Después de muchos años juntos nos convertimos en amigos cercanos, en mejores amigos, en amigos inseparables. Siempre a través de mi cara de poker he podido esconder mis sentimientos hacia SungYeol para así permanecer a su lado y no tener que separarme de él. Lo amaba tanto que tenía tanto miedo de perderlo.
Ambos siempre habíamos compartido ligeras caricias, éstas nunca pasaban de las que un amigo le da a otro, sin embargo con la llegada del debut de Infinite y las exigencias del fanservice, las caricias que nos teníamos empezaron a subir de nivel. Al principio habían sido incómodas pero llegamos ha acostumbrarnos en el escenario.
Entre más tiempo pasaba la confianza acerca del fanservice fue en aumento, empezamos a sentirnos bien con las caricias, desde agarrarnos las manos hasta abrazarnos sugerentemente y compartir inocentes besos en las mejillas.
Siempre he estado enamorado de SungYeol, por lo que cada vez era más difícil seguir conteniéndome y no mostrar mis expresiones, pero con el tiempo todo empeoró, ya que, repentinamente, sin darme cuenta, las caricias que nos dábamos en el escenario empezaron a aparecer cuando solo estábamos nosotros dos: el fanservice se volvió parte de sus días cotidianos; a causa de esto estaba tan enojado con SungYeol, ya que, podía ver que para él los juegos hechos en el escenario, a los cuales nos acostumbramos, solo siguieron en el departamento, mientras que para mi esto se volvió la bomba que destruye mi autocontrol.
SungYeol era un idiota pero, aún así lo amaba.
Estaba en la cocina preparando un desayuno ligero porque era muy temprano en la mañana, hoy teníamos el Showcase y teníamos que salir del departamento lo más pronto posible, casi estaba terminando el desayuno cuando entró SungYeol y me abrazó por la espalda susurrando cerca de mi oído un “Buenos días”, mi corazón empezó a latir fuertemente; duramos un tiempo abrazados hasta que los demás miembros llegaron a la cocina para desayunar, SungYeol me soltó y se puso a preparar su amado café. Odiaba que no se diera cuenta lo que provoca en mí, pero amaba su inocencia.
Después de terminar el desayuno llegó el manager para llevarnos al lugar del Showcase. En la camioneta SungYeol se sentó a lado mío, siempre lo hacia, siempre nos sentábamos juntos: en cada comida, al ver una película, al jugar videojuegos, en camino al trabajo. Siempre se sienta a mi lado recostando su cabeza en mi hombro y hablando en susurros que hacen que me estremezca.
Llegamos y empezamos a prepararnos para dar lo mejor de nosotros. SungYeol siempre rozando conmigo mientras nos arreglamos y abrazándome a cada rato en el escenario. Este idiota siempre me provocaba sin darse cuenta.
SungYeol no sabía como me sentía, no sabía que todo lo que hace provoca una fuerte reacción en mi, él no sabía cuanto me costaba contenerme de tocarlo y besarlo. Él confiaba que su mejor amigo jamás le haría algo.
El Showcase terminó, nos despedimos de las inspirits y agradecimos al staff, para después entrar al camerino y alistarnos para ir a casa.
Yo estaba tan cansado que en el momento en el que entré en el camerino me senté en el sillón para cerrar los ojos unos minutos. Al parecer me dormí por un momento, ya que, abrí los ojos abruptamente con el zarandeo que Sungkyu hyung medió en el hombro diciendo un “los esperamos en la camioneta, no tarden”, cerraron la puerta y me quedé en el silencioso camerino creyendo que estaba solo. Me paré del sillón para buscar mi ropa y cambiarme, pero solo en ese momento me di cuenta que SungYeol estaba parado viéndome con una tierna sonrisa –Vamos a cambiarnos Myung Soo, los chicos nos esperan- quedé en shock por un momento para después devolverle la sonrisa, al parecer SungYeol decidió esperarme, eso solo hace que mi amor por él crezca más.
SungYeol se empezó a quitar la camisa, se que debería voltearme y cambiarme de ropa pero simplemente no pude evitarlo y me le quedé viendo, su delgado cuerpo era hermoso, mis ojos se abrieron de sorpresa al ver a SungYeol pasar su mano lentamente por su abdomen. Esto fue la gota que derramó el vaso, llegué al límite, mi paciencia se había agotado y la cordura había desaparecido.
Me acerqué lentamente hacia él, lo tome de la cintura y lo tiré sobre el sillón en el que momentos antes yo estaba dormido. Me posicioné sobre él y sin dejarle decir algo tomé sus labios con los míos desesperadamente. SungYeol se separó del necesitado beso cambiando las posiciones y dijo –aguantaste mi juego más de lo que creí- yo solo pude mirarlo confundido, y al ver la cara que puse Yeol agregó con una sonrisa ladeada -¿De verdad creíste que era así de inocente?- me quedé completamente sorprendido, iba a responder pero fui callado con los labios de Yeol. Nos besábamos salvajemente y nos costaba respirar, pero aún así no nos queríamos separar. Me alejé un momento para volver quedar arriba y empecé a lamerle el cuello. Suspiros salieron de la boca de Yeol y gimió fuertemente cuando mordí juguetonamente el lóbulo de su oreja. De un momento a otro Yeol me arrancó la camiseta tirándola hacia algún lugar del camerino.
Empecé a acariciar su torso pasando mis dedos por sus tetillas y baje mi lengua desde su boca hasta la orilla de sus pantalones, probando la piel expuesta de SungYeol. Estando en la orilla del pantalón lo miré a los ojos lo que hizo que me excitara más, ya que estos reflejaban deseo, después de soltar un leve gemido le dediqué una sonrisa ladeada, como la que él me había dado, y le dije -al parecer te divertiste jugando conmigo- le bajé los pantalones y le empecé a morder los muslos acercándome y alejándome de su entrepierna, -creo que es mi turno de jugar- agregué. Sin quitarle la ropa interior pasé la punta de mi lengua por la entrepierna de SungYeol haciéndole gruñir desesperado. Sonreí arrogantemente y alejé mi boca de esa área para ahora lamerle y morder sus tetillas.
SungYeol cada vez gemía más alto y yo quería seguir jugando con él pero no teníamos tanto tiempo, así que le quité su ultima prenda y repartí besos por toda la extensión de su entrepierna, después la lamí como si fuese un helado. Le abrí las piernas para verle su pequeña entrada, le acerqué tres dedos a sus labios para que los mojara mientras yo me encargaba de lamer su entrada. Cuando terminó de ensalivarlos acerqué estos dedos a mi boca y los lamí de forma sugerente mientras lo veía a los ojos viendo como se excitaba por esto, -Déjate de juegos- me dijo frunciendo el seño, le sonreí, le abrí más las piernas y metí mi dedo ensalivado a su entrada; estaba tan pequeña que me hacia querer gemir de solo imaginarme dentro de él. SungYeol no hizo mueca de dolor, por lo que me permití meter dos dedos más haciendo que Yeol soltara un quejido de dolor, sonreí. Empecé a mover los dedos embistiendo mientras que lo besaba, cuando sentí que su entrada estaba dilatada saqué los dedos y lo miré dudoso, él solo asintió levemente con los ojos entreabiertos. Puse sus piernas sobre mis hombros y entré lentamente, cuando llegué ha estar todo adentro pude ver el dolor reflejado en el rostro de SungYeol -Lo siento- le dije tratando de reprimir mis gemidos, de verdad estaba apretado ahí adentro, -no importa- me trató de sonreír y me pidió que me moviera. Siempre había soñado con hacerle esto pero no había tomado en cuenta lo inexperto que era; me moví lentamente no queriendo lastimarlo más, de repente escuché gemidos de placer provenientes de su boca, por lo cual con más confianza acelere los movimientos. Me acerqué a su rostro para verlo a los ojos, siempre me han encantado; le besé los labios succionando su labio inferior haciéndole gemir más. Sentí sus paredes apretarse más en mi miembro y supe que pronto terminaría, por ello empecé a masturbar su miembro velozmente y aceleré las embestidas; él se vino primero manchando nuestros abdómenes y tras unas estocadas más me vine dentro de él. Ambos gemimos fuertemente.
Después de recuperar el aliento salí lentamente de él provocándole un leve gemido. Nos sentamos en el sillón, volteamos a vernos y al mismo tiempo pronunciamos “Te amo”, sonreímos como idiotas y nos arreglamos lo más rápido que pudimos, ya en el departamento nos ducharíamos.
Salimos del camerino, tomados de la mano, para ir hacia el estacionamiento donde debería estar la camioneta de la agencia. Subimos a esta y cuando cerramos la puerta Sungkyu empezó a oler el aire como si fuese un perro, arrugó la nariz y bufó -¿Es enserio?, ¿en el camerino?, ¿nos hiciste esperar para hacer eso?- Me dijo mirándome enojado, por otro lado los demás miembros nos miraron confundidos, le dediqué una sonrisa a mi de lado a mi hyung y apreté la mano de SungYeol, para después responderle volviendo a mi cara de poker –Por lo menos yo no lo hago en el departamento- Vi como Woohyun y Sungkyu se sonrojaban fuertemente, todos soltamos una carcajada y me acomodé en el hombro de SungYeol para descansar en el camino a casa.