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Secretos.... por Anttara

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Notas del fanfic:

Bueno pues ya saben, los personajes no son mios son de la creadora de Junjou Romántica, querida por todos y "suegra" de muchas (os). Incluyendome :D

Notas del capitulo:

Buenas noches a todos, si soy yo no andaba muerta solo andaba de parranda.

Les traigo como una bonita oferta y como una bonita promoción esta historia  que cuenta de sólo dos partes y que es el número 20 que publico bajo el seudonimo de Anttara Lanaya wiiii (snif snif ya estoy vieja :o )

Antes que nada les comento que este fic se desarrolla justo después de que Sumi-sempai se gradurá de la universidad y antes de que Misaki encontrará a otro amigo.

Si se me llegará  a pasar un dato de la historia les pido una disculpa, escribí lo que mi ardillita mental me dictó y ya no tuve tiempo de verificar datos.

 

Bueno sin más distracciones...

 

 

Después de que Sumi-sempai se graduará de la universidad,  Misaki empezó a notar ciertos problemas para relacionarse con otras personas. Nadie le hablaba a la hora de la comida  y los pocos  amigos del cabello grisáceo que aún quedaban  se encontraban bastante ocupados con sus deberes  para estar con él.

 

Con las materias de la universidad las cosas se estaban volviendo algo complicadas y sin un amigo con quien distraerse peor. Así que el castaño empezó a buscar como relacionarse con más hombres  de su edad, no estaría mal encontrar a otro amigo con quien platicar.

 

Cierto día,  afuera del salón el oji-verde escuchó que un grupo de compañeros se reuniría  después de clases para “relajarse” un poco. ¡Sería una oportunidad estupenda para relacionarse con otros universitarios! 

 

De inmediato se acercó a  ellos para poder a asistir  a su reunión y en un par de segundos logró convencerlos de que lo aceptaran.

 

Cuando clases acabaron, el castaño  fue invitado a una casa desconocida de un compañero que solo un par de veces lo había visto, por un momento dudo un poco pero pensando más en su plan decidió ir  “¿Qué  malo podría pasar?”

 

Rápidamente le envió un pequeño mensaje a su casero “Usagi-san voy a salir con unos compañeros  de la universidad ¡No te preocupes! Llegaré algo tarde” y se encamino con sus nuevos amigos para conocerlos mejor.  Sin embargo las cosas no salieron como él había planeado.

 

Apenas llegaron a la casa, varios de aquellos hombres empezaron a sacar bebidas alcohólicas y  varias revistas xxx, así mismo  uno de ellos prendió la televisión y se comenzó a escuchar un sonido sugerente en la sala.

 

“Ahhh Ahhhh más mas mételo más”

 

Al escuchar esto de inmediato Misaki se estremeció y su cara cambio de color “¡¿Qué demonios era eso?!” No podía ser… ¿O sí?

 

Instantáneamente volteó hacia el televisor principal y vio lo que temía. ¡Una pareja estaba haciendo cosas sucias! Una mujer y hombre de aspecto occidental estaban teniendo sexo, descaradamente en varias posiciones.

 

Sin pensarlo dos veces,  Misaki quiso salir corriendo de ahí, ¡suficiente era tener que lidiar con Usagi-san para tener que soportar ver ese tipo de cosas que era vergonzoso! sin embargo, antes de que pudiera tomar sus cosas y escapar, uno de sus compañeros le llamo:

 

-¿Ya tan pronto te vas? ¿No me digas que te vas a perder la diversión? ¿O es que  aun eres virgen  y no sabes qué es esto?-

 

Prontamente un relámpago de vergüenza vino hacia Misaki.

 

No es que aun fuera virgen y no supiera que era, por el contrario a partir del primer mes de que había llegado a vivir a casa de Usagi había experimentado todas esas cosas a manos del escritor, pero ¿Por qué tenía que quedarse a ver eso? ¿No era suficiente el hecho de intentar escapar de su pervertido casero cada vez que este tenía la intención de “Recargarse”?

 

-No lo soy- Respondió tímidamente Misaki  fuertemente avergonzado

 

-Entonces disfrútalo, que tu novia no se ha de enterar- Contestó el compañero en modo de burla y sin que el castaño pudiera objetar a este comentario, lo acerco hacia el sofá principal donde otros tres hombres ya veían entretenidos  la televisión.

 

¡¿Por qué tenía que pasarle esto a él?!

 

Solo quería relajarse un poco con compañeros de la universidad, hablar de cosas comunes y tal vez encontrar un nuevo compañero de clase con quien platicar de mangas, pero había terminado con un montón de pervertidos  que veían fascinados  esa película sucia como si nunca lo hubieran hecho o peor como si fuera lo más normal de este mundo. 

 

Incomodo por la situación Misaki trató de dirigir su mirada hacia otro lugar, distraerse con cualquier cosa pero poco a poco la trama de la película xxx le llamó la atención: Algo no estaba bien, había algo raro y diferente en esa imagen que puso al castaño a pensar.

 

A pesar de Misaki nunca había tenido una relación  sexual con una mujer y que él era  “uke”  en su actual situación sentimental, había algo que no cuadraba.

 

Detenidamente se puso a observar las escenas y concluyo en lo siguiente:

 

Primero ella gemía como si vida su vida dependiera de ello. Gritando una y otra vez palabras sucias al hombre que  la tocaba, y que el castaño  suponía que era  su pareja; ¡Eso no era normal! ¡¿Qué persona en este mundo lo haría?!

 

Él se moriría de la vergüenza si alguna vez Usagi-san lo escuchaba diciendo algo así. Conocía tan bien al escritor que apenas digiera una mínima palabra o una insinuación de su parte al momento de tener intimidad, no lo soltaría en días haciéndole el amor una y otra vez hasta que no pudiera levantarse o peor le haría burla como aquella vez que le dio un beso indirecto.

 

Recordaba a la perfección el castaño, la vez que le dio un ramo de flores por haber ganado un premio,  como se le abalanzó y no lo dejo dormir toda la noche o cuando le dijo que lo quería, lo arrastró a un hotel y le hizo toda la noche el amor salvajemente… ¡¡Nunca le diría durante la intimidad ese tipo de palabras pervertida!!

 

Usagi siempre mostraba un exceso de cariño aunque los dos fueran hombres, pero ya habían transcurrido 20 minutos y por más que el oji-verde buscara, en ningún momento el hombre acariciaba a la mujer, ni la abrazaba o la besaba cuando la “atacaba”… ¿Qué pasaba?

 

Desde que comenzó  a vivir con el escritor no había ningún día que Usagi-san intentara abrazarlo, besarlo o acariciarlo.

 

De hecho todas las veces que lo había “hecho”, lo mantenía pegado a su cuerpo, pasaba una de sus manos por la espalda de Misaki para que no se pudiera separar y mientras lo penetraba, le besaba alguna parte de su cuerpo.

 

Su casero sabía muy bien lo que hacía a la hora de la intimidad. El acariciarlo o besarlo ya era  tan común para excitar al castaño a tal punto que el peli-plata conocía cada lugar erógeno de su pareja  y comenzaba una especie de ritual antes de penetrarlo.

 

Misaki podría recordar a la perfección como los labios de su novio seductoramente rosaban su cuello, dejándole marcas cuando Usagi-san se ponía posesivo con su cuerpo, reclamándolo como suyo.

 

Por un momento recordó las veces en que su seme le había hecho el amor y las caricias que lo habían hecho estremecer. Esa vez que le había besado su mano derecha mientras le embestía en el pasillo de su casa justo en la víspera de navidad. La vez que lo abrazó por detrás y le mordió su oreja cuando él se había puesto celoso creyendo que el novelista salía con Aikawa o cuando  tuvieron sexo en el tren de Hokaido.

 

Nunca el escritor había dejado de acariciarlo o besarlo mientras tenían intimidad. Entonces ¿por qué las personas que tenían sexo enfrente de sus ojos no se acariciaban?  Era más bien algo mecánico sus reacciones ¿Qué estaba pasando?

 

Con esta inquietud Misaki quiso preguntar a alguien cuál era la razón por la que estaban actuando de esa manera, sin embargo al voltear a ver a un compañero que estaba sentado  a la derecha notó que este se estaba masturbando sin dejar de observar la película.

 

¡¡¿Qué rayos?!!

 

Rápidamente Misaki volteó hacia el televisor ¡Lo menos que quería era ver a alguien que hiciera eso enfrente de él!

 

Si era verdad que no era tan inocente para no saber ese tipo de acciones, el oji-verde quería  alejarlo de su mente.

 

Usagi era el único que lo había tocado y aunque le costara admitirlo era muy hábil al momento de hacerlo. Lo hacía de mil maneras, una y otra vez e incluso de formas que el castaño nunca hubiera imaginado.

 

Con su boca lo besaba de arriba abajo, lamia la puntita de su miembro lujuriosamente o introducía todo en su garganta hasta que se viniera. ¡¡Pero solo él lo había hecho!! ¡A nadie más había visto hacer eso!  

 

El peli plata se encargaba de todos los detalles del sexo y jamás el menor se había preocupado por hacerlo el mismo. Aunque varias veces Usagi le hubiera confesado que le volvía loco la idea de que  lo hacía cuando se él encontraba muy ocupado para “ayudarlo”.

 

De momento el oji-verde empezó a  divagar con los pensamientos del escritor masturbándole con su boca.

 

No sabía bien si era el ambiente o que todo mundo era un pervertido por ver ese tipo de cosas, pero  Misaki empezó a  estremecerse con la idea de que Usagi estuviera arrodillado enfrente de él y lentamente le desabrochara su bragueta para liberar su erecto miembro.

 

Podía sentir como la lujuriosa mirada violeta de su casero  lo observaba con esa cara de pervertido que ponía cada vez que Misaki se estremecía con su tacto.

 

No pudo evitar soltar un pequeño gemido  de placer cuando se imaginó como su casero tomaba su miembro y se lo acercaba hacia su boca,  como con sus labios se juntaban para darle un pequeño besito en la puntita antes de devorarlo sin pudor ni pena alguna. Posteriormente se metía su miembro y empezaba masturbarlo fuertemente con sus labios, exigiéndole que se viniera por su trabajo.

 

Dispuesto estaba Misaki a gemir eróticamente “Usagi-san… detente” cuando regresó a la realidad y vio en la película como otro hombre se unía a la pareja para realizar un “trio”.

 

Instantáneamente la sensación de excitación desapareció del castaño y un escalofrió recorrió su espina dorsal. ¿Tres personas teniendo sexo? ¿Juntas? ¡¡IMPOSIBLE!!!

 

Por completo la imagen de Usagi-san cambio, de un seme pervertido que le besaba lascivamente su entrepierna a un hombre bastante posesivo que lo veía con una fuerte aura negra rodeándole.

 

Ni muerto Usagi-san permitiría hacer “eso” con otras personas.

 

Ya varias veces el escritor le había dicho que era única y exclusivamente suyo, a nadie lo cedería ni siquiera le dejaría a nii-chan que se lo arrebataría y tener sexo con otras personas era un simple así como rotundo ¡NO!.

 

Además por extraño que sonara, tampoco él universitario quería intentarlo con otras personas. La idea de tener intimidad con alguien que no fuera Usagi-san le parecía descabellada.

 

Simplemente no soportaba el imaginar que alguien más que el novelista le besara, lo acariciara y lo llevara al borde de la cordura mientras tenían sexo.

 

De repente un impulso de nauseas ataco al oji-verde.  Tampoco soportaría ver al escritor con otra persona en esa posición. ¡Definitivamente no!

 

- No me digas que eres muy sensible para eso. Vaya, ¡pareces una colegiala!- Se burló del castaño el compañero que estaba a su derecha, el mismo que minutos antes había visto el oji-verde masturbarse.

 

Rápidamente el menor cambio de su mente los pensamientos anteriores. No podía permitir que esos hombres se enteraran de que su aspecto era por los celos de imaginar a Usagi-san con otra persona.

 

De nuevo se concentró en la película, aunque cada vez le parecía desagradable. Prácticamente aquellos hombres trataban a la mujer como si fuera un objeto y la penetraban sin inmutarse por sus gemidos que casi eran gritos.

 

No sabía Misaki si aquella mujer estaba disfrutando de todo eso, pero por más que le daba vueltas al asunto le resultaba negativa la idea.

 

Dos hombres tocándola sin la menor consideración, sin preocuparse de lo que sentía y  penetrándola salvajemente era una clara señal de que ninguno de ellos sentía amor por ella. Aunque podría estar el menor equivocado, “la mujer pedía más”

 

Prontamente los gritos de la mujer en la televisión fueron cada vez más agudos y por  la cara que sus demás compañeros tenían, estaba a punto de terminar la acción.

 

No pasó mucho para que todo acabara; Sin embargo, no era en sí lo que Misaki esperaba.

 

A pesar de que le deba pena confesarlo, muy adentro de su ser  el castaño esperaba que alguno de esos hombre abrazará a la mujer cuando acabara todo, quizás por la idea que tenía cada vez que tenía intimidad con el novelista.

 

 Instantáneamente recordó una de las veces que había estado con el escritor.

 

Apenas el mayor lo oía gemir desesperadamente, lo abrazaba posesivamente y  le empezaba a susurrar hipnotizadoramente una y otra vez “Misaki te amo”  o  “Misaki... mi Misaki” y  después de masturbarlo varias veces con su mano, lo dejaba terminar para después hacerlo él en su interior.

 

Cuando ya se regularizaban sus respiraciones, se acurrucaba a un lado de él y, si este no se lograba escapar a tiempo, terminaba abrazándolo fuertemente contra su pecho para quedarse dormidos uno con el  del otro.

 

Pero por lo contrario, apenas se vino el primer hombre se alejó de la mujer dejándola tirada en el suelo, sin decirle una palabra o ayudarla a que recobrara el aliento y el segundo solo se vino arriba de ella como si fuera lo más normal.

 

-¿No le van decir que la quieren?- Pregunto sorprendido en voz alta Misaki, sin darse cuenta de que lo había hecho.

 

Al escuchar esto la misma persona que le había prácticamente obligado a estar a Misaki en aquel lugar, se echó a reír dejando a un más desconcertado al oji-verde ¿Acaso no era normal que después de hacer el amor se digieran eso? Bueno no es que él se lo hubiera dicho a Usagi-san, pero el peli-plata no perdía ninguna ocasión para reafirmarlo y más cuando experimentaba ese tipo de sensaciones.

 

-Vaya que eres bastante cursi jajaja ¿Decir te amo? ¡No te creo que ya hayas tenido sexo, si suenas como una novia enamorada!-

 

Ante esto los demás hombres también comenzaron a reír.

 

Prontamente Misaki se ruborizo de la vergüenza. Sin pensarlo dos veces  tomo sus cosas y salió de aquel lugar. Al parecer no era tan normal como él creía, aunque su casero  lo decía una y otra vez como un ritual después de tener intimidad.

 

Abrazarlo y besarlo lentamente mientras el cansancio hacia que el castaño cerrara sus ojos, oír suavemente sus palabras resonando en sus oídos mientras que su olor invadía sus pulmones, la hipnotizadora mezcla de tabaco, loción y esencia de Usagi-san.

 

Estaba cruzando la calle Misaki, a unas cuantas cuadras de la residencia Usami, cuando una gran mano lo tomo por detrás

 

-Misaki ¿Dónde estabas?-

 

Escuchó una voz grave bastante familiar que correspondía a su casero. De inmediato el menor volteo y lo contemplo en todo su esplendor.

 

El mayor vestía con un elegante traje negro y corbata color vino, parecía como si estuviera listo para una reunión formal o para una gran fiesta.

 

 Nuevamente  Misaki se ruborizo, por un momento vio al mayor demasiado guapo y atractivo. No cabía duda que estar con pervertidos era contagioso.

 

-Estaba estudiando con unos amigos- Mintió el castaño, no estaba dispuesto a confesarle que había fantaseado con su imagen en un lugar lleno de pervertidos mientras veían una película pornográfica heterosexual ¡¿Qué tan enfermo sonaba eso?! - ¿Y tú dónde estabas?-

 

-Termine una conferencia y salí a buscarte ¿Estas bien?-

 

-Si-

 

-¿Tienes hambre?-

 

-Un poco, yo prepararé la cena-

 

Rápidamente el menor tomó la iniciativa y se dirigió al lujoso departamento del escritor.

 

No obstante cuando llegó a su hogar, Misaki empezó a sentir una pequeña erección gracias a lo que había pasado antes, más esta  no era por la película sino gracias al hombre que estaba ahora sentado uno de los sofás rosas de la estancia y leía tranquilamente un libro, esperando la cena.

 

 ¡¿Cómo había llegado a excitarse con  la imagen del escritor masturbándolo con su boca y no por la película?!

 

Lo más normal en esa situación era que se hubiera puesto “así”  como los demás hombres con la imagen del sexo pervertido ¿no? Él era todo un hombre universitario y una mujer teniendo sexo era,  ¿cómo decirlo?, sus compañeros se sentía atraídos por eso.

 

Sin embargo, la idea de que Akihiko lo acariciara lascivamente mientras le advertía con su mirada pervertida que esta noche lo iba a poseer una y otra vez, hacían que el menor se estremeciera y se ruborizara de vergüenza ¡¿Qué le había hecho Usagi-san a su cuerpo?!

 

-¿Te encuentras bien Misaki?- Preguntó el escritor mientras veía detenidamente a su inquilino.

 

-¿Eh? ¿Yo? Si ¿Por qué?-

 

-Llevas 15 minutos viendo la pared y no has empezado a preparar la cena ¿paso algo?-

 

-No- Susurró bajito el castaño apenado y de inmediato empezó a sacar vegetales de la nevera para realizar la cena.

 

Al paso de unos minutos Akihiko también regresó a leer su libro, esperando que su acompañante terminara,  pero después de unos instantes la voz de Misaki lo distrajo de su meta.

 

-Usagi-san ¿te puedo hacer una pregunta?-

 

-Dime- Pronuncio sin dejar de ver su libro

 

- Bueno… ¿Es normal que las personas digan bueno.... “te quiero” después de hacer… este “eso”?-

 

Sorprendido por lo que acaba de escuchar, el mayor dirigió su violeta mirada hacia Misaki y lo encontró bastante nervioso  ¿De verdad le había preguntado eso?

 

-Bueno… es que tengo una amiga de la universidad y este… su novio nunca le ha dicho… bueno… este… “eso”- Cada vez Misaki se ponía más nervioso- y bueno… ella me pregunto pero como yo no tengo mucha experiencia no supe que decirle-

 

Rápidamente el mayor se levantó de su asiento y se acercó a su ahora aturdido acompañante.

 

 -Misaki tú no tienes amigas ¿Por qué preguntas eso?-

 

-Bueno es que…no.. no es nada-

 

- Desde que llegamos  estas muy distraído y nervioso ¿Qué  te paso hoy?-

 

Prontamente el castaño empezó a ponerse más inquieto y la profunda mirada de su casero lo ponía más ¡¿Por qué había preguntado eso?! Si tan solo hubiera decidido guardar silencio ante eso.  Ahora Usagi-san se reiría de él ¡Sonaba como una colegiala enamorada!

 

Pero ya no podía escapar y el peli-plata no lo dejaría libre hasta saber la respuesta. Así que tomo aire y rápidamente  comenzó a contar su historia.

 

-Bueno verás… fui con unos compañeros a estudiar, pero en lugar de eso… este… v-vimos una película ammm “sucia” de un hombre… bueno dos hombre y una mujer  que tenían... que hacían “eso” pero cuando terminaron ninguno bueno este… ninguno le dijo que la quería, ni la abrazo - se puso más nervioso y sonrojado-  T-tu s-siempre lo dices cuando lo hacemos  y yo pregunté a los demás ¿por qué no lo hacían ellos? y se rieron de mi  ¿es porque las parejas “normales” no dicen eso?  -

 

De inmediato el mayor sonrío ¿Así que era eso? Por un momento su mente había imaginado que otra persona se le había confesado a Misaki y tendría que librase de él.

 

Pero oír todo sin duda había cambiado su pensamiento incluso parecía gracioso.  Era muy ingenuo y  sin duda era digno hermano de Takahiro.

 

-¡No te rías! Yo solo tenía curiosidad de saber… ¡¡ESO ES TODO!!-

 

-Lo siento, ¿Misaki nunca había visto una película pornográfica?- Preguntó tiernamente el escritor, casi con un tonito de burla. Su inquilino era un hombre  de 21 años y parecía increíble que le preguntará ese tipo de cosas.

 

-Por supuesto que no… ¡¡Y-yo no soy un pervertido!!- Se sonrojó más el menor.

 

-Ya, entonces te explicaré…  las parejas “normales” como tú los llamas, si lo dicen pero  cuando están enamorados. Por el contrario las personas que viste en la película, son actores y no están obligados a decirlo. Su trabajo es tener sexo  y excitar a las personas que los ven, no a tener una relación sentimental.-Lentamente el mayor tomo la mano del oji-verde y la besó- Yo por el contrario amo a Misaki y se lo digo después de hacer “eso” para que no lo olvide.

 

Ante esto el menor se estremeció. Ya estaba sensible por su “pequeño problemita”  y que Usagi-san se portara de esa forma era una señal de que las cosas iban a terminar mal.

 

-Misaki existen muchas personas que disfrutan viendo a otros teniendo sexo, en diferentes formas y  posiciones; más cuando es algo fuera de lo común.  Todo depende de la mentalidad de cada persona, pero por lo general para los hombres universitarios es muy poco atractivo oír a otra decir “te quiero”  después del sexo ya que ellos solo buscan satisfacer la parte carnal. –

 

-Ah-

 

Con esta explicación Misaki se perdió en sus pensamientos. ¿Solo la parte carnal? ¿La gente podría tener sexo sin sentir cariño por su acompañante?

 

Dispuesto estaba el castaño a preguntar más sobre ese tema, hasta que sintió como el mayor le abrazaba  y comenzaba a sentir como su mano fría se deslizaba por debajo de sus pantalones. Después de notar su erección el mayor  se le acerco a su oído y le ronroneo

 

-¿Te pusiste así por una película?  ¿A Misaki también le gusta ver ese tipo de cosas?-  Posteriormente  el escritor atrapó con sus labios la oreja izquierda del menor y comenzó a morderla seductoramente.

 

-¡Ah! ¡Por supuesto que no!- Trató de luchar el menor ante lo que ya era inminente, pero su cuerpo se calentaba más con cada movimiento.

 

-¿O será que tal vez tú también quieres intentarlo? ¿Quieres hacer una película XXX conmigo?-

 

Prontamente el novelista bajo sus labios y comenzó a devorar el cuello de su inquilino, mientras que con la mano, que tenía adentro de su pantalón, empezó a masturbarlo.

 

-Ahhh… no… yo… no- Susurro bajito por la oleada de placer que empezaba a sentir por las hábiles manos del oji-violeta

 

-Tu cuerpo no dice lo mismo. Estas muy excitado Misaki, realmente te gusta la idea-

 

La mente del menor poco apoco se estaba poniendo en blanco. Ya hacía algo de tiempo que estaba estimulado  por pensar cosas sucias con el escritor y  lo más que quería era terminar con eso. ¿Pero hacer una película pornográfica? ¡¡¿Qué rayos significaba eso?!! Convertirse en un pervertido y que todo mundo lo viera teniendo sexo con Usagi-san ¡Era una locura!

 

Rápidamente el castaño negó con todas sus fuerzas, pero no logró convencer al peli-plata que lo veía lujuriosamente y de una manera bastante pervertida dándole saber al castaño que aunque lo negara  el mayor haría su voluntad sobre él y terminarían haciéndolo.

 

Sin pensarlo dos veces Usagi, tomó de la cintura a su inquilino y lo cargó para llevarlo hasta su habitación. Había muchas cosas que preparar para complacer la pequeña fantasía de su adoración, pero esa noche le daría una probadita  del placer que experimentarían.

 

-Misaki, en tres días haremos la película, necesito conseguir algunas cosas-  

 

Fue lo último que pronunció el peli-plata antes de que arrastrara a su amante a la habitación y le hiciera el amor para bajar sus ansias.

 

Sin embargo, mientras el castaño disfrutaba con cada una de las eróticas caricias del mayor  en medio de la intimidad, no dejaba de preocuparse ¿Una película pornográfica con Usagi-san? ¿Cómo rayos seria?  Y peor ¡¿Cómo terminaría todo eso?!

 

Algo le decía que en tres días perdería la poca inocencia que tenía a manos del escritor….

 

-------CONTINUARÁ---------

Notas finales:

Pobre Misaki lo inocente lo va a pagar caro.

 

No voy a tardar en la continuación, espero que este en menos de 7 dias. A mi ardillita mental le falta afinar algunos detallitos de lemon :D

 

Me despido de ustedes, no sin antes dejarles esta bonita frase nacida del pequeño corazón de mi ardillita menta (?)

 

¡¡VIVA EL LEMON!!! 

 


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