Era diez de enero y yo quería ir en busca del regalo de mi novio, Kirito… que cumplía 19 en 5 días más.
-adiós, Kirito-san
-a donde crees que vas, Kai-kun?
Me abrazo por la espalda y me beso, intensamente, demasiado como para que recordara mi objetivo…
Sus manos grandes fueron bajando por mi cuerpo y me dificulto mi respiración que cada vez se aceleraba más…
“Su cumpleaños” me grito mi inconsciente…
“Debo salir” me grite yo mismo…
Me apoyo contra la pared al lado de la puerta…
“Bien, esta es la oportunidad” me susurro con voz débil mi inconsciente…
“en tres… dos… uno”
Abrí la puerta y salí corriendo…
-disculpa Kirito-san!!!
Le grite mientras salía, me di la vuelta para ver su estupefacto rostro, era realmente gracioso…
Tome el ascensor y me subí…
-de nuevo corriendo de tu novio, Kai?
Mizuki se reía silenciosamente…
-como te diste cuenta, Mizuki?
-¡solo mírate la ropa! No sabía que le gustaba dejar chupones… duelen?
Baje mi rostro enrojecido… realmente me había dejado llevar mucho esta vez, mi polera estaba subida hasta mi pecho y mi chaleco estaba arrugado y en mis hombros…
Me arregle la ropa y le respondí:
-por qué tendrías que saber que le gusta dejar chupones? O tal vez solo deseabas saberlo?
-celos-me respondió con presunción.
“sería un estúpido si no los tuviera”
-Claro que… ¡No! Solo te diré que si a él le gusta o no es de tu incumbencia tanto como si me duelen también…
El ascensor llego a su destino y yo me baje de él… hora de buscarle su regalo, aunque estaba bastante enojado por haberme encontrado con el idiota de Mizuki, el estaba detrás de Kirito desde que lo conoció, y eso que él era mi amigo, es un verdadero descarado.
Según mi computadora cerca del apartamento en el que vivíamos había una tienda de antigüedades…
Camino rápido porque sé que él debe de estarme buscando y eso es lo que menos quiero que haga si estoy cerca, porque siempre termina por encontrarme.
“Antigüedades Cristal… Antigüedades Cristal… Antigüedades Cristal… Antigüedades Cristal… Antigüedades Cristal… Antigüedades Cristal… Antigüedades Cristal… Antigüedades Cristal…”
-Aquí esta… es… realmente… Hermoso.
El edificio era antiguo, sus colores eran un plata y un celeste hielo, realmente hermoso…
Entre cuidadosamente y vi dentro de él era realmente impresionante, parecía una galería de antigüedades, hermoso era la única palabra con la que se podía describir ese lugar…
-¿en qué le puedo servir? – una hermosa chica me preguntó, y aunque su voz era suave, estaba tan sumergido en mis pensamientos que su voz me sobresalto.
-Estoy buscando un regalo de cumpleaños-le dije después de recuperarme del susto provocado.
-claro, ¿es para hombre o mujer?
-hombre.
-bueno, que le parece un espejo?
-un… espejo… kagami… kagami… kagami… ¡si está bien!
-Bueno aquí está el salón de los espejos- me dijo.
Se retiró tan silenciosamente como había aparecido.
Eran hermosos…
Pero cuando estaba viéndolos me dio un poco de miedo, demasiados espejos y el lugar era oscuro, la habitación me pareció muy solitaria…
Mire alrededor buscando la puerta pero un repentino mareo me ataco… cuando este se fue vi un espejo hermoso, me acerque a él…estaba alejado de los demás…
Silenciosamente le toque la superficie con mi palma, y el espejo emitió un extraño brillo… blanco, negro y gris… perdí el equilibrio, me sujete al espejo y este me sujeto a mi… ¿¡espera me sujeto am mí!?
Se salió de la superficie una mano y luego el brazo para terminar con todo su cuerpo… era yo, pero no lo era sus ojos rojos y su pelo blanco me decían que ese no era yo… ¿pero entonces quién era?
-soy Zero, encantado de conocerte... Kai, Oniisan.
Me desmaye al escuchar hablar a aquel ser que se hacía llamar “Zero”