El sonido del despertador resonó por completo en la habitación llenando cada rincón sin excepción alguna. Abrió lentamente los ojos y en silencio, observo el techo de la estancia mientras el estridente sonido de aquel aparato perforaba sus oídos, torturándolo con el objetivo de que se despertara.
Miró hacía la ventana de su habitación y durante unos segundos fijo la vista en el exterior, el mundo parecía seguir adelante sin necesidad de que él participase. Apagó el despertador con un leve golpe del dorso de su mano y se sentó en el borde de su cama.
Sonrió irónicamente, aquella habitación le había pertenecido durante 15 años y ahora iba a dejar de ser su único lugar de descanso. Se levanto de la cama y con paso torpe se dirigió hacía el enorme espejo que se encontraba al lado de la puerta.
Con cuidado comenzó a desabrochar la camisa de su pijama dejándola caer al suelo. Era increíble con la facilidad con la que un hombre, puede marcar tu piel a golpes y el tiempo que se necesita para que desaparezcan. Hacía días que aquellos moratones permanecían ennegrecidos en su torso y parecía que no tenían intención de desaparecer.
Caminó hasta el armario y lo abrió de par en par agarrando las únicas prendas que quedaban dentro. Comenzó a vestirse en silencio y miro aquel odioso despertador que cada día lo devolvía a la realidad y lo separaba del hermoso mundo de los sueños.
De pronto, la puerta se abrió y un hombre de mediana edad entró en la habitación.
Klaus, lo miro con asco mientras se quitaba los pantalones del pijama y cogía los de vestir.
-No me mires así chico, has tenido mucha suerte con la estúpida de tu madre.
El chico ignoró aquellas palabras poniéndose de espaldas al hombre y comenzó a ponerse los pantalones. Pero algo lo detuvo, uno de los brazos de aquel hombre rodeaba su torso y sintió el nauseabundo olor a tabaco que emanaba su aliento mientras que la mano que le quedaba libre a aquel cerdo, se colaba por su pantalón hasta rozar su piel. Se sintió aún mas tenso cuando aquel hombre lo empujo mas contra su torso y lamió su cuello.
-¿Sabes?. Ahora cogerás tus maletas y te meterás en el coche, en silencio y sin protestar. Si siquiera te oigo respirar, sabes lo que te espera. Todo esto te pasa por ser una putita bocazas y sabes que si le cuentas algo a alguien sobre nuestros juegos. Tu hermanita y yo nos vamos a divertir cien veces más de lo que nos hemos divertido tú y yo durante estos años. Es una lástima que le dijeras a tu madre que te gustan los chicos, nos pudiéramos haber divertido mucho más juntos... Pero a insistido en meterte en aquel internado. Una estrategia muy aguda, si señor, pero no te creas que te has librado de mi para siempre...
La piel de Klaus se erizaba de miedo mientras su padrastro le decía aquello al oído y sentía como con cada palabra, la mano de aquel hombre se enredaba mas en su cabello hasta llegar a tirar de el con fuerza.
-Una verdadera lástima.
El chico de pronto fue despedido contra la pared de un fuerte empujón y al chocar, cayó al suelo de espaldas.
-Quiero que sepas que esto no a acabado aquí, en cuanto convenza a tu madre de que te saque de aquel internado para curar maricones, volveremos a divertirnos juntos y con mas ganas que nunca...
Louis salió de la habitación dando un pequeño portazo y dejó al chico solo de nuevo en su cuarto.