Año 2015: 14 De octubre…. En Algún lugar sobre el océano Atlántico
-¿Estás bien Tatsuya?-pregunto Akashi dándole una mirada de reojo al pelinegro.
-Si no parezco de vértigo-aseguro Himuro, aunque a los ojos bicolor que nada se le escapaba se notaba pálido. Akashi saco un chocolate del bolsillo de su chaqueta y se lo lanzo. Por reflejo Himuro lo atrapo en el aire.
-Toma, a ver si te endulzas la vida y dejas de ser tan amargado-le dijo Akashi con sarcasmo. Himuro frunció el entrecejo unos segundos antes de optar por ignorar al pelirrojo y no caer en su provocación.
-El gobierno se puede ir al infierno por mi… al igual que ustedes- Susurro Himuro solo para si pero Akahsi le escucho perfectamente acercándose a él con una mirada peligrosa pero se contuvo a tiempo.
-Pense que después de tantos días juntos habías entendido. ¿Qué te crees? ¿Qué te tenemos cautivo a ti y a tus primos por placer? ¿Acaso crees que disfrutamos de tu amarga y acida compañía? Si no fuera por nosotros ya tu y tus primos estarían muertos.-Aseguro el pelirrojo soberbiamente.
-Tal vez no disfrutas de mi compañía pero si de la sensación de poder que tienes sobre nosotros sobre todo sobre mío Akashi Seijuuro. Sé qué clase de persona eres, lidio con psicópatas como tu muy seguido en las cortes. –Aseguro Hmuro mirando directo a los ojos bicolor. Akashi Seijuuro era hermoso de una forma más allá de lo humano, pero era un déspota un príncipe tirano y Himuro lo sabía bien después de todo Akashi era su propio guardián.
-¿Eso crees? ¿Piensas que soy un psicópata?
Le pregunto con una sonrisa que aria sentir orgulloso al mismo Lucifer. Pero Himuro ni se inmuto ni se permitió retroceder o siquiera apartar su mirada.
-Si lo eres. Eres un psicópata altamente funcional, pero un psicópata a fin de cuenta, príncipe tirano. -Le dijo el pelinegro en tono calmo. Akashi lo miro como si lo fuera a matar y por un segundo Himuro pensó que lo aria. –Si me matas el gobierno no te pagara-comento como quien no quiere la cosa.-Akashi al final sonrió y rompió a reír.
-Tienes un par de bolas bien puestas humano. Te gusta jugar a la ruleta rusa. Pero ten cuidado recuerda que una de las cámaras tiene una bala en ese juego y no siempre tendrás la suerte de que te toquen las cámaras que estén vacías.
Le advirtió Akashi levantándose del asiento en frente de Himuro y caminando hasta sentarse junto a Sakurai. Sakurai dormía junto a la ventanilla del avión con la cabeza recostada en el hombro de Aomine babeando el hombro del moreno.
Luego miro a Kise a su propio lado durmiendo tranquilamente. Deseaba poder ser como Kise y Sakurai, aceptar el hecho de que existían vampiros tan fácilmente, aceptar que estos eran buenas personas, pero… no podía hacerlo, el había visto la peor cara de la humanidad en su trabajo, el ya no sabía confiar en nada ni nadie. Además confiar solo era una pérdida de tiempo.
Habia confiado en que sus padres estarían siempre con el y habían muerto cuando el mas los necesitaba, su tío se volvió como su padre, orgulloso por cada logro de el, secando el sudor de su frente provocado por la fiebre cuando se enfermaba y una vez más cuando bajo la guardia este murió, dejándolo solo con Kise y Sakurai. Había confiado en su prometido Murasakibara Atsushi. Mura había jurado que siempre estarían juntos, pero este le abandono por su profesión. Solo tenía a Kise y a Sakurai, no podía confiarse o también los perdería a ellos. Tenía que protegerlos era su deber.
Miro la puerta de la cabina del piloto donde sabía que estaba Kuroko Tetsuya piloteando el aparato para su más absoluto terror. Akashi se había acomodado frente a Sakurai y Aomine y había cerrado sus ojos seguramente dispuesto a tomar una siesta, pero él no podía dormir, sabiendo que estaba en un pequeño aparatito de metal que sobrevolaba el inmenso mar atlántico. Se pregunto cuánto faltaría para llegar a Londres de forma distraída mientras abría el envoltorio del chocolate que antes le había dado Akashi y se lo metía a la boca. Se supone que una vez en Londres, entregarían las pruebas que tenían a la interpol, darían su testimonio y todo se solucionaría. El lio en que habían metido sus narices los tres era más gordo de lo que creían en un principio. Trafico de drogas era lo de menos lo mas escalofriante era el trafico de artefactos nucleares y quimos del mercado negro para los terroristas. Akashi tenía razón al decir que tenían suerte de estar con vida. Al fin con todos esos pensamientos dando vueltas en su cabeza sin darse cuenta Himuro se quedo dormido.
Cuando Himuro despertó era de día y todo el mundo estaba despierto y desayunando así que el avión debía estar en piloto automático supuso al ver a Kuroko sentado desayunando con los demás.
-¿Este trasto esta volando solo?- gruño de mal humor. Kise y Sakurai intercambiaron una mirada divertida sabiendo que Himuro tenía pánico a las alturas.
-Si esta en piloto automático-le respondió Akashi sin inmutarse por su mal humor.
-Me sorprende haber podido quedarme dormido durante tanto tiempo en un avión. ¿De casualidad algún ingrediente especial en tu chocolate Akashi kun?-Le pregunto al pelirrojo mirándolo mal, Himuro no era tonto.
-Fue mi culpa Tatsuya no te enojes-susurro Sakurai-Le dije a Akashi-Kun que tenias pánico a las alturas. Y que necesitabas algo para hacer que pudieras dormir en algún momento del viaje o te iba a dar un ataque de pánico como la vez que yo cumplí años y volábamos hacia las Bahamas y tu te querías tirar del avión porque….
-Vale, vale yo ya entendí, cállate-dijo Himuro con las mejillas rojas.
-Gomen-nasai Tatsuya-susurro Ryo sintiéndose culpable. Himuro suspiro sentándose junto al castaño y dándole una caricia en la cabeza.
-Está bien, Ryo no pasa nada, solo no le pidas a este-señalo al pelirrojo-que me drogue, disfruta demasiado hacerlo-aseguro, ganándose una sonrisa burlona del tiránico emperador de cabellos rojos y ojos bicolor.