Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Warm Night por SumTheHeaven

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Pequeño Shot cortito de KaiShin. Espero lo disfruten ;3

 

Notas del capitulo:

Los personajes no son míos, si no de Gosho Aoyama.

Warm Night -(Noche Cálida)

 

O*o*O*o*O

Por que la relación estaba perdida. O al menos eso pensaba.

 

Él pasaba demasiado tiempo en sus casos, y yo, en mi mundo, en mis atracos, sin poder contarle la verdad.

Me lo he ganado. La falta de confianza que dedicaba a su adorado chico lo había producido todo, pero no se creía capaz de decírselo, no ahora, cuando había logrado tenerlo, sin que él supiese de su segunda personalidad, pero traicionaba su confianza.

-.-.-.- (Narra Kaito) -.-.-.-

— Shinichi...

Volví a bajar mi cabeza. Pensando más en como localizar a un detective como él, que incluso había abandonado su vivienda con tal de no encontrarse conmigo. Era testarudo, pero no más que yo, no me iba a cansar así nada más de buscarle. Cuando la televisión, amiga del alma, me dio la respuesta "Caso de último minuto: las extrañas circunstancias de la muerte de John Miler".  Y desde aquella pantalla visualicé, como a lo lejos aquel chico, detective que me robó el alma, se inclinaba junto al Inspector al lado del cuerpo.

¡Mi oportunidad!. Me dije a mi mismo, saltando con alegría. Agarrando con rapidez el abrigo y las llaves, sin despedirme de Jii, para ir en busca de ese chico.Él, que llevaba días sin dejarme siquiera pegar ojo o dormir, todo por pensar en él. Desde aquel día...

 

(—Flash Back—)

Había entrado hacía unos segundos atrás a la casa de mi detective. Camine con mi habitual alegría directo a la habitación de Shinichi, quién me esperaba con el rostro serio. Aun pesé a su expresión: así con los lentes puestos, mientras su cuerpo se apoyaba con sensualidad a la cama, como no desearlo.

— Kaito.—me llamó. Siempre consciente de que le observaba con detenimiento.

— ¿Eh? ¡Si! ¿Si? ¿Qué pasa?—contesté medio atontando.

— Dime la verdad. ¿Que has estado haciendo estos últimos días saliendo tan seguido?—preguntó con seriedad.

Me quedé mudo. Estaba preparando los últimos detalles del atraco que quería realizar próximamente, y para ello regresaba con Jii, aunque esto no se lo podía decir a él, un detective que, era un real enemigo de Kaito KID, y que deseaba meterle tras las rejas. ¿Qué le puedo responder?. Me pregunté, más a Shinichi no le complacía de nada mi silencio.

— ¡Responde Kaito!—exclamó. Mientras noté, como quitándose las gafas, sus ojos estaban al borde de las lágrimas.

— Shinichi...—murmuré, intentando detenerlo, e inventando cualquier cosa sin resultado.

— ¡Dime! ¿Por qué no me respondes? ¡Dilo, Kaito! ¿Que es tan importante para desaparecerte todas las noches?—continuó preguntando con desesperación en su tono de voz.

— Shin.. yo..—intenté decir. Más, no hablé más haya de eso, ante la impaciente mirada que el me dirigía.

Un silencio fue lo que recibió como respuesta, mientras yo bajaba la cabeza, incapaz de decirle más allá de eso. Tampoco quería mentirle. Subí la mirada por un corto momento, contemplando el semblante de Shinichi, que parecía más agresivo y desafiante.

— ¿Sabes? ¡No me interesa! ¡No respondas, ya da igual!—soltó con ira, cogiendo el abrigo cercano a la cama.— ¡No te quiero volver a ver Kaito! ¡Jamás!—exclamó, cuando estuvo a mi lado. 

Sentí que mi corazón ahí mismo se hacía pedazos.

Intenté seguirlo segundos después, pero él, con varias estrategias y demás, me esquivó, y al final acabé perdido.

Visite aquella mansión durante los días siguientes, pensando en una oportunidad de hablarle, sin saber realmente si se atrevía a decirle aquello. Sin dormir, ni mucho menos, esperando que regresase a su casa, pero no. No lo hacía.

(—Fin Flash Back—)

 

El recuerdo doloroso me invadió, bajando la mirada que sostenía al conductor. Me dolía, pero no podía culparlo, yo mismo me sentiría traicionado, si me sucediese algo así. Subí la cabeza al verme en mi destino, bajando con rapidez del coche, agradeciendo al hombre que presencio mi cambio de estado.

Apresuré a llegar, evitando con maestría a los policías para acercarme a los detectives. Ellos, mucho no se dieron cuenta, al estar demasiado atentos en el caso, más me vi en la obligación de jalar a Shinichi a un lado más apartado de entre esa zona. Al principio se resistió, pero no cedí en lo más mínimo.

— ¡¿Kaito?!—le escuche exclamar, más alarmado le hice seña con el dedo indice para que guardara silencio, al contrario de mi objetivo: solo le cause más enojo.— ¡Te dije que no te quería ver nunca más!

— Lo se.—respondí con dolor, a lo que Shinichi contesto aflojando un poco su mirada.— Pero no quiero seguir así.—le levanté la vista, aunque en su rostro aprecie sorpresa; como no, si tenía unas ojeras marcadas, y mi piel estaba más pálida que de costumbre.

— Kaito...—susurró.

— ¡Kudo-kun! ¡Kudo-kun!—llamó el Inspector desde fuera.

Shinichi bajó la vista, zafándose del agarre con el cual le mantenía. Camino hasta afuera sin decir más. No creí posible volver a sentir esa quebradura en mi interior: Sin poder detenerle, dejándolo ir.. Pero no sería por mucho.

 

O*o*O*o*O

El caso había terminado. Shinichi estaba dirigiéndose a su vivienda, desde donde yo veía. Le dejé caminar un poco, hasta rato después siguiéndole, le alcancé.

— Te diré todo, Shinichi.—hable con decisión, firme a lo que haría.

No le deje responder, administrándole tan solo un poco de Cloroformo, así lograría aflojarle los músculos. Lo cargué sobre mi espalda, caminando poco para encontrarme con el auto de Jii, quién nos dejó a la puerta de la casa a la cual habitaba. Jii me preguntó repetidas veces si estaba seguro de revelar a alguien el secreto, más no lo dude, subiendo a Shinichi hasta mi cuarto, esperando con paciencia pase el efecto.

Desesperantes minutos después, oí ruidos de mi cama, saliendo inmediatamente del asiento donde me encontraba para darle la cara al recién despertado.

— ¿Estás bien?—pregunté con preocupación.

— ¿Me dices mejor por que estoy aquí?—arremató él con dureza.

— Como gustes.—contesté con simpleza, levantando los hombros.— Se que de todas maneras me matarás. Pero prefiero ello, a que no sepas jamás la verdad.

Le sonreí, mientras le ayudaba a levantarse de la cama. Apoye su cuerpo sobre mi y le dirigí hacía el cuadro de mi Padre haciendo su espectáculo. Posé mi palma en aquel retrato. Se dio vuelta, dejándonos caer por el. Mientras sujeté con todas mis fuerzas el cuerpo de Mi detective, para luego ir a dar con aquel lugar.

— ¡¿Qué?!—saltó sorprendido al ver aquel taller, lleno de artefactos y demás para realizar trucos a gran escala, su rostro tomo una expresión difícil de descifrar.

— Quiero ser sincero.—comenté, causando que me dirigiese la mirada— Mi razón de no poder ir contigo, es por que estaba aquí. Preparando el próximo atraco de KID.

Creo que, jamás olvidaré el rostro lleno de enojo, sorpresa, alivio, frustración, e ira de Shinichi en aquel momento. Se acercó a mi persona, sonriendo de lado. Me asusté. Él me golpeó primero con un duro puñetazo a mi mejilla, y luego me besó con la más dulce pasión que hubiese podido experimentar jamás. Era tan estúpido de mi parte decirle así nada más.

Mi detective lo sospechaba, no es ningún idiota, pero, a veces los celos le pueden más y le dan distintas conclusiones. Sonreí, mientras le despojaba la ropa, con la clara intención de dejarlo bien marcado; "KUROBA" como hace mucho no podía, ahí mismo.

— Ka-kaito..—murmuró. Notando la duda en su hablar. Claro, estábamos en medio del suelo.

— Tranquilo, tranquilo.—comenté extendiendo la capa blanca del pulcro traje de ladrón, más un par de almohadas para acomodar a Shinichi.

Observé, por unos momentos su mirada algo temerosa. Besé sus parpados para poder inspirar-le confianza. Extendiendo su cuerpo por las acomodadas almohadas, lo abrasé casi con desesperación de tenerlo de nuevo entre mis brazos, sintiendo como luego de unos segundos, las manos de Shinichi se acomodaban con timidez en mi nuca.

Comencé lentamente a abrirle la camisa, disfrutando a gusto de lamer la piel que dejaba expuesta, dándome un poco más de tiempo en aquellos rosados pezones. Lo escuché gemir. Complacido, continué ensalivando su cuerpo. 

¡Hace ya mucho que no podía estar cerca de aquel cuerpo!

Y realmente, me parecía exquisito. Todo mío. 

— E-eres.. u-un.. ah.. per-pervertido..—jadeó. No me pareció escucharlo realmente.

Le sonreí lascivamente. Su rostro mostró un poco de miedo. Sabía bien, que Shinichi se ponía a la defensiva conmigo en este estado. ¿Es qué le da miedo? No, Shinichi disfruta más que yo de las atenciones que le doy. Y luego yo soy el caliente, je.

Mis manos se deslizaron, curiosas, por los muslos de Shinichi, encargándose de apretarlos, rasguñarlos, y acariciarlos a gusto. Shinichi se quejaba. Mientras mi boca se encargaba de recorrer todo el extenso pecho de él.

— Lo soy.—afirmé. Pasando mi lengua por sus labios— Y es por que no puedo tocarte desde hace mucho.

— Exa-exagerado...—me respondió. ¿Había sonado más como un gemido?

Bueno, lo era, no había pasado "tanto" tiempo desde que tuvimos aquella pelea, pero no podía resistirlo, me gustaba Shinichi en todos sus sentidos.

Bajé mi rostro hacía su entrepierna. Quería hacerlo disfrutar. Que gimiera, gritara y jadeara. Quería ver a Shinichi dominado por mi. Sobé primero con mi mano por encima de lo que era su ropa interior y podía escuchar como gemía, ahogado, quizá tratando de reprimirlos, pero imposible ante mi. Paseaba mi boca por encima de la tela, moviendo eso de arriba hacía abajo.

— Kai... Kaito...—me llamó.

Sonreí con malicia.

— ¿Si, Shinichi?—Dudé; En verdad, si sabía lo que quería, pero adoraba ver a Shinichi pedir por mi. 

Shinichi me miró. Parecía querer fulminarme, pero yo acariciándolo a su miembro, podía deducir que aquello se le hacía realmente difícil. Sonreí.

— Dime, Shinichi, o no sabré que es lo que deseas.—le hablé, con una sonrisa, extendiendo mi lengua un poco para acariciar con ella el miembro de él por encima de la tela.

Me miró con ojos acuosos y sus mejillas estaban ruborizadas.

— Tó-tócame...—dijo él. 

Le miré. ¡Vaya, pero si estaba ansioso! Se veía por su parte despierta. Jamás aceptaría tan fácil pedirme algo así, después de todo es Shinichi y su maldito orgullo, que ahora que recordaba, siempre le hacía ponerse celoso.

— ¡Oh! Pero si ya te estoy tocando... ¿Cómo quieres que te toque? ¿Y dónde?—Estaba demás la última pregunta, pero... Había aceptado pedirme que lo toque, ¿Lo lograría así?

Me miró ¿molesto? Bueno, estaba jugando con él, yo sabía perfectamente que quería. Me relamí los labios con sensualidad.

— Bien, bien...—levanté las manos, rendiéndome, no seguiría con el juego, por ahora.—Ya se, quieres que te toque directamente. Okay, déjame sacarte la ropa interior.—hablé. 

Shinichi me miró más que avergonzado. 

Bien sabía que Shinichi odiaba mirarme a la cara cuando lo hacíamos o que relatara lo que hacía, pues le parecía "pervertido" o él era muy tímido y le daba vergüenza. Obviamente, la respuesta era A y B.

Aun así, le besé. Mientras que mi mano descendió hacía la ropa interior, bajándola y descubriendo aquella cosa ya erecta. Él gemía sobre mi boca. Me permití respirar todo el aroma que desprendía el lugar. Delicioso. Sonreí malicioso antes de ir hacía su parte débil y comenzar a estimularla con la lengua. Me entretuve en ello, acomodando el cuerpo de Shinichi a como quería, subiendo la vista para verle de vez en cuando, y él se sonrojaba por ello... ¡Tan tierno es!, apreciando sus expresiones al masturbarlo con la boca.

Desde la punta y en su amplitud, con la lengua, mordiendo suavemente, o besando, aquella parte tan "subida de tono" de Shinichi. 

 — aahhh... Kaito... mhhh, me voy a...

Lo sabía, pero me límite a sonreír-le juguetón.

Sentí pronto el agrío sabor en mi boca. Lamí lo que restaba sobre mis dedos. Shinichi me miraba todo avergonzado. ¡Cute! Me acerqué a él para besarlo con desenfreno, introduciendo mi lengua al interior de su dulce cavidad bucal. Acomodé bien mi miembro, y mientras poseía sus labios, lo penetré con rapidez. Shinichi dejó de respirar en el instante, con sus ojos abiertos, mientras intentaba recuperar el aire que le arrebaté ante la fuerza de lo que acaba de hacer, penetrarlo con demasiada rudeza. Me sentí pésimo en el momento, observándole preocupado, él solo se limitó a sonreír como podía, por que se le veía a penas respirar, y jaló de mi cuello para poder alcanzar mis labios. Correspondí el contacto un poco más aliviado, hasta que sentí algo húmedo por mi mejilla. Curioso por lo que sería aquello, aunque ya tenía la idea, abrí los ojos suavemente... Shinichi estaba llorando. Me separé un poco, limpiando las lágrimas con cuidado por mis dedos, mientras lo besaba por todo el rostro, con la esperanza de calmarlo. 

Me emocioné demasiado. Shinichi no lo ha hecho conmigo desde un tiempo, tenía que haberlo preparado. Soy un idiota.

No podía evitar reclamarme. Con Shinichi, no me gustaba disfrutar solo yo, me encantaba verlo disfrutar a él, con aquellas expresiones tan delicadas, atrevidas y excitantes también, que poseía. Sonreí de medio lado, con la intención de salir de él, aunque mi detective me detuvo. Adivinaría él la intención, deteniéndome para no hacerlo. Reguló su respiración como más pudo, a mi parecer, sonriendo con ¿ternura?, propio de Shinichi. 

— Y-ya... ¡ah!...—dijo él— pu-puedes... mo-moverte.

Me aturdí un poco, dedicándole una mirada de confusión. El se adelantó y movió sus caderas con sensualidad. Pasé mi lengua por mi labio inferior. Bajé el rostro hasta estar cerca de él, besando sus mejillas, mientras comenzaba a dar unas embestidas suaves y cuidadosas.

Shinichi gemía a mi oído.

Y eso no hacía más que hacerme querer hacer algo muy obsceno con él, cómo; embestirlo hasta el fondo. Tanto que pudiese sentirlo después de esta noche.

¡Lo hacía a propósito! Mi detective lo hacía a propósito. Él mismo me tentaba a darle más.

— ¡Shin-chan! Que activo estás hoy.—reí.

Ante mi comentario, rasguñó con sus uñas de mujer, mi espalda. 

— Estas malo hoy, Shin-chan.—reclamé con una sonrisa inocente.

Por segunda vez, otra rasguño.

— Entendí, Shin-chan, pero si me vuelves a rasguñar—Canté con un tono infantil. Pasando a uno más serio;—me obligarás a darte la vuelta y hacértelo y metertélo duro por detrás.

Por un momento lo considere imposible, pero la mejilla de Shinichi ardía más que antes. No volvió a rasguñar mi espalda, fuera de lo que ya lo hacía por lo duro y rápido que le daba por su pequeña entradita, ahora un poco más extensa, culpa mía. 

— Buen chico.—felicité lamiendo su oreja, riendo divertido.

— ahh,... mnhh... ¡Kai- ah... Kaito!

Mi detective estaba caliente. Siempre tan obsceno, con ese rostro ruborizado y todo sudado, provocándome más.

Mi ritmo aumentó cuando sentí que me venía pronto. Shinichi intentó resistirlo, pero terminó viniéndose antes que yo. Sonreí complacido, ¿cuántas veces más podría hacer venir a Shinichi en una sola noche?. Apoyé mi rostro cerca de su mejilla, para dar la última embestida y venirme dentro de él. Separé mi rostro de su mejilla, a la cual de paso lamí con la "intención" de que se enfriará aunque sea solo un poco, sonriendo con ternura, hasta yo sentía; para estos momentos mis mejillas arder. Salí de su interior con delicadeza, mi dedo índice aprovechó de marcar el tamaño de que aquella entrada de Shinichi; la cual estaba más abierta al paso de mis dedos, debido, supongo, a que se lo hago seguido ¿no? y dejé que su cintura por fin pudiese apoyarse entre las almohadas, cosa que no hacía; ya que yo la levantaba para entrar más adentro en él. 

— Kaito...—me llamó; levanté la vista para verle.— No podemos dormir aquí.

Tenía conciencia de ello. No tenía fuerza, pero dudaba que Shinichi tuviese, en estos momentos, más fuerza que yo. Suspiré resignado, levantándolo del suelo. Tomé una de las puertas que daban más rápido a mi habitación. Y me sentí aliviado al poder dejar a Shinichi sobre mi cama, por supuesto, conmigo a su lado.

Había cerrado los ojos hacía un rato.

Sentí un peso sobre mi. Y viéndome obligado a abrir los ojos; los abrí.

Shinichi estaba encima de mi, acariciándome la mejilla.

— ¿Sabes? Maldito ladrón pervertido—Okay, no era necesario eso último, pero era verdad lo que decía.— De todas formas, te amo. Aunque ya no pueda atrapar al ladrón de la Luna llena.

¿Era un cumplido?, con Shinichi y su tono era difícil de descifrar.

— Te equivocas.—corregí—Tú ya me atrapaste. Aunque tal vez no sabías que como KID también, pero lo hiciste.—admití sonriente.

Shinichi me miró confundido.

 — Por que...—comencé— No puedo escapar de la necesidad de mi adorado Shin-chan. Además, Meitantei-san, me atraparía aunque yo no quisiera, por que lo amo. 

Me besó, yo correspondí.

Al final, adoraba ver esa dulce sonrisa de Shinichi siempre que estaba conmigo. Ahora no mentía, había dicho una verdad indudable: no podía escapar de Shinichi Kudo, ni como Kaito Kuroba, y tampoco podía como Kaito KID.

 

Él me pertenecía. Así como yo aceptaba estar con mi rival, y a su vez, mi amor; Shinichi.

...

Mi mejilla ardía. En ella se podía ver la marca de una bofetada, de la delicada y dulce mano de mi detective Shinichi.

— ¡Merecido! Tenías que haberme dicho que eras KID antes... Pervertido.

Retrocedí solamente. Él intentaba atacarme con su balón de fútbol y aproveché para besarlo.

Shin-chan...—sonreí. Y sin darle oportunidad a nada, lo volví a pegar a mi cuerpo.— ¡No te enojes conmigo!

 

Notas finales:

*-*, gracias por leer ;D.

Hasta la próxima.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).