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Rock me all night por Euridice

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Notas del capitulo:

Aquié les dejo (finalmente!!) el último capítulo de este fanfic. ¿Qué sucederá ahora?

3. Conexión imprevista.

 

Llegaron a su destino y bajaron de la camioneta; Saga y Kanon comenzaron a bailar muy fogosamente con el chico sueco, mientras que Milo cumplió su cometido y estaba besándose con Camus muy apasionadamente. Mu y Shaka quedaron sentados solos en una de las mesas, tomando una cerveza; después de varios incómodos minutos de silencio, sin saber qué hacer, Mu decide tomar el primer paso:

 

- Me gustó mucho el concierto, fue más de lo que esperaba.

 

- Muchas gracias- respondió Shaka, halagado, pero con cierta timidez. A Mu se le hacía difícil de creer que alguien tan desinhibido en el escenario fuera así- ¿Cómo es tu nombre? No recuerdo que me lo hayas dicho.

 

- Me llamo Mu.

 

- Me gusta tu nombre- Mu no pudo evitar sonrojarse. Para cambiar rápidamente el tema y ocultar su nerviosismo, hizo una pregunta, la cual luego de hacerla pensó que era un poco estúpida:

 

- ¿Qué se siente ser una estrella de rock?- Shaka quedó algo desorientado; casi siempre sus fanáticos solamente le preguntaban cosas de verdad superficiales, como cuántos coches tenía, si le regalaban ropa o, aún peor, sobre Aioria, un modelo griego con quien Shaka había tenido una larga relación, la cual debido a la apretada agenda de ambos, el acoso constante de la prensa, y los celos de Aioria, no había terminado de la mejor manera. Hábilmente pero con mucha altura, Shaka desviaba su respuesta a ese tipo de interrogantes, ese tipo de preguntas le resultaban incómodas, pues él se consideraba una persona muy reservada, y humilde.

 

- Es extraño, ¿sabes?- contestó con sinceridad- por un lado es genial que tanta gente disfrute de la música que compones con tanto esfuerzo, y que millones se emocionen al verte en el escenario y griten tu nombre....pero por otro lado, es algo.....triste....- dijo Shaka, y su tono de voz se hizo algo taciturno.

 

- ¿Por qué?

 

- Pues, cuando las giras terminan y llego a mi casa, enfrento la realidad. No hay nadie allí para esperarme, solo silencio…y soledad, mucha soledad. Las personas que escuchan mi música conocen solamente a la persona que está en el escenario, ¿entiendes?, no conocen cómo soy realmente. Y a decir verdad, suelo sentirme muy solo- Mu sintió que los ojos se le llenaron de lágrimas ¿Cómo podía alguien que, a sus ojos era perfecto, sentirse así de triste?

 

- Todos nos sentimos solos en algún momento de nuestras vidas....- contestó- por eso creo que uno debe buscar algo que le dé satisfacción, algo que lo haga sentirse bien a pesar de estar solo.

 

- Sí, eso creo- agregó Shaka, sonriendo- ¿Te soy honesto?, realmente no quiero estar en este lugar. A Milo, Kanon y Saga les encanta ir de fiesta, pero suelo sentirme incómodo en las multitudes. Quisiera irme de aquí, ¿me acompañas?

 

Mu estaba perplejo. Definitivamente su idea de conocer a los músicos era muy distinta de lo que estaba pasándole: unos autógrafos por aquí, unas fotos por allá, un “gracias por venir” y allí terminaría todo. Esto que le estaba ocurriendo era de otro mundo.

 

-          ¿A dónde tienes pensado ir?

 

-          ¿A dónde crees? A mi habitación del hotel. Pero no quiero ir solo. Por favor, acompáñame.

 

Mu realmente no sabía qué hacer; por más que Shaka no fuera tan fiestero como sus compañeros de banda, era lógico pensar que si llevaba a un joven a su habitación no sería para jugar al ajedrez. Obviamente él ya no era virgen, pero tener sexo con alguien que solamente veía en vídeos, con quién intercambió solamente algunas miradas y palabras, y que seguramente no volvería a ver, era algo completamente distinto…y arriesgado.

Tragó saliva y acompañó a Shaka; este pudo sentir la inseguridad del joven de cabello morado, por lo cual se le acercó y le tomó con delicadeza la barbilla, diciéndole a los ojos:

 

-          No voy a aprovecharme de ti, si es lo que piensas.

 

-          Nunca pensé eso. Es solo que…esto es tan….loco.

 

-          Tal vez los dos estemos necesitando algo loco- respondió Shaka, convenciéndolo.

 

Una vez en la habitación del hotel, Mu quedó bastante sorprendido, nuevamente. La habitación era muy sobria, a pesar de ser de muy buen gusto, y junto a la mesita de luz había unos libros de budismo y yoga. Al notar la sorpresa, Shaka explicó:

 

-          Prefiero las habitaciones sencillas; me gusta leer y odio las distracciones. Le dejo a Milo la habitación con jacuzzi, a él le encantan los lujos y las extravagancias. Kanon y Saga simplemente se conforman con estar en habitaciones diferentes, Saga no soporta los ronquidos de Kanon. Eso sí, a ninguno de los dos puede faltarle la cerveza.

 

Mu no pudo evitar reír ante estos últimos comentarios. Acto seguido, Shaka comenzó a preguntarle al joven sobre su vida personal: qué hacía, qué pasatiempos tenía. Mu por su parte, no pudo evitar preguntarle sobre los libros que vio; Shaka estaba gratamente sorprendido: ni siquiera sus compañeros de banda parecían muy interesados al respecto. Así que, fascinado por ello, con gran sapiencia le explicó todo lo que había leído mientras bebían una cerveza, y Mu se maravillaba ante tanto conocimiento. Cada vez estaba más convencido que su ídolo era más que una cara bonita.

Conversaron varios minutos, hasta que Mu le dijo a Shaka en tono de broma que le enseñara posiciones de yoga; tomándolo casi como juego el rubio accedió, y procedió a darle explicaciones. Muy torpemente, el joven de cabello morado se cayó encima del rubio, y ambos rieron; pero cuando se miraron fijamente a los ojos no pudieron evitar besarse. Fue el beso más profundo y cálido que ambos habrían recibido en mucho tiempo.

Los labios de Shaka era tiernos y dulces, y Mu sentía que los suyos no podían separarse de ellos; sus lenguas parecían danzar al mismo compás, al principio suavemente, luego con mayor intensidad.  Con cuidado Shaka levantó a Mu del suelo y lo llevó hasta la cama, cargándolo en sus brazos. Lo recostó en ella y, colocándose encima del chico, continuó besándolo de forma apasionada.

Mu se sentía extrañamente cómodo, parecía mentira pero sentía una profunda conexión con Shaka; era como si, a pesar de nunca haberse visto antes, sus almas se conocieran desde siempre. Afortunadamente, ese fin de semana su padre había viajado a otra ciudad a visitar a unos amigos, por lo cual no iba a tener que dar explicaciones de por qué no había ido a dormir a casa; era más que evidente que la noche con Shaka apenas comenzaba.

El rubio comenzó a besar el cuello de Mu con delicadeza, y este jugaba con las doradas y suaves hebras de cabello del rockero, quien le quitó la camiseta para luego quitarse la suya. Continuó acariciando la delgada cintura de Mu, deleitándolo al besar sus erectos pezones; ese cuerpo era tan bello que no podía quedarse quieto en un solo lugar del mismo, por lo cual fue deslizando sus ardientes labios hasta llegar a su vientre, y su lengua jugueteó con el ombligo del pelimorado, quien a pesar de sentir cosquillas, estaba con su respiración agitada y bajo el  hechizo de la aterciopelada piel de Shaka; sus cuerpos ardían y sus manos se encontraban mutuamente para entrelazarse y jugar. Ambos recorrían cada rincón de sus cuerpos ávidamente, la entrega era mutua y el terso calor de sus pieles se sentía como el cálido sol de verano.

Mu tomó suavemente a Shaka de las caderas y recorrió la suave curva de las mismas hasta llegar a las nalgas, las cuales comenzó a tocar con sus manos; las manos del rubio, no menos inquietas, tocaron por encima de la ropa el erguido miembro de Mu, y sus traviesos dedos comenzaron a desabrochar el pantalón del joven de ojos color esmeralda, quien al mismo tiempo le bajaba suavemente los pantalones, dejando ver esas hermosas crestas ilíacas.

Quedaron de rodillas sobre la cama, mirándose intensamente, pero solamente por segundos, pues sus labios pedían más de los besos del otro, y sus respectivas manos recorrer el cuerpo de su compañero. Shaka comenzó a bajar lentamente, sin dejar de besar el sensual vientre de Mu, y le quitó la ropa interior dejando al descubierto su miembro. Con la punta de su lengua rodeaba el glande de su compañero, quien estaba embriagado del goce, y acto seguido llevó sus suaves y tibios labios al sexo de su pelimorado amante, quien sintió una descarga eléctrica que recorría todo su cuerpo.

Shaka besó nuevamente los tiernos labios de Mu, quien quitó sus bóxers y comenzó a masturbarlo con mucha suavidad, como si tuviera toda la eternidad para agradecerle con actos por componer la música hermosa que lo hacía sentirse feliz. Sus caderas se rozaban sutilmente, haciendo que sus miembros danzaran juntos; fue en ese preciso momento que Mu rió entre gemidos.

-          ¿Por qué ríes?- preguntó con curiosidad el rubio.

 

-          Es…como en tu canción…..”my hips will dance upon yours all night”- le susurró al oído, aunque sintiéndose algo inseguro, pues pensaba que tal vez sonaría muy cursi o ridículo, pero a Shaka le fascinó que su fanático recordara su canción en tan ardiente situación.

Como muestra de que se sentía halagado, comenzó a juguetear con su entrada, y deslizó uno de sus dedos en ese pequeño espacio entre la misma y los testículos, causando en Mu un estallido de placer. Continuaba preparándolo para lo que vendría sin dejar de besarlo; todo se sentía tan bien que sus respiraciones eran lentas y profundas, pero exactamente acompasadas. Recostó al joven de cabello morado sobre la cama y abrió sus largas piernas, posteriormente tomó de la mesa de luz un preservativo y lubricante; luego de colocarse el preservativo se colocó encima de su devoto fanático y moviendo con suavidad un mechón de su pelo lila hacia detrás de la oreja, besó su respingada nariz y le preguntó si estaba listo, a lo cual Mu asintió con su cabeza.

Con gran gentileza, y sin quitar su lengua de la boca de Mu, poco a poco introdujo su sexo moviéndolo con suavidad, ya que no quería causarle dolor, sino la más íntima de las dichas. Hizo suaves embestidas en la estrecha entrada de su compañero, que se amarraba fuertemente de la espalda de Shaka, dando suaves gritos; sus cuerpos enardecían cuando sus pieles se rozaban, podían sentirse las chispas en el aire. Prosiguió hundiéndose en el abrasante físico de Mu, moviendo sus caderas ahora un poco más rápido y continuo, sintiendo como la estrecha entrada presionaba su miembro rítmicamente, dejándole sin aliento. No pudo evitar tomar el erecto miembro del pelimorado y frotarlo sensualmente con su mano; Mu lo besó con tanta pasión que aturdió sus sentidos, pues no era solo sexo lo que le brindaba, sino pasión y gran ternura. El rubio sintió una fuerte vibración en su pelvis que en una oleada de pasión lo hizo dar un suave y ahogado alarido, su compañero arqueó su espalda en señal de haber llegado al clímax, quedando Shaka sobre tendido sobre Mu, ambos recobrándose del desgaste que tan intensa satisfacción les había provocado.

Exhalaron intensamente tras un hondo respiro y se miraron a los ojos. A Mu se le hacía difícil procesar lo que vivió en esos instantes; y como para incrementar aún más su sorpresa Shaka, sin perder contacto visual con él se confiesa:

-          Eres el primer fanático con el que tengo sexo- Mu quedó anonadado.

 

-          No lo dices en serio….

 

-          ¿Por qué mentiría en algo así?- agregó el rubio.

 

-          Pero…y todas esas letras de tus canciones que hablan de….

 

 

-          La mayoría fueron ideas de Milo y Saga, pero ellos no son buenos escribiendo, así que me transmiten una idea y yo creo una historia con eso- interrumpió- Las únicas canciones que son enteramente mi creación son las más “melosas”. Además ellos sí tienen experiencias como para escribir sobre noches de parranda- explicó Shaka, riendo suavemente.

 

-          Pero…entonces….¿jamás te habías llevado a un fanático a tu habitación?

 

-          Nunca. El sexo es para mí algo muy especial. Y además estaba Aioria…sus celos realmente lo enloquecían. Una vez casi golpea a un fanático que se me acercó para tomarse una fotografía conmigo….

 

-          ¡Vaya!…bueno, me alivia saber que no estás con en una relación él en este momento. Pero mentiría si dijera que no se me hace difícil de creer.

 

-          Puedes preguntarle a Kanon si dudas de mi palabra, él hasta me puso un ridículo apodo….

 

-          ¿Cuál?- preguntó Mu, con mucha curiosidad.

 

-           “Monje tibetano”, porque mientras ellos iban de fiesta yo me quedaba en el hotel leyendo- Mu no pudo evitar reír, y Shaka tampoco.

 

-          Nunca en mi vida imaginé que viviría algo como esto- dijo el pelimorado, aún sin convencerse de que no era un sueño.

 

-          Ni yo. No eres como cualquier fanático- le contestó el rubio y se besaron una vez más. Dieron un gran suspiro y durmieron juntos, abrazados.

Amaneció y una vez despertaron, ambos sabían que llegaría un momento difícil: despedirse. Shaka primero acomodó sus pertenencias en sus maletas y Mu se vistió; tomó su chaqueta y en un instante que parecía eterno sus ojos hicieron contacto.

-          Prométeme que si vuelvo a hacer una gira en esta ciudad vendrás a verme- dijo Shaka con cierto dejo de tristeza, porque no era seguro volver a vivir lo de la noche anterior.

 

-          Lo prometo. Prométeme que, aunque comiences una nueva relación, o empieces a salir de fiesta con tu banda, no olvidarás lo que vivimos anoche.

 

-          Así será. Quedará inmortalizado en mi música. Te doy mi palabra- contestó el rubio, y lo besó con profundidad. Ambos tenían sus ojos vidriosos.

 

Pasó casi un año pero Mu aún tenía el recuerdo de lo vivido aquél sábado como si le hubiera ocurrido ayer; caminaba rumbo a su casa desde la universidad rememorando aquella loca, intensa pero bella noche, cuando se detuvo frente a una disquería.

Su grupo de rock favorito sacó un nuevo álbum. Sacó del bolsillo su billetera y agradeció a los dioses tener dinero suficiente para comprarlo. Apenas llegó a su casa lo puso en su reproductor de cd’s. La música seguía provocándole el mismo furor de siempre; las mismas letras alocadas, seguramente inspiradas en las lujuriosas experiencias de Milo y Saga, a excepción de una. La canción tenía una rítmica muy intensa, con los poderosos riffs de toda banda del género, pero la letra definitivamente no era igual a las otras.

Su corazón se desbocó como un caballo; la letra claramente hablaba de aquella hermosa experiencia que él y su ídolo compartieron. No pudo evitar soltar una lágrima de alegría. Nunca creyó que alguien como él podría inspirar a un artista a crear música. Él había inmortalizado su vivencia de aquél concierto en sus fotografías, cd’s autografiados, su cabeza, y muy especialmente, su corazón. Pero Shaka lo había inmortalizado en su música, en cada nota, en cada estrofa. Quizás el músico conocería miles de fanáticos cada año, se tomaría millones de fotos con ellos y firmaría autógrafos, pero ninguno sería tan especial para él como aquél fanático que mitigó su soledad y lo hizo tan feliz.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado. Personalmente me divirtió mucho hacer este fanfic, y sería lindo que les divierta a uds también. Gracias por leer!


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