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La razón de tu querer por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola a todos, disculpen la demora con este fic, y con el cap, con todo, la verdad me retrase y una semana después lo finalice, pero bueno,  lo prometido es deuda y he aquí el final. Espero les guste y ya no los detengo más, disfrútenlo.

El peliazul se levantó de la cama después de asegurarse de que su amado pelilila finalmente se durmiera, busco en entre la ropa del suelo y comenzó a levantar cada prenda y ordenarla en la pequeña mesita de noche de cada lado, la mesa a la izquierda de la cama la ropa más pequeña, de aquel que tanto amaba y a su izquierda su propia ropa, cuando termino de ordenar se puso su ropa interior y un pantalón de algodón color azul. Camino saliendo del cuarto, colocándose una bata de color blanco con encajes en dorado, fuera del cuarto se puso sus pantuflas que esperaban, pantuflas con formas de un animal, a su parecer un perro de orejas caídas de color gris.

 Sonrió y camino bajando las amplias escaleras hasta el estudio, miro la sala en su paso, un enorme cuadro se alzaba en lo alto, en el había un par de hermanos gemelos junto a sus padres, desvió la mirada y siguió su camino, ya en el estudio fue directamente a un estante que en mitad de él había varias botellas de licor y guardados celosamente en una vitrina vasos de cristal, varios juegos de seis vasos, saco una botella de Whisky  y fue a la vitrina de cristal donde saco una vaso, el que era para ese licor, lo lleno hasta la mitad, camino unos pasos hasta donde había un pequeño frízer cuya parte externa había sido alterada para que pareciera un mueble más de madera, saco un par de hielos y los puso en el vaso, casi haciendo que rebalsara por su contenido. Sin perder más tiempo se sentó frente al escritorio y miro la foto que en aquel mueble de madera descansa, una fotografía que no llevaba mucho de ser tomada, él y su amado en un carnaval, al que el propio Ariano lo había obligado a ir.

-¿Y tú porque me quieres?- se preguntó el empresario tomando un sorbo del vaso de whisky- ¿Qué tengo yo que tú me elegiste a mí?- se levantó lentamente y fue hasta la amplia ventana donde pudo ver como la luna iluminaba su amplio jardín, completamente lleno de vida, porque el propio Mu lo había pedido- De ser un empresario huraño a un hombre enamorado…las vueltas del destino.

Tomo un sorbo y fue hasta la caja fuerte, la cual abrió lentamente y saco una carpeta de color azul, la llevo hasta el escritorio y la abrió, allí en esa carpeta estaba guardado aquel papel que tomo en sus manos por primera vez años atrás, de aquel lugar al que había ido por consejo de su hermano Kanon y que tenía todos los datos de quien ahora era su mayor amor. Acaricio el papel como si fuera de piel, a pesar de que esa hoja estaba manchada y maltratada por los años, siendo arrugada más de una vez por sus infantiles peleas, tenía un gran significado. Se sentó mirando hacia la amplia ventana, sin perder de vista  a la hermosa luna y levanto la copa en alto.

-Sé que me quieres…a tu salud Dios- exclamo en burla, antes burlarse de la existencia de un ser divino era normal en él, ya que había nacido en una familia no creyente  y era un Ateo que solo creía en la ciencia, aun lo era pero tenía prohibido por Mu mofarse de un ser divino en el que media humanidad creía, si dios existía no tenía más que decir que un gracias, agradecerle por ponerle a Mu frente a él aquel día y por todas las cosas que pasaron en tanto, agradecerle a los empresarios por malgastar su tiempo en pensar para recién firmar, agradecer a su hermano por el consejo, y agradecer a Dios por poner a Mu en su camino- Gracias.

**************************************POV SAGA**********************************

 

Un vaso de vidrio se rompió contra la pared en ciertos de pedazos, manchándola con su contenido, el hielo callo a la alfombra y se deslizo lentamente, mientras el líquido marrón que escurría de la pared comenzaba a manchar la alfombra.

-Maldición- exclamo mirando lo que acababa de hacer- maldición. ¿Todo tengo que hacerlo yo?- grito molesto- no soy el único dueño, Kanon- Fue hasta el escritorio de la oficina y volvió a servirse otra copa, fastidiado se sentó en su asiento y de un sorbo se tomó la copa, lanzo la copa contra la pared más cercana.

Un joven de cabellos celestres entro a la oficina después de escuchar todo el alboroto, miro el suelo al ver la oficina en el estado en el que estaba, sin perder tiempo fue hasta el armario de limpieza y comenzó a ocuparse de limpiar el vidrio regado por el suelo.

-Afrodita ¿Dónde está mi maldito hermano?- exclamo molesto mirando a su asistente.

-No ha llegado a un señor- exclamo apenado limpiando el desastre en el suelo, se arrodillo y rápidamente levanto los vidrios.

-Llámalo- exclamo exuberante con enojo- quiero saber porque no está aquí, cuando este es su horario de trabajo.

-Si señor- salió rápidamente de la oficina.

El teléfono de la oficina no tardo en sonar, Saga lo atendió rápidamente esperando una respuesta al porque en ese momento estaba solo- ¿Qué ocurre afrodita?

-El señor Kanon ha pedido no ser molestado, se encuentra de viaje- exclamo con voz temeroso.

-Maldición, Kanon eres un irresponsable- grito colgando el teléfono con enojo y comenzó a buscar varios papeles en el escritorio-Afrodita.

-Se señor Saga- exclamo con temor entrenado.

-Busca los papeles para la firma con los proveedores de materiales- exclamo revolviendo los papeles en su escritorio.

-Señor- señalo el asistente delante de e sobre el escritorio- allí están.

-Gracias- exclamo molesto- Afrodita ¿Estas siempre al tanto de todos los trabajos de mi hermano?

-Sí señor.

-Necesito que me acompañes a firmar con los proveedores- ordeno seriamente- necesito quien lleve la parte de mi hermano.

-Si señor- asintió y comenzó a caminar lentamente hasta la salida.

-Ah y Afrodita.

-Si- cerró sus ojos con temor.

-Gracias por apoyarme, aun con el maltrato que recibes de mi parte- expreso seriamente-Supongo que Kanon es más temperamental.

-No se preocupe-exclamo sonriendo- ustedes nos dieron una casa para vivir a mi familia y a mí, y pagan los gastos de la enfermedad de mi padre, es lo menos que puedo hacer…aunque podría tomar clases para el control de la ira señor o quizás algunas pastillas.

-Que gracioso eres- se sentó cayendo pesadamente sobre su silla- la junta es a las dos, prepárate por favor.

-Sí señor, es un placer estar a sus servicios.

-Maldito Kanon-exclamo con fastidio.

Saga era el presidente, junto a su hermano, de una importante empresa constructora a nivel nacional, su padre, Aspros había comenzado siendo como un simple albañil a los dieciséis años, trabajo que junto al arte de hacer ladrillos se convirtió en el sustento económico para poder llevar costear sus estudios, de arquitecto para una empresa minoritaria él se convirtió luego en dueño de su propio despacho y poco a poco fue a absorbiendo a la mayoría de las empresas de su competencia,  siendo su principal competidor su propio hermano gemelo, Deuteros. A pesar de ello Aspros forjo su vida en base a sus trabajos serios y frívolos, sin importarle siquiera donde hacia sus planos, compraba esas grandes hectáreas que encontraba abandonadas para transformarlas en algún negocio rentable, sin importar que antes hubiera una iglesia o un parque, lo suyo era amasar una fortuna y así lo hizo.

Se casó joven y nunca permitió a su mujer separarse de el, amantes tuvo cientos, pero su esposa jamás pudo hacer nada más que asentir, de lo contrario Aspros la dejaría en la calle por el acuerdo prenupcial entre ambos. Tuvo dos hijos, gemelos, Saga y Kanon, ambos siendo totalmente opuestos desde el punto donde se viera, Saga era serio y decidido, en el colegio siempre destaco como gran alumno y a la vez un gran deportista, siempre centrado en sus metas a la larga, Kanon en cambio era su contra parte, siempre sereno y despreocupado, un alumno mediocre  a quien solo le daba por aprobar las materias con lo justo, apenas logrando recibirse tras doblar los años de estudio de Saga. Cuando Aspros se volvió lo suficiente mayor como para dejar la empresa lo hizo, alejándose a una isla paradisiaca con su mujer y alguna que otra amante, dejando a cargo a la empresa a sus dos hijos, siendo Saga la cabeza de Géminis.

Saga nunca tuvo problemas con el trabajo, era como su pación aunque realmente preferiría tener tiempo para él, pasaba el mayor tiempo en la semana en su oficina y los finales de semana hacia el  trabajo en casa, por lo que no conocía el significado de la palabra relajación, pero había tomado esos horarios ya que normalmente Kanon jamás se ocupada de su puesto, siendo siempre Saga quien salvaba la parte de Kanon de hundirse en la crisis económica y con ello llevarse la mitad de empresa con él.   A sus veintitrés años Saga no se le conocía una pareja, hombre o mujer, con veinticuatro años bien cumplidos dedicaba su tiempo exclusivamente en su trabajo, no tenía amigos más que a su confidente y secretario, Afrodita, un joven de dieciocho años que comenzó a trabajar dese que tenía dieciséis en la empresa cuando su padre enfermo de anemia, Saga costeo todos los tratamiento e incluso una casa para la familia de su secretario, además de hacerle prometer que terminaría sus estudios por todas aquellas situaciones, fuera de su control, que lo obligaron a abandonar la escuela.

Saga se quedó frente a su escritorio, viendo las horas pasar, sentía que esa era su vida, ver las horas pasar sin hacer nada más que trabajar, ganar dinero, y llevar al frente a la compañía de su padre y en eso se resumía todo los días de su vida, en trabajar. El sonido de su reloj lo saco de su letargo, se hicieron las dos, se levanto súbitamente de aquel asiento y corrió a donde estaba su secretario, quien le arreglo la ropa rápidamente y así ambos se encaminaron hasta un edificio céntrico, donde era el centro de operaciones de los proveedores de materiales extranjeros.

-El señor  Cancro los espero en su oficina- exclamo una joven cuando los vio llegar a horario.

-Ángelo- sonrió Saga y le dio la mano.

-Saga, he visto tu propuesta y no me gusta nada…me pides que rebaje el precio por tonelada- exclamo un hombre de cabellos negros.

-Te estoy comprando más de cien toneladas de cemento y hormigón…- se excusó- hemos hecho negocios incluso desde que nuestros padres comenzaron…

-Lo sé, lo sé- exclamo examinando los papeles- pero esto es demasiado bajo el precio que quieres pagar, te estaría rebajando el costo a más de la mitad, perderé más dinero con la construcción de  esas casas- señalo a una colina y fue cuando su vista quedo sorprendida- no me has presentado a quien te acompaña…Saga.

-Oh, el me acompaña, se llama Afrodita.

-Buon pomeriggio, giovane e bella- exclamo acercándose y besándole la mano al más joven en el cuarto- Ángelo Cancro per serviré,  ¿Come può una persona così bella opera per un uomo così privo di affetto, come?

-Ángelo, por favor, podemos ponernos serios- pidió sentándose.

-Certo il mio buon amico,

-Lo siento, no comprendo lo que dice…no hablo ese idioma.

-Italiano, es italiano- sonrió acompañando a Afrodita hasta su escritorio sin dejar de ver al joven de cabellos celestes- Bueno… ¿En que estaba? Oh sí, me estas pidiendo que pierda millones para hacer unas casas que no llegan a valer ni la mitad de lo que se está invirtiendo…

-El mercado inmobiliario se está moviendo poco, hay que construir casas más económicas por la crisis pero no por eso deficientes, Ángelo, hay que cavar, construir los cimientos, conectar a los servicios de red de agua, luz, cloacas, la colocación de los paneles solares…para la construcciones de viviendas destinadas a más de cien familias.

-Sí, sí, eso veo, pero me estas pidiendo que baje demasiado los precios, solo puedo bajar a un décimo, no a lo que me pides que es más de un cuarto del valor.

-Ángelo, piensa en las familias…

-Mi respuesta es no, Saga, no puedo firmar tal cosa, es inaudito.

-Piense en las familias beneficiadas, muchas personas que no cuentan con los servicios indispensables, vivienda en casas de chapa, casas carentes de toda higiene, mejoraría sus vidas- interrumpió Afrodita- es verdad el mercado no está bien, pero puede levantarse con las pequeñas cosas como estas…

-E 'inaudito, hai portato un bel uomo per convincere, Saga, è una trappola ben pianificata… come posso dire di no a una tale bellezza?- dijo con un tono burlesco-dices que solo tengo que bajar los precios un cuarto de su valor.

-Ángelo…yo no…- dijo Saga comenzando a temer con las palabras del italiano.

-Solo accederé con una condición- exclamo sereno y se acercó a Afrodita- si me concedes una cita.

-¿Qué?- exclamaron a la vez.

-Saga, Saga, Saga, conozco como el mercado inmobiliario se mueve, soy un joven emprendedor que lleva una empresa de materiales para la construcción con más de veinte años en el mercado inmobiliario, tengo otros treinta años por delante...tú me estas pidiendo que rebaje mis precios, pero al precio del mercado te estaría regalando una décima parte de los materiales, eso no está bien…pero soy un hombre razonable…puedo  acceder a lo que me pides pero requeriría algo a cambio.

-Me permites  un momento con Afrodita- exclamo el empresario tomando de la mano a Afrodita y llevándolo hasta una esquina- escucha, es importante cerrar el trato pero si no quieres hacerlo te entiendo, estoy  contigo.

-Saga, se lo importante que es esto para ti y por ello voy a aceptar- exclamo el peliceleste sonriendo- ¿Qué tan malo puede ser? No entiendo su idioma…

-Oh, Afrodita, a veces no sé si eres un Ángel o un Demonio disfrazado de cordero- exclamo mirando con serenidad, momentos después regreso a donde estaba Ángelo, esperando una respuesta.

-Acepto la cita, pero yo pongo las reglas- exclamo el menos sonriendo abiertamente.

-Lo que tú digas- sonrió el Italiano- Bien Saga ¿Dónde firmo?

La reunión termino allí, después de un mes de espera al fin Saga tuvo el contrato por los materiales firmados, la obra podría empezar de una vez y decirle a los contribuidores que todo estaba bajo control, o al menos eso esperaba decir. Las tensiones del mes habían acabado con la mirada calma de Saga y cuando este llego a su casa después de un agotador día de trabajo no encontró algo tranquilizador, más que a su hermano Kanon fastidiándolo.

-Saga…pensé que llegarías más tarde- exclamo deteniendo en la puerta, no dejándolo pasar de lo que inevitablemente había adentro, una fiesta de Kanon con todos sus amigos haciendo un desastre en la residencia familiar.

-Kanon- grito mirando a su hermano- Esto es el colmo.

-Saga, estas muy tenso, ¿Sabes qué? Conozco un tipo, un buen tipo para sexo, le pagas, sacas tensiones y estarás más feliz ¿Qué te parece?

-Aun lado, no te presentas a trabajar, tenías que asistir a la cita con Ángelo y no lo hiciste, tienes suerte de que el trato se cerrara, eres un irresponsable, un vividor, no puedes seguir teniendo esta vida, Kanon, debes tomar tus responsabilidades, no soy el único dueño de la empresa de Papá, somos los dos- exclamo exaltado.

-Saga, tranquilo, hermano, estás tenso, anda, vamos, no es para tanto.

-¿No es para tanto? ¿No es para tanto?- pregunto fastidiado- Kanon podríamos perder la empresa de tu  papá y tu viviendo de fiesta en fiesta, la vida no es eso, Kanon.

-La vida no es solo trabajar Saga- intento calmarlo su hermano- anda, estoy seguro que este tipo te va a solucionar todas tus tensiones- le alcanzo una pequeña tarjeta- relájate un poco hermano.

Saga entro a la residencia como quien es perseguido por el mismo diablo, arrugando la tarjeta que le dio su hermano con la mano, la fiesta termino en ese preciso momento que el entro, Kanon decidió trasladarla a un bar cercano y dejar a solas a su hermano después de la pequeña discusión que tuvieron. Saga llego a su cuarto y no dudo en tirarse a la cama a descansar después de un día agitado, tanto que hacer y el solo tuvo que responder mientras Kanon seguía con su vida de diversión, juego, Alcohol y sexo, para variar.

Saga despertó a las tres de la mañana, tenso ante todo, se levantó y rápidamente se metió en la ducha para tranquilizarse un poco, sino fuera que asesinar a su miembro de la familia era un crimen él ya lo habría llevado a cabo con Kanon, pero por respeto a las leyes, por ser quien era, mantenía la calma. Salió del baño casi media hora después y vio el pequeño papel arrugado en el suelo, por lo que le levanto, volvió a tomar la tarjeta y leyó con cierto recelo, no era de la clase de hombre que buscaba acompañantes, pero podía hacer la excepción, con un hermano como Kanon, necesitaba sacar tensiones. Miro el papel y vio la dirección, pensó en el día siguiente dirigirse allí, hablar con el tipo y arreglar un encuentro, no perdía nada, mucho menos tiempo.

A la mañana siguiente vio llegar a Kanon a la casa después de la una fiesta que duro hasta las seis de la mañana, no le dio importancia y si dirigió a aquella dirección anotada en el papel,  tenía curiosidad de como Kanon conocía ese lugar y si este decía que era excelente para sacar tensiones lo era seguramente, por algo Kanon lo conocía.  Desayuno ligero y fue hasta la dirección de la tarjeta encontrando un edificio bastante peculiar, esperaba ver un edificio de apartamento destartalado o algo así, pero vio un edificio sólido, entro y vio a una secretaria quien rápidamente se metió dentro de la oficina principal, sin entender Saga se quedó mirando alrededor, examinando el lugar.

-No eres Kanon- exclamo un anciano saliendo de la oficina- debes ser su hermano…Saga.

-¿Cómo conoce a mi hermano?

-Se pasa mucho por aquí- sonrió abriendo la puerta- pasa, pasa, todos quienes vienen lo hacen por una razón, buscando compañía agradable, pero te advierto, somos muy estrictos.

Saga no entendió a que se refería con estrictos hasta que entro en la sala y vio un formulario que debía llenar, no solo el, sino su médico de cabecera, hacerse análisis, ver a un auditor psicológico, y demás, el anciano le explico el porqué de todo, y solo cuando tuviera todos los papeles en orden recién podría acceder al servicio. Al empresario eso no le hizo mucha gracia, pero después de analizarlo el hombre tenía razón en pedir aquellos requisitos, así que tan rápido como entro se fue con el formulario para comenzar a llenarlo.

Dos semanas tardo en tenerlo completo, dos semanas que le parecieron un fastidio, y no solo por  la espera de los análisis, sino que la semana que vio al auditor este le hizo ir todos los días una hora para aprobarlo por otra semana más, según por qué lo consideraba peligroso , un hombre con arranques violentos, después de una semana de terapia y que accedería a seguir durante  un mes más, Saga al fin tuvo la aprobación,  y ni lento ni perezoso fue hasta aquel lugar para presentarlo.

-Bien señor Saga- exclamo el hombre de cabellos canosos- veo que todo en orden ¿el doctor lo está tratando?

-Tengo un mes más de tratamiento, pero si- exclamo calmado- entiendo para que todo esto, tienen un servicio estricto pero seguro.

-Lo sé, somos un servicio que prevalece la seguridad ante todo para nuestros clientes como para nuestros empleados- exclamo el hombre seriamente y abrió un cajón para sacar una enorme carpeta de color marrón- teniendo en cuenta que eres gemelo de Kanon asumo que tienes los mismos gustos, o parecidos en el caso, elige a quien te guste, el precio está en la parte superior.

Saga tomo la carpeta con duda, no porque dudara del hombre frente a él o lo que se encontraba en la carpeta sino más bien por lo que él estaba dispuesto a hacer,  ya había hecho bastante hasta allí con los análisis y el tratamiento psicológico al que se había expuesto ¿Qué más podía hacer que seguir adelante? No  podría encontrar nada peor.

Abrió la carpeta encontrando ni más ni menos que una ficha de varias, en la primera había un joven muchacho de largos cabellos lila, el precio era extremadamente caro, abajo su descripción, un joven de más de dieciséis años, virgen, que buscaba su primera experiencia. El joven de la fotografía parecía ser un chico normal, común y corriente, quizás de escasos recursos que buscaba ganar algo de dinero, pero había algo en sus ojos de color verdoso que le pareció llamativo, poseía una mirada tierna pero segura, como si se tratara de un hombre bueno con grandes experiencias de la vida, leyó el reto de la ficha, el joven tenía una altura y peso de alguien de contextura débil pero también se aclaraba que el joven había recibido clases de defensa personal, una carnero en piel de oveja podría decirse.

-Este- exclamo sin dudarlo, no necesitaba leer más, su primera experiencia en ese tipo de servicio tenía que ser aquel muchacho.

-Los pondré en contacto, el domingo a las doce en este lugar- finalizo dando un papel con una dirección y un pequeño panfleto- aquí están sus deberes y derechos, léalo y estúdielo.

-No sé si podre esperar- exclamo entusiasmado, algo en aquella fotografía lo había emocionado.

Después de una semana de agitado trabajo e impaciencia, Saga el día domingo se preparó para su encuentro con aquel muchacho cuyos ojos lo llamaban, decidió conocerlo vestido de la forma más elegante, en el camino compro un ramo de flores y se encamino a aquella dirección, adentrándose a un barrio del cual tenía gran desconfianza, a pesar que recordaba que su compañía había sido la constructora de aquellas casas. Toco el timbre, se ajustó la corbata y espero paciente en la puerta.

La puerta se abrió lentamente dejando a ver a quien el esperaba, aunque quizás su imagen en la fotografía que vio no le hacía justicia, le dio el ramo de flores sin duda alguna y noto que este estaba nervioso, por lo que supuso que no sabía actuar, hablaron unos momentos, queriendo entablar conversación, Saga quería conocer más a aquel muchacho, pero este se notaba reacio, tímido ante todo. Al no poder sacar más palabras del pelilila decidió comenzar con la cita, tenía un presentimiento en algo, como si una abeja lo acabara de picar pero que al mismo tiempo debía cuidarse, al ser el alérgico a las abejas. Camino al restaurante que había elegido logro sacar algo de palabras a Mu, y supo que este tenía cierto resentimiento por su empresa, a pesar de ambos de acabarse de conocer.

Finalmente estaciono el auto fuera de un local de comida exclusiva, un restaurante de comida de oriente y vegetariana, según los anuncios de estos la comida era  totalmente de cultivos locales, sin uso de químicos y respetando los mayores controles de calidad, le pareció que era un buen lugar para conocerse mejor. Bien entraron pidió una mesa y lo guiaron a donde había una mesa vacía, una mesa pequeña, le tendió la mano al pelilila para ayudarlo a arrodillarse y el después se arrodillo frente a él.

-No entiendo nada de esto- exclamo mirando el menú- espero no pedir una cabeza de vaca.

-Cabeza de cabra, es algo exótico y se dice que es afrodisiaco, pero no se come en estos tipos de lugares, yo no lo he comido- exclamo sereno el pelilila- Yo pediré Momo.

-¿Eso qué es?- pregunto Saga.

-¿Te gustan los ravioles?- pregunto mirando con una sonrisa.

-Sí, he comido.

-Son como ravioles.

-Entonces dos platos de Momo- pidió el mayor sonriendo y llamo al mozo- dos platos de Momo… ¿para beber que recomiendas?

-Bueno, jugo para mi…

-Tu dime que quieres tomar, yo me voy a hacer cargo- exclamo sonriendo- anda ¿no quieres probar alguna bebida en especial?

-Sí, siempre he querido probar Raksi, que es un vino de arroz, pero mis padres…- asintió dudando.

-Entonces eso será, solo probaras, sino te gusta yo te llevare a tomar una malteada o lo que tomen los chicos de hoy- sonrió abiertamente- dos platos de Momo y Raski por favor.

El mozo miro con una sonrisa y se alejó con las dos cartas del menú de la casa. Saga miro a Mu detenidamente,  había algo en su mirada, en sus facciones tan únicas y no solo en aquellas dos ticas que tenía en la frente que le llamaban la atención.  Los ojos de Mu eran de un color verdoso brillante, para él, hermosos en su esplendor, como si fueran esmeraldas, las sonrisa tímida de este también le parecía hermosa y su vos melodiosa, suave. Los platos interrumpieron el silencio y el mozo sirviendo los dos vasos de vino, Saga levanto el vaso dispuesto a hacer un brindis pero el menor apenas se movio.

-Mu ¿pasa algo?- pregunto preocupado.

-No, no pasa nada- miro sonrojado tomando el vaso- bueno…yo.

-Nunca lo has probado…bueno, yo tampoco.

-Usted debe de haber probado otros licores seguramente.

-Whisky, solo eso, para calmar mis ataques de ira…

-¿ataques de ira?- pregunto asustado.

-Sí, pero no te preocupes, estoy yendo a ese psiquiatra que manda el señor Kido…un tipo raro, no soy un hombre peligroso, pero mi hermano menor Kanon…el si me hace enfurecer, te saca de las casillas, como todos los hermanos menores, creo que ese es el oficio de los hermanitos.

-¿Tienes un hermano?- pregunto sonriendo- yo tengo dos hermanos menores a los que quiero mucho, mi hermanito Shiryu es muy bueno, son grandes chicos, los adoro.

-Mi hermano menor es lo contrario, si tus hermanos son como tú, seguramente son maravillosos, han de ser tus consentidos, pero Kanon, el me hace salir una vena aquí- señalo su frente.

-Seguramente él te quiere mucho, pero tú no  convives tanto con el- exclamo sonriendo.

-No, vivo en la misma casa que Kanon, cuando me voy a trabajar el hace una fiesta, vuelvo, se va con la fiesta a otro lado- digo indignado, pero sonriendo de encontrar un tema del cual hablar mientras comían- Mu, esta cosa es exquisita, no son tan ricos como los ravioles pero tienen buen sabor.

-Nunca he elegido nada bueno para comer…me alegro que te gustara…Bueno, mis hermanitos son un amor, Shiryu, tiene diez años y lo vas a ver  siempre practicando artes marciales, siempre vestido con su uniforme, mis padres tuvieron que comprarle tres más, duerme, va a la escuela y hasta en casa esta con su uniforme, no sé qué será de él cuándo entre en secundaria cuando tenga que cumplir con el uniforme escolar…y el más pequeño, Kiki, siempre lo veras comiendo un dulce y tiene cinco años.

-Tus padres lo consienten mucho a los dos…- exclamo Saga alzando una ceja incrédulo.

-Bueno, mis dos padres…son como todos los padres- exclamo avergonzado.

-¿Dos padres?- pregunto sin entender, aunque al ver el rostro avergonzado del menor supuso a lo que se refería- entiendo, sabes, me gusta saber eso, padres que se aman incondicionalmente y que demuestran afecto a sus hijos ¿no es así? Así los ponen en las revistas.

-No es tal como lo cuentan las revistas, son como cualquiera pareja con hijos- sonrió aliviado al escucharlo- bueno, el almuerzo ha sido estupendo.

-Nos quedan varias horas hasta la noche- sonrió el mayor limpiándose con la servilleta- supongo que podemos tomar un postre y divertirnos un poco.

Saga se levantó lentamente y ayudo al menor a levantarse, pago la cuenta y juntos se encaminaron al auto y al nuevo destino. Saga no dudo ni un segundo en cada giro, en cada calle, finalmente se detuvo en una feria, donde guio al menor a cada juego, a cada puesto de dulces. Mu no recordaba haber ido a alguna feria de niño, al menos sus padres siempre estuvieron reacios a llevarlo, pero estaba feliz de estar allí, de comer algodón de azúcar y manzanas acarameladas,  de subirse a la rueda de la fortuna y a las carritos chocones, bebiendo refresco y comiendo helado. Pronto llego la noche, Saga llevo a Mu a ver la puesta del sol frente a la playa, y le beso en la frente mientras veían el ocaso. Iluminados por las estrellas los dos regresaron a la casa, donde Saga lo dejo en la puerta.

-¿Te has divertido?- pregunto el peliazul.

-Sí, pasa…- sonrió sonrojado.

-No es necesario- exclamo sereno- estaremos en contacto.

Saga se fue sin decir más nada y dejando a Mu anonadado ante aquel acto, el había cumplido con todo y no supo por qué se fue., quizás el no había cumplido bien su trabajo, aunque al día siguiente el señor Kido en una carta que envió le entrego el dinero, el cual escondió bajo la cama. Saga dejo pasar una semana, satisfecho por aquella cita, pero no quería que fuera única, quería más, quería estar más tiempo con el joven de cabellos lila, por lo que guardo  con recelo la ficha y la leyó con gran hincapié, la ficha solo tenía información propia de quien era, pero no de su dirección o teléfono, o de a qué escuela iba, por lo que comenzó a buscarlo con afán esperando en las salidas de cada colegio de la ciudad hasta verlo y cuando al fin lo encontró saliendo junto a sus amigos, no tardo en seguirle y ubicarle, para saber dónde vivía.

 Cuando estaba completamente seguro, Saga comenzó a mandar flores todos los días dirigidas a Mu y cuyo remitente era un admirador secreto, luego comenzó a mandarlas junto a una caja de chocolates, y finalmente junto algún oso de peluche, dejando sorprendido al menor, y ver su rostro al encontrar los regalos en la puerta de su casa era su mayor satisfacción. Cuando al fin creyó que era suficiente cortejo decidió un día ir y ser el quien entregara todo, y así lo hizo, recibiendo de parte de Mu un abrazo y un beso,  y una reprimenda, no debiste hacer eso. Comenzaron una relación, no tan formal, debido a la diferencia de edad y al que dirán, al ser Mu menor de edad, Saga siempre fue discreto, hasta con el más mínimo detalle y Mu también, no podía exponer a su novio ante la presa.

*******************************Fin POV SAGA**************************************

De aquello ya habían pasado tres largos años, Mu había llegado a finalizar la preparatoria siendo virgen pero eso no era molesto en lo absoluto, ya que tenía un novio poderoso y adinerado, que todos envidiaban, muchos dijeron que Mu estaba con Saga solo por dinero, o que Saga solo tenía un capricho para con el menor, pero cuando Mu cumplió veinte la relación recién se formalizo, teniendo ya tres años de conocerse y tratarse, ambos sabían que más allá del trato y de la prensa, de lo que se llegaba  a decir y de lo que no, ambos se amaban. Mu era un joven sencillo que no necesitaba más que muestras sencillas de afecto y con eso el feliz, Saga era un hombre que no dudaba en malgastar dinero para darle la felicidad a quien tanto amaba pero esa dualidad fue la que los unió, el cariño de Mu y la forma de ser seria de Saga los unió de una manera que pocos parecían comprender, hasta el mismo Kanon llegaba a durar de esa relación, pero lo cierto era que el par llevaba junto tres años.

-Porque te amo- exclamo una voz entrando en la sala, Saga se dio vuelta y vio a Mu acercándose, solo vistiendo su ropa interior.

-Yo también te amo, Mu- exclamo sonriendo, guiándolo para que se sentara sobre su regazo mientras comenzó a besarlo.

-Saga- exclamo sonrojado cuando el mayor de un tirón le quito la ropa interior que llevaba para sentarlo sobre su regaño- has estado bebiendo otra vez.

-Solo una copa, no duermo sin mi copa- sonrió pervertida mente-me gusta verte desnudo.

- Aunque lo niegues, sabes que eres igual que tu amigo el italiano, eres un sátiro.

-¿Qué? yo no ando teniendo relaciones en lugares públicos con mi novio- exclamo sorprendido ante tal afirmación- solo en la calidez de mi hogar.

-Niega que trasladaste tu oficina aquí para poder cumplir con tu amado deseo, Saga hicimos el amor hace menos de media hora.

-Solo recordar cómo te conocí, cuanto me gustaste…- sonrió besándolo en el cuello- me gusta ver tu cuerpo, admirarlo…tu padre hizo buen trabajo, entrenándote.

-Saga- se sonrojo el pelilila sintiendo la excitación del mayor, sonrojándose de sobremanera- basta ya…

-Pequeño Mu, sabes bien que no tiene razón de ser que te niegues- sonrió con picardía- después de todo, siempre terminas cediendo.

-Eres un manipulador Saga ¿lo sabias?- exclamo mientras lo besaba dulcemente- mañana no poder trabajar.

-Trabajaras, en mi oficina, querido mio- sonrió el mayor sin dejar de verlo.

Fin.

Notas finales:

Espero les allá gustado, primer fic de universo alterno, primer fic 100%  SagaxMu, primer fic que no tiene lemon hee ¿esperaban un Lemon o qué? Bueno, disculpen la demora con todo, pero tengo una buena noticia, el fic Abuso Policial pronto se actualizara, he estado trabajando en el cap.

Noticias del fic Abuso Policial:

Pareja: Milo y Camus.

Narrador: Camus (tienen que suponerlo)

La historia de la policía turbia en Saint Bernard comienza casi treinta años atrás y dos protagonistas de ella van a revelar su parte de la historia, dos hombres cuya relación es bastante tirante, distante y escondiendo lo que en verdad sienten,  paradójica buscan que sus hijos no repitan la historia.

Bueno, como no pude terminar el fic a tiempo voy a hacer un fic cronométrico de la pareja que ya me han pedido, MiloxCamus en un universo alterno, para quienes no saben los fics cronométricos son fics retos para mí, que escribo en poco más de veinticuatro horas,  dando un margen de otras seis, entre el tiempo de editado y la opinión de quienes dejan reviews pidiendo una pareja en especial, normalmente la idea sale dependiendo de la canción que escuche en el momento que escribo, o lo que allá en la televisión o cualquier cosa, me gusta hacerlos porque me divierto.

Un abrazo y hasta la próxima.


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