Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

ERES MI PECADO (YUNJAE) por KSSWritter

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

II: Eres Mi Pecado


Tengo una hora buscando a Jaejoong y no sé en donde estará ese tonto. Iba caminando derecho cuando veo una pequeña salida, me dirigí hacia allá y estaba la zona de bares. Miré a los nueve establecimientos y en uno de ellos había una multitud aglomerada que me llamó la atención, me acerqué y ahí vi a Jaejoong siendo rodeado por cinco hombres que solo se saboreaban pensando cosas pervertidas. Él lucia asustado y los odié a cada uno.


Hice un espacio para que pudiera entrar al círculo y tomé la mano de Jaejoong siendo molestado por uno de ellos


-Jaejoong no me sueltes –le ordené y le di un golpe a ese que buscaba pelea. Los otros se colocaron frente a mí y me ubiqué en posición de ataque, sentía a Jaejoong agarrarse de mi chaqueta mientras luchaba con esos hombres formando un altercado en todo el bar. Fueron muy fáciles esos cinco y salimos corriendo debido a que los de seguridad de la zona nos perseguían. Busqué un taxi para subir y le pedí que acelerara llegando al aeropuerto cuanto antes. Jaejoong no mencionó nada y solo veía por la ventana de su lado. Le estaba dando su tiempo.


Mi protegido caminó hacia las paredes en vidrio del aeropuerto para ver a los aviones despegar. Le escuchaba pronunciar ¡wow! con su hermosa voz siendo sorprendido con facilidad, pero quería su atención. Necesitaba de su atención


-¿Por qué saliste corriendo? ¡¿No sabes lo preocupado que estaba?! –él mira hacia abajo con mucha ternura al ser un cuestionado por mi


-dijiste que yo te hacia pecar, que no te importaba ir al infierno… no debo ser el culpable de… –le hice que me mirara y le abracé pegándolo a mi torso y rodeando su pequeña cintura con mis brazos obligándolo a verme


-me gustas –le dije y él se quedó en silencio –no quise decir nada malo, no es tu culpa que me hayas gustado… eso simplemente pasa


-dijiste que querías besarme –él me hace ver sus labios para desear conocer su sabor


-quiero besarte, muero por hacerlo… ¿puedo darte un solo beso? –Él asiente con mucha sutileza y le acomodo mejor sobre mi pecho –cierra los ojos –él obedece y yo sonreía, le pregunté algo obvio como si era su primer beso para que sonriera y así pudiera atrapar su labio superior entre los míos… él se quedó inmóvil y atrapé sus labios inferiores. Me comencé a mover un poco y él aprendió haciendo lo mismo. Era el beso más lento, delicioso y bello que había compartido en mi vida. Pude sentir que le gustó pero se detiene sonrojándose y mirando hacia abajo. Me reía de su ternura.


La voz de llamado a presentarnos en la sala de espera nos alertó y entonces fuimos para subir al avión que nos alejaría de China para llegar a Seúl. Jaejoong me apretó la mano fuerte mientras despegó el avión buscando equilibrio en el aire


-Yunho ¿Qué es el amor? –él me pregunta pensando que alguien como yo podría responderle, pero él me ayudaría a dar la respuesta que él debía escuchar


-amar es cuando alguien te gusta, lo besas y lo único que deseas es repetir ese beso y abrazarlo diciéndole cosas bonitas que le hagan sonreír -Él precisamente sonreía como no había visto en sus anteriores sonrisas –me gustaría protegerte toda la vida –sus mejillas se llenan de color de nuevo y mi cuerpo no puede aguantarse más. Le toco su rostro para probar sus deliciosos labios de nuevo. Él me lo permite e incluso abre más sus labios para que el beso fuese un poco más profundo. Me volvería loco si no me adueñara de su boca. La quiero solo para mí. La aeromoza nos interrumpió para ofrecernos algo de tomar. Jaejoong tomo agua y retomamos la conversación con las preguntas curiosas de Jaejoong.


 


***CINCO HORAS DESPUES***


 


Bajamos del avión tomados de la mano. Podía pensar en nosotros dos. Podríamos ser una feliz pareja, mi idea de robarlo no ha sido descartada. Él es feliz a mi lado y se siente tranquilo ¿Qué de malo tiene?... aun debo terminar mi misión de entregarlo en el monasterio para que cure a ese monje mayor. Y dejaré que él tome la decisión de si me quedo a su lado, no le obligaré.


Subimos de nuevo a un taxi pero diez cuadras después fue abordado por un auto negro del que bajaron tres hombres armados. Apuntaron al taxista y a nosotros. Nos obligaron a bajar e hice que Jaejoong estuviera detrás de mí todo el tiempo


-el puro no debe vivir –dijo uno de los bandidos -¡mátenlo! –eso jamás lo permitiría. Peleé con dos de ellos pero quien daba las órdenes me disparo en el hombro afectando de inmediato mi fuerza. No tenia arma ya que cierto hermoso hombre me la voto y hasta ahí pude luchar. Nos atraparon obligándonos a subir al auto. Me dieron a oler una sustancia que me durmió de inmediato. Solo pude ver a Jaejoong llorando y gritando.


 


***TIEMPO DESPUES***


 


Abrí mis ojos, recuperé la conciencia y lo primero que hice fue llamar a Jaejoong. Él estaba frente a mí, me cargaba en sus piernas y sobaba mi cabello


-¿estás bien? –él me dijo que si y me senté para examinarlo, viendo que efectivamente estaba completo, quizás su rostro estaba sucio porque mirando a nuestro alrededor estábamos cerca de un basurero –¡Mi hombro! –recordé y lo toqué sin sentir nada de dolor e incluso no había cicatriz alguna -¿Qué fue lo que pasó? –me levanté del suelo y le ayudo a Jaejoong para hacerlo también


-te dije que puedo curar a las personas


-pero… ¿cómo?


-mi sangre es pura, mi madre era muy religiosa y durante mi primer año de vida me bañaba en el rio bendito. Incluso yo no puedo morir fácilmente


-¡¿Qué dices?! –él suspiraba


-se supone que tú estabas inconsciente y morirías por el disparo, a mí también me apuntaron en el pecho y nos arrojaron aquí –él hace una pausa-Mi cuerpo expulsó la bala y se curó solo.


-espera, espera… ni siquiera me necesitabas a tu lado… ¿Por qué me llamaron entonces? ¿Por qué ofrecieron los lingotes? ¿Me han utilizado para qué? ¡Querían que yo muriera!     


-la gente no debe saberlo, no pueden exponerme porque sería peligroso para mi, ni siquiera se defenderme. No puedo hacerle daño a las personas –recogí mi saco con el que Jaejoong horas antes cuidaba de mi sueño antes de despertar


-te llevaré a ese monasterio –fue lo que pronuncié y fui a la carretera más cercana para pedir ayuda a algún ciudadano. Una anciana nos recogió y solo le sonreía a Jaejoong, tenía muchas dudas y preguntas en mi cabeza. Odiaba la idea de haber sido utilizado sin ningún sentido, solo para que creyeran que es un ser humano normal. Todo había sido una pérdida de tiempo.


Ingresé al monasterio presentando a Jaejoong y Yoochun le abrazó revisando su cuerpo. Todos los monjes querían tocarlo y agradecerle que haya llegado sano. Esperé por mi pago y guardé la bolsa en el bolsillo interno de mi chaqueta


-Gracias Yunho… por haber ayudado serás feliz el resto de tu vida –me dice Yoochun. Le ignoré, me giré y escuché la voz de Jaejoong llamando mi nombre


-Yunho… -él me dice –vive feliz y… pensaré en ti


-háganme un favor los dos y no me llamen nunca más –les dije  y hui de ese monasterio para regresar a mi apartamento desordenado y solo como siempre.


 


***DOS SEMANAS DESPUES***


 


-¡agentes! –nos hablaba el capitán Kang –esta es una misión muy importante. El objetivo es capturar al mafioso In Hwa, no lo podemos asesinar, recuérdenlo –los cinco agentes que éramos respondimos en un coro de voz fuerte aceptando la orden. Nos separamos en varias camionetas y mi mejor amigo estaba sentado a mi lado.


-¿pensando en tu esposa? –le hablé para sacarlo de su pensamiento profundo. Él sonríe y dice que sí


-en mis dos hijas pequeñas también. Cuando te enamores me recordarás –él me decía, sabía que no creía en eso del amor. Nos detuvimos para bajar del auto e internarnos en la mansión que había sido fichada como la morada de este hombre buscado. Siempre íbamos apuntando al frente. Mi mejor amigo y yo le encontramos en una habitacion tratando de saltar por la ventana pero evitamos que eso sucediera –Yunho ve por el capitán –me dice él y asiento para salir de la habitacion, di unos pasos y lo pensé mejor, regresé para dejarle algunas municiones y se protegiera sin problemas. Iba a abrir la puerta cuando escucho una conversación


-Capitán ¡¿Qué es lo que hace?!–Esa era la voz de mi amigo -¿tenía negocios con este mafioso?  


-Changmin–ahora hablaba el capitán –te pagaré para que guardes silencio –yo me sorprendí de esas palabras y me preparaba para ingresar a la habitacion pero debía esperar el momento exacto –diremos que él escapo


-Capitán eso no es lo correcto. Me niego a hacerlo… aléjese de él que le dispararé    


-Changmin no harás nada de eso


-permiso para disparar capitán


-Changmin no lo tienes


-¡mátalo ya entonces!–fue la voz del mafioso y abrí la puerta con un segundo tarde. Él que era nuestro capitán ya le había disparado a mi mejor amigo de forma letal en su cabeza. El mafioso huyó y no me importaba porque estaba apuntando con mi arma a quien era mi capitán


-¿me dispararas?–él me pregunta y con mis dos manos sostengo el arma en dirección a su pecho. Debido al disparo inicial los demás compañeros subieron y vieron la escena


-¡Yunho! ¡Maldición! ¿Qué haces?–me decían. No lo pensé más y disparé matando al que fue mi capitán. Dos de los compañeros me atraparon las manos y en cuanto me llevaron a la institución narraron la versión de ellos. Lloré en silencio recordando a mi mejor amigo. Nadie me escuchó, los abogados cambiaron mi versión y pagué tres años de cárcel. Cuando salí me convertí en el guardaespaldas de otro mafioso. La paga era muy buena hasta que lo mataron. Me había dejado un buen dinero y es el que me estoy gastando en rumbas, viajes y alcohol. De vez en cuando hacia trabajos de cobranzas y dar lecciones. Nada me importaba. Solo vivir el presente quizás en espera de algo bueno.   


 


El timbre de mi puerta suena y camino entre las muchas botellas de soju regadas en mi cuarto y basura regada de hace más de una semana. Abrí y era mi perro fiel


-¿Qué quieres?


-tengo información –él se cubría la nariz debido a mi olor que seguramente no es agradable de tanto alcohol que he consumido –ven al bar esta noche. Ahora no estás en condiciones de escuchar –él tenía razón. Cerré la puerta y fui a darme un baño completo que hace días no me daba. Me afeite para no verme enfermo y seguir siendo el sexy de siempre, me vi en el espejo y algo estaba mal. Yo no era el mismo. ¿Hasta qué punto una persona se puede meter en nuestra mente haciéndote enloquecer? ¿Por qué rayos no podía olvidar el rostro de Jaejoong? Esa sonrisa perfecta, sus mejillas sonrojadas, su mirada inocente. Me está obligando a buscarlo y es lo último que quiero hacer.   


Lancé las pocas cosas que tenía en la mesa del baño para descargar la ira que me daba no tener de cerca lo único maravilloso que había conocido en mi vida porque era tan distinto a mí, porque solo podría hacerle daño con mi forma de ser y no pensaba cambiar lo que era. Odio a Jaejoong. Lo odio.


Recordé que aun tenía los lingotes de oro y los busqué. Pretendía cambiarlos para seguir con mi vida de fiestas y mucha mucha cerveza.  


Encontré a mi perro fiel sentado en la barra del bar y me le acerqué saludándolo de la mano y chocando nuestros hombros. Él me ofreció una cerveza y bebí un poco pero ya estaba hastiado del alcohol


-¿recuerdas a Kang? –Asentí, él era mi ex jefe –su hijo regresó. Confía en ti y quiere que seas su guardaespaldas ¿Qué dices? Ofrece buena paga


-bien –dije, necesitaba ocupar mi cabeza en algo más que no sea el pasado  


-pero él esta en el norte. Una vez se fortalezca llegará a Seúl –debía alejarme de esta ciudad… malditas sean mis ganas de él. Tomé de mi cerveza y Hyeri se me acerca para saludar. Estaba muy sexy con esos shorts muy cortos dejando ver su trasero y ese bra pequeño de mallas, en otra ocasión la usaría pero no era la persona que deseaba en ese momento. La aleje de mí y me levanté de la silla de la barra   


-pero sexy ¿A dónde vas? –la ignoré y la escuché llamándome a gritos. Si iba a aceptar esa propuesta del hijo de Kang debía despedirme de Jaejoong. Quería al menos robarle un último beso y hacerme la idea que nosotros dos somos de caminos diferentes.


Toqué la puerta del monasterio y tardaban en abrir. Nuevamente toqué aplicando mayor fuerza y algo no estaba bien. Podía sentirlo


-¡Yunho! –me reconoce Yoochun abriendo la puerta. Le veo preocupación en su rostro e imaginé lo peor -¿buscas a Jaejoong?


-¿Dónde está? –Él agacha la cabeza y le tomo por su traje marrón -¿Qué pasó con Jaejoong?


-no lo sabemos –mi corazón empezaba a romperse como el vidrio iniciando con pequeñas fracturas… podía esperar cualquier respuesta pero esa… NO.


 

Notas finales:

animense con los reviews!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).