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Memorias por Song_HyeBin

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Notas del fanfic:

penosa para este resumen lo siento.

Notas del capitulo:

Esta fue la primera historia que escribí de EXO y sin embargo no la he pasado a ordenador hasta casi un año después… me odio por ello, pero es que son muchas historias las que llevo en danza y mucho tiempo el que me lleva pasarlas a limpio.

Pov: Luhan

  Mi estancia en Corea era bastante agradable. Kay y yo estábamos hospedados en el mismo piso para la grabación del mini álbum Maxtep.

 Las clases de baile se habían alargado bastante para los que íbamos un poco más rezagados. Había una parte que no lograba salirme y estaba muy furioso. Kay se había ido ya hace un rato y pensando que no era más que un crío de 18 años, pensé que estaría tirado en el sofá viendo la tele o simplemente sin hacer nada. Pero no era así. Me equivoqué, no estaba sentado en el sofá, sino encima del vecino de abajo, medio desnudo y comiéndole la boca mientras lo acariciaba por debajo de la camiseta. Cerré la puerta de un sonoro portazo.

  El desconocido se separó al instante mientras que Kai se separó con desgana y soltó un taco por lo bajo.

 -Ya puedes irte- le dijo sin preocupación alguna

  El chico no se movió, estaba absorto en Kai.

 -¿No has escuchado?-le grité enfadado, dispuesto a echarlo a patadas si hacía falta, pero no pareció importarle. Luego me miró a mi enfurecido.

 -No era mi intención que tu princesita nos pillara- le dijo en tono burlón a Kai mientras se levantaba.

 -¿Princesita?- dije enfurecido.

  Pero él se fue sin dirigirme la palabra, dando un portazo al cerrar.

  Kai me miró sin apenas expresión en su rostro y se levantó con la camisa en la mano.

 -¡¿Estás loco?! -le grité -¿Quieres que haya un escándalo nada más debutar?

  Pero no parecía importarle en absoluto lo que yo hablaba puesto que me dio la espalda y se metió en la habitación. Entré furioso dando otro portazo, esta vez se dignó a mirarme.

 -¿No me dices nada?

 -Me has cortado el royo ¿qué quieres que te diga? Ese tío ni siquiera sabe quiénes somos.

 -No me hables así- dije recordándole que era su hyung.

 -¡Pues deja de hacer preguntas! ¿Es que porque tengamos algo de fama no voy a poder atender mis necesidades fisiológicas? Aunque por lo que veo tú no tienes de eso.

  Abrí los ojos de par en par.

 -¿Cómo?

 -Pues eso “princesita”

  No lo aguantaba más, me sacó de mis casillas por completo y le aticé con un fuerte puñetazo en la cara. Kai se tambaleó un poco. Se llevó la mano a la cara y me sonrió.

  No me di cuenta de cómo lo hizo pero al instante me había agarrado del hombro y me había empujado contra la puerta de la habitación con fuerza. Sisee ante el golpe pero enseguida me agarró el rostro y me besó, metiéndome la lengua hasta el fondo. Se pegó aun más a mí, golpee su pecho desnudo pero se pegó tanto que no me dejó espacio para defenderme. Noté su miembro erecto bajo sus pantalones y eso me hizo sonrojar.

  Agarró fuertemente mi pelo para que no pudiera mover la cabeza y con la otra mano bajó hasta llegar al comienzo de mi camisa. Metió la mano y comenzó a acariciar mi espalda desnuda, logrando que se me erizara la piel. Bajó hasta meter la mano en el interior de mis vaqueros y el bóxer para poder llegar hasta mi trasero. Lo apretó con fuerza.

  “Mierda” pensé, no podía resistirme. En un último intento de soltarme comencé a arañarle el pecho y eso lo hizo enfurecer aun más. Se separó de mí con la respiración entrecortada y quedé en shock cuando abrí los ojos.

  Kay tenía una lujuriosa mirada. Respiraba con dificultad y tenía el éxtasis dibujado en los ojos. Me tiró del pelo y me arrastró con él hasta tumbarme en la cama. Cuando por fin me hubo soltado se colocó encima de mí, sentándose sobre mi cintura.

 -Kai- le dije forcejeando con él-¡Para!

  Me agarró las manos y se acercó a mi rostro.

 -Hyung, vas a tener que hacer tú el papel del que se acaba de ir.

  Y antes de que pudiera rechistar me estaba besando de nuevo. Con una mano levantó las mías por encima de mi cabeza y con la otra comenzó a subirme la camisa.

  Logró quitármela he hizo un nudo con las mangas para mantener mis manos atadas.

 -Por favor- le dije en tono casi de suplica- detente…

 -Tienes miedo de lo que pueda decir la gente de mi ¿verdad? Eres un buen hyung. Intentas protegerme. Pero yo no quiero que me protejas.-dijo mientras comenzaba a desabrochar mis pantalones- Yo quiero otra cosa.

  Comenzó a besarme el cuello y a acariciarme por encima de la ropa interior. Mi cuerpo; a pesar de que yo pensaba que estaba mal; reaccionaba ante esas caricias.

 -Te estás excitando- susurró.

 -Para, esto está mal.

  El me cogió el rostro con ambas manos y me forzó a mirarlo.

 -Hyung, no hada de malo el que dos personas se quieran.

 -Yo no te quiero- dije cerrando los ojos.

 -¡Mientes! Se como me miras mientras estamos ensayando, sé en quien piensas mientras das vueltas en la cama sin poder dormir. ¿Lo niegas?

 -Sí, lo niego- dije casi llorando.-No te quiero, y tu tampoco. Lo único que quieres es descargar toda esa excitación que llevas encima y lo estas pagando conmigo

-Basta -me gritó -Por favor, no sigas…

  De nuevo comenzó a acariciarme, yo comencé a soltar pequeños gemidos que lo animaban a seguir. No dijimos ni una sola palabra más. Terminó de desnudarme y me soltó las manos. Se puso en pie para poder quitarse los pantalones y el bóxer y acto seguido me abrió las piernas y colocó rostro entre ellas. Mi pecho subía y bajaba a causa de la excitación y acallaba mis gemidos con mis manos. Kai comenzó a lamer mi miembro desde la base hasta la punta hasta llevárselo por completo a la boca. Me agarré a las sábanas mientras me retorcía de placer. Aprovechando la excitación Kai comenzó a introducir uno de sus dedos en mi interior. Abrí los ojos de par en par al notar esa extraña pero placentera sensación.

¡Dios! Odie a ese chico de 18 años, lo odié por hacerme sentir tan bien en cuerpo pero tan dolorido en alma. Otro dedo se introdujo en mi interior provocándome un grito que fue amortiguado por la pared.

-K…Kai ¡Basta!- dije ya a punto de correrme.

 Pero no se detuvo. Se incorporó y comenzó a masturbarme mientras comenzaba a mover sus dedos en mi interior, sacándolos y metiéndolos con rapidez. Me besó apasionadamente y así amortigüé el gemido que di cuando llegué al orgasmo. Cuando separó nuestros labios comenzó a respirar con fuerza.

Él sonrió y me dio un beso en la mejilla. Se incorporó de nuevo y me agarró las piernas separándolas y acercándome a él. Comenzó a entrar en mi interior despacio, provocándome muecas de dolor. Cuando ya estaba por completo en mi interior aun unidos dio una fuerte envestida que me hizo gruñir.

Lance un fuerte grito de dolor pero enseguida se convirtió en placer. Kai intentó agacharse para que pudiera abrazarlo, pero cuando lo hacía su miembro me hacía daño.

-Mierda-gruñó mientras daba fuertes envestidas.

Agarré su rostro con ambas manos y susurré.

-Despacio.

Lo fui atrayendo a mí muy lentamente, de forma que el dolor no resultaba tan intenso. Finalmente lo tenía encima. Nos acomodamos y encontró una cómoda postura en la que solo obtenía placer. Separé las piernas lo máximo que pude y me abracé a su espalda.

Kai comenzó a jadear y a embestirme con fuerza. ¡Dios! Era una sensación estupenda.

-Luhan-susurró entre jadeos- me… vengo.

En ese momento comenzó a masturbarme de nuevo haciéndome gritar de placer. Llegué un poco antes que él, gimiendo con fuerza. Cuando él se vino arqueó la espalda y cerró los puños apretando las sabanas y mordiéndose el labio para contener el fuerte gemido que al final acabó escapando.

Era lo más erótico que había visto en mi vida. Cayó sobre mí haciendo crujir la cama y respirando con fuerza. Me abrazó y yo me abracé a su espalda que se levantaba a causa de la agitada respiración. Muy despacio salió de mi interior y se acomodó sobre mí. Cerré, por fin, las piernas y le acaricié el pelo con suavidad.

Finalmente nos quedamos dormidos.

 

A la mañana siguiente, cuando desperté estaba solo en la cama. Estaba boca abajo, cubierto con las mantas y aun desnudo. Intenté levantarme pero estaba muy cansado. Noté como me acariciaban el pelo y luego iba bajando hasta acariciar mi espalda. Era Kai, que acababa de entrar con una toalla liada en la cintura y oliendo a jabón.

-¿Estás bien?- me preguntó.

Asentí despacio mientras lo miraba con adoración. Se acercó y me besó la mejilla y luego la frente.

-¿Te preparo la bañera?- me dijo retirándome el pelo de la frente.

Negué mientras metía la cabeza entre las sábanas. Kai comenzó a reírse. Me besó de nuevo pero esta vez sobre uno de mis hombros desnudos y salió de la habitación.

Al rato mi cuerpo decidió moverse. Me levante y fui a la ducha directo. Menudo espectáculo debí de dar cuando crucé desde la habitación al cuarto de baño totalmente desnudo, simplemente con una muda limpia en la mano.

Me duché, vestí y sequé el pelo. Me sentía en la luna. Cuando salí, un poco más espabilado, Kai me esperaba con el desayuno sobre la mesita del comedor.

-Buenos días -me susurró ofreciéndome sitio a su lado.

-Buenos días -le contesté.

Mientras comíamos no podía apartar la mirada de esos dulces labios y parece que se percató porque cuando más distraído estaba aprovechó para darme dulces picos y besos en la mejilla y el cuello.

-Saranghae- me susurró.

-Wo ai ni- le respondí.

 


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