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Boy, I'll Try por Naeun

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Notas del capitulo:

¡Hola! Volví con una nueva historia que espero que les guste :)

¡Lean las notas finales! :D

Se encontraba en el sillón de la sala, recostado, haciendo zapping en la televisión, buscando algo que llamara su atención y que lo sacara del aburrimiento que se estaba apoderando de él, no había nada mejor que hacer aquel día.

Era sábado, se supone que los sábados la gente joven sale, se divierte, que quedarse en casa está prohibido. Pero ese no era su caso, a él, aunque se aburría siempre, le gustaba quedarse en casa, hacer nada, solamente existir de la manera más tranquila posible.

Tranquilidad que pretendía y quería tener, pero no era más que apariencia y auto engaño, porque sus pensamientos estaban hecho un lío, más en ese momento, en ese instante.

Su búsqueda de algo entretenido en la televisión se vio interrumpida por su compañero, compañero y amigo de toda la vida, de toda su infancia.
Este simplemente pasó de su habitación hacia la cocina, deprisa y tranquilamente, casi imperceptible, casi.

Jongdae por un momento dejó de hacer lo que hacía para observarle, porque este era dueño de su atención, cualquier cosa que hiciese, por más mínima, ahí iba a estar él, contemplándolo, observándolo y regalandole toda su atención, absolutamente toda.

Del otro no se podía decir lo mismo, no, solamente le daba lo justo y necesario, no más, le daba lo que se supone que los amigos se dan, le brindaba su atención y un poco de su tiempo cada vez que Jongdae lo requería, pero este no lo creía suficiente, ya no.

Sabía y lo tenía claro, Baekhyun ya tenía un dueño, ya tenía a alguien a quien dirigirle toda su atención, todo su tiempo, todos sus pensamientos, todo él, ya lo tenía asumido, sí, y le frustraba, le frustraba demasiado.

Sus ojos seguían clavados en la puerta de la cocina, esperando a que el otro saliera de esta. Y lo hizo, y sus miradas se cruzaron, un segundo, medio segundo y no más. Baekhyun siguió su camino hacia su habitación, quieto, sin decir nada, no había nada que decir. Y se encerró allí, otra vez, como lo había estado haciendo toda esta semana.Suspiró.

Jongdae escuchó ese suspiro, era un suspiro cansado, pero no uno de cansancio físico, él sabía bien que clase de suspiro era, por quien era.

Esta vez el que suspiró fue Jongdae, pero este si había sido un suspiro de cansancio, estaba cansado de esta situación, pero, no podía hacer nada frente a aquello, no había nada que pudiese hacer, eso creía él.

Así que simplemente volvió a lo que estaba haciendo antes de que aquel ser le robara la atención, nuevamente estaba haciendo zapping. Tres, cuatro veces repitió los canales, una y otra vez. Hasta que al fin lo dejó en un canal de dibujos animados, dibujos que había visto toda su vida y jamás le aburrían, jamás lo iban a hacer.

— Chanyeol nos ha invitado a su casa, esta noche, ¿irás?

Jongdae dio un respingo al escuchar esa voz detrás de él, ¿En qué momento salió de su habitación? ¿Tan entretenido estaba con los dibujitos?.

En efecto, se giró para mirarle.

— ¿Otra reunión? – cuestionó - El miércoles ya nos juntamos después de clase, ¿Hoy también?

No tenía ganas de ir, no.

— Sí, sabes cómo es Chanyeol –dijo con una sonrisa ladina- No quiere desperdiciar su “Sábado de amigos”

Sí, sí sabía como era Chanyeol, sabía que al contrario de él, odiaba estar solo, por lo que siempre estaba en busca de compañía, siempre tratando de juntarlos a todos, cada vez que podía organizaba reuniones, batallas en la Wii u obligaba a alguien a quedarse a dormir con él.

Al parecer hoy sus padres lo habían dejado solo en casa, no lo habían dejado salir o solamente se aburría, como ya le era costumbre.

— ¿Quién irá?

— Todos nosotros, Jongdae, ¿Acaso quieres que te los nombre? Nosotros, los mismos siete de siempre.

— ¿Tu también? – Respondió con otra pregunta - ¿Tú también irás?

Sabía la respuesta, pero dudaba, sabía que su compañero no estaba bien, no emocionalmente, tenía la certeza de que sus pensamientos no andaban en sus cabales, aunque éste trataba de aparentar que todo estaba bien, Jongdae lo conocía bastante bien, demasiado, como para darse cuenta de que no era así.

— ¿Alguna vez he faltado a las fiestitas de Chanyeol? – le dijo con una pregunta retórica, él nunca faltaba, aunque estuviese hecho pedazos no lo haría. – Nos quiere allí a las siete y media, apróntate, si es que irás.

Y volvió a su habitación, a encerrarse hasta las siete, otra vez.
Iba a ir, después de todo, no tenía nada mejor que hacer, un poco de distracción no le venía mal a nadie y conociendo a Chanyeol, sabía que no se aburriría.
Apagó la televisión y se dirigió a su habitación a arreglarse, “A ponerse bonito”, pensó, como una vez le había dicho el mismo Chanyeol.

Allí iban los dos, caminando, porque no era que Chanyeol viviera muy lejos de su casa, sólo a unas cuantas cuadras, caminar un poco no les iba a hacer ningún daño.

Al llegar, Baekhyun presionó el timbre de la casa, por un largo rato, produciendo un ruido estruendoso por toda la casa que se oía hasta afuera, hasta que lo soltó.
Cuando aquel, se dignó a abrir la puerta.

— ¡Baekhyunnie! – Exclamó el otro estrechándolo entre sus brazos - ¡Oh! ¡Jongdae también está aquí! Creí que no vendría, conociéndolo.

Y al parecer lo conocía bien, porque no tenía ganas de ir, no ese día.

— Aquí me tienes, Chanyeol, todo para ti.

Todo iba bien, por estos momentos así era, sonrió al ver que Chanyeol incluso había colgado algunos globos en las paredes.

Sonrisa que duró poco, porque allí se encontraba la única persona que aborrecía ver. ¿Dónde quedó el "Nosotros, los mismos siete de siempre"? Porque allí no había ningún “Nosotros, los siete” había un intruso, persona que no debía estar ahí, ¿Qué hacía ahí? Persona que le arruinaría la noche con su sola presencia. Kim Jongin.

Jongdae le dedicó una mirada de desaprobación, mirada que estaba seguro que el susodicho no notó. Al instante desvió su mirada a Baekhyun, reclamándole con esta la frase que había dicho en su casa, aquella frase que era mentira.

El otro correspondió a la mirada y se encogió de hombros, dando a entender que él tampoco sabía por qué Jongin estaba ahí, sabía bien de que se trataba esa mirada asesina.

Como gente educada que eran, saludaron a todos.
El concepto de la fiestita de Chanyeol era simple, “Reunámonos todos y sáquenme el aburrimiento”.
Al parecer el concepto iba bien. Ya que el de la fiesta estaba rabiosamente jugando a la Wii con Sehun, otros estaban siendo espectadores de aquella batalla, otros estaban en su mundo, conversando de cosas triviales, como Baekhyun y cierta persona que ni siquiera quería nombrar.

Y en ese momento no aguantó más, quería preguntar, quería decirlo y no importaba qué, estaba frustrado y no lo iba a esconder más.

— Creí que esto era una reunión de amigos – soltó al fin - Pensé que iba a ser nuestro grupo de siempre, ¿Saben?

Hubo un silencio, silencio interrumpido por el juego al que los otros dos estaban jugando.
Se sintió incomodo por un momento, demasiado silencio, pero ya lo había dicho, una vez que se largan las palabras, estas no vuelven más, nunca más.

En ese momento Chanyeol pausó el juego y se giró a mirarlo, con cierta incertidumbre en su mirada y voz.

— ¿Por qué lo dices?

— Por curiosidad, no sabía que teníamos un compañero nuevo – sentenció con acidez.

— ¿Acaso lo dices por mí? – Jongin se hizo presente.

Sí, querido amigo, lo decía por ti.

Como debía ser, el organizador respondió a la cuestión.

— Si lo dices por Jonginnie, yo lo invité, hemos estado unidos últimamente – le decía secamente, raro en él – Es buen chico, deberías conocerle y no molestarte por su presencia.

Se sintió un poco tonto y molesto por la manera en que Chanyeol le había dicho aquello.
Pero tenía razón, la casa era suya y él no tenía por qué cuestionar a quien invitaba y a quien no. Pero de lo que no tenía razón era en lo de “Es buen chico” y que debía conocerlo, ya lo conocía, sabía como era, conocía su forma de actuar. Haber sido su vecino tantos años y que sus madres sean amigas, había sido suficiente para conocerlo y para querer golpearle cada vez que le veía.

Pero decidió callar y finalizar ahí la conversación. Se acomodó en el sillón en el que estaba, sintiéndose lo suficientemente incomodo como para largarse de esa casa.

De vez en cuando él y Jongin se dedicaban miradas furtivas, miradas de desprecio por parte de ambos, no lo soportaba, no se soportaban.

Su paciencia y fingida calma llegaron a su fin, cuando vio como el otro posaba una de sus manos en la pierna de su compañero de piso, para luego mirarlo y dedicarle otra de aquellas sonrisas, llenas de arrogancia.

Al parecer este sabía lo que le molestaba, sabía dónde darle, ¿Cómo lo supo?
En ese instante tomó su abrigo levantándose bruscamente del sillón donde se encontraba sentado.

— Bien, me voy – dijo ya de pie, colocándose el abrigo.

— ¿Tan temprano? – cuestiono el dueño de casa, llegando con un par de vasos y un refresco de cola.

— Así es, nos vemos el lunes, Chanyeol – terminó por decir, dirigiéndose hasta la puerta.

Chanyeol lo acompaño hasta la salida, aunque no fuera necesario, ya que Jongdae había estado allí un montón de veces y sabía perfectamente por donde tenía que salir.

— ¿Seguro que te irás? – Le volvió a preguntar – Ni siquiera has jugado una vez, ¿Seguro que no quieres?

— Seguro – sentenció – Salúdame a los otros, ya sabes.

Y simplemente se marchó, volvió a ir caminando hasta su casa. El aire estaba más fresco que cuanto había salido de casa la primera vez.

El viento otoñal soplaba, haciendo mover la copa de los árboles, haciendo caer las hojas y moviendo otras tantas que ya estaban en el suelo.

Disfrutaba de ese fresco, disfrutaba como el viento golpeaba su rostro, le gustaba esa sensación, le gustaba el otoño.

Llegó a casa y pudo sentir el cambio de aire, el frío que había afuera contrarrestaba con lo cálido de la casa. Se quitó la campera y se dirigió hacia la cocina, en busca de algo que pudiese comer.
Se paró frente a la nevera, observando detenidamente lo que había allí, evaluando que podía hacer para saciar su hambre. No sabía cocinar y eso era un problema, más de una vez lo había intentado, pero todos sus intentos fallaban, nada de lo que hacía quedaba comestible, lo más extremo que sabía hacer era arroz.
Por lo que optó por ramen instantáneo, de esos que vienen en vasos y sólo hay que echarle agua caliente y él sabía calentar agua, así que sería algo fácil.

Una vez pronta su cena, volvió a su sagrado lugar en la sala y encendió la televisión nuevamente, cambió un par de canales hasta que encontró algo para ver, esta vez fue más sencillo que la primera vez.

No sabía cuanto tiempo había pasado, estaba sumido en el programa que estaba viendo. Hasta que escuchó el ruido de la llave en la cerradura, la puerta abrirse y cerrarse, segundos más tarde escuchó pasos yendo hacia donde él se encontraba.

— ¿Tan temprano en casa? – Le dijo una vez que este llegó allí – Creí que te quedarías por más tiempo, al parecer me extrañaste, ¿Verdad que sí?

— Jongdae, son las 00:52, exactamente. Además los otros quisieron salir a bailar por ahí, pero yo preferí volver aquí – finalizó sentándose junto a él en el sillón.

— Que raro que hayas venido hasta aquí solo – habló con tono burlesco - Me sorprende que no me hayas llamado para ir a por ti, ¡Con lo miedoso que eres! Al parecer nuestro Baek está creciendo.

Su amigo le dedicó una sonrisa, una amplia, sincera, real.

— Jongin me acompañó hasta aquí, no he venido solo.

Golpe bajo, hubiera preferido no escuchar aquello. Tiempo atrás Baekhyun lo hubiera llamado al teléfono para que fuera a buscarlo, para que lo acompañase hasta llegar a casa, aún si estuviera a una cuadra de la casa lo hubiera hecho. Pero ahora vivían juntos y era de noche, tarde en la noche, con más razón lo hubiera llamado. Pero no lo hizo, no lo necesito.
Kim Jongin le había arrebatado ese derecho, otra vez le estaba arrebatando algo suyo.

— ¿Aún queda ramen? – preguntó sacándolo de su lío de pensamientos

— Sí – contestó casi en un susurro- Pienso que sí.

 

~*~

 

La mañana del domingo lo despertó con un aroma a café apoderándose de él.

Se removió un poco sobre su cama, hasta quedar boca arriba, observando un instante al techo. Y sonrió, sonrió al pensar que al levantarse iba a tener el desayuno preparado y sonrió más aún cuando pensó quien se lo había hecho.

Minutos más tarde se encontraba en la cocina, sentándose en uno de los taburetes de la mesa de mármol negro que se encontraba en medio de esta.

— ¿Tanto así me amas que has preparado todo esto? –Le cuestionó mientras su compañero le extendía una taza de café negro.

— Me has descubierto, me he enamorado de ti, Kim Jongdae – Le contestó con una sonrisa en el rostro, sentándose enfrentado a él.

Ojalá fuera cierto.

— En realidad, me he levantado temprano y he ido a comprar estos bizcochos – Le tendió una bolsita de papel con estos – Creo que aún están tibios

— Tengo varias teorías sobre esto, Byun – Lo observó con cierta cara de sospecha, tomando uno de los bizcochos de la bolsa.

— ¿Teorías?

— Ajam, la primera es que has hecho algo malo y pretendes arreglarlo con esto, pero ya te advierto que no lo lograrás.

— Yo no hago cosas malas – Le dijo mirarndole. Jongdae juraría que llegó a hacerle ojitos.

— ¡Incluso me haces ojitos! ¿Qué pretendes tú de mí? Tu quieres algo, lo sé – dijo mientras lo señalaba con la pequeña cuchara del café.

— Mal agradecido que eres – le respondió con tono de ofensa - Simplemente quise hacerlo, no quiero nada de ti. Tómalo como regalo adelantado de cumpleaños.

—Baekhyun, mi cumpleaños es en setiembre y estamos en marzo, ¡Marzo! Por supuesto que no voy a tomar esto como regalo, claro que no.

Un silencio se apoderó del ambiente, un silencio que no era incomodo, todo estaba en calma, la atmósfera se sentía bien, no era pesada, se sentía todo tranquilo, en armonía. Pero Jongdae debía romper el silencio.

— Vamos, dime ¿Por qué tan contento? Quiero saberlo

Quería saber cual era el motivo por el cual su amigo había cambiado de ánimos de un día a otro, tan rápido. El día anterior se arrastraba por la casa, más de una semana encapsulado en su habitación y ahora se levantaba un domingo, temprano en la mañana sólo para comprar bizcochos y hacer café.

Temía escuchar las razones de tal brusco cambio, de tanta felicidad que le estaba a punto de desbordar. Temía que alguien se lo estuviera arrebatando y que no pudiera hacer nada. Pero de todos modos quería saberlo, por eso lo preguntó.

— Me siento bien, eso es todo.

No insistió más, supo que no debía insistir más. Ya lo sabría, así le destrozara averiguarlo, lo sabría.

 


~*~

 

Algunas semanas pasaron, y en todas esas semanas no había visto ni un desayuno más, ni un mísero café, nada.

Claro está que él podía hacerse algo, pero siempre se levantaba tarde, y tenía que correr al instituto para que no le pusieran faltas o que directamente no lo dejaran entrar.

Ahora tenía que ponerse alarmas en el celular para levantarse (Que no servía mucho que digamos) Porque si de su compañero de piso hablamos, ya no podía contar con él.

Desde aquél día después de la reunión en casa de Chanyeol, luego de aquél repentino desayuno, en cierto modo, se había olvidado de él por completo.

Pasaron de ir juntos al Instituto a ahora ir separados. Baekhyun ahora se levantaba muy temprano, más de lo normal, para irse al Instituto también más temprano de lo normal, sin siquiera avisar, olvidándose completamente de Jongdae.

Y hoy no era la excepción.

Un sonido proveniente de la calle fue lo que provocó su abrupto despertar. Agitado soltó un quejido por los rayos del sol golpeándole la cara, dejándolo ciego por un momento.

— Demonios

¿En qué momento amaneció? ¿En qué momento sonó la alarma que no había escuchado? ¿En qué maldito momento Baekhyun se había ido de casa?

Estaba llegando tarde, sí, lo sabía.

Rebuscó su celular por debajo de las almohadas, buscando una explicación por la que no sonó esa mañana.

Sin batería.

Genial.

Arrojó su celular a algún lugar de su cama, para buscar el uniforme del Instituto. Porque sí iría, aunque llegara una hora después.

Con su uniforme en la mano se dirigió al baño para darse una ducha, una rápida, para lavarse los dientes y hacer las cosas que se hacen en los baños. En su camino se fijó la hora en el reloj de pared para calcular cuánto tiempo tenía antes de la siguiente hora.

8:31 a.m

40 minutos. Puta madre.

— Estúpido Baekhyun.

Notas finales:

Bueno, yo como almost Baekhyun biased estoy un poco bastante dolída por lo que todos ya sabemos, también me enteré de unas cuantas cosas que tampoco me gustaron, pero bueno, digamos que esto me dió justo en el bias y justo en la OTP :( 

Y de los estudios y el Mundial mejor ni hablemos.

Pero, como a mi me encantan las otp no oficiales, y después del Showtime y esto: https://www.youtube.com/watch?v=LGNQ8aAWPhc
No podía no hacer un fanfic sobre ellos :D

Espero que les haya gustado y si ven errores, diganme!

Nos vemos! :D


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