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Boys Day. por MitcheKiller117

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Notas del capitulo:

Aclaraciones:

Xx — Cambio de escena.

—     Diálogos.

Puntos a remarcar.

“” — Otros puntos de interés.

.

¡A leer!

 

Xx

 

KyuHyun es el primero en bajar del escenario cuando todo termina.

Caminó tan rápido como esos terribles zapatos se lo permiten. No puede creer que las mujeres se sientas fascinadas por tales dolorosas y torturantes cosas. Fuera del diseño, eran la cosa más fea que había visto.

Intentó sacarse la peluca rubia sin mucho éxito. Y maldijo por lo bajo.

Observó a ChangMin sonreír y se tranquilizó.

En realidad él no es la clase de persona que se monta un espectáculo por cosas como esa. Tampoco es la primera vez que lo ha hecho. Sin embargo, esta vez se siente peculiarmente preocupado, KyuHyun tiene un presentimiento y todavía no acaba de descifrar si es bueno o malo.

Los miembros del Staff los felicitan entre risitas y sonrisas burlonas.

KyuHyun quisiera mandarlos al diablo. Ojalá fuesen ellos quienes tuviesen que vestirse así, ¿Les haría gracia? No, claro que no.

—¡Yah! ¡No aguanto más! — SuHo se dejó caer al suelo en un pasillo y se sacó los tacones con una mano mientras se rascaba la mata de cabello postizo con otra.

MinHo se encogió de hombros y miró entre la gente sintiéndose preocupado.

TaeMin caminaba hacia ellos. Acompañado por Kai y Yixing, esos chicos de EXO.

Si no hubiese estado viendo todos esos promocionales en todas partes, KyuHyun no hubiese reconocido al rubio platino que se detuvo frente a ellos y se inclinó a forma de saludo para después comenzar a felicitarlos por su gran actuación.

Llevaba puesta una chaqueta negra cerrada, aunque por la piel de su pecho que estaba sugerentemente a la vista, podría asegurar que no llevaba nada bajo ella.

Choi MinHo suspiró y TaeMin le sonrió de medio lado. KyuHyun también lo hizo, preguntándose dónde demonios había ido el flacucho chico con el cabello de hongo.

—Me iré con YunHo ahora. — Habló Max y KyuHyun hizo una reverencia y chocó su mano con la del muchacho.

No podía evitar sentirse estúpido pero realmente le emocionaba siquiera poder tocarlo. Lo admiraba tanto…

El integrante de  TVXQ se marchó por el pasillo a paso lento, contorneando las caderas mientras se quitaba la peluca y les dedicaba un guiño antes de perderse entre el gentío.

Los chicos se carcajearon y KyuHyun no pudo no imaginarse sujetando ese trasero. Yah, Max changMin es demasiado sexy.

Kai también se despidió y volvió por donde había venido, yéndose demasiado apurado.

Por el rabillo del ojo alcanzó a observar como la pálida mano de TaeMin subió juguetona y acarició el muslo de MinHo, que se removió incómodo.

KyuHyun tragó saliva e intentó no seguir mirando sin éxito alguno. El Maknae de SHINee miraba de una forma lujuriosa a su Hyung y KyuHyun se estremeció al verlo lanzar un guiño.

Su pecho se aceleró.

¿Ukear a MinHo? Dios santo, ¿¡A donde iría el mundo a parar!?

Se aclaró la voz intentando no ser demasiado obvio y miró a los integrantes de EXO — Yo me iré yendo también.

SuHo pronunció una sonrisa traviesa en sus labios. — ¿Es porque ya se fue Max? —Hizo un puchero. KyuHyun lo vio demasiado raro todavía usando esa peluca. — Nosotros también somos interesantes, Cho KyuHyun.

El aludido se rascó la cabeza y río como quien no quiere la cosa. — Yah, no es eso. Me presento en un rato. — se excusó.

Lay, que estaba inclinado hacía el chico de peluca corta, golpeó con su codo el hombro de su líder. — JoonMyun, déjalo en paz.

KyuHyun sonrió ante la expresión de su Dongsaeng mayor y aprovechó para despedirse con la mano. Quiso inclinarse hacia los otros dos pero en su intento se dio cuenta de que habían desaparecido. Miró a SuHo con las cejas fruncidas y Lay contestó con una sonrisa que marcó su hoyuelo.

—Se fueron hace un momento.

El Maknae de Super Junior chistó y se mordió el labio inferior. — Hoy TaeMin folla.

Ambos integrantes de EXO se echaron a reír por su comentario. Él se marchó luego de una seca cabezada.

Oh, pobre KyuHyun, se arrepentiría de haberse burlado de MinHo.

 

Xx

 

Cuando el joven de veintiséis años que era ya Cho KyuHyun se adentró en el camerino de Super Junior, se sorprendió de encontrarlo vacío.

Sin embargo se encogió de hombros y se dirigió al espejo para quitarse toda esa sarta de cosas de encima y poder volver a respirar testosterona con tranquilidad.

Se preguntó cómo le estaría yendo al rapero de SHINee y sonrió con malicia ante su gran imaginación. Se preguntó también si MinHo podría caminar al día siguiente mientras se quitaba los aretes.

Las perforaciones dolían demasiado, no quería pensar en ello.

La puerta del camerino se abrió y en ella apareció la silueta de SungMin.

KyuHyun lo miró a través del espejo y no pudo evitar sonrojarse. Justo lo que no quería que pasara estaba sucediendo. Maldijo el momento en que no le echó el pestillo a la puerta y maldijo también al destino por sus malas jugadas.

Su Hyung bajó la mirada un instante después y se recargó en la puerta un segundo luego de cerrarla. Caminó hasta uno de los sillones en la pequeña salita que había y se sentó mirando sus zapatos moverse al compás de sus pies.

KyuHyun, sin embargo, no había podido quitarle la vista de encima.

Estaba estático. Por un momento llegó a pensar que el ahora pelinegro se burlaría de él hasta el cansancio. Y entonces recordó que estaban peleados.

SungMin detestaba que KyuHyun admirara tanto a Max ChangMin.

Lo odiaba casi tanto como a los muchos recovecos de su cuerpo y era muy normal que ambos iniciaran repentinas e inevitables discusiones por ello. SungMin le echaba en cara que hablaba demasiado de Max en todas partes, la radio, la televisión, entrevistas a papel, y sin embargo no tenía tiempo de mencionarlo a él.

KyuHyun admitía que era así, sin embargo, también se ponía a exigir un poco de comprensión. El que lo admirara no significaba que quisiera acostarse con él. Aunque por supuesto que quería pero eso su adorado SungMin no tenía por qué saberlo. Tampoco era como si fuera a hacerse realidad.

El menor dejó los aretes en el tocador y se miró las manos con profundidad.

No le gustaba estar enojado con SungMin y sin embargo él no había detenido la pelea, sino que la había llevado a tal extremo que ahora no encontraba la forma de disculparse.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la voz de su Hyung. KyuHyun se giró rápidamente y parpadeó, creyendo que estaba alucinando.

Pero no era así, SungMin realmente estaba hablándole.

—Lo hicieron muy bien. — Repitió al darse cuenta de que había hablado muy despacio.

Lo miraba tan fijamente, que un escalofrío recorrió la espina dorsal del Maknae. Estaba tan perplejo. Una lluvia de pensamientos inútiles abordaron su cabeza. Que si debía agradecer primero o disculparse, que si le debía en sí una disculpa a su Hyung o no, que si pensar en tirarse a Max ChangMin era considerado o no infidelidad…

Abrió la boca y frunció el ceño, dudoso. — Hyung y-yo…

SungMin le mostró una sonrisa algo apagada. — Está bien, Kyu. No pasa nada.

El menor frunció los labios y suspiró, mirando sus manos recargadas en el mueble. Esa situación era ridícula, las cosas no eran así.

Usualmente, SungMin no le dirigía la palabra hasta que él fuese a disculparse. Al mayor nunca le importaba si KyuHyun tenía la culpa o no, él siempre estaba esperando por su disculpa y de no ser así, él lo daba el primer paso. Una vez, incluso habían durado casi un mes sin hablarse, hasta que Kyu comprendió que debía ceder ante los encantadores pucheros que SungMin le dedicaba y que le incitaban a rendirse.

Se preguntó por qué el cambio de actitud tan drástico de su Hyung y volvió a mirarlo.

SungMin se había puesto de pie y movía sus pies dubitativamente, no sabiendo si acercarse o permanecer en su lugar. Tragó saliva y asintió decidido, debía armarse de valor.

Debía hacerlo.

—Estás muy guapo. — Comentó el mayor con la voz ronca.

KyuHyun abrió los ojos, más perplejo de lo que ya estaba y le fue inevitable que sus mejillas volvieran a teñirse de rojo. ¡Maldita sangre en la cabeza!

—Tan guapo… — Los ojos de SungMin buscaron los suyos y él apenas pudo corresponder la mirada con nerviosismo. — Mira como me tienes.

KyuHyun, que había estado concentrado buscando una respuesta a lo que veía en los ojos de su Hyung, escuchó como la última frase de éste se repetía en su cabeza en eco.

“Mira como me tienes” El Maknae bajó su mirada instintivamente y sus ojos se posaron en el bulto que había en los pantalones de SungMin.

Tragó en seco.

¿Qué estaba…

—KyuHyun. — El mayor volvió a lograr que sus ojos se posaran sobre los suyos. — Voy a perdonarte. — Aseguró mientras se acercaba a paso lento.

El menor retrocedió un paso y su trasero golpeó el mueble del tocador, dejándolo sin salida.

—¡SungMin Hyung! —Alzó sus manos y las puso al frente, entre ambos. — D-Detente.

El mayor alzó una ceja y se relamió los labios de forma lasciva. KyuHyun juró que nunca lo había visto así.

SungMin avanzó hacia él con tranquilidad.

La respiración del menor se volvió agitada y pesada de un instante a otro, sus piernas tiemblan cual gelatina. Hay una sonrisa en el rostro de su Hyung, una que promete problemas.

El Maknae esta vez no sabe dónde meterse. Su mente entra en debate, asumiendo las posibilidades de huir. Se echaría a correr, claro, si pudiera.

Malditos tacones.

SungMin estira su mano y acaricia su muslo desnudo de la misma forma en que TaeMin lo hizo con MinHo. KyuHyun respira de forma agitada y gira la cabeza, mirado hacía otro lugar.

Lo iban a ukear. ¡Joder! ¡KyuHyun uke!

—Te perdonaré. — Repite su Hyung.

El menor niega una y otra vez con el rostro y evita mirarlo. Es la situación más vergonzosa en la que ha estado y maldice todo. Maldice al staff, maldice a la compañía, maldice hasta su sueldo.

—N-No, Hyung. No sería apropiado. — Murmura, rogándole a los cielos ser escuchado.

El aludido lo ignora y, al tenerlo ya acorralado, lo empuja sobre el mueble, haciéndolo sentarse. KyuHyun no puede estar más nervioso, los papeles están invertidos y eso simplemente es algo antinatural.

SungMin le abre las piernas con destreza y se posiciona entre ellas, la sonrisa todavía bien pronunciada en sus carnosos labios. KyuHyun quiere besarlos pero quiere que sea su Hyung quien este contra el espejo en su lugar.

El mayor comienza a subir su mano juguetona, acariciando el contorno de su cuerpo hasta llegar a su mejilla. El contacto le quema al Maknae que intenta concentrarse en recordar cómo respirar.

SungMin está jodidamente sensual ese día.

El sudor perlado por las antiguas presentaciones dejó huella en su rostro, el peinado que le hicieron estaba algo alborotado y la holgada camisa blanca dejaba expuestas sus clavículas tentativamente.

KyuHyun quería chuparlas.

Y sin embargo, fue su Hyung quien chupó sus labios. Se lanzó hacia él de forma fogosa y lo besó de forma desesperada. A KyuHyun le picaba la boca, por ello, cuando el mayor deslizó su lengua sobre su labio inferior no pudo evitar abrirla y dejar que la caliente lengua del mayor entrara acariciando todo a su paso, despertando a la suya y poniéndola a temblar mientras intentaba corresponderle.

SungMin le jaló por la peluca rubia y profundizó el beso, fundiendo sus labios como si fuesen uno solo. Sus lenguas danzaban una tímida y la otra salvaje en una lucha insaciable e incierta.

KyuHyun no quería admitirlo pero el salvajismo con el que actuaba su Hyung lo ponía. Lo ponía demasiado para su gusto, o más bien, para la situación.

Una de las manos de SungMin acarició su muslo descubierto y la otra le arrancó con desesperación las plumas al vestido. KyuHyun ladeó la cabeza por inercia, una vez hecho el trabajo, y el mayor le devoró el cuello.

Chupaba aquí y allá, sus manos desabotonaron la parte superior del vestido mientras su lengua trazaba un camino de saliva en su piel y sus labios se fundían sobre la misma, marcándola y dejándole moratones.

El menor gimió cuando SungMin dirigió su boca a su pecho y alcanzó a tocar sus botones con la lengua. Lo hacía perfectamente y eso terminó de calentarlo. Una erección se abultaba bajo el ridículo vestido rojo que se había visto obligado a usar.

—Eres la rubia más hermosa que mis ojos han visto. — Musitó el mayor.

KyuHyun, que pensaba que no podía sonrojarse más, lo hizo. Los labios le temblaron ante la mirada lujuriosa que el mayor le dedicó antes de volver a fundirse en su piel y acariciar con sus fogosas manos sus pezones hasta ponerlos duros.

En el momento en que SungMin coló una de sus extremidades bajo su vestido y alcanzó a frotar su miembro con calma, KyuHyun se rindió y echó la cabeza hacía atrás, recargándola en el espejo.

¡Al diablo todo! Después de todo él era de SungMin tanto como SungMin era suyo.

Una sonrisa victoriosa se formó en los labios carnosos del otro, que lo besó nuevamente, el menor le echó las manos al cuello y sonrió en el beso, intentando disfrutar. SungMin quiso apartarse pero KyuHyun le chupó los labios un buen rato, deleitándose con su dulce sabor pues, pese a ser el quien estaba vestido como una chica, SungMin siempre sería el más afeminado de ambos.

El mayor le acarició la pelvis antes de meter una de sus manos dentro de la ropa interior bajo su vestido. KyuHyun gimió y aferró sus uñas al cuello del otro, que se desabotonó los pantalones con su mano libre.

Era la situación más excitante en la que habían estado.

El menor, que comúnmente no solía preocuparse por los detalles, lo paró antes de que se sacara la ropa.

—H-Hyung… Alguien podría entrar y vernos. — Advirtió mirando a la puerta.

En ningún momento el aludido apartó sus ojos de los suyos, tomó su mentón y lo obligó a mirarlo. — La aseguré, no te preocupes.

Una sonrisa divertida se trazó en la boca de KyuHyun, su Hyung definitivamente había aprendido del mejor.

—Evil Minnie — Gimió cuando en una caricia, el aludido lo despojó de su ropa interior.

SungMin también sonrió, sintiéndose alagado. —Evil Kyu. — Lo imitó antes de volver a fundir sus labios en un beso húmedo y mover la cadera hacía adelante, logrando que sus miembros ya despiertos se rozaran.

Una descarga potencialmente eléctrica recorrió las espaldas de ambos y KyuHyun se golpeó contra el espejo pero no le dolió en absoluto. El mayor comenzó a hacer movimientos rápidos con sus manos sobre los falos de sus penes mientras gemía inevitablemente.

Los gemidos de su Hyung eran música para los oídos del Maknae.

Se sintió impotente de no ser él quien los provocara con exactitud y frunció los labios. SungMin lo miró y deslizó su mano libre hasta alcanzar su trasero.

Lo palmeó.

La reacción de KyuHyun fue involuntaria. No acostumbrado, empujó al otro con brusquedad, aunque el mayor estaba tan dispuesto a no dejarlo escapar que volvió a su posición un segundo después. Asustado, el Maknae cerró los ojos y esperó.

La traviesa mano del mayor se coló entre sus nalgas, logrando un suspiro de la boca del menor, que se mordió los labios con fuerza esperando el instante en que introdujera sus dedos en él.

Y sin embargo, nunca sucedió.

Cuando abrió los ojos, SungMin le regaló una sonrisa abochornada y la mano que anteriormente le sujetaba el trasero se movió nerviosa, juntándose con la otra frente a su pelvis.

KyuHyun abrió la boca sin creerse que de pronto el mayor se volviese tímido.

—¿Es enserio? — Inquirió con un hilo de voz, ganándose una mirada sorprendida por parte del otro.

—S-Sí quieres yo puedo… continuar. — La voz del mayor temblaba y era un susurro.

KyuHyun le mostró sus blancos dientes y le besó con dulzura antes de bajarse del mueble y tomar al mayor por la cintura para colocarlo a él ahí mismo.

¡Gracias a San SiWon! ¡Los cielos lo habían escuchado! ¡Todavía no le tocaba ser uke!

Se chupó los dedos y movió sus manos con destreza y se deshizo de los pantalones que colgaban en los tobillos del mayor, después se coló entre sus piernas abiertas y volvió a besarlo, colando sus traviesas manos por atrás. Rozando primero la cadera de su Hyung y apretando su trasero entre sus manos después.

Todo SungMin era delicioso.

Abrió las nalgas de su Hyung e introdujo dos dedos en su interior de golpe. SungMin gimió en su oído y le mordió el cuello con salvajismo.

KyuHyun sabía que estaba lo suficientemente acostumbrado como para disfrutarlo, así que comenzó a hacer movimientos circulares en su interior y luego imitó a una tijera recortando un papel mientras volvía a frotar sus miembros juntos.

Los jadeos húmedos de su Hyung en el oído lo ponían demasiado ansioso como para ser paciente, de tal forma que introdujo velozmente un último dedo y después los sacó.

Con un movimiento ágil, apartó de un tirón todas las cosas sobre el tocador y puso a su Hyung contra éste, dándole la espalda.

Lo miró con lascivia a través del espejo y acercó sus dientes a su hombro para morderlo. Palmeó su trasero y después acercó el glande de su miembro a la entrada del mayor, que gimió al sentir algo tan caliente cerca…

Succionando su cuello, KyuHyun alzó la cabeza y lo miró mientras le susurraba. —Eres la persona más hermosa que han visto mis ojos.

SungMin se sonrojó violentamente y se removió incomodo por su punta todavía rozando su entrada. —K-Kyunnie…

—Pídemelo.

Si al Maknae le encantaba ponerse exigente, era simplemente porque ver el rostro de SungMin al hacerlo era algo que lo ponía de tal forma que le daban ganas de follárselo hasta el amanecer.

—Métemela, Cho KyuHyun.

A KyuHyun le encantó ver el ceño ligeramente fruncido de su Hyung, sus mejillas teñidas de rojo, las perladas gotas de sudor bajando por su rostro y sus labios entre abiertos, de forma que no pudo negarse y se introdujo en el de una sola embestida.

El mayor no pudo reprimir un fuerte jadeo y aferró las manos al tocador.

KyuHyun movió sus caderas de forma circular y dejó que el mayor se acostumbrara a su intromisión antes de comenzar a moverse lentamente.

SungMin, impaciente, contrajo la pelvis y luego lo empujó hacia atrás, embistiéndose él mismo. A KyuHyun nada le ponía más que eso.

El menor sujetó al mayor por las caderas con fuerza y comenzó a embestirlo con rapidez. SungMin comenzó a jadear y a pedir por más de forma insaciable, a KyuHyun le encantaba conocerlo y saber exactamente qué puntos tocar para ponerlo así.

Quizá esa era precisamente la razón por la cual nunca había sentido realmente ninguna necesidad de serle infiel a su conejo.

Además de ser tierno, precioso y todo lo que siempre había estado buscando. SungMin era tanto o más insaciable que él mismo en la cama y eso le encantaba. Es decir, que ChangMin le pareciese guapo y que se montara un montón de fantasías con él en su cabeza no significaba que realmente fuera a hacerlo.

No sería capaz de lastimar a su precioso Hyung ni en un millón de años.

Sintió la necesidad de hacérselo saber, ahí, a mitad de un buen sexo que para él no era solo eso.

—Hyung… — Lo llamó agitado. — El menor lo miró a través del espejo pero eso no le bastó.

Salió de su interior, lo giró con rapidez y volvió a sentarlo sobre el mueble. Solo entonces colgó las piernas del mayor en sus hombros y volvió a penetrarlo con fuerza.

SungMin le devolvió una mirada intensa con los labios temblorosos y el rostro acalorado.

—Wo ai ni. —Susurró el menor.

SungMin sonrió felizmente apenado y le besó con ternura.

Su adorado y tonto Cho siempre encontraba la manera de fastidiarlo con el chino, incluso aunque estuviesen en un momento como ese.

—Yo también te amo, Kyunnie.

El menor no necesitó escuchar más. Salió de su interior y lo embistió con más fuerza, alcanzando así su punto G.

SungMin gimió y KyuHyun apresuró sus movimientos .Sabía que no contaban con demasiado tiempo.

No mucho tiempo después, el mayor se vino en su vientre, a pesar de que el menor no había tocado su erección y KyuHyun lo hizo en su interior un par de estocadas después, llenando su hueco con todo su potencial.

SungMin recargó su cabeza en el cuello del Maknae y respiró agitadamente contra su pecho. Una sonrisa se dibujó en sus labios, sus planes realmente habían resultado mucho mejor de lo que había esperado.

KyuHyun se giró y le besó la mejilla.

A SungMin le pareció de lo más tierno.

Y mientras el mayor se ponía los pantalones, KyuHyun se deshizo del vergonzoso vestido. Ya habiendo acabado de arreglar su ropa, SungMin fue a quitarle el seguro a la puerta y volvió para ayudarle al Maknae a quitarse la peluca.

Cho KyuHyun suspiró, sentándose en una de las sillas mientras se dejaba hacer y miró a su sonriente Hyung.

Se preguntó cómo les habría ido a MinHo y a SuHo. Se preguntó también qué hubiese pasado de no haber atraído tanto a su Hyung y finalmente negó con la cabeza, feliz de haberlo hecho.

Realmente no había sido tan malo haberse vestido de chica después de todo.

 

Xx

Notas finales:

 

¡Hola!

Jajaja, ya sé. Yo y mis locas ideas. ¡Pero vamos! ¡Esto se nos cruzó por la mente a todos, admitámoslo!

Quería escribir algo de SuLay y 2Min por el estilo y postearlo por aquí mimo, dado el nombre del Fanfic. Pero no sé. Tal vez no lo haga. Tal vez sí.

Me disculpo por los errores y así.

En fin (: Gracias por haberse tomado la molestia de leer, si es que llegaron hasta aquí. Y ¡Lo siento! Pero es que no pude poner a Min como Seme… Lo intenté y fue un desastre, ese simplemente no era Min, jajaja.

¡Dejen Reviews y nos leemos!

 

XOXO.


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