*A Veces Pienso Que La Distancia Se Hizo Para:
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Todo tiene un inicio y un final. Dos almas separadas por el cruel destino, arrepentidas por no haber dicho o hecho lo correcto, murieron con el dolor de perder algo o alguien.
Estas almas que todavía tiene algo pendiente y no pueden descansar en paz en los cielos…Para estas almas lo necesario es reencarnar.
Cada quinientos años un grupo de almas reencarnan y en este grupo está el alma de Naruto Namizake y Sasuke Uchiha, dos jóvenes amantes que no pudieron cumplir su cometido por las acciones tomadas, por los errores hechos, porque cada uno forja su destino.
Dicen que las almas que no pueden ir al cielo ni al infierno tienen que reencarnar para ser juzgadas de nuevo, para poner a prueba sus sentimientos y deseos.
Estas dos almas reencarnaron, puede que tengan otra apariencia física, otros apellidos o nombres pero al fin y al cabo son sus almas.
Una nueva oportunidad…Pero la regla es que no pueden recordar nada de su vida anterior.
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Sasuke Uchiha un joven sumamente frio y carente de emociones, no es por la crianza de sus padres al contrario ellos le dan mucho afecto y amor pero el simplemente es así. De cabellos azabaches, ojos negros y de piel blanca. Es hijo único de quince años.
Como todos los días asistía al liceo, los días eran monótonos y aburridos, sentía que algo le faltaba a su vida.
Las clases pasaron sin nada relevante, llego a la casa, saludo a sus padres, hiso sus tareas, se aseo y se acostó.
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Veía imágenes borrosas, como si estuviera dentro del agua y viera a través de ella. Lo que se podía destacar era una vereda donde se veía a él, una gran calle donde pasaban autos a toda velocidad y al otro lado otra vereda. Al ver tan imagen su corazón empezó a latir rápidamente.
Al medio de la calle podía ver a una persona de unos profundos ojos azules, estirando su mano, esperando que él la tome pero simplemente no podía mover su cuerpo, sentía las lágrimas de desesperación que bajaban de sus ojos.
Escuchaba una suave voz…Una que le traía paz, le decía algo pero él no entendía.
-…Y...as…-
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Despertó de golpe respirando agitadamente, lleno de sudor, sentía algo tibio en sus mejillas, se llevó una mano y toco: Eran lágrimas.
Anteriormente también había tenido esos sueños tan raros pero nunca fueron tan nítidos como el que tuvo, tan relistas, pudo sentir el dolor de la persona, era el, pero se veía más adulto.
Pero no podía ser cierto…No, seguro eran, eran, bueno no sabía lo que eran pero mejor no prestarles atención como lo hacía comúnmente.
Así se durmió nuevamente.
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Esas pesadillas las había tenido desde que tenía uso de la memoria y razón, en todas se veía a el más grande como de unos veinte y tantos años, en distintas situaciones como: peleando con una chica de cabellos rosas que le causaba arrepentimiento, hablando con un hombre casi igual a él que le traía respeto y afecto, un chico de cabellos rojos que le causaba mucha ira y enfado, y por ultimo a un joven rubio que lo encontraba sumamente lindo que le provocaba alegría, paz y amor como también dolor.
A los trece años quedo realmente sorprendido con el raro sueño que tuvo ya que: Aparecía el completamente desnudo en un cama con alguien debajo del, se encontraba besando, lamiendo y profanando con su miembro a ese chico rubio…Ese fue su primer sueño húmedo, la verdad es que lo éxito en demasía y a la vez lo asusto mucho.
No le ha hablado a nadie de estos sueños tan raros. Por sus medios busco información: en libros y en internet. Pero todo llevaba a que era lo que había hecho en su vida pasada, lo que más le impacto o atesoro.
Pero no podía ser cierto, debían de ser alucinaciones suyas.
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Paso un mes de ese sueño tan raro, se encontraba en clases pero la verdad es que no le prestaba ni la mínima atención al profesor.
Lo escuchaba hablar, después escucho la puerta del salón abrirse.
-Este es el nuevo estudiante de intercambió, espero que se lleven bien con el.-anuncio el profesor- Ahora preséntate.
-Mi nombre es Naruto Namizake, tengo quince años y me encanta el ramen.-
Ante el tono de voz empleado Sasuke giro rápidamente lo ojos, conocía ese tono de vos, le causaba paz y alegría. Lo miro con suma atención: Un chico muy…¿guapo?, de cabellos rubios desordenados, tez blanca y…esos ojos azules ¡Ya los había visto!. Una alegría infinita lo invadió e involuntariamente empezó a llorar, si el, se puso a llorar de la felicidad. Pero las limpio de inmediato.
-siéntate allí-dijo el profesor apuntando un puesto vacío al lado del azabache.
Este hizo caso, coloco su mochila y se sentó, sentía muchos nervios con esa persona, más que nada sus penetrantes ojos negros. Se giró para mirarlo y quedo congelado ¡Se parecía mucho a la persona de su sueño!
-Eh…-balbució para llamarle la atención- ¿Nos conocemos de alguna parte?.-
-…-su tono de vos era tan relajante, de nuevo sintió muchas ganas de llorar pero se aguantó.-…No.-
-Ah…Pero puedo jurar que eh visto tu cara en alguna parte.-comentó Naruto.-
El simplemente no contesto.
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Se dirigió hacia su casa realmente sorprendió y desconcertado ¡Ese chico era igual al de sus sueños! Solamente más joven, se cambió de ropa y se sentó a ver televisión para despejar su mente pero su vista se nublo y empezó a ver algo.
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Las imágenes eran realmente claras: podía verse el mismo parado completamente desnudo y con los puños cerrados. Vio a un joven sumamente hermoso ¡Era igual que su nuevo compañero! Veía que discutían. Sentía dolor mucho dolor y tristeza.
Rápidamente las imágenes desaparecieron y apareció en el lugar anterior, esa calle que le provocaba tanto malestar. Ahora podía ver claramente muy claramente para su pesar:
El arrodillado en el piso sosteniendo algo, escuchando su llanto desgarrador. Se movió para ver lo que tenía en brazos. Pero lo que vio lo dejo ido, ahí estaba sosteniendo un cuerpo inerte: era el rubio con el que estaba peleando. Escucho susurraba algo desesperadamente una y otra vez:
-…Te Amo…-
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Despertó nuevamente llorando desconsoladamente ¡Ahora lo entendía todo! Esa era en verdad su pasado de su vida pasada ¡Oh! Las cosas que cometió, a todas las personas que hirió, todo lo que dijo…su llanto se hizo aún más fuerte.
Iba a arreglarlo todo, iba hacer todo bien desde ahora en adelante e iba…Iba reconquistarlo y amarlo como nunca…Tenia nuevamente a su amado ¡Enfrente de sus narices! ¡Tenía una nueva oportunidad! Y no la iba a soltar por nada en el mundo.
A veces forjamos nuestros destinos de manera incorrecta, pero debes de aprovechar cuando te dan una segunda oportunidad, porque eso no sucede todos los días…Si no cada quinientos años y solamente para algunas personas.
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Comprobar La Intensidad Y Honestidad De Un Sentimiento*
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°°°…Fin…°°°