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Salvando Recuerdos. por Tak_25

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Notas del fanfic:

En este fanfic, conté con la ayuda de noelani_chan y yentami. Gracias chicas ^^

Notas del capitulo:

Wazza. En esto de escribir no tengo mucha experiencia, pero espero me den una oportunidad para descubrirlo ^^.

Gracias a yentami y noelani_chan que me ayudaron en la redacción de los personajes^^

*La lluvia cae sobre mi cuerpo, sentado en el sombrío parque; recordando, dolido, a punto de ceder a las tentaciones depresivas que me impulsan a correr sin dirección. "Yo te quiero, Kuroi" Ese día... ese día ya no existe en su mente... y todo gracias a mí. Debí detenerlo, debí saber que esto pasaría...*

 

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EL rocío cubría las hojas, las flores e incluso los árboles. Los tonos rosados del amanecer hacían una vista fuera espectacular. La fresca brisa refrescaba, más no era fría. Era un día perfecto, aparentemente.

 

Dos chicos caminaban en dirección a quién sabe dónde, ambos hablando e intercambiando sonrisas de vez en cuando.-Estuve pensando, Kuroi, hoy es 13, ¿sábes lo que significa?

 

-Sí, lo sé. Hoy cumplimos un mes juntos, cómo no sabría lo que significa. De todos modos he decidido comprarte esto- con el rubor empapando sus mejillas, le entregó al mayor una cajita de envolotorio plateado. Al abrirlo encontró un reloj del mismo color, con un ligero hilo de plata y manesillas delicadas de un negro puro. Un reloj magnífico. El pelinegro, halagado, lo colocó en su muñeca derecha y lo amarró. - ¿qué te parece, Hikari?

 

-Es genial, gracias.- El típico sonido de llamada interrumpió la amena charla. -Lo siento, Hikari, debo responder. - Kuroi tomó su celular, soltándo la mano de con quien iba en el camino. Su cara cambió por completo. -Mi... mi abuelo... - su mirada parecía perdida, y en sus ojos las lágrimas comenzaban a agolparse. Sin decir nada más, echó a correr.

 

-¡Oi, oi! ¡Espera, ¿qué sucede?! ¡¡Kuroi!!... ¡¡Un auto!!- en un intento desesperado por advertir al ojimiel, Hikari emprendió la persecución a él. Más no sirvió de mucho. Un automovil arrojó al pavimento con un estrepitoso y ronco sonido a su novio. El tiempo pareció detenerse. Todo se derrumbó. Kuroi estaba tirado, frente a sus ojos, inmóvil. ¿Qué acababa de pasar? ¿Todo esto era verdad o solo una horrible pesadilla?

 

El mundo comenzó a dar vueltas, todo parecía ser tan falso. "Esto no ha pasado... esto no ha pasado..." trataba de convencerse con un mantra mental a sí mismo, inconcientemente. Una ráfaga blanca se atravesó en su vista; era la ambulancia. Subieron al chico herido a esta mientras interrogaban brevemente al conductor del vehículo. El shock aún no desaparecía por completo de la mente del ojiazul. "Esto no ha pasado... esto no ha pasado..."

 

El hospital más cercano era el Venus Heart, así que ahí fue a dónde llevaron a Kuroi. -Aplica 10g. de analgésico y otros 10g. de anestesia, toma su ritmo cardiaco y signos vitales, parece que el golpe no ha causado más que una contusión, pero aún no responde-. Hablaban los que iban a bordo de la ambulancia con respecto a su reciente paciente. - A entrado en coma, debemos presentarlo rápido al hospital-. Fue lo último que dijeron al respecto.

 

Al llegar al lugar, se veían enfermeras hablar, correr, llevar medicamentos y pacientes de todas a todas partes, entraron por el pasillo de urgencias con el chico del cabello lila en una camilla, inerte, inmóvil, tan vulnerable y sin embargo librando una gran batalla interior por despertar.

 

Un exaltado pelinegro entró a la sala principal y se acercó a una enfermera.- Disculpe, por favor, dígame sí aquí está Kuroi Feertz-.

 

-Un momento, jóven. Tome asiento-. La chica de blanco se dirigió a un ordenador a realizar la búsqueda, mientras Hikari se sentaba sin poder estar quieto- Sí, aquí está. Llegó hace no más de una hora, pero en este momento siguen tratándolo, me temo que tendrá que esperar unas cuantas horas, jóven-.

 

-No importa, me quedaré aquí hasta saber algo de él. Gracias-. La enfermera asintió y se fue. El chico tomó una revista y, sin leer realmente el contenido, comenzó a pasar página tras página, preguntándose cómo estaría Kuroi.

 

La mente del mayor comenzó a recrear la horrible escena que lo había llevado a ese lugar. El momento del accidente, breve, impactante, horrible. El sonido que su cuerpo hizo al chocar contra el asfalto duro. La mirada de horror que llevaba antes de echar a correr sin dirección alguna. Causas, consecuencias. Todo pasaba a una velocidad desconcertante a los ojos de Hikari, haciendo que el dolor de cabeza empezara a hacerse presente. Cerró la revista, cuadró los hombros y decidió esperar noticias del estado de Kuroi.

 

Doctores pasaban frente a él, haciendo caso omiso de su presencia y sin informarle nada. Uno de ellos se paró en medio de la sala de espera, donde estaban también dos mujeres llorando, un hombre de edad avanzada y una señora con su hijo adolescente.- ¿Alguien aquí es familiar de Feertz Kuroi, de 15 años de edad...?- El pelinegro se levantó de su asiento.- Acompáñeme, por favor.- Ambos hombres se alejaron de la gente que aguardaba para tener un poco de privacidad.- Permítame preguntar ¿qué es usted del paciente Feertz Kuroi?

 

-Soy su amigo, pero presencié el momento del... impacto.

 

-Bien, lamento decirle que el jóven Kuroi ha tenido un desgarre en la pierna derecha que, por supuesto, ya hemos tratado,- por un momento, Hikari quizo suspirar de alivio.- pero, ya que el golpe se desarrolló con mayor fuerza en su cráneo, ha causado una contusión severa que terminó por dejarlo en estado vegetativo. No sabemos cuándo saldrá de él o las razones que lo causaron exactamente, pero ya hemos realizado las pruebas necesarias...

 

-¿E... estado vegetativo?- las palabras del doctor seguían fluyendo, pero el silencio invadió la mente del ojiazul, ¿en coma, Kuroi está en coma? Dios, ¿qué más puede ir mal tan solo hoy? Sus ojos se abrieron por la sorpresa hasta parecer un profundo mar a punto de estallar en tormenta. No, no, no, esto no podía estar pasando, ¿por qué a él? ¿Por qué?

 

-...y por ahora eso es lo que sabemos, ¿hay algún adulto a cargo de su amigo?- Hikari sacudió la cabeza para salir de su trance.

 

-Sí, su abuelo- su voz era apenas audible, sentimientos jamás sabidos por él se iban arremolinando en su interior.

 

-¿Cuál era su nombre? Tal vez podamos contactarnos con él de algún modo

 

-Feertz G. Jow.

 

-Oh.- Fue la única palabra que pronunció el doctor.- ¿Lo conoce?-el hombre asintió lentamente, agachó un poco la cabeza y le dedicó su más sentido pésame- ¿Ha... muerto?- el silencio se hizo presente dando la afirmativa a su pregunta. Oh. ¿y entonces qué pasaría con Kuroi?

 

-Así son las cosas, ¿eh?- suspiró- supongo que sus padres...

 

-La verdad, a él no le gusta hablar de sus padres, y a mí tampoco. Ellos no están, así de simple.- La voz rotunda del pelinegro hizo sonrojar un poco al doctor. No, no era esa mi intención, mierda. Pensó desesperado el chico.

 

-Comprendo. Bueno, debe de haber un adulto que pueda firmarnos unos permisos para realizar algunos informes con él, como ya le dije.- ¿Lo dijo? El ojiazul no podía creer todo lo que estaba sucediendo aún. No había ningún adulto en la vida de su compañero, excepto talvez...

 

-¿Se puede un amigo muy cercano a su abuelo? Es el único que conozco que podría firmar esos papeles.

 

-Sí, sólo tendríamos que interrogarlo primero y revisar un registro de él, pero si conoce al jóven Kuroi y deja su confianza a su merced, está bien.

 

-Bien. Lo llamaré para ver que dice.- El doctor hizo una reverencia y se retiró. Hikari marcó el número.- Hola, oi, James, necesito que vengas rápido al hospital "Venus Heart"... sí, ese... no, no, estoy bien. Pero el abuelo de Kuroi está... muerto... supongo que fue hoy, la verdad no lo sé... es que Kuroi fue arrollado, necesitan que un adulto firme algo y creí que tú... está bien, gracias.- Y colgó. Las lágrimas amenazaban con salir a esas alturas. No podía llorar. No aquí ni ahora. Tendría que ser fuerte para ayudar a Kuroi a salir de ésta. Fue a avisarle al mismo doctor que el señor McQuest estaría ahí dentro de poco.

 

Se sentó de nuevo en una de las incómodas sillas de la sala de espera. No sabría nada de su novio por un rato y no quería leer, así que se dedicó a ver pasar a la gente y a escuchar los extraños sonidos, ya típicos de un hospital. Pronto el sueño invadió sus pensamientos y sus párpados se cerraron poco a poco hasta quedar completamente perdido.

 

-"Hikari... Hikari... despierta Hikari..."- una voz gruesa repetía su nombre una y otra vez, llamándolo. Sonaba tensa pero considerada a la vez.- "Hikari, por favor... despierta..."- esta vez la voz se hizo más intensa, ganando volumen e insistencia. Abrió los ojos, sobresaltado, para encontrarse con la cara del señor McQuest mirándolo fijamente.- Hikari, al fin. ¿Cómo está Kuroi?

 

Un nudo se formó en la garganta del menor, no quería hablar del estado de su amigo.- Está... en coma...- dijo con la cabeza gacha. Mierda. Parecían tan irreales las palabras cuando salían de su boca.

 

-Oh, Dios. Hikari, lo siento mucho.- le dedicó un breve abrazo al menor, quien contenía sus lágrimas con toda su fuerza.- ¿Dónde debo firmar?

 

-No lo sé, primero tendrás que hablar con el doctor para que sepa si eres buen tutor o no.

 

-Voy a buscarlo.- Volvió a quedarse solo y comenzó a esperar nuevas noticias. Ambos hombres con quienes habló hace minutos salieron de un pasillo, charlando entre sí, acercándose a él.-Bien, gracias doctor.- respondió el hombre amablemente.

 

-Si me disculpan.- Con otra reverencia, el doctor se fue.

 

-¿Qué te ha dicho?- preguntó de inmediato el menor.-Que debo decidir si se queda despierto o no, pero no te preocupes, no pretendo desconectarlo. Me haré cargo de todos los gastos por la habitación así que no hay problema, mientras tanto, también debo revisar el testamento de su abuelo, no ha dicho nada antes pero seguro tenía uno. Sería demasiado complicado si no. Por ahora debo irme, y tú también deberías hacerlo, no habrá noticias nuevas de Kuroi durante un tiempo.

 

-Muchas gracias, señor McQuest, es un verdadero alivio para mí que usted haga esto.

 

-No es nada, después de todo Kuroi es cómo un hijo para mí. Deberás irte a esperar que despierte, come algo y duerme un poco, te hace falta.- Y dichas esas palabras, James se retiró.

 

-Tiene razón.- Reflexionó para sí el pelinegro, no había comido nada desde que llegó al hospital el día anterior, y solo durmió unas cuantas horas. Con ese pensamiento en mente, se dirigió a su casa, después de todo, al día siguiente volvería a ver a Kuroi. Todos los días que fueran necesarios...

Notas finales:

Espero queden con la duda por saber qué pasó con el pequeño Kuroi :3 nee, no será muy largo el fic...

Déjenme sus reviews para saber si quieren que siga y así :'3

Hasta pronto, espero ^^'


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