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El mundo eres solo tu -EunHae- por EunHae94

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Notas del fanfic:

Mi primer One shot... Espero que les gusté, o por lo menos, no se les haga tan soso

Dos jóvenes que no sobrepasaban los 20 años, caminaban tomados de la mano.
Se dirigían al monte Fuji, en Japón , cada uno llevaba una soga, las cuales ataron a las ramas de un fuerte árbol que se imponía en aquel lugar, estaban sobre unas ramas a la altura de donde ataron sus cuerdas. Después de un corto beso, ambos saltaron.
Quedaron colgados y a los pocos minutos, ambos perdieron la vida. Sus cuerpos colgaban inertes junto a varios cuerpos (la mayor parte en descomposición ya) de personas que se suicidaban en aquel legendario lugar.









Mientras tanto, una madre primeriza estaba dando a luz en el quirófano de un hospital en Mokpo,Corea del Sur

- Inhala y exhala, así, muy bien cariño -trataba de tranquilizarle la enfermera

La mujer estaba asustada y gritaba fuertemente

- Ahí viene el primero - decía el médico

- ¿El primero...? - preguntaba la madre entre quejidos

- Si, son dos, gemelos para ser exactos -contesto mientras sacaba la cabeza del bebé

- Gemelos... - susurro, tirando de su cabeza hacia atrás, sentía un gran dolor, pero no le importaba mucho por que estaba trayendo al mundo a sus dos pequeños.










- Es injusto - exclamo el castaño con tristeza en su voz

- La vida es injusta - le dijo el rubio, el cual se encontraba a su lado sentado, mientras acariciaba dulcemente su mano

- ¿Por qué las cosas tenían que ser así? - pregunto mientras bajaba su rostro

- No lo se, pero así son, y no podemos cambiarlo... - se sentía culpable, toda aquella confusión que se encontraba en la mente de su hermano era a causa de sus impulsos, esos estúpidos impulsos que lo orillaron a besarle, esos impulsos que lo llevaron a decirle, casi gritarle, cuanto lo amaba... Tal vez si se hubiese controlado, nada de eso estaría pasando.

- Se lo que estas pensando - le dijo, mirándole con esos ojos que lo hacían que el mayor de los dos se derritiera, para después voltear su rostro al pacífico danzar de las olas

- Dime entonces... - le dijo su hermano, soltando una risita nerviosa

- Que estoy confundido, que te voy a dejar y que yo no siento lo mismo por ti -soltó con un resoplido en respuesta, sin voltearle a ver, seguía con su mirada perdida en el atardecer

- Por que así es Hae - dijo con melancolía, a lo que el otro rodó los ojos

- No entiendo a que viene toda esa inseguridad Hyuk Jae - dijo ladeando la cabeza - si yo no te amara... no estaría aquí sentado contigo ¿sabes?, tampoco es lástima, eso hace que me entristezca aún más, por que no es cualquier persona quien duda de mis sentimientos... es mi hermano gemelo que me conoce como la palma de su mano y quien es el amor de mi vida - el rubio le dio un fuerte apretón a la mano de su hermano, para después recostase sobre la arena, jalando al castaño consigo, para que quedase a su lado

Ambos sonrieron

- Lo siento - se disculpó, volteándose para acariciar su mejilla

- No hay problema, sólo, no vuelvas a pensar de esa forma - le sonrió, pero sus ojos seguían apagados

- ¿Qué se supone que debemos hacer? - pregunto en voz alta el rubio, pero la pregunta realmente no iba dirigida a nadie - ¿Qué se supone que haga? ¡Si amo a un hombre siendo yo uno! ¡Y este hombre resulte ser mi hermano! - grito a todo pulmón.

El sentimiento de nostalgia los invadió.
Acostados ambos, sobre la arena de aquella solitaria playa , a la cual se habían dirigido después de que su madre se enterara que sus hijos, sus únicos hijos, tenían una relación entre ellos.

Había gritado, había llorado, y les había dicho que los llevaría a ambos a un Psicólogo, por que eso estaba mal. Que no era normal.

¿Pero qué era normal para su madre?

El lo sabía. Ella siempre lo repetía.

Que sus hijos se casaran con hermosas mujeres y que tuvieran muchos hijos, que la llenaran de nietos. Ese era el sueño de cualquier madre, y la suya no era la excepción.

De por sí estaba mal visto que dos hombres tuvieran una relación, tener una con su hermano era una abominación, algo inaceptable.




¿Pero qué podía hacer? ¿Alejarse?




Cuando se dio cuenta de que sus sentimientos hacia DongHae no eran justamente los que se suponía que debía tener, ese día, su vida dio un giro radical.

Una vez que entendió esos terribles celos que sentía cuando lo veía con alguna chica, esas incontrolables ganas de tocarlo y poseerlo cada vez que lo veía cambiarse de ropa frente a el, aquellas que lo hacían correr hacia la ducha y masturbarse, con las imágenes, de su cuerpo, de su rostro. De cómo cada vez que le veía, sus ojos iban directo a los labios ajenos, de como esos grandes ojos chocolate lo hacían derretirse por completo, como lo doblegaban a su antojo.

Si, estaba enamorado. Completa e irrevocablemente enamorado.

Esa noche que por fin entendió aquellos, que logró darle un nombre a ese sentimiento, no logró dormir.

Al día siguiente se sentía tan avergonzado, que estuvo evitando a su pequeño pececillo, lo esquivo durante todo el día, y lo siguió haciendo por lo menos, una semana más.

El pobre DongHae estaba dolido, su hermano mayor lo estaba evitando. ¿Había dicho o echo algo que lo hiciera enfadar tanto?, no lo entendía, sólo sabía que extrañaba dormir en su cama, abrazado a el, que los días en la escuela sin el no eran lo mismo, que lo necesitaba. Se sentía tan solo y triste sin Hyuk Jae.

Estaba con su único amigo en una cafetería y una vez que se despidió de este decidió ir a su casa, directo a hablar con su gemelo.

Había decidió ir a disculparse por lo que sea que hubiese echo.

Pero su sorpresa fue grande, cuando llegó a casa y encontró a su querido hermano, tendido en el sofá de la casa, con una chica semi desnuda sobre el.

Estaba furioso, más que eso, fue hasta donde estaban y le grito como un histérico a la chica y la saco a patadas de su casa, luego de que cerro la puerta con un golpe, se dirigió a su hermano, que estaba completamente anonado por lo sucedido.

- ¡Eres un maldito imbécil! - le grito, estaba molesto, pero al mismo tiempo dolido, podía sentir el olor a alcohol proveniente del rubio,el se la había pasado toda la tarde lloriqueando por que no le hablaba, y el otro como sí nada, tomando en quien sabe donde, y metiendo a una cualquiera a su hogar.

Subió corriendo a su recámara, cerrando con llave y se tiró a su cama a llorar.
Pasaron alrededor de tres días, hasta que el rubio exploto, harto de las miradas llenas de dolor que le daba el castaño

Una vez que el menor subió a su recámara después de cenar, el otro le siguió y cerrando la puerta tras el le dijo

- ¿Sabes cuál es la maldita razón de todo? ¿Sabes por que rayos e estado tomando todos estos días? ¡No! ¡No Tienes ni la más mínima idea! Pero sigues poniendo esa cara, sigues haciéndome sentir más culpable de lo que ya me siento...

- ¡Y por eso tienes que gritarme e ignorarme!

- Por que tu ¡TU! Eres la razón de todo

-¿Yo? ¿Qué te hice? - dijo, mientras lágrimas empezaban a salir de sus preciosos ojos

- No... no llores - le dijo, mientras se acercaba lentamente a él, y con sus pulgares retiraba las saladas gotas que bajaban por las mejillas del otro

- Hyukkie, es que no entiendo - decía entre sollozos mientras se tiraba en los brazos del mayor

- Yo... lo lamento - dijo soltando un suspiro

- Dime lo que hice mal... Sólo dime que es y te prometo no volver a hacerlo - le decía, mientras formaba un tierno puchero con sus labios

- Tu no has echo nada, soy yo... - se separó lentamente de el

- Dime, ¿qué es lo que te molesta? ¿Ya no confías en mi? - le pregunto mientras le miraba directamente, lo que hizo al otro temblar

- Es algo que... No te puedo decir Hae - le explico

- Dime lo, o jamás te volveré a hablar - le amenazo, dándole la mirada más sería que jamás había puesto, el mayor abrió la boca, no sabiendo que hacer, se sentía entre la espada y la pared, suspiro derrotado, tal vez si le decía, DongHae terminaría alejado se por sí solo de su lado, pero tal vez eso era lo mejor

Tomo airé y le dijo todo lo que había querido decirle desde hacia mucho

- ¡Te amo! - le gritó

Listo, lo había dicho.

El castaño parpadeo, perplejo por aquella declaración, sus mejillas se enrojecieron al instante y sintió sus piernas temblar.

En un impulso, el rubio se acercó a su hermano, lo tomo de la nuca, y le planto un beso al cual el otro no se resistió, si no al contrario, lo acepto gustoso.

Y de esa forma, terminaron haciendo el amor. Fue la primera de muchas noches que durmieron juntos. La casa completa fue testigo de su activa vida sexual.

Debido a que su madre no pasaba mucho tiempo en casa debido a su trabajo, disfrutaron a sus anchas uno del otro.

O así había sido hasta esa mañana, en la cual la mujer que les dio la vida a ambos, regreso a su hogar por unos documentos que había olvidado en su habitación. Al entrar no escucho ruido alguno por lo que pensó que no había nadie en casa, pero una vez que tomo sus cosas y se dirigía a la salida, tuvo ganas de ir al baño.

Cuando entró, se topó con la escena más borroso de su vida.

A sus dos hijos, a sus más preciados tesoros, besándose apasionadamente bajo la ducha, completamente desnudos y jadeantes.

Los saco de ahí y después les grito, lloró, y decidió hacerlos entrar en razón. Tomaron sus cosas y salieron, dejando a su destrozada progenitora, llorando amargamente en la sala.





- No podemos dejarla sola Hyukkie - la voz de su amante lo hizo despertar de sus recuerdos

- Lo se - carraspeo

- Amo a mamá Hyukkie -

- Yo también la amo Hae, pero te amo más a ti -

- Tenemos que regresar... Esta sola, sólo nos tiene a nosotros, desde que papá murió, ella se siente decaída y ahora con esto... - se tiró a llorar de nuevo, sintiendo la culpa sobre el

- Haremos lo que tu quieras, si decides regresar y quedarte a su lado, lo aceptare - le dijo mientras se sentaba - si es así, yo me iré Hae y los dejare tranquilos

- ¿De qué estás hablando Hyukkie? - dijo con pánico en su voz, al pensar en no volver a verle

- No podemos regresar los dos Hae, yo no podré alejarme de ti, aunque sea ella quien me lo pida, pero si consideras que es lo mejor, lo haré

- No Hyukkie, yo quiero que estés conmigo ¿qué haría yo son ti?, no podría... no quiero vivir así

- ¿Entonces...?

- Tranquilo, ya pensaremos en algo - le dijo mientras le abrazaba por la espalda, el mayor cerro los ojos

- Sabes que haría cualquier cosa por ti ¿verdad?, daría cualquier cosa... por la otra mitad de mi alma


Pasaron unos minutos, y el sol se ocultó por completo, dejando el lugar a oscuras.
Ambos se pararon, tomados de las manos y después de darse un corto beso en los labios, se dirigieron al auto.





Subiría la montaña más alta
Nadando el profundo mar
Cada palabra que digo es nuestro secreto





Cuenta la leyenda, que aquellos amantes que no pueden estar juntos y cometen suicidio doble... reencarnan en gemelos
Notas finales: Espero que le hayan entendido... - la patean - si no, pueden dejar un review con su duda o critica constructiva (?)
Lo importante de todo,es que les haya gustado. O se entretuvieran un ratito ~

Nos vemos! :)

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