*Casa-dos*
*Enoja-dos*
*Enamora-dos*
*Apasiona-dos*
*Comprometi-dos*:
ooO*Ooo
Su miembro salía y entraba una y otra vez por esa apretadita entrada, los gemidos inundaban el lugar, el sonido de la cama al moverse y chocar contra la pared.
Se podía ver una ancha espalda blanca y unos cabellos azabaches los dos nombrados mojados por el sudor, arriba de otro joven.
Acelero las embestidas, sacando más gemidos de su…Acompañante.
-Mm…-jadeo gustoso el que recibía- Oh…Mas….-rogo al borde del éxtasis.
Veía su cara contraerse, sus párpados fuertemente cerrados, sus pestañas largas rozar su cara, su rostro fuertemente sonrojado, completamente desnudo, completamente a su merced, completamente suyo…O eso quería creer por el momento.
Sintió como lo empujaban contra el colchón, quedando sentado en sus muslos con su pene completamente alzado y mojado, abrió sus cuencas negras para toparse con un lindo chico que le sonreía coqueto. El muchacho puso sus manos en su trabajado torso, tocando sus apretados pectorales, esa mano color miel se dirigió hacia uno de sus botoncitos que se encontraban erguidos por la excitación.
Acerco su cara y empezó a lamer uno como si fuera un gatito travieso todavía sin quitarle la mirada de sus ojos negros, mientras sus dedos pellizcaban el otro.
-Ah…-soltaba pequeños gemidos de placer al ser tocado de esa manera tan traviesa y coqueta tan característica en su…acompañante.
Alzo su mano blanca y la llevo hacia la dilatada y abierta entrada, la palpo con suavidad, tocándola alrededor, palpándola para después colar un dedo largo y fino entre las nalgas morenas.
-MMm…-soltó un gemido ahogado por la acción, despego su cabeza de los pezones para mirarlo a los ojos, travieso. Se relamió los labios de forma sugerente haciendo que su pene se alzara e hinchara aun mas, llevo la otra mano pálida para calmarse esa dolorosa erección pero se lo impidieron.
-Vamos…-susurro.-Deja calmármela…O si no me va a explotar.-
Por toda respuesta recibió una sonrisa de lado, vio como el de piel morena agachaba la cabeza hacia su erección y el…el solamente hecho la cabeza hacia atrás y empezó a sacar y meter su dedo de forma rápida por entre las nalgas.
Sentía una lengüita acariciándole la punta mojada y roja por la falta de atención, rozándola contra sus casi nulos vellos y venas.
-Oh…vamos ya trágatela y te voy a recomenzar- prosiguió palmando su trasero.-…aquí.-
Pero no le hicieron caso y siguió jugando con su glande apretándole el orificio, sus manos atraparon las dos bolitas arrugadas y se las llevó a la boca, las mordisqueo con cuidado y chupo con gula. Cuando las saco un pequeño hilito de saliva descendía por sus labios.
El azabache al ver tal imagen, toda la sangre que le quedaba se le fue a su enorme falo. Coloco dos dedos más de golpe en ese orificio de músculos.
-¡Ah…!-gimió de forma sonora.-
-¿ves…?-pregunto-has tu trabajo aquí.-apunto hacia su gordo miembro- y te recompensare acá-toco su dilata entrada.-
Sintió una mano acariciando las bolas para después sentir una cuevita llena de saliva calentita alrededor de su enorme falo. Abrió los ojos y se encontró con una deliciosa boquita tragándoselo, sus vellos rozaban esos labios de color durazno que tanto le gustaban, sintió otra fuerte punzada.
Empezó a mover los dedos y caderas de forma desesperada. Sus caderas se movían de forma onduladas y de vez en cuando follaba esa rica boqueta. ¡Oh! Estaba en mismo infierno.
Saco sus blanco dedos de la ya muy dilata entrada y despego esa boquita de su pene brilloso por la saliva. Lo dio vuela y lo dejo en cuatro en la cama viendo esa rosadita entrada contraerse momentáneamente, nuevamente sintió otra punzada.
Acaricio su dolorosa erección, su glande rojo lo acerco al anillo de musculo y se empezó a masturbar allí, tocándose su largo tronco una y otra vez, la acariciaba con el glande una y otra vez, la rozaba y hundía su verga pero sin llegar a follarlo.
-Oh…Ya entra-rogo desesperado, sacando una sonrisa arrogante.-
De un sola estocada descomunal se adentró, no lo dio ni tiempo de acostumbrarse cuando se empezó a mover rápidamente cual poseso. Veía de forma morbosa su pene Salir y entrar por entre las nalgas morenas, dirigió sus manos a las nombradas para abrirlas y ver mejor. La entradita abierta, comiéndose su pene de forma exquisita, ajustada y apretada.
-Se ve muy bien aquí…-susurro son dejar de mirar su verga salir y entrar fuertemente.-
-Más rápido.-
-Eres un goloso.-puso sus manos en las caderas trigueñas- te voy a romper ese hermoso culito que tienes y no te vas a poder sentar.-
-¡Oh! Hazlo, hazlo.-
Para después arremeter cual animal, saco su pene completamente tomo el tronco con una mano y con la otra le separo una nalga dejando al descubierto el mismo paraíso.
La metió de golpe dando directamente en la próstata, los dos gimieron de pura satisfacción, todavía el de piel blanca con las manos en las caderas contrarias lo penetro una y otra vez.
El sonido morboso y lujurioso que hacia el pene al chocar contra las nalgas, encendía a los dos ocupantes. El ambiente caluroso y los olores mesclados.
Sin avisar el de piel miel se corrió con un grito de satisfacción mientras se masturbaba para alargar el placer.
Por su parte el azabache sentía esa entradita más apretada y cuando sintió el grito de su…acompañante acelero las embestidas y derramo todo su semen en la entradita. Lo saco y le chorreo los glúteos.
Agitados se desplomaron en la cama los dos boca abajo, el azabache rodeándolo en un abrazo, así se durmieron.
.
.
Escuchaba un constante ruido, lentamente fue dejado de las manos de Morfeo, abrió sus ojos negros con pereza y miro a su lado, todavía está su acompañante durmiendo plácidamente, miro el reloj de la mesita y eran las tres de la tarde. Busco el causante del sonido y provenía del piso, específicamente en el pantalón de su acompañante.
Se levantó dejando ver su desnudez y se acercó al pantalón rebusco en los bolsillos hasta que dio con un celular.
Lo vio y miro la pantalla: tres llamadas perdidas. Chasqueo la lengua con disgusto yse dispuso a ir a acostarse de nuevo pero el aparato sonó nuevamente, miro la pantalla: llamada entrante de Gaara.
Quedo perplejo, tenía tantas emociones: enojo, rabia y más que nada temor…mucho temor de perderlo. Enojado contesto.
-¿Qué?-pregunto soberbio y cortante.-
-…- silencio-¿Quién rayos eres?.-
-No tengo porque decírtelo…Además estas interrumpiendo algo muy importante- informo.-
-Responde maldita sea-su vos detonaba ira pura- ¿Donde esta?.-
-En mi cama-dijo cruelmente-¿Dónde más?.-
-Responde con la verdad…maldito.-
-…-miro hacia la cama ya que su acompañante se estaba despertando- Es la verdad.- y corto.-
Justo en ese instante el que estaba en la cama despertó y se estiro con pereza, miro hacia su costado y no hayo al azabache. Su mirada recorrió toda la instancia hasta encontrarlo parado con sus cabellos cubriéndole los ojos.
-¿Sasuke…?-pregunto despacio-¿Qué te pasa?.- se levantó y se acercó.-
El nombrado seguía estático, con los puños fuertemente apretados, con sus nudillos más blanco de lo normal, levanto la cara dejando al descubierto su rostro frio y enojado.
-¿Qué te pasa?-volvió a pregunta preocupado alzando su mano para tocarle la cara.-
-…Respóndeme algo.-susurro con los dientes apretados, alejando de un manotazo la mano trigueña-¿Por qué te ha estado llamado Gaara?-
-…-ante la pregunta quedo en silencio, se acarició la mano golpeada- Porque tú no eres nadie para decirme que hacer…Además estas casado.-
El silencio reino en el lugar, Sasuke estaba furioso, tenía mucha ira guardada y la iba a sacar toda.
-jajajaja- una risa apagada y escalofriante salió de los labios del azabache-claro…si tú eres una puta, que podría esperar más de ti. Y te confieso algo…No me importa ser casado…No es tu problema-
Ante lo dicho, el rostro del insultado, se contrajo y sus ojos se aguaron pero su semblante seguía duro.
-…-quedo en silencio, de un manotazo le quito su celular y se puso sus bóxer, pantalones, zapatos sin calcetines y su chaleco sin polera, todo rápidamente.-
-¿Para qué huyes de la verdad…?-lo detuvo en la puerta- si sabes que es verdad.-lo miro serio.-
Pequeñas lágrimas caían de unos hermosos ojos azules, lo miro dolido.
-Eres un maldito…-susurro con vos apagada.-Un maldito- repitió firmemente.-
-Oh vamos, no vengas a hacerte la victima a ahora que no te queda.-se acercó a su oído-Si abres las piernas por un poco de dinero.-
-¿sabes porque me llama?-pregunto con la cabeza agacha- ¡¿Lo sabes?!- levanto la cabeza- ¡Porque el muy infeliz no para de llamarme!-grito enojado y dolido.-
Todo pasó muy rápidamente, Sasuke tenía la cara daleada con una marca roja en la mejilla, la puerta se encontraba abierta de par en par y lo último que escucho fueron unos suaves sollozos.
Nuevamente quedo en silencio, solo, parado en la habitación, su cuerpo era atacado por suaves espasmo por el llanto.
Él y sus malditos celos. Su forma de protección: antes de que lo hieran el hiere aún más a la persona. Se encontraba devastado y se sentía un maldito hijo de puta.
¿Y cómo no sentir eso? Si había dañado a su persona más querida y que más curiosidad le provocaba.
Todo por sus celos…si, porque Subaku No Gaara era es el ex-novio de su amado.
Y la había jodido.
ooO*Ooo
Llego del trabajo a la casa que compartía con su esposo a las seis de la tarde, últimamente las cosas con el iban de mal en peor y la verdad ya le estaba fastidiando. Era exasperante encontrarlo en la casa tomando y que no fuera a trabajar. Además ¡hace como cinco meses que no tenían relaciones! Era el colmo.
Estaciono el auto en garaje y vio el de su esposo.
-<<seguramente no fue a trabar>>-pensó con cansancio.-
Se bajó y abrió la puerta principal con sus llaves, al entrar no se encontró con nada fuera de lo normal. Reviso la cocina, el baño, el living, el comedor, las habitaciones de huéspedes para finalmente entrar a la habitación principal, la que compartía con su esposo.
Al entrar un fuerte olor le llego a la nariz, uno desde que hace tiempo no olía, un olor a…sexo, semen y sudor. Quedo perpleja. Miro la instancia que estaba completamente oscura, con sus blancas y delicadas manos palpo la pared hasta dar con el interruptor, temerosa encendió la luz.
-Ah…-ahogo una exclamación de dolor y sorpresa, recorrió la habitación, era bastante evidente que alguien tuvo relaciones: la cama se encontraba con las sabanas de seda revueltas y con mucho semen seco, en el piso se encontró con unos pantalones, polera, zapatillas y un par de calcetines que eran de su esposo. Pero había un par de calcetines más una polera desconocidas para ella y era bastante evidente que de su esposo no eran. ¡Claro, su esposo!.
Lo busco por la habitación y lo encontró en suelo con unos bóxer puesto, en su pecho tenía marcas de rasguño…que no eran de ella.
Enojada se le acerco.
-Sasuke-lo llamo-¿Me puedes explicar que es todo esto?-
-…-el nombrado levanto la vista, con sus facciones frías y duras-Creo que es lo bastante evidente para que te tenga que explicar.-
-…-lo miro perpleja, ninguna palabrada salía de su boca.- ¿C-Como…?-Tartamudeo.
El azabache se levantó del piso con un collar en sus manos: la piedra era en forma de cilindro puntiagudo de color celeste verdoso, la miro sin ninguna expresión.
-Pensé que eras más inteligente…Esto es bastante simple, a ver déjame explicártelo para que tu inepta cabeza lo entienda- la insulto cruelmente, haciendo que ella lo mirara con el ceño fruncido y enojada- Tuve sexo a lo bestia.-
-¡¿Cómo te atreves a decirlo así?!-grito alterada-
-¿Qué…? ¿Acaso querías que te lo explicara con abejitas y flores?.-
-P-Pero…como me pudiste engañarme…-susurro dolida, mirándolo con sus ojos verdes.-
-Oh…vamos si nuestra relación estaba más que desecha.-
-¡Y en nuestra propia cama!- soltó una pequeñas lagrimas que retiro de inmediato- Pensé que me amabas, lo juramos en los botos.-
-…-la miro con frialdad-Ya no me gustas ni me complaces a la hora de tener sexo- le informo de lo más natural.-
-¡Eres un maldito…!.-grito colérica dispuesta a pegarle.-
-Además…-prosiguió- Me gustan los penes, los culos y hacerlo de forma dura y salvaje.-
Ante la información dada Sakura quedo perpleja.
-¿Hace cuánto me engañas…?-pregunto en un débil murmullo.-
-Hace seis meses.-
La de cabellos rosas se le acercó y le mando una fuerte bofetada, agarro una maleta del armario hecho ropa e instrumentos para el aseo personal.
-Nos vemos en la corte.-informo para marcharse.-
-Es mejor así…-susurro apretando el collar entre sus dedos.
ooO*Ooo
…Son cosas de “dos”, no de tres...