Mi nombre es Akira, soy un joven-adulto de 20 años, tengo una vida normal en la universidad y un trabajo de medio tiempo con el que mantengo mi departamento y pago mis gastos. Mi vida en el ámbito económico y social llega a ser perfecta, pero tengo un problema, nunca fui bueno en el amor. A pesar de ser bisexual, y tener varias opciones de las cuales elegir (gracias a mi altura de 1.80, mis ojos verdes y mi pelo completamente negro, aparte de otros detalles que para la mayoría son sumamente atrayentes) siempre elijo a chic@s que se que me van a lastimar y/o dejar por personas cercanas a mi. No lo hago porque sea masoquista (aunque a veces pienso que si), siempre pienso que la persona que elija un día va a ser mi alma gemela, que se me va a cruzar uno de estos días y voy a decir, con esa persona quiero estar el resto de mi vida.
En mi ultima relación con un chico llamado Len, que estaba seguro que seria mi media naranja, salí muy lastimado. Un DIA lo encontré con un amigo que pasaba por mi casa, esta de más decir que era un fácil, y mi “amigo” no le importaba mucho nuestra amistad.
-------FlashBack-------
Luego de un largo día de trabajo esperaba encontrarme con mi novio y mi amigo para salir en la noche, estaba llegando tarde, pero sabia que Len tenia llaves de mi apartamento (ya que se me era costumbre llegar tarde de trabajar), salí casi corriendo de mi trabajo que estaba a unos cuarenta minutos de mi casa. Tome el primer Bus que me dejara mas cerca y cuando baje tuve un mal presentimiento, como si mi mundo se derrumbara apenas abriera la puerta que separaba la seguridad de mi casa de las calles.
Abrí la puerta y tal como mi presentimiento de unos minutos atrás mi mundo se partió en dos, la escena que estaba en frente mío.
Len estaba chillando como una puta debajo de mi “amigo”, estaban en mi sillón, el mismo en el que alguna ves yo y Len vimos películas abrasados y diciendo cuanto nos queríamos y el futuro que tendríamos juntos.
Obviamente luego de esa escena deje a Len y no volví a hablar con mi “amigo”.
---------Fin del Flashback--------
Eso solo fue uno de mis fracasos amorosos, me pasó tanto con hombres como con mujeres, y siempre se repetía. No era algo de lo que pudiera estar orgulloso. Pero cuando llegue al punto en el que pensé que moriría solo recurrí a mi última alternativa, los dioses.
Fui al templo de Aizen-myo y le pedí que me guiara hacia mi verdadero amor (luego de tantas rupturas dolorosas ya ni me imaginaba como seria una nueva relación).
Pasaron dos semanas desde mi visita al templo y entonces paso.
-Un amigo venia de visita para presentarme a su nueva pareja.
- Hola Akira- dijo Hayato más feliz que nunca.
- Hola- dije fijando la vista en la persona que estaba detrás de èl.
- Ah si, el es Kou- me saludo con una reverencia, era de mi estatura con el pelo castaño claro, ojos verdes oscuros y profundos y de tez morena.
-Mucho gusto, mi nombre es Kou Yoshida, soy pareja de Hayato- cuando me extendió la mano me percate de algo, tenia un hilo rojo atado en el dedo meñique que se unía con el meñique de Hayato, le devolví el saludo y le dije.
- disculpa que es ese hilo, alguna nueva moda?- me miro dudoso y respondió.
-Que hilo?- en ese momento me percarte de que ellos no lo veían.
Cuando la cena termino busque diferentes significados de ese hilo, pensé que tal ves era una nueva moda, o tenia algún significado. Simplemente puse en el buscador “hilo rojo”, sin mucha esperanza de que apareciera algo en especifico. Entonces encontré algo que me llamo la atención, un creencia antigua sobre que las personas que estaban destinadas a estar juntas las unía un hilo que estaba atado a su dedo meñique, sin importar el lugar o el tiempo.
Me sorprendí de ese descubrimiento y lo primero que pensé es que debía salir a la calle, y así lo hice.
Jamás en mi vida me podría haber imaginado lo que veía, hilos por todos lados, atados a los meñique, y a pesar de haber miles, no se enredaban entre si.
Recordé el pedido que le hice a Aizen-myo, no podía ser que me lo hiciera realidad, pero no fue así. En mi mano no había ningún hilo, supongo que después de todo estaba destinado a morir solo.
---------Dos semanas después---------
Creía que me iba a volver loco, los hilos estaban por todos lados…
Donde quiera que fuera, estaba rodeados de hilos, experimente un poco, y luego descubrí lo siguiente:
-Los hilos no se pueden romper (trate de de cortaros pero es imposible) eso me llevo a otro descubrimiento.
- No los puedo tocar (cosa que no me sorprendió mucho)
- Cuando estas en lejos de la persona con la cual estas destinada a estar el hilo se tensa.
- Cuando esas personas están peleadas al hilo se le forman nudos
- Todos los hilos son iguales (color, ancho, forma)
- Los hilos no tienen una extensión clara (cambian de largo según la distancia en las que se encuentren las personas)
- TODAS las persona tienen una extremidad de su hilo, eso quiere decir que TODOS tienen un alma gemela (supongo que yo también, pero no puedo ver mi hilo)
Eso es básicamente lo que descubrí de los hilos en dos semanas de experimentación.
Pero en esas dos semanas estuve pensando que este “DON” no me servia para encontrar a mi alma gemela, si no para hacer de “cupido” a las personas que me rodean. A pesar de que me gustaría que todo el mundo tuviera a una pareja estable, me parece imposible (ni aunque viviera cien años) juntar a todo el mundo con su “alma gemela”.
Idee un plan para hacer de “cupido”, empezaría para las personas que en verdad lo necesitaban (como por ejemplo los que les paso lo mismo que a mi), pero simplemente no conocía a nadie que halla tenido la misma suerte que yo *sarcasmo*.
Empezaría buscando a alguien con mi misma suerte para ayudarlo.