asombrados por lo que habían hecho al ceder a sus impulsos.

 

-Da… Dame esas llaves-aunque tartamudeo un poco al principio, rápidamente Kuroko recupero su tono plano logrando volver a ponerse su fría mascara.

 

-No puedo dártelas. Yo… yo tengo que ver a Ryo y a Tatsuya-dijo Kise sacudiendo su cabeza para alejar el aturdimiento de ella. El movimiento recordó a Kuroko a un Golden Retriever cuando se sacudían el agua de la cabeza.

 

-La llaves-le repitió Kuroko extendiendo su mano, aunque el tono de Kuroko era plano Kise pudo sentir una nota de exasperación en él y eso le hizo sentir satisfecho.

 

-No-repitió con una sonrisa traviesa el guapo rubio levantando su brazo por sobre su cabeza, el vampiro era rápido pero era bajito era como cuando sacaba las cosas del alcance de Ryo para molestarlo y era divertido ver el puchero que se comenzaba a formar en la usualmente carita de poker del peliceleste. Lo que paso a continuación fue muy rápido, Kise solo supo que estaba en el suelo y las llaves ya no estaban en su mano, cuando levanto la vista se encontró con Aomine Daiki y este le tendía las llaves a Kuroko, era este quien le había tumbado y arrebatado las llaves.

 

-Si Tetsu te dice que le des las llaves tu le das las llaves rubiales-le advirtió Aomine cuando Kise se incorporo del suelo.

 

-¿Qué demoni…?-Kise no entendía en qué momento llego el moreno.

 

En realidad solo había sido casualidad Aomine pasaba delante de la habitación cuando escucho la discusión así que solo entro e intervino, después de todo Kuroko tenía llaves, pero la puerta no estaba cerrada con seguro, Kuroko no lo había puesto las llaves solo eran una precaución por si tenían que dejarlos solos, mientras ellos estuvieran ahí no eran necesarias eran más fuerte y seguros que cualquier cerradura.

 

-Quiero ver a Ryo- exigio Kise mirando mal a Aomine, eso era entre Kuroko y él, el moreno no había tenido el derecho de meterse.

 

-Déjalo ir Ao- asintió Kuroko aprobándolo-el tuvo la oportunidad de escaparse… y no lo hizo-confeso Kuroko. Ante la mirada interrogante de Aomine confeso-Me quede dormido.  

 

-Es comprensible, no te has alimentando bien en día y has tenido mucho trabajo-le dijo Aomine en tono suave-tu anda y ve a ver al bonito, lo encontraras en la habitación de la izquierda.

 

-¿Está bien? ¿Ryo está bien?

 

-Se durmió un rato-Bueno en realidad se había desmayado del susto pero Aomine se reservo esa parte para sí-Cuando despertó le obligue a comer un poco y no la comida que le di no estaba drogada no te preocupes, le deje con un libro en la habitación hace un rato.

 

-Bien iré a verle-dijo  Kise mirando con recelo al pequeño celeste y al moreno no los quería dejar solo se sentía… celoso, pero tenía que asegurar primero a Ryo y a Himuro así que salió aun cuando quería con todas sus fuerzas alejar al moreno de Kuroko, después de todo Sakurai le había dicho que eran como Romeo y Julieta.

 

Al entrar a la habitación de Sakurai para su sorpresa se encontró a Himuro ya ahí. Si el moreno había estado vigilando a Sakurai, el celeste a él, era obvio que el pelirrojo se había hecho cargo de Himuro, se pregunto fugazmente como su primo logro librarse del pelirrojo.  Pero ahora habían otros asuntos más importantes que su curiosidad. A pesar de las malas pulgas que todos se cargaban, Sakurai les conto lo que le había contado Aomine sobre de por que estaban ahí y de que el gobierno era quienes habían contratado a los otros tres para que los protegieran.

 

-¿Qué va a pasar con nosotros? –Pregunto Kise pero su pregunta era retorica no estaba esperando una respuesta.

 

-Vamos a sobrevivir a esto-les prometió Himuro-se los juro, vamos a sobrevivir y a recuperar nuestras vidas, os protegeré-prometió atrayendo a sus primos a sus brazos.

 

-Van a sobrevivir, porque nosotros los mantendremos vivos-los tres se sobresaltaron viendo en el marco de la enorme puerta parado tranquilamente con los brazos cruzados al pelirrojo-ese es nuestro trabajo.-Aseguro Akashi-y yo nunca pierdo.

 

Notas finales:

Bueno quede un poco sorprendida cuando salieron mis lectores fantasmas es bueno ver que alguien ademas de Sailorcosmo siguen mi historia, fue una sorpresa agradable gracias por perder medio mintuo de su vida comentando y espero que disfruten este capitulo, cuatro mas y la historia llega a su final ^^ 


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