Tome rápidamente mi celular de entre los cajones, arroje al suelo algunas de los objetos que estaban sobre la mesita. Milk me regaño en voz baja por ello.
Abrí la tapa del celular y busque entre ellas su número de teléfono, tarde un momento, pero al final no lo pude encontrar, busque en todos los nombres posibles para agendarlo. Al final, me acorde; Esto era tonto, yo nunca le pedí el teléfono.
En mi mente, él era una persona importante que no anda deteniendo gente en la calle gritando “Eh, ¿quieres mi número de teléfono?” De hecho, no creo que la misma compañía lo tenga. ¿Cómo podría comunicarme ahora? Tal vez…
Busque la compañía entre los contactos y, además de la dirección y horario de atención, encontré el número de atención al cliente. Si, había anotado todo en la pequeña carpeta correspondiente al contacto, por las dudas, uno jamás sabe.
Marque con esmero los numero, y luego de un tono me atendieron. Antes de que la chica pudiera saludarme, me apresure—Hola, discúlpeme por la hora, ¿El número de Vegeta?
— ¿Disculpe?
—El número del señor Vegeta, yo soy su nuevo asistente—Durante un momento la muchacha estuvo en silencio, como si esperara más información— Son Goku. —Agregue.
—Ya veo… Bueno, el realmente explico —Hubo un silencio—, y realmente especifico, que no le diéramos su número.
Trague saliva. No sabía que hacer ahora… realmente— ¿Puede pasarme con él?
La mujer dudo por un momento, me pidió disculpas y tapo con la mano el micrófono del telefonillo y discutió con su compañera. Yo lo hacía, trabaje de eso— Un momento y lo conecto— Contesto con voz amigable. Sonó algo agobiada, tal vez, era su jefa con la que hablo.
Esperé un momento que me comunicaran, de mientras tarareaba la canción de espera. Era mi favorita hace unos años, cuando era un adolecente loco sin preocupaciones. Mire de reojo a la joven a mi lado, Milk respiraba tranquila, se había quedado dormida.
— ¿Goku? —Me atragante con mi saliva por la sorpresa— ¿Qué quieres? ¿Sabes qué hora es?
—Yo… quería saber qué cosa… cosas.
Lo escuche bufar y un sonido extraño— Son las una de la mañana.
—Sí, pero…
El gruñido, supuse que estaba acostado por el sonido de golpear una almohada— Yo si trabajo mañana, carajo. —Pego un gruñido— ¿¡Qué rayos quieres!?
Me trague el nerviosismo y como un rugido grite— ¡Quiero saber que debo llevar el Lunes, señor!
Milk me golpeo con una almohada violenta y me regaño, por supuesto que estas no eran horas para gritar de esa manera por teléfono, pero era culpa de mi jefe ¿Qué podría hacer yo al respecto?
Escuche una pequeña risa del otro lado del tuvo— Esa voz encantadora, ¿es tu esposa? Cuanto amor.
—Eh… ¿Qué llevare el lunes?
—Uhm… —Escuche como las Sabanas se removían— Lleva… una agenda. Y una lapicera, nada más.
Y corto.
Mire confundido el teléfono en mi mano, me sentía estúpido. Era algo obvio siendo un asistente llevar cosas como esas al trabajo, al parecer, mentalmente solo quería una excusa para hablar con él. Me mordí el labio inferior arrancándome un trozo de piel seca. Estaba nervioso.
Deje el teléfono en su lugar, y me acurruque para dormir. Pero una duda me inundaba la cabeza.
¿Una cama? Era más que obvio que dormía en una cama, ¿En la empresa? ¿En su casa? No podía imaginar donde podría estar, o si estaba solo.
¿Qué rayos haces, Vegeta, cuando no estoy cerca? ¿Estas con otras personas? No quiero eso.