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Entre dos Mundos por La_Oscura_Reina_Angel

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Año 2015: 16 de Octubre… Londres

 

-Al fin todo acabo-suspiro Himuro dejándose caer en el sofá del apartamento, que mas bien parecía un cuchitril lleno de todo tipo de bichos raros en dos y cuatro patas… también de tres, ocho y 100, donde se estaban quedando. Los tres abogados y sus tres guardianes habían cumplido con su misión, todo estaba entregado, ahora dependía de la justicia que hacer con esa información.

 

-¿Cuándo volveremos a América?

 

Quiso saber Kise quien no había dado muestra de alegría por el final de todo esto. El rubio permanecía imperturbable a pesar de que una rata del tamaño de una ardilla le acababa de pasar por enfrente.

 

-Mañana-Contento Kise al fin clavando sus celestes ojos en aquellos ojos dorados, que no se veían felices por el final de su pesadilla. Bueno final parcial, se supone que los chicos ahora podrían volver a América, donde el FBI y su programad e protección de testigos se encargaría de ellos hasta que fuera seguro para ellos estar sin vigilancia. 

 

-¿Libres?-Pregunto Sakurai mirando sus manos sin emociones, si alegría, sin miedo… simplemente un gran nada, parecía casi un Kuroko castaño en ese momento. Entonces Himuro entendió la falta de alegría de sus primos y su actuar. Los tres guardaespaldas sobrenaturales… no los volvería a ver.

 

-Si Su deseo de no vernos más después de mañana será una realidad-les dijo Aomine con una mirada amarga pero sus ojos solo estaban fijos en Sakurai quien por otro lado se negaba a levantar sus ojos de su mano y devolverle la mirada.

 

-Entonces eso será bueno. El príncipe tirano y sus esbirros podrán volver a su vida normal sin tontos y molestos humanos a su alrededor, y yo y mis primos podremos recobrar nuestra vida normal donde no hay criaturas sobrenaturales drogándonos, suena como un buen trato para todos. -Dijo Himuro dando la mejor sonrisa profesional de abogado de su repertorio. Ahora que se daba cuenta de que al fin eran libres… de que había llegado el momento de separarse… no era feliz-será mejor que nos retiremos a descasar los humanos necesitamos descansar.-A sus palabras Sakurai y Kise se levantaron sin esperar respuesta de los tres inmortales y se dirigieron a sus habitaciones. Cuando ya iban a entrar a sus dormitorios el comentario del inexpresivo Kuroko los detuvo por un momento. 

 

-Siento que no nos separemos como amigos-Fue shockante para los tres primos escuchar eso de labios del celeste. De Aomine y Akashi no lo esperaban los tres eran tan orgullosos que antes de decir algo así por ellos mismos la estatua de la libertad tomaba vida propia y bailaba la macarena. Pero por otro el lado el peliceleste era tan inexpresivo y frio que tampoco lo habían esperado. Solo Kise sabía que el peliceleste no era tan inexpresivo como aparentaba. Él lo había visto, el lo había sentido.

 

-No somos enemigos, pero es mejor separarnos sin ser amigos-dijo sin soportar dejarle creer que se separaban con odio en ellos, ¿amargura? Si, ¿odio? No.-Vivimos en mundos diferentes-dijo una gran verdad.

 

-Si un día necesitan un abogado díganos, les devolveremos el favor-dijo Tatsuya en la puerta de su habitación sin voltearse hacia ellos-y no usaremos somníferos-aseguro antes de entrar y cerrar la puerta de su habitación.

 

La puerta de Kise y Sakurai fueron las siguientes en cerrarse. A pesar de la rata que corrió entre sus pies, Sakurai no parpadeo siquiera mientras se metía en la cama y se acurrucaba bajo las sabanas mordiendo su labio para no llorar como un chiquillo alejado de la teta de su mama.

 

-Puta ostia, esto sí que es irónico-dijo Aomien con una sonrisa irónica tomando una copa y la botella de Whisky luego miro ambos desecho el vaso y le pego la boca a la botella. Después de lo que paso en su larga vida, se juro nunca enamorarse de la primera cara bonita que viera. Pero aquí estaba suspirando por un niño miedoso y desesperante de cabellos castaño, que se había cruzado en su vida por un error, y que se aria viejo y morirá en solo un suspiro de su larga vida. Kuroko se sentó a su lado y le tendió la mano, Aomine sabía lo que quería y le paso la botella de Whisky en silencio, Kuroko tomo varios tragos seguidos antes de limpiarse la boca con la marga de su camisa.

 

-Kuso-susurro el peliceleste, pasándole la botella al pelirrojo que se sentó a su lado.

 

-Siempre podemos obligarlos a quedarse-dijo Akashi tomando de la botella-Podría convertirlos.-Dijo mirando la puerta cerrada del malcriado mayor con anhelo.

 

-No podemos Akashi-negó Aomine.

 

-La vida humana es preciosa y la inmortalidad demasiado larga, no es nuestro derecho quitarles el regalo más hermoso que se les ha dado… la muerte-aseguro Kuroko recostando su cabeza en el sucio sofá con un suspiro pesado.  A diferencia de la creencia popular los vampiros no morían, incluso si perdían su cuerpo su espíritu se quedaba en la tierra. Si eran desmembrados, solo había que volverlos a cocer, si eran decapitados ambas partes de su cuerpo seguirían funcionando y serian una mala imitación del jinete sin cabeza, incluso si eran reducidos a cenizas no había paz, solo un alma que se quedaba siendo semi-incorpórea en el mundo, aun en una situación peor porque perdía el consuelo del simple tacto. Para los vampiros no existía la muerte, los tres habían visto lo que les pasaba a los vampiros que buscaban la muerte, eran lo que los humanos llamaban… fantasmas almas en pena. Los humanos no sabían cuan hermoso era el regalo de la muerte y el descanso eterno.

 

-Entonces se acabo.-Susurro Akashi si no los convertían los tres humanos, vivirían, envejecerían y morirían en tan solo un parpadeo de sus ojos.

 

-Si lo hizo, Akashi después de todo… los finales de cuento no existen-dijo Aomine recuperando la botella, pena que los vampiros no se pudieran emborrachar.

 

 

 

Notas finales:

Dos capitulos mas y el final muchas gracias a todos los que se han tomado el tiempo para leer y comentar hasta aqui ^^ 


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