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Joyas por kitsune_16

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Notas del fanfic:

Todos los personajes le pertenecen a Fujimaki-sensei, yo solo los utilizo sin su consentimiento.

Notas del capitulo:

Kitsune:  Holi, estaba escribiendo la continuación de Librarian y se me ocurrió esto :I está algo emo y corto pero esperamos les guste xD

Kagari: jajsajsjajsa espero no nos odien por nuestro empeño en joderle la vida a esta pareja pero es que la inspiración pega y prácticamente nos arrastra a escribir xDD

No los molestamos más

Enjoy!

Una pulsera de oro por una joven asiática, un anillo diamantes por una joven de pronunciada estatura, un collar de perlas por dos noches de infidelidad consecutiva, un diamante por un mes de reírse en su cara...Joyas, hermosas y lujosas joyas que se amontonaban en su cajón, cada una más dolorosa que valiosa. Las pruebas misma de que no existe el felices para siempre. Intentos vánales de la poca conciencia de su esposo por aminorar su remordimiento.

Su celeste mirada recorrió la habitación por completo, tan pura y pulcra de ese hermoso color blanco que ambos habían escogido. Su escrutinio se detuvo en el estuche sobre la cama en donde relucía un anillo de brillantes ¿Que habría sido esta vez? ¿Una rusa? ¿Una latina? ¿Una americana? Ciertamente el solo pensarlo le daba un asco inconmensurable. El sujeto pelirrojo frente a él capto aquella mueca casi invisible y clavo la mirada en su esposo. Tan frio como de costumbre, de piel blanca como la nieve y de cabello y ojos tan celestes como el mismo cielo, hermoso  y frio, que combinación tan excitante. El estuche se cerró con fuerza, producto de una mano blanquecina y desnuda, solo adornada por una sortija dorada en el dedo anular.

-          Ya no mas-Suspiro suavemente.

Los ojos carmín se abrieron con asombro, fingiendo ignorar de lo que hablaba el joven.

No esperó respuesta alguna, simplemente se encamino a la biblioteca y se quedo allí el resto de la tarde. El joven pelirrojo no le siguió, durante 5 años lo había mantenido sumiso y callado, había apagado ese fuego que relucía en los ojos del joven con cada infidelidad volviéndolo mucho mas frio de lo que acostumbraba, no era posible que se revelara ahora, no claro que no, Tetsuya era demasiado cobarde como para huir. Simplemente tomo su maletín y salió por la puerta, de regreso a casa posiblemente pasaría por la joyería, un collar de diamantes calmaría al joven.

*

*

*

Silencio.

Completo y absoluto silencio. Violado cada tanto por el pasar de unas páginas.

Tenía lo que siempre había deseado, una casa enorme, un esposo apuesto y mucho, mucho dinero. Que deseos tan materialistas, ¿De qué le servía la enorme casa? Si su silencio le parecía desesperante, si su soledad le apuñalaba en cada rincón ¿De qué le servía el apuesto esposo? Si se acostaba con cuanta puta se le insinuara ¿Y el dinero? ¿De qué le servía el mugroso dinero? Si solo le daba unas asquerosas joyas que se amontonaban en un cajón, tiradas ahí desde el momento en fueron obsequiadas. Jamás las había usado y nunca las usaría. Usarlas seria como llevar puesta a una de las tantas putas de su esposo. Hacía ya tiempo que había perdido la cuenta de cuantas joyas se amontonaban en el cajón.

Silencio.

Un silencio desolador.

Pero que malvada había sido la vida para con él. Riéndosele en la cara, dándole todo y quitándoselo al mismo tiempo. Acaso ¿Era karma? ¿Por no haber elegido a Aomine-kun? Si lo hubiera escogido a él posiblemente sería feliz, tendría un trabajo, siempre le había gustado los niños podría haber sido un maestro de kínder. Qué bonita hubiera sido la vida así, terminar el trabajo y regresar a casa a esperar a su esposo que regresaría cansado de la estación de policía.

Una lagrima rodo por su mejilla. Una mano fría apretó su corazón con fuerza logrando que soltase el libro y que este se estrellara contra el suelo, rompiendo momentáneamente el impenetrable silencio. El dolor en su pecho lo obligo a sentarse en el suelo. Sus ojos derramaban lágrimas saladas que ensuciaba el tatami. Su rostro inmutable, completamente contrario a la revolución en su interior.

"Huye"

Un susurro en su mente.

"Corre como si tu vida dependiera de ello"

Era su propia voz, esa voz llena de determinación que había perdido tiempo atrás.

"Si no lo haces morirás"

Con esfuerzo logro ponerse de pie. Como pudo se arrastro por el pasillo apoyándose en las paredes y usando sus manos para sostenerse el pecho sintiendo que si no lo hacia este reventaría.

Cuando llego a la habitación el dolor se había apaciguado un poco.

"Toma lo que necesites y corre"

*

*

*

Cruzo el umbral de la puerta y el silencio característico de su casa le invadió por completo.

-Tetsuya.

Llamo a su esposo, una, dos, tres veces. Tal vez ya se había dormido, se quito el saco y dejo el maletín en la sala. Con tranquilidad atravesó el pasillo y cruzo la puerta de la habitación con cuidado de no hacer ruido y molestar el sueño de su "amado" esposo.

Sobre la cama lo único que hallo fue una sortija dorada, una nota de despedida y un cajón vacio.

*

*

*

-          Está seguro que quiere empeñar todas estas joyas señor-

La joven empleada le observaba sorprendida.

-          Jamás estuve más seguro en toda mi vida- le contesto con una pequeña sonrisa en los labios.

Notas finales:

Kitsune: Al menos no  le di un final como para cortarse las venas :D es un punto a favor no?

Kagari: Igual sigue siendo triste, te dedicas a matar gatitos en tus ratos libres? Digo porque siempre terminas deprimiendo a la gente, no sería raro que también matases animales ¬.¬

Kitsune: Los únicos que valen la pena en este planeta son los animales (y el yaoi) u.u jamás los lastimaría.... pero eso de deprimir a la gente no te lo discuto -3-

Kagari: bue ya nos fuimos de tema, esperamos les haya gustado n.n

¡¡Gracias por leer y un reviews siempre es eternamente agradecido!!


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