Se pasó la mano sobre el cabello mojado apartándolo de su rostro para sentir el agua golpear directamente su piel. El sonido de una canción típica pop sonando por todo el baño mezclándose con las partículas de agua que viajaban a manera de vapor. Tomó su toalla y cubrió su cuerpo con ella, miró su reflejo en el espejo opaco de baño y notó unas leves ojeras, les restó importancia en cuanto de su celular salió una canción que no era de él, era de su otro yo.
Él sabía que existen muchos mundos alternos, que lo único que se necesita para ir a ellos es un espejo o la muerte. Pero no pensó que se podía llegar a ellos sin dejar su propio universo.
Existen dos Minseok; el “verdadero él” que sólo se enfoca en sus estudios de literatura y escucha música popular sin dejar de lado las canciones importantes de su pasado en su lista de reproducción de 3468 canciones. Y luego estaba Xiumin, el chico que no le teme a la adrenalina o al dolor y se deja llevar por el momento sin pensar en las consecuencias, que en la pequeña parte de la memoria del celular que está destinada para él guarda sus escasas 1458 canciones de trance. Al igual que Minseok su vida estaba rodeada de dobles versiones.
La literatura, según él, se dividía en aquella que podía ser buena pero escasas veces era reconocida y aquella que recibía exagerada promoción siendo careciente de sentido. No le molestaba que los libros de tal o cual autor se pusieran de moda, él siempre tendría libros que pocas veces se veían en el aparador principal de una librería y que muchas veces ni siquiera eran traducidos adecuadamente, pero mantenían su esencia natural sin que el auto utilizara palabras extravagantes y a veces con pocos diálogos, algo que él siempre ha querido desarrollar, pero simplemente no puede.
Xiumin disfrutaba del trance, pero no el popular, le gustaba el “trance glitch” sonidos tranquilos subiendo y bajando de tono danzando apasionadamente con instrumentos perdiéndose en su subconsciente tragándose todo de él a su paso donde la luz eran dos puntos situados dentro del iris que se dejaba quemar bajo flamantes llamas de luces artificiales camuflajadas con cortinas de humo.
Minseok cree que los sentimientos dentro de una persona son cómo las distintas versiones de cada uno enjauladas en un solo cuerpo. No sólo lo piensa por él, sabe que hay más gente como él, personas que no se conforman con un solo yo sino que buscan más. Y está a punto de descubrir que efectivamente, no es el único.
Minseok salió del baño y fue hasta el armario tomando lo primero que estuviera a la mano. Había una parte llena de ropa colorida-opaca y otra donde el negro sobresalía y se distinguían pequeños pedazos de tela roja, algo de esa ropa usaría en el concierto de mañana.
Tomó de su escritorio sus libros de ortografía y gramática, logró divisar un libro con pasta verde con letras doradas, lo tomó entre sus manos y recordó cuando su mamá se lo dio cuando tenía seis, había sido su primer libro “La imaginación crece con los niños buenos” sonrió ante el libro y lo colocó cuidadosamente en su librero antes de escuchar a su hermano Baekhyun tocando la puerta y con un último suspiro salió para vivir un día más en una de sus dos vidas.