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El soplón. por Boned

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Notas del fanfic:

Esta será historia que te llevara al suspense.

ATTE: Boned.

Notas del capitulo:

Buenos días, buenas tardes o buenas noches a todos ustedes.

Bienvenidos al primer capítulo de mi fanfic titulado: "El soplón". Espero que sea de su agrado el leer, el leerme y ver un mundo, un lugar y las personas que he creado. Muchas gracias por clickear mi trabajo. 

Prometo sorprender.

 

Con pisadas constantes, Dustin Styles se abría paso por el centenar de personas que se encontraba en su camino. La pestilencia a sudor, el calor de la tarde y las luces parpadeantes de los coches patrullas, sin duda era una de las peores mezclas que el joven fotógrafo podía percibir con sus sentidos. Con cámara en mano, daba uno que otro empujón para apartar a la multitud que curiosa y exaltada, procuraba ver lo que sucedía cerca a sus hogares. Dustin escucho murmurar comentarios como: “No puede ser” o “Tal vez uno de nosotros sea el siguiente”, en voz baja, pero acostumbrado a los  fisgones, no prestaba gran atención a quienes le impedían avanzar. Eso era trabajo de periodistas.

-Excelente tarde para asesinar.- Dijo con sarcasmo una voz, que obligo a Dustin a dar media vuelta y detenerse ante la evidente salida del gentío.

-Stiven, no esperaba menos del periodista favorito de nuestro periódico.

Stiven rio.

»A penas me ha llamado Frank he corrido hasta aquí. Y como veo, también recibiste su llamada. Se suponía que ya habíamos cubierto todas las grandes noticias, pero al parecer este trabajo nunca termina.

-El descanso no existe si trabajas en un periódico.- Concluyo Stiven, recibiendo un empujón que provoco que su ceño se frunciera-Dustin, salgamos de aquí, entremos de una vez.

Dustin asintió. Ambos sin problema alguno se deslizaron por una pequeña grieta entre dos mujeres mayores, evidentemente vecinas y compañeras de cotilleo. Los policías, ingresaron rápidamente al domicilio de la víctima y el forense descendió de su vehículo junto a un ayudante, joven y escuálido.

-Debemos apresurarnos, la competencia llegara en cualquier momento y quiero tener la declaración de esos dos.- Stiven señalo a los policías- También necesito una del forense, pero es el último en retirarse siempre. Las fotos serán necesarias esta vez y habrá material, deberás adelantarte. Habla con Milton, el policía que acaba de salir y pídele autorización para fotografiar.

Stiven, pareció desvanecerse  y con la agilidad requerida y, característica de un periodista inicio una charla con uno de los uniformados que hacia rápidamente el papeleo del imprevisto. Dustin, observo fijamente al policía y se acercó a él rápidamente, sin titubear y ya preparando un discurso para obtener un aprobación. El policía lo observo desganado, pálido y recomponiéndose de un mal estar evidente. Seguramente era nuevo en el campo del departamento de homicidios, y el ver un cuerpo inerte o lo que sea que se encontrara ahí adentro, debió dejarlo atónito y con nauseas.

-Buenas tardes, soy Dustin Styles, fotógrafo del diario local. Bueno, como vera necesito fotografías del suceso y para ello su aprobación es esencial.- Dustin nunca aparto su mirada de los ojos del policía, que lentamente se ponía de pie para responder-

-¿Periódico local?- Pregunto- Entiendo, puedes entrar, pero acata las consecuencias. No me hago cargo de tu reacción.

Dustin, sonrió. Esto era algo insólito, una sensación similar a un leve golpe de corriente, recorrió completamente su cuerpo al escuchar la aprobación. Necesitaba entrar ahí, tomar fotografías y capturar en su cámara lo que tal vez, había sucedido hace tan solo horas. Sería el primero. Frente a la puerta principal que se encontraba abierta, el joven fotógrafo aspiro una bocanada de aire y se dispuso a entrar, pero una voz grave, varonil y similar a la de un locutor de radio lo detuvo.

-¿A dónde se supone que vas?

-Me disponía a entrar. Soy fotógrafo del periódico local y necesito fotografías.- Dustin, trago en seco-

- Yo soy el jefe aquí, el jefe del departamento de homicidios. Si deseas entrar debes pedírmelo a mí.- El hombre de gran tamaño, piel oscura y ceño fruncido, apareció desde el interior del domicilio atraído por la voz de Dustin-

Dustin, observo fijamente a los oscuros ojos del jefe del departamento de homicidios. Aquel hombre no sedería ante cualquier pretexto y él,(como fotógrafo) tampoco aceptaría un no como respuesta. Su ambición requería obtener las principales páginas del periódico para sus capturas.

-Permítame, necesito estas fotografías para mañana. Me las ha pedido el departamento y yo solo sirvo para ellos.

-Mi respuesta es un no.

Un silencio incomodo, pero poco duradero se produjo entre ambos. El fotógrafo abrió su boca  para plantear de otra manera la propuesta, pero una cálida y gran mano le sujeto del hombro sin previo aviso.

-Vamos, Benedict- Stiven sonrió- Deja al chico pasar, es nuestro mejor fotógrafo, ¿sabes?, él solo hará su trabajo. Unas cuantas fotos y se ira.

-Stiven, Stiven, -El uniformado sacudió la cabeza- no sé cómo osan a mandar a este tipo poco experimentado a este lugar. Espero que tengan un buen seguro médico que incluya psiquiatra. Si no fuera porque tú me lo pides, créeme que no lo dejaría entrar, Stiven.

-Gracias…-Dustin sintió un sabor amargo apoderarse de su boca, pero apartándose de ese par, dio el primer paso al interior de la antigua y atestada casa.

-Más te vale que no  fotografíes cosas indebidas.- Gruño el jefe del departamento de homicidios.- Déjale algo a los forenses.

                                                  ***

 

En el interior domicilio, Dustin observo detenidamente cada una de las fotografías que se encontraban dispuestas en las paredes de la sala de la casa. Fotografías tomadas por alguien que parecía ser un aficionado, mentalizado en obtener algún recuerdo de las salidas en familia, los hijos y nietos. Ensimismado en adivinar quien habría sido la victima entre todos ellos, el joven fotógrafo sacudió de su cabeza, imaginando que de esta manera sus pensamientos se ordenarían. Ahora estaba ahí para captar los hechos acontecidos y mostrarle a la comunidad gráficamente lo que había sucedido. Ajustando su cámara, Dustin siguió los pasos del joven forense  que con sutilidad, sabía que el seria quien lo guiaría rápidamente a la escena del crimen y no tendría mayores obstáculos, todo gracias a Stiven y su exceso de confianza.

Dustin, observo la escalera que daba hacia la segunda planta. Mantuvo distancia con el médico, pretendía no tener que enfrentarse nuevamente a algún hombre prepotente y mandón. Algo le alertaba que el cuerpo se encontraba subiendo las escaleras, en alguna de las habitaciones, pero el forense despreocupado se encamino hacia un largo pasillo que daba a más de una puerta, (seguramente alguna de esas habitaciones era para invitados).  Dustin supuso que en el interior de una de ellas también estaría la  cocina. Los pensamientos del fotógrafo se tornaron confusos, pero antes de razonar ya se encontraba en el interior de esta, sacando fotografías a un cuerpo femenino que yacía en el piso inerte y aislado en un charco de lo que parecía ser su propia sangre.

El singular sonido de la cámara atrajo más de una mirada, los policías aguardaban en silencio, esperando impacientes algún resultado o veredicto por parte de los médicos, pero ellos hacían su trabajo sin abrir la boca más que para aspirar un poco del aire. A dustin, sin duda alguna fue atraído por la tranquilidad de los forenses, acostumbrados al color cobrizo de la sangre, a su fuerte hedor y finalmente a la muerte. Stiven, entro en la cocina  silenciosamente evitando provocar ningún ruido que distrajese a los concentrados médicos. Dustin observo el cuaderno de notas que sujetaba con su mano derecha, mientras su mano izquierda garabateaba detalles en ella. La cámara  nuevamente produjo su particular ruido, el cuerpo había sido volteado y era necesario obtener fotografías; el lápiz de Stiven se movía veloz.  El rostro arrugado de la víctima, dejaba en evidencia su edad. Era una mujer avejentada, en la línea de la vejez y la muerte, su piel deshidratada aparentaba ser pálida, pero gracias a la sangre todo se había tornado rojizo.

-No podre dar algo conciso sin haber hecho antes una autopsia.- Dijo el forense al mando con un deje de tranquilidad.-  La han asesinado hace más de cuatro horas aproximadamente, pero no es cualquier asesinato. Deben haberle administrado algún anestésico; el cual le impedía moverse. Luego mientras se encontraba insconciente, le han agujerado completamente el tórax y abdomen, (tendré que ver los resultado de la autopsia, tal vez le ha anestesiado después),  para finalmente dejarla morir aquí, ahogada en su propia sangre. –El hombre de pelo cano, vestía un extraño mono plástico que cubría su ropa. Los guantes que estaban en sus manos, se los quito sin escrúpulos.- Probablemente tuvo la desgracia de verse impotente. No dudaría en afirmar que vio cada una de las cosas que le hacían.

-¿Huellas?, ¿No hay huellas?- Pregunto Stiven.

El forense le observo con el rabillo del ojo.

-Sí, sí las hay, pero tendré los resultados en unas horas o mañana.- El rostro del médico estaba cubierto de sudor- Solo hay que ver los resultados, pero realmente sería una suerte  encontrar huellas aquí. Él asesino no es cualquier sujeto.

El ayudante del forense, se acercó rápidamente a una pequeña maleta que se encontraba tumbada cercana al cuerpo. Del interior, saco una cámara con la cual fotografió rápidamente cada detalle.

Benedict, el jefe del departamento de homicidios, estaba apoyado en el marco de la puerta. Guardaba silencio, pero su voz grave sobresalto a todos los presentes ahí.

-Necesito esos resultados en cuanto los tenga. Lo llamaré.

                        

                                                 ***

Dustin permaneció en el lugar hasta que sacaron el cuerpo de la vivienda. Los periodistas de la competencia y los camarógrafos de los programas de televisión ya se encontraban en el lugar. Para el fotógrafo, resultaba una verdadera perdida, el no quedarse hasta obtener una fotografía del cuerpo en el interior de la bolsa donde los ocultaban de las miradas curiosas y los llevaban directamente a la morgue. Su habilidad para tomar fotografías se hacía presente en cada instancia como esta. El sudor provocado por el calor de la tarde se perlaba por su frente y la humedad de su axilas le resultaba incomoda.

-¿Has averiguado algo sobre la victima?- Pregunto a Stiven que se acercaba a él con una sonrisa en el rostro.

-Me sorprende que hagas esa pregunta Styles. –Respondió con mofa- Yo pensaba que tu no eras de esos que les gustaba ir más allá de su trabajo. Eso de involucrarte con las víctimas no es lo tuyo según te había escuchado decir. –Su sonrisa burlona desapareció- Según lo que he averiguado y lo que me ha dicho Benedict y, sus subordinados; la víctima es una mujer divorciada, jubilada, de unos ochenta años de edad. Ya han llamado a su familia, que evidentemente se mostró devastada ante la terrible noticia, (debo decir que esto me servirá mucho para darle un poco más de drama a la historia). Era madre de tres hijos casados, uno muerto y abuela de ocho nietos en total, ¿familia numerosa, no?–El periodista rio- Los vecinos dicen que era una mujer tranquila y no salía mucho de su casa. –La mirada del periodista se mantuvo fija en la cámara.- Al parecer para ti también fue una buena tarde a pesar del calor. Espero que las fotos sean las mejores. Yo me haré maravillas al escribir.

-¿Esta casa no te recuerda a algo?-  Dustin observo la fachada, luego a los periodistas y a los camarógrafos. Los curiosos ya comenzaban a retirarse y los policías estaban preparándose para poner la cinta amarrilla de “No cruzar”.

-¿Recordarme algo? –Pregunto extrañado.- Sí, bueno, no, pero, ¿no era siempre este tipo de residencia apartada de la cuidad la que siempre cuando pequeño nuestros padre deseaban tener?, en mi caso era así. Mis padres eran afanados por los lugares apartados, silenciosos y al aire libre. –Stiven observo a Dustin- ¿Por qué lo preguntas?

-A decir verdad pensé que al venir de fuera de la cuidad, la casa de tus padre debería ser algo similar. Al parecer me he equivocado. Me ha llamado la atención la facilidad que has tenido para encontrar la cocina.

Stiven rio sonoramente.

-El olor a sangre me guio.

 

                                                   ***

 

Las fotografías de la víctima no fueron relevadas hasta el anochecer, al igual que su identidad. Las preguntas que Stiven planteo a los policías y vecinos de la mujer asesinada, según el periodista serian una sensación entre quienes leían el periódico. Ahora se encontraba en su escritorio, con la mente en el ordenador, tecleando rápidamente la crónica que se incluiría en el periódico de mañana y de vez en cuando tomando el auricular para hacer unas llamadas a Benedict. Dustin, estaba en el departamento de fotografía, esperaba que su jefe le llamara y seleccionara una de las tantas fotos reveladas para publicarla junto a la crónica de Dustin. La sensación de encontrarse en el domicilio de la víctima aún no desaparecía, pero la noche había arrasado completamente con el calor del día y su atardecer. El interior del departamento de prensa cada vez parecía más vacío, tanto los periodistas como los fotógrafos se retiraban, pero Dustin permanecía estático en una de las sillas, observando las espaldas de sus compañeros, que exhaustos, se marchaban hacia sus hogares. Él era joven, pero aun así sus piernas cedieron ante el cansancio. Después de todo era su día libre, le habían llamado para cubrir una noticia, sin saber con quién lo haría y aun peor, le había interrumpido en medio de un improvisado almuerzo compuesto por carne  y patatas. Estaba hambriento, pero tenía que ser paciente.

-Styles, tengo buenas noticias- Dijo una aguda voz- Ya he elegido las fotos. Stiven ya termino la crónica y esta me ayudo a seleccionarlas con mayor facilidad.

Aiden, era el jefe del departamento de prensa. Era un hombre robusto, grande y siempre su vestimenta se caracterizaba por trajes de calidad, bien elaborados, con camisas que dejaban al aire el vello de su pecho. Su voz no coincidía con su apariencia.

-Señor, lo estaba esperando. Su secretaria me llamo, de inmediato vine, pero al parecer se encontraba ocupado

-Aciertas Styles- Asintió sonriendo.- verificaba lo que se publicara mañana, solo quedan horas para la media noche y las máquinas de impresión ya comenzaran a hacer lo suyo.

Pero de esa no es la razón por la que te he mandado a llamar, muchacho. Según pude ver, tus fotografías son muy buenas. Como te dije, leí la crónica de Stiven y llamara mucho la atención. Tus fotografías son esenciales.  Los policías confirman que el asesino es un sujeto serio. Según sé, no es cualquier malandrín.

-¿Serio?- Pregunto- ¿Quién le ha dicho eso?

Aiden negó con la cabeza.

-Stiven, él sabe todo. Tiene todos los dotes de un buen periodista. Ha hablado con Benedict.

                                                 ***

 

Aiden mostro con sumo interés las fotografías, era más de una la que había elegido, pero ninguna mostraba el rostro de la víctima. La imagen del cuerpo siendo sacado del domicilio en una bolsa negra, sería la que ampliarían y la más relevante; Todas las otras estarían a continuación. Dustin, estaba resignado a llegar al amanecer a su apartamento. Tal vez solo dormiría unas pocas horas. Fatigado, bajo lentamente los peldaños de la escalera, llego a la segunda planta y luego primera, donde no quedaba nadie a excepción del guardia. El sonido de la imprenta ya hacía eco en las habitaciones superiores y el aroma a tinta se mezclaba con el aire, como si fueran uno solo.

Desperezándose, Dustin cerró la puerta de entrada lentamente. Camino por la acera que conducía a su vehículo, observando el cielo, la fachada del departamento de prensa, las tiendas cerradas y percibiendo que la tenue, pero pasmada calidez de ese día que quedaba atrás. Sus oídos escucharon unas pisadas no a lo lejos. Las ignoro, siguió su camino, pero aun así volteo encontrándose en la penumbra de la cuidad, escasamente iluminada por el alumbrado público. Acelero el paso, ya estaba a metros de su vehículo, pero una mano lo detuvo.

-Te esperaba, no pensé que tardarías tanto.- Gruño Stiven.

-¡Santo cielo!- Exclamo Dustin, dando un salto- Me has dado un susto de muerte, tío. Este día a estado lleno de tenciones y tu apareciendo de la nada.

Dustin sonrió, frotándose el cuello.

-No se me paso por la cabeza el que te asustarías. Usualmente estas  absorto en tu sabe qué cosas. Te espera hace unos treinta minutos, al parecer Aiden te amarro a una de las sillas.

Ambos rieron. 

Stiven prendió un cigarrillo.

-No es así. –Aclaro- Hablamos de la noticia, de tu magnífico trabajo como redactor y la facilidad que tienes para sacarle información a la gente. Él, es decir, Aiden, está encantando.

-Era de esperarse, soy maravilloso.- El humo escapo de su boca mientras hablaba-  Lo mismo diría de ti. Haces un magnífico trabajo con tu cámara, pareciera que has nacido con ella pegada al brazo.

-Cambiando de tema… ¿Es cierto?, bueno, ¿Es cierto eso del asesino?-

Dustin le observo a los ojos. Stiven hizo lo mismo y sonrío.

-Sí, es un hombre muy raro según me dijo el forense. Un asesino cuidadoso. Dijo que tardara uno o dos días en examinar esas supuestas huellas. Mientras que Benedict, maldice y grita a sus subordinados. Según me dijo, es un tipo raro con el cual se enfrentan. –Dio una calada y exhalo- con el cual “nos enfrentamos”.

-¿Enfrentarnos?, ¿Por qué es extraño? –Dustin estaba nervioso, pero evitaba aparentarlo.

-Benedict dice que al limpiar el charco de sangre donde se encontraba víctima, han hallado un mensaje. Dios, me ha costado un buen rato sacarle la información, pero me ha dicho que es un mapa.- Su rostro adopto una expresión de mofa-

-¿Un mapa?, ¿un mapa de qué?, joder.-

-Sí, es un mapa,  un mapa que indica la dirección del domicilio de la víctima.

                                              ***

 

El periódico llego a la puerta de Dustin a la hora. Bebía una taza de café recién preparado. El comer para él en la mañana era un dolor de estómago seguro, pero el café le entregaba la energía suficiente. Desplegando el periódico sobre un improvisado escritorio repleto de papeles, leyó el titular, pero avanzo entre las páginas hasta encontrar la crónica. Se hallaba donde había mencionado Aiden. Su mirada se clavó en las fotos que había tomado, esperando que también los demás lectores hayan hecho lo mismo. La crónica de Stiven era extensa, pero precisa y entregaba todo lo necesario para causar reacciones en quienes leían. El nombre de Stiven se encontraba al término de la crónica  y el de Dustin apegado a las fotografías. El titular rezaba en letras mayúsculas y negritas.

“ASESINAN A MUJER EN SU PROPIO HOGAR. LOS LETRADOS EN MEDICINA FORENSE DICEN QUE NO ES CUALQUIER CRIMINAL”.

Dustin dio un sorbo a su café e imagino a Stiven sonriendo con orgullo, gracias a su trabajo.

Ya era hora de dirigirse al departamento de prensa. Plegó el periódico nuevamente y se lo llevo bajo el brazo; la taza la lavaría después. Cerro la puerta de su apartamento, bajo por el ascensor y camino en dirección aparcamiento que se encontraba a una calle. El vehículo lo llevo rápidamente a su trabajo, veinte minutos aproximadamente en carretera. Al llegar, descendió, desentumeció su cuerpo y un grito lo hizo voltear.

-¡Fotógrafo estrella!- Exclamo Stiven- Las fotografías se ven fantásticas.

-Tu crónica es la fantástica, me sorprende tu facilidad para sintetizar. Los lectores deben estar con los pelos de punta.

-Lo mismo pensé.- Su rostro mostraba alegría-  Debo admitir que no es solo mi trabajo, sino que también la noticia era fenomenal. Si esto siguiera así, ganare un premio y no dudo que tú también.

Dustin y Stiven, abrieron la puerta de entrada, subieron juntos las escaleras riendo, mofándose de los comentarios que suponían que dirían los lectores, imitando sus caras y voces. Los demás periodistas y fotógrafos los miraban extrañados, algunos los felicitaban, mientras que otros presidian sus comentarios y felicidad.

                                                       ***

Esa mañana, Stiven recibió un centenar de llamadas. Dustin se acercó a su escritorio un par de veces se percataba que finalizaba una llamada para iniciar otra; el teléfono sonaba constantemente. Aiden, los felicito a ambos y ellos se sintieron alagados. El calor de la cuidad y el numeroso personal que trabajaban junto a Dustin, era una mezcla desagradable. Sudor se deslizaba por su frente y sus axilas estaban húmedas. Paso el día entero rebelando fotografías, la mayoría de jóvenes modelos, delgadas y altas que aparecerían en las revistas del periódico.

La hora del almuerzo llego a regañadientes y el sin apetito, tomo asiento en la silla que se encontraba junto a su escritorio. Ahí, no había más que una  fotografía de su madre y dos hermanas, también unos papeles y un lapicero casi vacío. No necesitaba tener un teléfono fijo ahí, su móvil era suficiente. Sus manos delgadas, huesudas se deslizaron por la superficie del escritorio, era de imitación de roble y tenía manchas de café, marcas de taza y manchas de tinta.  Uno de los teléfonos, no muy lejos de su escritorio sonaba frenéticamente, tal vez nuevamente era una llamada para Stiven. Bostezo, pero fue interrumpido por un cansado Stiven.

-He recibido llamadas todo el día, me dirigía a comprar algo para comer cuando suena nuevamente mi teléfono.- Su ceño se frunció.- Es para ti, te ha nombrado a ti. Un sujeto pide hablar con Dustin Styles, el fotógrafo del periódico, el cual  tomo las fotografías del asesinato.

-¿Yo?- Pregunto Dustin incrédulo.

-Sí, ve antes que corte la llamada. Debe ser un lector, furioso o feliz.

Stiven se fue. Dustin se levantó de la silla, observo a su alrededor y todos estaban abstraídos en sus trabajos. Camino rápidamente hacia el escritorio de Stiven, observo el auricular tendido sobre el escritorio y aspirando una bocanada de aire contesto.

-Dustin Styles al habla.

Un silencio a través de la línea le hizo apegarse más el auricular a la oreja.

-¿Quién es?

Nada.

Dustin enfadado colgó, pero al hacerlo, nuevamente sonó.

-Dustin Styles al habla.

Había una respiración al otro lado de la línea, pero nada de voces.

-¿Quién es?, ¿Me ha llamado?

Dustin entrecerró los ojos inconscientemente, imaginando que así lograría escuchar mejor, pero el silencio permaneció intacto. Exhalando por la nariz, colgó el auricular y froto su rostro con una de sus manos. “Algún adolescente bromista”, pensó. El ordenador de Stiven se encontraba encendido, sus cosas esparcidas y un cenicero estaba a medio llenar. El teléfono volvió  a sonar, esta vez, no contestaría, pero su impaciencia decreto lo contrario.

Dejo que sonara unos segundos.

-Dustin Styles al habla.

-¿Es el fotógrafo?- La voz que se encontraba al otro lado de la línea sonaba serena, era un hombre.-

-Sí, soy el fotógrafo, ¿Dígame que necesita?- Dustin tamborileo con los dedos en el escritorio.

-Lo impaciente. Lo sé. –La voz se tornó burlona- Revise su cuenta electrónica, tiene un correo mío.

Y cortó.

Dustin, observo el auricular extrañado, como si este pudiera permitirle ver a la persona que hablaba a atreves de la línea. Tal vez era algún representante de un periódico de la competencia que buscaba su participación y la presunta renuncia de Dustin. Él,  abrió el  un buscador, ingreso la página web y luego, tecleo rápidamente su correo electrónico y contraseña.

Los correos recibidos aparecieron de arriba hacia abajo, solo habían unos cuantos sin leer. Reviso un por uno, el primero era una invitación para obtener más beneficios en el banco, el segundo ofrecía el reencuentro con tus compañeros de universidad y el tercero y, ultimo era  un correo enviado de una cuenta desconocida. Dustin, observo a su alrededor y tomo asiento en la silla de Stiven. Abrió el correo y su contenido apareció de forma inmediata.

 

“Señor Dustin Styles:

Con el placer de saludarle, quiero felicitarle por su trabajo en el departamento de prensa. Dejaré en claro lo siguiente: No me conoce, pero yo sí a usted. Las imagenes que ha capturado con su cámara, correspondientes al caso del asesinato de esa vieja mujer (que esta mañana fueron publicadas en el periodio), me ha resultado algo hermoso, creo que más que eso;No hay una palabra para referirme a lo que me han hecho experimentar. Posee un talento innato, Dustin.

Yo soy alguien muy difícil de sorprender. Podría referirme a mi mismo como un ser que carece de sentimientos y emociones, pero usted me provoca algo. Vaya a saber usted, qué es fotógrafo Dustin Styles. En definitiva, debo decirle tres cosas:

Número uno: Yo mate a esa mujer.

Número Dos: Lo llamare durante esta noche nuevamente. Conseguiré su número telefónico o el de su móvil; eso me lo ideare yo.

Número tres: Si no logra creerme o no quiere hacerlo, le diré algo, algo clave que le hará entender que YO soy el asesino: "El mensaje que estaba en el charco de sangre, plastificado e impecable, era la dirección de la víctima, un mapa dibujado por mi".

Despidiendome cordialmente, espero ancioso el anochecer. Le diré otra cosa antes: No se preocupe, no se impaciente; los minutos constituyen las horas y en horas yo lo llamare. Concluyendo, le daré detalles. Conteste, si no lo hace no volveré a llamar.

Atte: #9658.”

 

La piel de Dustin se erizo. El correo era reducido, tal vez porque en la llamada de esta noche daría más detalles, pero a pesar de esto el fotógrafo sintió sus piernas temblar. No podía levantarse de la silla. Observo la pantalla del ordenador atónito, con la boca casi abierta y sudor corriendo por su frente. Todos trabajan, pero a pesar de haber estado solo minutos ahí sentado, sintió que estuvo ahí por días.

Stiven, aun no aparecía. Dustin se aferró a la silla, se mordió la lengua y evito gritar de espanto. No tenía a quien decirle esto y si lo hacía, ¿quién le creería? .Trago en seco, froto su frente con los puños de su camisa y cerró su cuenta nervioso.

¿Cuánto faltaba para el anochecer?

 

                                                     Continuara…

Notas finales:

Ese fue el primer capítulo de "El soplón". Bueno, esta historia sin duda alguna me ha encantando, me gusta mucho escribirla y sobre todo lo más interesante fue: "El asesino" y Dustin.

Muchas gracias por leer, espero verlos pronto.

 

Se despide cordialmente BONED.


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