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Nightmare [KAIxJONGIN] por Claudiselle

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Notas del capitulo:

Hola hola~ hoy decidí venir con un alboroto de parejas(?) en realidad, este threeshot (porque he decidido que así va a ser) se lo dedico a mi mejor amiga, a la que le gusta esta extraña pareja. Nos leemos abajo, no quiero quitarles su tiempo *-* disfruten!

No era la primera vez que pasaba eso. Desde hacía varios días despertaba a media noche, de golpe y con el cuerpo sudoroso. A mi lado, Kyungsoo cada vez le daba menos importancia a mi insomnio y me contestaba con un “duérmete, sabes estoy contigo”. A veces me tranquilizaba, aunque muchas otras daba vueltas en la cama sin recobrar el sueño. Me levanté y fui a verme al espejo. Nuevamente, tenía arañazos en el pecho y la espalda. Siempre había intentado mostrárselos a mi pareja, pero cuando quería hacerlo, él no despertaba. A la mañana siguiente, los cortes desaparecían.

Esperé hasta el amanecer. Hice el desayuno, el almuerzo, e incluso la cena, y los dejé refrigerando. Limpié todo el departamento, y aun así, me sobró tiempo para escribir las últimas líneas de un artículo que había dejado a medias. “¿No te dije que volvieras a dormir?”, escuché detrás mío. Volteé, dejé mis lentes en la mesa y sonreí, cansado. Kyungsoo se acercó a mi y tomó mi rostro con sus manos. “Lo siento, a veces simplemente no puedo”, respondí apenas audible. Él me dio un beso suave y se sentó a mi lado. “¿Necesitas que te ayude?”; negué con la cabeza. Vi la hora y me di cuenta que era muy temprano como para haberlo despertado. Le sugerí que volviera a la cama, era su único día de descanso y no quería arruinarlo. Me devolvió la sonrisa y tomó mi mano, llevándome junto a él. “Deberías dormir un rato más”, le dije, pero él me respondió con otro beso, mucho más profundo que el anterior. “No quiero dormir. Quiero estar contigo, Jongin”.

No me pude negar a esa mordida de labios.

“Una emergencia, ¿eh?”, le dije, aun acostado en la cama. “No creo que vuelva hasta mañana, dicen que al paciente se le rompió el cráneo y…”, lo callé con un siseo. Mi novio era médico, y aunque ese fuera su trabajo, no dejaba de darme asco todo lo referente a heridas y sangre. Él se rió y se acercó para besarme. “...te doy permiso para autocomplacerte pensando en mí. Sólo esta noche, para que no te desveles demasiado”, dijo totalmente serio. Le sonreí y mordí su labio inferior antes de responderle con un “Como usted ordene, su alteza”. Salió por la puerta y me tiré a la cama, con los brazos en la cabeza. Sabía perfectamente que esa noche me esperaba una de las pesadillas que siempre tenía, y tal vez fuera peor, pero no quería tenerla. “Autocomplacerme tiene significados muy amplios”, me dije en un susurro. Me levanté y me puse unos vaqueros oscuros y una chaqueta de cuero. Tomé mis llaves y bajé hasta el aparcamiento. Allí estaba ella, brillando como la mismísima noche. “Ha pasado un tiempo, preciosa”.

Noventa kilómetros por hora y el viento arrasando contra mis pulmones. Después de mucho había vuelto a montar la moto que tanto me había costado conseguir, y la que obviamente, no me dejaba usar Kyungsoo. “Te vas a matar si usas esa mierda. ¡Sin duda eres un suicida!”, me decía siempre que trataba de llevarla a algún lado. Esa noche no había nada ni nadie que me lo impidiera, y no pensaba volver a casa hasta el amanecer. Después de un rato, estacioné a mi pequeña junto al bar al que hacía mucho no iba (obviamente, por órdenes de Kyungsoo). Conocía a muchos de los que estaban allí, quienes me saludaron con abrazos y apretones. “¡Hey, hermano, ha pasado un tiempo! ¿Ya olvidaste tus verdaderos barrios?”, parecían decir a coro mis ex-compañeros de andadas y otras cosas más. Sehun, el que había sido mi mejor amigo por mucho tiempo, me rodeó el cuello con un brazo y restregó mi cabeza contra su pecho. “No te habrás olvidado de mi, ¿no? ¡necesitas unos tragos, actual niño rico!”, replicó, casi gritándome en el oído. Me reí y dejé que me llevara dentro. Nos sentamos en la barra, uno junto al otro, y nos sirvieron dos vasos llenos de ron puro. “Como en los viejos tiempos”, pensé. Vi cómo Sehun se paraba y le susurraba algo al camarero, aunque más parecía que le estaba comiendo el lóbulo de la oreja, porque cada cierto tiempo le daba mordidas y él respondía con varias sonrisas. “¿Ahora eres de mi equipo?”, le pregunté cuando el camarero ya se había ido. Sehun sonrió y volvió la mirada hacia él. “No puedo evitarlo. Luhan es hermoso”.

Supuse que Luhan era el nombre del camarero-amigo con derechos-novio del platinado que estaba a mi lado. Se me acercó y me dijo que lo esperara, que iría a arreglar unas cosas con un “compañero” que acababa de llegar. Sabía perfectamente que ese arreglar significaba romperle la mandíbula a alguien, y que ese compañero significaba enemigo a muerte. Había crecido entre toda esa mugre, a la que, esa noche, me di cuenta que seguía perteneciendo.

No sabría decir exactamente cuánto tiempo pasó. Tal vez fue media hora, tal vez un poco más. Estaba a punto de embriagarme con ron, cuando vi a alguien que me resultaba conocido. Estaba apoyado en la puerta del bar, viéndome. Noté que, al compartir miradas, una sonrisa maliciosa se dibujaba en su rostro. Esa sonrisa. La conocía de algún lado, pero no sabía exactamente de dónde. Dejé el vaso en la barra y me dirigí hacia la persona que estaba allí. Cuando estuve a menos de dos metros de distancia, salió. Corrí entre la gente que bailaba y prácticamente se desnudaba en la pista de baile (cosa que más parecía un nido de perras en celo), y salí del lugar. Apenas noté que no había nadie allí, escuché una voz demasiado cerca mío. Volteé la cabeza en esa dirección y me quedé paralizado al ver cómo se sacaba la capucha y pronunciaba esas palabras.

“Llegas tarde, Jongin. Kai te ha estado esperando”.

Esa voz, ese rostro, esa parada, esa manera de vestir, ese nombre.

Mierda, mierda, mierda. ¿Cuántas veces Kyungsoo me había dicho que no volviera aquí? Como siempre, las había cagado, pero esta vez había sido la cagada más grande de todas. Intenté volver a entrar al bar, pero sentí cómo un brazo me jalaba hasta un callejón oscuro en el que casi nada se podía distinguir, a excepción de sus ojos, tan… iguales. Me estampó contra la pared llena de rajaduras y tomó mi barbilla con su mano, con esa agresividad tan característica que tenía. “¿Te vas tan pronto? Si aun no hemos empezado”, dijo, nuevamente con una sonrisa maliciosa. “Tu… eres parte de mi sueño… ¿por qué estás aquí?”, pregunté como podía. El bajó la cabeza y se rió. “En serio creíste que todos eran sueños, eh…”, replicó, acercándose más a mi, respirando sobre mis labios. “...déjame desilusionarte. Todo es real. Tú eres real, ellos son reales, esto es real, yo soy real”. Me jaló del polo y me pegó a él, plantándome un profundo beso en los labios, sin una pizca de delicadeza. Su lengua se abrió paso en mi boca y buscó todos los lugares posibles. Hice un último esfuerzo y logré empujarlo más allá. “¡Joder, suéltame!”, le grité, pasándome el brazo por los labios. Subí la cabeza y lo vi sacándose la correa de cuero que llevaba puesta.

“No te atrevas, Kai”.

“Oh, claro que me atreveré”.


Esa noche definitivamente sería la peor pesadilla de todas.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, me pareció interesante empezar esta historia, aunque sé que es un poco complicada de entender, deben saber que hay un Jongin y un Kai, que son la misma persona dividida en dos personalidades(?) lo entenderán conforme siga el fic, dejen sus reviews para saber si les gustó, si no entienden, pregunten, siempre respondo lo que me dicen c: hasta la próxima~


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