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Feliz cumpleaños por Sabaku_No_Akemi

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Notas del fanfic:

¡¡¡Hola!!!


¿Cómo los trata la vida a todos? Bueno, yo me paso por aquí para dejarles un one-shot más. Esta vez con el motivo de celebrar el cumpleaños, de mi bello… hermoso… sensual… musculoso… sexy… y perfecto Kagami.

Espero que a ustedes les guste ya que me quebré la cabeza pensando en que escribir. Así que esperare con ansias sus reviews, con ji tomatazos zapatazos o chocolates… o lo que sea que quieran dejar para mí.

Notas del capitulo:

Disclaimer: Por desgracia y como todas ustedes lo saben no eh podido conseguir los derechos sobre Kagami y Kuroko…. Todos en KnB son propiedad del fundashi de closet de Fuyimaki-sensei. Yo solo los tomo prestados para fantasear con Yaoi

Por los pasillos de una gran plaza comercial, caminaban Aomine Daiki y Kagami Taiga, aparentemente sin rumbo alguno.

-          ¿Qué se supone que hacemos aquí? – preguntó por decimoquinta vez un alto pelirrojo.

-          Ya te dije – respondió con fastidio el moreno- Necesito una tienda deportiva.

-          ¿Y porque tengo que venir yo? – inquirió de nuevamente.

-          Porque si traía a Satsuki lo último que haríamos seria entrar a una tienda deportiva –bufó- se la viviría haciéndome cargar sus cosas por toda plaza.

Kagami suspiró resignado, a decir verdad él también debía comprar algunas cosas, pero le molestaba que el moreno lo hubiese sacado casi a rastras de su departamento justo en su día de descanso.  

=Flash Back=

El reloj en su buró marcaba las 9:30 de la mañana del día 2 de Agosto.

Los rayos de sol entraban por la ventana, pero al alto pelirrojo que reposaba en la cama poco le importaba, era sábado, lo cual significaba que no había entrenamiento, escuela, ni ningún motivo por el cual levantarse antes.

El sonido del timbre lo motivó a moverse para esconder su rostro bajo la almohada. Fuera quién fuera, podía volver más tarde o de preferencia no hacerlo. Con lo que el pelirrojo no contó, es con que la persona fuera de su departamento no pensaba lo mismo, pues continuaba llamando insistentemente la puerta.

No fue sino hasta que los timbrazos y el insistente golpeteo en su puerta le desesperaron, obligándolo a abrir.

-          ¡¡¡¿Qué demonios quieres?!!! – gritó exasperado abriendo la puerta de golpe.

-          Ponte pantalones, vamos a salir – ordenó el individuo fuera del lugar

-          ¡¡¿AHHH?!! – la furia lo comenzó a invadir- ¡¡¿ESTÁS LOCO?!! ¿SABES QUE DIA ES HOY?

-          Cállate, despertarás a los vecinos – la cara de aburrimiento del sujeto no ayudaba a calmar su ira- Y claro que sé qué día es hoy, es sábado y necesito que me acompañes.

-          Vete a la mierda – soltó Kagami intentando cerrar la puerta en la cara de aquel imbécil.

Y nuevamente no contó con que los reflejos de Aomine serían más rápidos y lo impediría entrando a su departamento al mismo tiempo. Por un momento pensó con dejarlo ahí y largarse a dormir otro rato, pero considerando las circunstancias optó por soltar un suspiro de resignación y decirle adiós a su siesta.

-          Muévete Bakagami que no tengo todo el día- ¿Y si mejor le rompía la cara? Era mejor opción.

Una batalla campal se desarrolló en la sala de la casa del as de Serin, dejando como indiscutible ganador al moreno de cabellos azules.

Poniéndose lo primero que encontró, Kagami partió de su hogar junto con Aomine.

=Flash Back=

 

Ya llevaban dos horas dando vueltas por todos lados y el moreno no parecía interesado en comprar nada. Kagami estaba pensando seriamente en mandar a volar al as de Too y largarse a su hogar.

Para cuando dieron las 12:30 de la tarde por fin decidieron parar.

-          Tengo hambre – bostezó Aomine- vallamos por algo de comer. -Y sin esperar respuesta se encaminó a la zona de comida de la plaza.

Hora y media, y unas cuantas pizzas, después de eso continuaron su recorrido.

-          ¿Qué se supone que hacemos aquí? -preguntó otra vez Taiga, más por molestar que por otra cosa.

Afortunadamente dio resultado y la pregunta tan recurrente logró exasperar al más alto. Kagami sonrió entre dientes ante el resultado. Pero antes de que el moreno hiciese algo en contra de su integridad física sonó su celular.

-          Ahora qué – contestó de mala gana Daiki.

Una monótona voz sonó del otro lado siendo escuchada atentamente por el moreno.

-          Tsk ¿Estás seguro? – se escuchó como le respondieron del otro lado de la línea – vamos para allá – y sin esperar contestación, el moreno colgó.

-          ¿Ya te están buscando? – se burló el pelirrojo

-          Nos… – corrigió- es Tetsu, dijo que su entrenadora los buscaba pero que no lograba localizarte. Esta fuera de tu apartamento.

-          ¿Kuroko? – la sorpresa se reflejó en el rostro del más bajo- ¿Cómo sabía que estaba contigo?

-          Yo se lo dije – respondió con simpleza- Le pregunte si podía acompañarme antes, pero dijo que le tocaba baño a No. 2 y no podía –Kagami tembló ante la mención del can- fue él quien sugirió que te viniera a buscar.

Ante la respuesta del de ojos azules, Kagami apretó los puños.

-          Ese maldito Kuroko – maldijo en pensamientos. – El muy imbécil no quiere acompañar a este idiota y me lo deja a mií.

Y es que realmente ¿A quién le gusta despertar temprano los días libres? Era lógico que se molestara. Aunque realmente el cerebro de Kagami no tardó mucho en procesar la información.

Si el estúpido perro (Como él lo definía) No hubiese estado ahí, Aomine habría salido toda la mañana –y parte de la tarde- con su sombra… los dos… solos… como en una cita… ¡¡Oh No!! Eso no lo podía permitir. Y por primera vez en su vida, Kagami agradeció el día en que Kuroko encontró a Nigou e incluso la existencia de éste. Quizás, y en agradecimiento, le compraría algo al can.

Y no fue sino hasta en ese momento que Kagami disfrutó por efímeros instantes ser él quien estuviese ahí. A final de cuentas él no iba a permitir que ese imbécil o cualquier otro le quitase a su sombra. No, a Kagami Taiga le gustaba Kuroko Tetsuya y no descansaría hasta que éste le aceptara como su pareja.

Y con toda esa determinación, ambos se dirigieron a la moto del moreno para encaminarse al departamento del Tigre de Serin.

 

 

-          ¡¡Feliz cumpleaños!! –Siendo recibidos por todos, se escuchó el unánime grito al abrir la puerta.

-          ¿Cumpleaños? – la expresión del pelirrojo denotaba confusión- ¿De quién? – miro a Aomine.

-          ¿Cómo que de quién? ¡¡Tuyo!! – Gritó Hyuga ante la pregunta de su Kohai.

-          ¿Mío?- se señaló- Yo cumplo hasta el 2 de Agosto –contestó con incredulidad.

Abriéndose paso entre la multitud, Kuroko se acercó hasta su luz entregándole un calendario y su teléfono celular también. En ambos mostraba la fecha “2 de Agosto”

-          ¡¡¡EHHH!!! – el pelirrojo en verdad parecía sorprendido.

-          Feliz cumpleaños, Kagami-kun – una leve sonrisa asomó por los labios del más bajo, dejando embobados a muchos, pero sobre todo a Taiga.

-          Gracias- y respondiendo el gesto fue lo único que atinó a decir.

Por alguna extraña razón esos 2 parecían sumergidos en su propio mundo. Y no fue sino hasta que la voz de Riko se escuchó, que fueron conscientes de ello.

-          Solo a ti se te puede olvidar tu cumpleaños, Bakagami – mencionó la chica soltando un suspiro de resignación.

Muchos de los invitados a la reunión se acercaron al 10 de Serin para darle sus felicitaciones, así como sus regalos. Entre los asistentes se encontraban, el equipo completo de Serin, La Kiseki no Sedai junto con Takao Kazunari, su hermano de anillos Himuro Tatsuya y su entrenadora Alexandra García.

Con lo que nadie contó, es con que la sombra de Serin se emborracharía con media lata de cerveza.

-          No creí que fueses tan malo para el alcohol Tetsu- se burló Aomine ya un poco tomado también.

-          Debí imaginármelo desde un principio- se culpaba Riko ante aquello.

-          Lo iré a recostar – informó Kagami.

La reunión fue sencilla, pero no por ello dejo de ser divertida. Entre un Himuro escondiendo el pastel (Creo que todos sabemos de quién), un Furihata siendo Acosado por el emperador, un Aomine compitiendo con Takao y una Riko huyendo de Alex. Todo transcurrió en risas.

Para cuando el reloj marcó la media noche, todos se comenzaron a retirar a sus hogares.

-          ¡¡Shin-chan!! – gritaba Takao en los brazos del peli-verde - ¡Una cerveza más!

-          Callate, Bakao – forcejeaba el mayor intentando calmarlo.

A decir verdad no fue buena idea que éste se pusiera a competir con Aomine por quién podía tomar más cerveza. Aunque un Takao borracho no variaba mucho de un Takao sobrio y normal, según Midorima.

-          Nos vamos – y con una educada reverencia el de cabellos verdes se retiraba del lugar.

-          ¡Dame mish llavesh! – le gritaba Aomine a Kise tambaleándose por el alcohol.

-          Ni hablar, Yo te llevaré Aominecchi.

Cuando todos vieron caer ante el alcohol al prodigio de Too, fue Kise el único que tuvo que cargar con él. ¿Quién diría que Aomine hasta borracho sería terco? Al menos Kise tenía la paciencia para lidiar con él.

Y siendo Himuro y Murasakibara los últimos en partir, Kagami se dirigió a su habitación. Quería dormir, el desastre podía esperar.

Sobre la cama, se encontraba Kuroko con las mejillas sonrojadas, abrazado a la almohada.

-          Hasta tomado te ves adorable – susurró Kagami acariciando los cabellos de su sombra.

Por decisión unánime, todos optaron por dejar a la sombra de Serin en la casa del mayor, pues nadie más que Aomine sabía su dirección y por obvias razones no lo podía llevar, así que solo les quedo tomar el celular del más bajo e informar en su hogar que permanecería ahí por haberse quedado dormido.

-          Kagami-kun – habló Kuroko

Cuando el más alto dirigí su mirada hacia la cama se topó con un Kuroko tratando de ponerse de pie. Sobra decir que Kagami corrió a auxiliarlo.

-          Kuroko- lo tomo de la cintura tratando de recostarlo- vuelve a dormir

-          Kagami-kun…Yo… tu… - el de cabellos celestes se abrazó al cuello de su compañero- Tu a mi… de verdad me gustas. – continuó hablando escondiendo su rostro en la curvatura del hombro de su luz - Me gustas mucho Kagami-kun– fue lo último que susurro antes de sellar sus labios.

Sobra decir que la expresión de Kagami era un poema total. ¿De verdad podía ser correspondido?

Por un momento la sensación lo embriago y se dejó hacer, un beso siguió a otro y a otro más. Poco a poco se fueron recostando sobre la cama para dormir así, Juntos… uno abrazado al otro.

 

 

A la mañana siguiente, cuando Kuroko abrió los ojos, se encontró en una habitación que no reconoció como suya, recostado entre los brazos de su luz.

Un fuerte rubor asomó por sus mejillas y por un momento su expresión cambió.

El chico fantasma se veía realmente confundido, y por un momento trato de recordar lo que lo orillo a dormir de aquella manera con su luz. Por instinto se revisó a sí mismo y soltó un suspiro de alivio al notarlos vestidos a ambos.

Entonces… ¿Cómo es que había terminado durmiendo en la cama de Kagami? Una mueca apareció en su rostro, pues lo último que el recordaba era haber estado tomando una lata de cerveza con Furihata-kun.

-          Veo que estas despierto – hablo el chico de cabellos rojos

-          Ahh Kagami-kun – solto un leve respingo. Tan concentrado se encontraba tratando de recordar algo, que no noto cuando su compañero despertó - Buenos días ¿Llevas mucho despierto?

-          Kuroko – habló Kagami aun recostado- Lo que me dijiste anoche…
¿Es verdad?

Ok, no es algo que se pregunte a primera hora del día, pero el más alto no iba a esperar. Al final de cuentas las sutilezas no son lo suyo.

-          No sé de qué estás hablando Kagami-kun – confeso – Pero sea lo que sea que haya dicho… Lo lamento, estaba tomado, así que no fue mi intención ofenderte.

Y en ese momento el corazón de Kagami dejó de latir y sus músculos se tensaron por completo. Él en verdad no espero esa respuesta.

-          Pero dicen que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad ¿No? – el peli-celeste llevó una mano a su barbilla, por alguna extraña razón sintió que debía decir aquello - así que supongo que es verdad. - y al ver la cara de alegría de su luz no se arrepintió.

Un beso le fue otorgado a la pequeña sombra. Y aunque no sabía por qué razón se le daba, correspondió gustoso. Pues sea lo que sea que dijo durante la noche, debió ser lo correcto para traerle felicidad.

-          I Love You, Kuroko.

Sin duda para Kagami, ésa fue la mejor parte de cumpleaños.


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