Nubes Blancas
El piano blanco presidía el escenario con un único foco sobre él. La luz parecía casi celestial cuando el apuesto pianista tomó asiento en la banqueta. El silencio reinaba en la sala hasta que sus dedos empezaron a moverse parsimoniosamente sobre las teclas.
Los recuerdos acudieron a él como cada vez que se sentaba en aquel lugar, como cada vez que interpretaba aquella complicada obra.
Kyuhyun siempre había sido un genio, más joven que él, pero con mucho más talento. A los diez años ya interpretaba las más complejas melodías con la maestría de un pianista profesional. Su don lo llevó a recorrer mundo desde una tierna infancia. Y él sólo podía echarlo de menos cada vez que se marchaba.
Recordaba la primera vez que lo vio tocar. En la escuela, él pasaba por delante del auditorio con unos papeles que debía llevar a la sala de profesores como delegado de su clase. Alguien tocaba el piano de una forma tan bella que no pudo evitar detenerse en la puerta y abrirla con suavidad, lo justo como para poder ver a un chiquillo de cabellos castaños concentrado en las teclas del instrumento. Siwon se quedó tan embobado por su arte que ni siquiera se dio cuenta cuando el chico reparó en él y lo miró. Hasta que el muchacho no cesó con la melodía, Siwon no pudo reaccionar.
ㅡNo es de buena educación espiar a la gente ㅡsu voz era melódica, hermosa.
Se preguntó cómo sonaría junto con la delicada melodía del piano. ¿El chico cantaría también cuando tocaba?
ㅡMe llamo Siwon ㅡse presentó.
El chico lo miró extrañado, ladeando su cabeza.
ㅡEs de mala educación no presentarte cuando alguien se presenta ㅡle dijo usando el mismo tono crítico que había usado él cuando se dirigió a él primero.
ㅡSoy Kyuhyun ㅡrespondió con aquella dulce voz.
ㅡ¿Eres nuevo?
El chico asintió.
ㅡMe acaban de trasladar. Empiezo mañana.
ㅡNo puedes usar los instrumentos del auditorio si no hay un profesor contigo ㅡle explicó.
El chico hizo un puchero.
ㅡAunque tal vez pueda conseguirte un permiso. Tocas precioso.
ㅡLo sé ㅡrespondió.
Siwon frunció el ceño ante su descaro.
ㅡ¿Tocas también? ㅡle preguntó el muchacho.
ㅡNo.
ㅡ¿Quieres aprender?
Siwon nuca tuvo real interés en el piano, pero el chico tocaba hermoso y la idea de poder pasarse tardes con él allí mientras él le enseñaba le parecía una muy buena forma de pasar su tiempo. Así que asintió.
ㅡConsígueme el permiso y te enseñaré a tocar cuando no esté dando mis lecciones, hyung.
Una ligera sonrisa asomó ante el recuerdo. Después de quince años, podía tocar aquella complicada melodía sin siquiera mirar las teclas, parecía que sus dedos tenían vida propia. Y aunque sabía que era bueno y que la tocaba de maravilla, jamás le pareció tan perfecta y hermosa como aquel día que oyó a Kyuhyun tocarla por primera vez. Y pensar que en aquel entonces sólo tenía diez años...
Un foco nuevo iluminó el escenario frente a él. Un nuevo piano blanco encarado al suyo. Una bella melodía que se entretejía con la suya de forma magistralmente bella. Y el pianista más hermoso que jamás tuvo oportunidad de ver le sonrió con sus preciosos ojos almendrados. El don de Kyuhyun sólo parecía mejorar con los años, al igual que su aspecto y esa hermosa sonrisa que no conoció hasta que por primera vez logró tocar una melodía entera él sólo bajo su atenta mirada.
La audiencia contenía el aliento ante el hermoso espectáculo. ¿Cómo una simple melodía podía expresar tantas cosas? Las notas se entrelazaban con elegancia, los compases maravillosamente harmónicos, casi parecía una sinfonía interpretada por una única persona, por un único par de manos. Y pensar que era el regreso de ambos artistas después de tantos años...
Cuando la última nota se desintegró en el aire tras unos segundos en suspensión, el público estalló en aplausos y vítores. Todo el mundo se puso en pie. Ambos pianistas se levantaron de sus banquetas y saludaron con una reverencia al público. Y cuando Kyuhyun lo miró, parecía que sus mejillas fueran a romperse de tan extensa que era su sonrisa. Siwon jamás se cansaría de verla. Aquella maravillosa sonrisa que conseguía de él cuando aprendía una melodía nueva, cuando ejecutaba las partituras con aquella soltura con la que el más joven pareció nacer.
ㅡCada vez tocas mejor ㅡKyuhyun susurró en su oído cuando él lo abrazó en el escenario.
ㅡEs porque siempre tuve al mejor maestro ㅡy frente a todo el gentío besó sus labios.
El mundo necesitaba saber que aquel maravilloso hombre era suyo y no tenía la más mínima intención de separarse de él jamás.