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En la noche. por Kannygho-kun

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Notas del fanfic:

Los personajes y el escrito me pertenecen.

Notas del capitulo:

Si bien aún escribo un poco, ya no subo tantas cosas aquí.

Se había vuelto realmente tarde pero no podía dejar el constante mensajeo así nada más. Cada tema era interesante y podía extenderse de esa manera por largos intervalos.

De repente me sobresalté, mis mejillas se sintieron tibias.

Como podía esperar de Meriel, su forma directa de preguntar las cosas me dejaban atónito y pensativo, en busca de una respuesta que no me hiciera quedar en ridículo.

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De: Mer I.

Asunto: -

Mensaje: Con qué prefieres masturbarte, revistas, porno o alguna fantasía?

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¿Como podía preguntar sin siquiera vacilar? 

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De: Sennai

Asunto: Idiota!

Mensaje: ¿Por que iba a decírtelo?

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De: Mer I.

Asunto: Re: Idiota!

Mensaje: Era una broma, no te lo tomes tan a pecho. Es obvio en que piensas cuando te tocas.

¿No es un poco tarde para que sigas despierto?

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De: Sennai

Asunto: ?

Mensaje: Como puedes saber en que pienso? Estas mintiendo.

No me trates como un niño! También es tarde para tí.

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De: Mer I.

Asunto: Re: ?

Mensaje: No miento, es algo que ambos sabemos bien.

Así que aún no vas a dormir... Quieres compañía?

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Me sobresalté sin comprender la pregunta. Varios minutos pasaron y la impaciencia de Mer se hizo notar cuando recibí otro mensaje.

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De: Mer I.

Asunto: Quiero verte.

Mensaje: No quieres mi compañía?

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Incómodo. Me sentí descomunalmente incómodo en ese instante, pero debía responder o él llamaría.

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De: Sennai

Asunto: Re: Quiero verte.

Mensaje: No he dicho eso, pero es tarde y peligroso para que vengas solo...

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De: Mer I.

Asunto: Re: re: Quiero verte.

Mensaje: No sabía que te preocupara algo así. Lo siento.

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De: Sennai

Asunto: ?

Mensaje: Por qué te disculpas?

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De: Mer I.

Asunto: Re: ?

Mensaje: Por adelantarme.

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Fruncí el ceño extrañado, mientras tipeaba otra respuesta. Cuando la envié me asustó el traqueteo en mi ventana, una ráfaga, pensé. Asomé a mirar los árboles del patio, pero estos estaban estáticos, pareciera que ni siquiera una brisa los hubiera movido en horas.

Me sobresalté cuando la ventana tembló de nuevo, claramente siendo golpeada por algo. Tragué en seco antes de asomarme. Al ver un punto blanco mirándome desde la oscuridad mi incertidumbre se disipó. Le quité el pestillo a la ventana, saqué medio cuerpo con ambas manos sobre el marco, tratando de no lucir tan feliz como me sentía en ese instante.

-Déjame adivinar, ¿Ahora me recitarás un cursi párrafo de Romeo y Julieta?

-...Lo arruinaste Sennai.-dijo fastidiado-. Y yo estudiando mis líneas como un tonto.

-¿De verdad ibas a hacerlo? ¿Tu falta de vergüenza no tiene límites?-me quejé en voz alta-.

-¿No me vas a invitar a pasar a tu balcón, Julieta?

-La gente normal usa las puertas como entrada. 

-No creo que quieras despertar a tu familia.-Tenía razón-.

-Pero no tengo balcón... ni unas escaleras mágicas. ¿Como esperas subir?

Lo vi rascándose la nuca y apoyé mis codos en el marco de la ventana. Obviamente no había pensando en el detalle en que necesitaba algo con que subir al segundo piso, donde se encontraba mi habitación. Ni siquiera hay forma en que llegue subiendo a un árbol, hay uno muy cerca de la ventana pero no lo suficiente, sería realmente arriesgado intentar un salto.

Quizás en ese momento pensamos lo mismo, por lo que Mer pronto estuvo en la rama mas cercana a mí. Desde la distancia podía admirar sus lavados mechones desordenados, con su casi etérea apariencia que se perdía en la oscuridad. Nuevamente era ese frecuente y delicado punto acromático en un mundo a color, su piel transparente jugaba en mis pupilas cuando la luz de la luna se reflejaba en ella.

Por mucho que quisiéramos que la distancia se acortara mágicamente entre nosotros, que las gruesas ramas se estiraran lo suficiente para que nos tocáramos, nada sucedería. Solo nos miraríamos el uno al otro en dulce agonía, susurrando en silencio absoluto el amor que nunca animaríamos a confesar, al menos no es voz alta aunque lo supiéramos.


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