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¡No me toques! por Eileen12

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Todos los personajes y/o poderes les pertenecen a sus respectivos autores.

Hmm... sí. X-men y Naruto. O Naruto en X-men.

Me disculpo por mis atentados en comedia. Mala comedia.

Notas del capitulo:

Espero les guste. Será posiblemente corto. Actualizo el proximo sábado.

 

Un olor extraño

::

La primera regla en la mansión era (es) no usar tus poderes para entrometerte en la vida de los demás habitantes de esta (hay algunas excepciones pero solo de vida o muerte). Era la regla de oro, la regla que todos sabían de por sí, necesaria para la (relativa) armonía en la mansión. Especialmente (muy especialmente) para los que tenían poderes psíquicos o relacionados a la mente y control de esta. A nadie le gustaba que otros se metieran en su cabeza sin su permiso. (Y bueno, si pasaba casualmente, la regla que iba de la mano de esta era nunca, nunca hablar sobre lo que descubrían)

Así que cuando Naruto entró al salón común y vio cómo Kiba inhaló profundamente en su dirección para luego verlo con ojos completamente extendidos de la sorpresa y con rostro pálido, sabía que su amigo había roto aquella regla.

—Na-

—No, Kiba. Sabes que no puedes- que no debes—, suspiró resignado, sospechando qué era lo que podía haber ¨olido¨ su amigo. No era hace mucho que Sasuke se había ido a una misión y esas pocas horas en la mañana las habían utilizado muy bien, Naruto no se quejaba, pero no había tenido tiempo para darse un buen baño (refregarse y quitarse todo el olor a sexo sobre su piel) antes de clases.

—Pero Na-

—Sé a qué huelo Kiba—. Su vida sexual con Sasuke no era un tema que quisiera hablar con alguien que consideraba un hermano—. Y no, no quiero hablar de eso—. Interrumpió antes de que volviera hablar, cuando vio que Kiba estaba por abrir de nuevo la boca. La expresión de Kiba era pensativa y curiosamente preocupada. Que Naruto supiera todos sus amigos estaban al tanto y felices por su relación con Sasuke, pese a las constantes disputas entre Sai y su novio. Fuego y hielo no se llevan bien después de todo. Pero para que Kiba lo mirara de esa forma…

—Sasuke sabe que-

—Oh, Sasuke fue el que lo hizo— interrumpió con indignación, ¿acaso pensaba que estaría con alguien más?—, Sasuke sabía muy bien lo que hacía—. Kiba aún lo veía con desconfianza. ¡Esto era el colmo! — Hey, si quieres los detalles tengo el video que-

—¡No! ¡Agg no! ¡Iuu! He visto suficiente de Sasuke cuando ese reptil desgarró su traje y lo dejó casi sin nada. Gracias, pero no gracias. Soy feliz en la ignorancia sobre tu vida sexual de la cual haré que no sé nada. Suficiente con Ino y sus chismes.

—¡Eso es lo que digo! Ni idea por qué tenías que parecer curioso—. Bufó alejándose de la puerta en la cual se había quedado parado para acercarse al sillón.

La expresión de Kiba volvió a ser pensativa y lo miraba con una expresión rara, no, Naruto no quería saber más del asunto.

—¿Qué veremos hoy? — trató de cambiar el rumbo de la conversación.

—¿Eh? — Kiba reaccionó, su cuerpo más relajado, una expresión de molestia y resignación—creo que las chicas quieren ver una película romántica o algo así.

—¿Romántica? Oh vamos, Sakura eligió la semana pasada, no aguantaré otra película de vampiros pervertidos y hombres lobo sufridos—. Ante el comentario Kiba puso una expresión de dolor, era gracioso saber lo mucho que le afectaba las películas sobre hombres lobo, nada apegado a la realidad.

—Por favor dime que Sasuke quemó esos DVD.

La noche siguió su curso como todos los sábados, las chicas como siempre terminaron escogiendo la película. Era injusto, eran la mayoría y tenían a Sakura de su lado. Sakura. SheHulk. Claro, nadie le decía eso en la cara, la última vez que pasó Sai terminó con un brazo roto, dos costillas rotas, moretones en todo el cuerpo y una concusión. Todo por reírse cuando Sakura salió del baño con una mascarilla facial. Era verde.

Lo único raro, y que aún le causa extrañeza, es que Kiba era muy amable. Toda la noche fue muy amable con él, le cedió el asiento cuando él (Naruto es un caballero) le cedió el asiento a Hinata que había salido tarde del entrenamiento; le ofrecía cada veinte minutos si quería agua o más de los piqueos que habían conglomerado en un tazón y se pasaba de mano en mano; cuando quiso ayudar a mover el otro sillón para que Iruka y Kakashi pudieran ver con ellos la película, Kiba le dijo que no (¡le prohibió!) se levantara, qué él podía, que no era necesario que Naruto se moviera.

Kakashi claramente notó la diferencia en el comportamiento de su amigo y lo miró curioso, Naruto no sabía qué decirle. Quizá estaba arrepentido por la incómoda conversación de la tarde y por haber metido su nariz donde no le incumbía.

Sí, eso debe ser.

 

_____

 

No, definitivamente no era eso. De lo contrario, aquel comportamiento no hubiera seguido al día siguiente. Y ahora no era solo Kiba, Hinata y Shino también actuaban raros. ¡Shino! Cuánto más raro podía ser el que habla con cucarachas y defiende sus derechos. Ok, Naruto no puede hablar de rarezas en una mansión como esta.

—¿Hinata? —dijo con delicadeza para no espantarla. Ella solo alzó la mirada y parpadeó dulcemente— ¿qué estás haciendo? —Hinata lo miró confundida, como si preguntar por qué dar masajes de pies a alguien que había estado durmiendo momentos atrás en su cuarto, que había estado cerrado, en mitad de la noche, fuese algo raro.

—Ma-masajes.

—Sí—, eso podía verlo, solo quería saber por qué— ¿Por qué? — Ella parecía pensarlo, su ceño tiernamente fruncido.

—Porque hoy fue un día pesado, debes tener más cuidado Na-Naruto—. Sin decir más volvió a esquivar su mirada para volver a fijarse en el pie que tenía masajeando.

Sí, era cierto que los domingos eran pesados porque era el día que todos hacían limpieza general. Pero hoy (aún tiene problemas aceptando lo que pasó), hoy a penas alzaba el balde con agua Kiba venía y se lo quitaba de las manos para él ponerse a trapear; cuando intentó treparse para limpiar los ventanales, antes de si quiera poner un pie en el escalón, Shino vino, lo detuvo y se llevó la escalera; cuando se resignó en la limpieza de la casa y pasó a los jardines, Hinata le quitó la bolsa de abono con el ceño fruncido, su mirada triste y decepcionada como si hubiera pateado a un cachorro hambriento. Al final quedó relegado a la cocina, donde Hinata le dio una cuchara y una mezcla para mover. No quiso ni pensar el porqué no habían cuchillos alrededor.

—¿Gracias? —Hinata parecía feliz por el agradecimiento, una sonrisa mientras seguía masajeando con concentración. Tenía que admitir que era relajante. Aunque el sentimiento de extrañeza y ahora preocupación no desaparecía—. Pero no tienes que hacer esto, ahora, en mitad de la noche—. Recalcó, por si ella no se hubiera percatado.

—Está bien.

Naruto suspiró. Si su amiga quería invadir su cuarto a mitad de la noche (no se iba cansar de repetirlo, la una de la mañana no es exactamente una hora en la que espera visitas, mientras duerme) para darle masajes en los pies no iba a quejarse. Así que se acomodó como antes de despertarse había estado echado y cerró los ojos. Disfrutaría el aprecio de su amiga y se relajaría. No importa lo raro y perturbador que era todo esto.

 

_____

 

Kiba, Hinata y Shino son una cosa. Que Ino, Shikamaru y Chouji se unieran al club ¨tratemos a Naruto como una damisela convaleciente que no puede hacer nada y que si siquiera levanta un dedo se romperá en miles de pedacitos¨, es otra. Tediosa, confusa y realmente preocupante, sí, pero soportable. Pero nada le dio más miedo cuando Sakura (SheHulk), el día martes, se unió a ellos.

Fue después de clases, cuando Kakashi preguntó quién podía llevar los libros a la biblioteca, que justo cuando estaba por alzar la mano para ofrecerse, ella saltó de su asiento, caminó hasta él y lo miró como si hubiera descuartizado a alguien indefenso en frente de ella, para decir entre dientes.

—Ni lo pienses—. Cogió los libros y salió del salón, no antes de mandarle una mirada irritada y amenazadora.

Kakashi miró todo con asombro y algo de curiosidad y salió del salón detrás de ella. Los demás descartaron el asunto como si nada y salieron del salón, Naruto, Naruto no se movió de su asiento hasta cinco minutos después cuando reaccionó por la mano de Shikamaru en su hombro.

—¿Cuándo llega Sasuke? — preguntó tranquilamente. Naruto parpadeó.

—Mañana. Sasuke, Sai y los otros vuelven mañana—. Shikamaru asintió y vio la puerta por la cual salió Sakura con preocupación—. Shikamaru, ¿qué está pasando?

—¿Hm?

—Bien, al principio era confuso pero gracioso, ok. Solo señalaba algo y venía a mí. No tenía que mover ni un dedo y Kiba lo traía, o Hinata lo cocinada, o Chouji me daba parte de su sándwich, Chouji—. Shikamaru sonrió (malévolamente, estaba seguro que esa era su sonrisa malévola), el muy sabía lo que pasaba y que Naruto era ignorante sobre el tema, y parecía disfrutarlo—, sé que sabes lo que pasa. Por favor, dímelo, ¡no entiendo nada! Y siento que la próxima vez Sakura o Ino o Hinata van a encerrarme en mi cuarto y atarme a mi cama si quiero echarme mantequilla al pan. Porque al parecer ahora no soy capaz de coger un cuchillo, ¡sin filo!, ¡y echarme mantequilla!

Shikamaru cambio su expresión (malévola) a una más compresiva y quizá culpable. Él era un estratega y su capacidad para planear era insuperable, así que si estaba guardando información era por algo. A Naruto no le importaba, Shikamaru le diría lo que pasa o sino…

—Kiba piensa que sabes, al igual que el resto. Creo que soy el único que se dio cuenta que no tienes idea de lo que pasa.

—¡¿Pero qué pasa?! — Shikamaru estaba dudando, estaba inseguro y si él quien era centrado y directo dudaba en decir algo, era porque era un tema serio.

Todo comenzó el día que Kiba lo olió, ¿cierto?

Entonces Kiba olió algo en él. Algo… preocupante. Algo que hizo que todos lo trataran delicadamente, como si fuese a lastimarse. Como si estuviera en peligro, como…

—¡Oh Dios mío, me estoy muriendo! ¡Estoy muriendo, ¿cierto?!

—¿Qué? No.

—No. No puede ser. — ¿Se estaba muriendo? Era por eso los mareos en las mañanas y las nauseas, quizá vomitó de vez en cuando, pero había culpado a la mala comida o algo por el estilo. Oh por Dios. Tiene diecisiete años, aún ni es mayor de edad—. Aún tengo muchas cosas por hacer—. Los planes, la vida que se había imaginado, que había construido con Sasuke—. Oh por… Sasuke. ¡Tengo que llamar a Sasuke!

—No, Naruto, eso no-

Antes de que pudiera salir corriendo por la puerta Shikamaru lo cogió del brazo, y si la fuerza de s amigo para detenerlo no hubiera sido suficiente el repentino mareo que tuvo lo detuvo de por sí, llevó su mano libre para cubrir su boca y se inclinó sobre una de las carpetas. El salón estaba vacío ya hace mucho.

—Sasuke, tengo que-

—Hey, está bien. No te sobre esfuerces, no debes estresarte.

Oh Dios, todos lo sabían y no le habían dicho. Nauseas. Horrendas nauseas.

—Naruto, no te estás muriendo. Es otra cosa. ¿Me escuchas? — la voz de Shikamaru era seria y sonaba a verdad. Pero si no era eso entonces qué.

—¿Entonces qué es? — Sin poder evitarlo, Shikamaru lo llevó hasta una de las sillas lo sentó y se agachó para quedar mirándolo a los ojos.

—Bien, dime. ¿Te has sentido mal estos días, quizá semanas?

Naruto asintió.

—Sí, he tenido molestias de estomago, nauseas, he vomitado. Mareos de vez en cuando, ¡pero solo en las mañanas! No creí que fuera serio—. Shikamaru asintió, como si esperara esa respuesta.

—¿Algo más? — Naruto lo pensó.

—No, no creo.

—¿Cuánto tiempo has estado con los mareos?

—Una semana, quizá.

—Y no se te ocurrió ir a ver a Tsunade.

—Pues paro cambiando de forma y cuando estoy en el bosque a veces como plantas que me parecen bien, pensé que alguna me causó daño. Mi olfato suele ser muy bueno, pero puede equivocarse.

—Bien, entiendo—. Shikamaru lentamente cogió sus manos entre las suyas, parecía incomodo por lo que diría—. Naruto, has estado con nauseas matutinas. Has tenido antojos.

—Yo no-

—Shino dijo que le pediste Ramen con fresas y chocolate, porque se te antojó.

—Sonaba rico y él me preguntó si quería algo— refunfuñó sin querer.

—Está bien, no tienes porque molestarte.

—¡No estoy molesto! — Shikamaru solo alzó una ceja incrédulo—¸ bueno, estoy nervioso, no ayudas.

—Nauseas, vómitos, antojos.

—¿Entonces?

—Entonces, ¿qué crees que puede ser?

—Estoy ¿enfermo? — Shikamaru suspiró.

—¿No estás subiendo de peso?

—¡Estoy perfectamente bien! — Shikamaru volvió a alzar una ceja, entre aburrido y cansado, no creyendo ni una palabra de lo que decía—. Quizá unos gramos de más, pero es por el chocolate y las fresas.

—Sí, no son buena combinación con ramen.

—Sabe bien. Aunque si le hubiera puesto-

—Naruto concéntrate.

—¿No puedes decirme lo que tengo y punto?

Shikamaru volvió a suspirar por enésima vez y lo miró directamente a los ojos.

—Naruto, estas embarazado.

 

_____

 

El teléfono sonó por tercera vez, esperando que contestaran desde la otra línea. Naruto estaba en su cuarto, su cama cubierta de cajas, papeles con instrucciones y como veinte pruebas de embarazo. Cuando al fin la llamada conectó y pudo escuchar la voz de Sasuke.

—¿Naruto?

Naruto tomó aire.

—¡Uchiha Sasuke trae tu mutante trasero de inmediato!

—¿Qu-

—¡Que vengas tú y tu mutante ser para poder descuartizarte!

—No entien-

—¡TU PENE MUTANTE TIENE LA CULPA               !

Y colgó.

Notas finales:

Si les interesa me gustaría saberlo :) Es mi muy extraño intento a comedia, me gustaría saber su opinión.


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