-¿Hace cuánto que no venía el circo?- veía por una de las ventana Tarble, esperanzo convencer a su padre de dejarla salir del castillo, para ir a ver ese gran espectáculo del que todos sus sirvientes hablan.
-No entiendo por qué te interesa tanto ir a ver ese tipo de diversiones... Solo es gente de mala vida, ladrones...- volvía a regañarlo, el rey siempre insistía en que dejara ese sueño, pero nunca se rendía, así año con año...
-Me da bastante curiosidad, ver a mucha gente haciendo acrobacias y... ¡Seria genial aunque sea verlo por un segundo!- suspiro esperanzada el hijo menor.
-Deja de insistir padre, nunca entenderá...- se cruzó de brazos indiferente por los infantiles sueños de su hermano. No entendía por qué su obsesión con aquel espectáculo lleno de fenómenos, gente, de mala vida, ladrones…
Las puertas se abrieron de par en par frente a la familia real.
-Mi rey- el sirviente se arrodillo - Alguien espera verlo...-
-¿Hm? Dígale que pase...- con esas palabras las puertas se quedaron entre abiertas dejando ver la luz de afuera.
-Seguramente es ese guerrero de clase baja que busca a su hijo...-
-No lo digas de esa forma, ¿No crees que harían los mismo si tú te perdieras?-
-No, porque sé que eso nunca sucederá-
Se retiró del lugar, pasando por aquellas grandes puertas. El menor de los príncipes no dejaba de suspirar y soltar risas…
-¡No importa lo que diga padre, Vegeta!- se inclinó un poco más hacía a fuera -¡Yo iré a ese circo!-
-Deja de soñar Tarble… Y anda que tenemos que hacer algunas cosas…- se levantó de su trono hacía las grandes puertas.
-Ojala y lleguemos temprano…Tengo un plan…- susurro para sí mismo, mirando por última vez hacía la ventana.
-¡Tarble!- grito su hermano abriendo la puerta.
-¡Ya voy!-
~ ^^~
Era de noche.
El pequeño Tarble se ponía un ropaje no elegante para que no sospecharan. Estaba a punto de salir, pero… No podía ir solo o no le dejarían entrar.
-Vegeta... ¿Vegeta?- zarandeaba a su hermano intentándolo despertar, y aunque no lo hiciera, se escaparía por la ventana. No iba a esperar otro año para hacer más intentos fallidos de poder ir.
-¡Maldita sea! ¡Levántate de una buena vez Vegeta!- golpeo una de sus costillas y se alejó de la cama por temor a que le lanzara algo.
-¡Bien pero no tenías que gritarme! ¿Qué es lo que quieres?- el príncipe se sentó en la cama asustado y enojado, estaba durmiendo tranquilamente.
-Esta noche habrá una función de media noche y tendrás que acompañarme para que no me pase nada- se cruzó de brazos y lo miro esperando a que respondiera a su orden.
-¿Es solo eso? ¿Una estúpida función? Deberías hacerle caso a nuestro padre y volver a dormir, no iremos a ese lugar de mala muerte... y vuelve a la cama que es tarde- se volvió a acomodar en su cama, intentando conciliar el sueño, pero la curiosidad de que podría haber debajo de esa carpa le comía parte de la cabeza.
Suspiro. No quería desobedecer las órdenes de su padre, podría castigarlos.
<<swiiich~>> (sonido de ventana rechinando... o de ventana vieja abriéndose)
-¡Tarble!- corrió rápidamente a la ventana viendo la silueta de su hermano hacía el cielo -¡Maldita sea! ¡Vuelve aquí!- y salió volando mirando a todos lados esperando encontrarlo, cuando escucho su risa tras de él.
-¡Ahora vámonos hermano!- lo tomo de la mano, volando a toda velocidad, solo se veían pasar montañas y una luz se hacía más y más fuerte, vio levantarse una gran carpa dorada a rayas rojas.
Era… fantástico, algo que sus ojos nunca habían presenciado, ahora sabía el por qué Tarble siempre quería ir a esos lugares.
-¿Y? ¿Qué te parece hermanito?- se detuvieron en el aire, respirando el aroma de dulces.
Vegeta estaba boquiabierto, esos bellos colores que resplandecían como si fuera de día, toda esa gente riendo, esa música a lo lejos, alegre, invitándolo a bailar…
-…Solo…- suspiro ganando fuerzas, debía volver al castillo, pero todo ello le decía todo lo contrario –Solo veremos esta función e iremos volando a casa…- le miro con el ceño fruncido y una suave sonrisa…
-¡YAY!- grito dando una vuelta en el aire, emocionado, ahora mismo quería bajar pero -¡Oh! Se me olvidaba…- le lanzo una bola de ropa, algo sucia a la vista.
-¿Qué demonios es… esto?-
-Si quieres quedarte póntelo, si no, espera a que lo guardias vengan por ti…- le miro como siempre lo hacía él, con una mirada amenazadora, no es que le haya dado miedo por un segundo, trago saliva…
Bajaron a tierra, se escondieron tras de una gran carroza para que Vegeta pudiera cambiarse-
-¡Agh! Me veo ridículo- se miró de pies a cabeza. Todo estaba sucio, sin mencionar el olor, parecía un pueblerino… Todo lo que hacía por su hermano.
-Bueno… Creo que es porque lo tome de la ropa de los sirvientes…- se rasco la barbilla avergonzado.
-¡¿Qué hiciste que?!-
-¡Anda que ya casi empieza!- grito emocionado tomado la mano de su hermano, caminando entre varías personas, nervioso, esperando no ser encontrados por algún guardia que se haya fugado por allí… Una gran voz empezó a gritar a toda la gente…
-¡Damas y caballeros sean todos bienvenidos! ¿Se atreven algunos a entrar? ¡No hay de que temer!... ¡Aquí simplemente podrán divertirse! … Anden y entren la función está a punto de empezar- era un hombre bajo con un sombrero de copa bajando todos sus alborotados cabellos.
-¡Vaya! Eso significa que será más emocionante… ¡Vamos ‘Geta quiero estar al frente!-
Jalo una vez a su hermano, adormilado y con sueño. Podría estar ahora durmiendo y no estar usando esa ridiculez ni con personas inferiores a él.
Por fin entraron, el lugar estaba alumbrado por unas cuantas luces, para su fortuna ya las filas delanteras ya estaban ocupadas.
~
Las luces se habían ido. El espectáculo iba a empezar, todos en silencio, solo se escuchaba el murmurar de la gente y un susurro de violín…
Una luz se fue hacía el medio del telón, una dulce música de acordeón se escuchaba, mientras una alta y esbelta jovencita de celestes cabellos salía, llevaba algunos cuchillos en sus manos, sus labios rubís sonrieron y la música se detuvo... La gente estaba por aplaudir… Un joven alto, de cabello azabache alborotado con el acordeón en sus manos… Algo despertó en el en ese momento, sus ojos no se detenían en otra cosa, ni siquiera en la joven, ese extraño, había tocado algo oculto en su corazón. Sus ojos se toparon… Él sonrió de nuevo, mientras que Vegeta ¡Juraba que lo había visto antes!
-“¿No será el hijo de quien… siempre va con mi padre?”- sus ojos se abrieron sorprendidos, ¡Pero si era el mismo! Tendría que decírselo, pero…entonces su padre lo mataría por ir a donde ahora estaba…
-¿Pasa algo hermano?... Te veo muy extraño…. ¿Es que acaso no te está gustando?- susurro Tarble jalando su brazo con un puchero.
-No, no pasa nada…- sacudió la cabeza, saliendo de ese extraño shock, interrumpido por las palabras de su hermano nuevamente.
-¡Me alegro!- cerro los ojos, y abrazo lo abrazo fuerte -Porque bueno… esto no acabara hasta el amanecer…- soltó una risa infantil irritable, apunto de gritarle pero esa dulce música, volvió a sonar…
Era lenta, la chica se movía con cada sonido, lanzando cada afilado objeto a hacía el que tocaba, este los esquivaba con bastante facilidad con los ojos cerrados, bailando al tocar… Estuvo a punto de tener unos encajados, otros pasaban casi rosando las mejillas ¡Incluso el cuello! Vegeta casi se desmayaba allí mismo, encima de su emocionado hermano… Todo el mundo suspiro de miedo, en el momento donde estaba por cerrar el instrumento, uno callo en medio, rompiéndolo, un sonido de ruptura.
El joven pelinegro se quedó quieto, muchos pensaban que lo había atravesado la chica, esta solo se dio la vuelta, dio una reverdecía al público y desapareció hacía el telón…
Callo de rodillas junto con otros gritos horrorizados… Y la música volvió a sonar nuevamente, la melodía se hacía cada vez más lenta y baja… Dio una reverencia, se levantó como un resorte, como si nada hubiera pasado…
La gente emocionada aplaudía y se levantaba… Las luces se apagaron de nuevo, el siguiente número estaba por empezar.
-¡¿No fue eso impresionante ‘Geta?!- grito con una gran sonrisa en su rostro, como algo que nunca había visto y era cierto, nunca se hubiera imaginado algo tan lleno de color, de vida… Ahora sabía el porqué de no venir aquí…
-Ya deberíamos irnos Tarble…- empezó con su tono serió, no quería que padre se enojara y lo mandara a “quiensabedonde” por ir allí… Suspiro, al menos había valido la pena… Ahora tenían que llegar antes del amanecer lo más rápido posible…
-¡Pero Vegeta! Aún faltan varios actos… Además ¿no quieres conocer al hijo de aquel guerrero?... Como era su nombre… ¡Bardock!-
-¡¿Si sabías que su hijo estaba aquí porque no le has dicho a padre?!- le grito furioso, alzando exageradamente la voz, haciendo que todos se voltearan a verlo…
-“Pero… ¡Si es el príncipe Tarble y el príncipe Vegeta!”- -“¿Qué rayos hacen aquí?”- -“Seguramente se han escapado”-
Ahora la gente solo murmuraba, tomo a su hermano del brazo y salieron tras la carpa, escondiéndose…