Perdona si te llamo estúpido, amor.
Era la reacción que esperaba, pero al mismo tiempo no lo era. Estaba esperando un rechazo total, un “lo siento” o tal vez un “no puedo hacer esto.” Cualquier reacción hubiera sido mejor que el llanto. Un llanto inconsolable, esa fue su reacción a mi confesión.
“Kyuhyun, por favor, mírame.” Traté de tomar su mano por encima de la mesa, pero él movió la suya para cubrir su rostro con ella. Su llanto se hacía más fuerte con cada minuto. Los clientes alrededor de nosotros empezaban a mirar. “Por favor, Kyu…”
“¿Por qué me haces esto? Tú, Siwon, ¡tú!”
“Calla, Kyu, por favor. No es lo que piensas, realmente estoy enamorado de ti...”
“¡Cállate!”
“Kyu, estamos en público.”
Él no podía parar de llorar y otra pieza de mi corazón se rompió con sus lágrimas. Yo no quería enamorarme de mi mejor amigo, pero no es lo que quieres, es lo que tu corazón quiere, y lo que mi corazón quería era que esas lágrimas nunca volvieran. Mi corazón quería poder ver siempre esa sonrisa que aparecía cuando comía o cuando jugaba sus videos juegos. Mi corazón quería que dejara de caer en trampas fáciles que sólo lo rompían a él y a mí, porque al final sería yo el que tendría que ver esas lagrimas otra vez.
“Puedo explicarte, puedo decirte todo lo que quieras saber, pero por favor para de llorar.”
“Tú no quieres alguien como yo, alguien tan roto…”
“¡No hables así de ti mismo! ¡¡No lo permitiré!!”
“¡Deberías saber mejor!”
“¿No puedes ver? ¡Esto estaba destinado a pasar, yo estoy aquí para ayudarte y tú estas aquí para hacerme más feliz de lo que jamás hubiera podido sonar!”
Algo cambió en su mirada. “No soy perfecto,” dijo. Tenía toda la razón, su pelo suave y un poco alborotado, sus ojos rojos por las lágrimas y sus mejillas tintadas por la furia lo podían confirmar.
“Yo tampoco soy perfecto. No importa cuánto quieras restregarme en la cara que tan perfecto soy, ¡no lo soy!”
Era lo que siempre quería haber dicho y ahora estaba afuera, entre nosotros. El estúpido elefante en la habitación.
“Quizá sea cierto,” dijo Kyuhyun, después de mirar por la ventana la lluvia que empezaba a caer. “Alguien que fuera perfecto no se enamoraría de un puto como yo.”
Golpeé mi puño contra la mesa la más fuerte que pude, finalmente capturando la atención de todos los que no nos estaban mirando todavía y definitivamente haciendo que Kyuhyun volteara a mirarme.
“Por una mier…” sus ojos se engrandecieron por un segundo y supe que ese no sería el mejor camino a tomar. “No te atrevas.”
Kyuhyun cruzó sus brazos. “Es lo que todos decían. Con esas palabras terminó la última relación. Deberías recordarlo, pasó hace menos de una semana.”
“¿Qué tan bajo vas a llegar para tratar de alejarme de ti? No lo haré. Si hubiera querido marcharme lo habría hecho hace mucho tiempo.”
“Somos una pareja hecha en el cielo. Un puto y un hombre loco. He oído muchas historias así.”
Tenía que haber una manera. Una manera de dejarle saber que la forma en como él se veía no era como yo lo veía. Para mi él era hermoso, en cada sentido de las palabras. Brillante como un sol. El hombre que había cambiado mi vida por completo estaba sentado delante de mí llamándose un puto y no podía hacer nada al respecto.
En realidad, si podía.
Podía, pero no quería.
Kyuhyun no me dejó otra opción. Me recosté de la espalda de la silla. Tomé una cucharada de la sopa que pedí pero olvidé y lo miré fijamente. Lo miré hasta que Kyuhyun se sacudió de la incomodidad.
“Sí,” una sacudida de hombros, “eres un maldito puto.”
Un brusco aliento y una boca abierta a medias fueron su respuesta, “pero todavía quieres saber por qué me enamore de ti, ¿verdad? Muy en el fondo quieres saberlo. Primero te voy a decir exactamente qué clase de puto eres. Tú, mi querido mejor amigo Cho Kyuhyun, eres el tipo de puto que cae rendido a los pies de cualquiera con un par de palabras bonitas. Estoy seguro de que tienes un novio diferente cada mes porque eres bueno en el sexo pero después de eso no tienes ningún otro interés para un chico.”
Kyuhyun no estaba moviendo ni una sola pestaña. Le dolía, pero yo quería que doliera.
“Mi ventaja fue que no estaba interesado en ti cuando te conocí. No en una forma romántica. Así que no tuve que decirte palabras bonitas y tú no tuviste que usar esa máscara falsa de perfección. Por alguna razón me mantuviste a tu lado porque sentías que sería buen material para mejor amigo. Yo me mantuve a tú lado porque, bueno, siempre me ha gustado hablar con personas y sí, te encontré interesante al principio. Pronto descubrí tu definición de mejor amigo: una almohada dónde llorar y un diario. Me contaste cada detalle de tus citas y cuándos tus relaciones terminaban yo era el hombro en el cuál llorabas. Soy una buena persona, así que dejé que me utilizaras y tu confianza en mí creció. Nos convertimos en amigos. Tuve la oportunidad de conocerte, de saber que eres más que una cara bonita con un cuerpo entallado y un asombroso trasero. Vi que tan vulnerable te convertía esa imagen de perfección por dentro y traté más de una vez de hacerte entender que no necesitabas nada de eso, que de verdad eras hermoso e interesante, eres una pieza de arte abstracta, con tantas capas en tu interior, con tanto por conocer. ¿Por qué quería verte triste cuando sé cómo es tu sonrisa? Y luego entendí que ese raro deseo de ser esa persona del que tú hablabas, él que te abrazaba y te besaba, era amor, Kyu. Yo te amo.”
Pensé que lo tenía, que ya lo había convencido. Sus lágrimas caían otra vez, pero la luz en sus ojos había cambiado. Había un sonrojo en sus mejillas, un ligero temblor en sus manos.
“Yo… no sé qué... decir…” dijo temblorosamente.
No pude seguir pretendiendo ser fuerte.
“Lo siento tanto, Kyuhyun. No fue mi intención decir palabras tan crueles pero…”
“No, no retractes tus palabras. Porque ellas me han hecho reflexionar y darme cuenta que...” ¡Sí! ¡¡Sí!! ¡Éste era el momento! ¡Mi amor sería devuelto! ¡Después de tanto tiempo! ¡Oh que día más alegre! “… eres tan patético, Choi Siwon.”
“¿Q-qué dices?”
“Sí viste a través de mi ‘mascara’ como tú le dices, así que te doy puntos por eso, no eres tan patético, pero todo lo demás….”
“¿Kyuhyun?”
“Querido Siwon, ¿cómo te atreves a llamarme ciego cuando eres tú él que no puede ver? ¡Hice todo eso por ti! ¡Estúpido!”
“¿Estúpido?”
Tomó una servilleta de la mesa y empezó a secarse las lágrimas como si nada hubiera pasado. ¿Qué rayos estaba sucediendo? Hace un par de minutos tenía a un kyuhyun ahogándose en su llanto porque le hice reaccionar acerca de sus acciones ¡¿y ahora dice que era mentira?!
“Los novios eran falsos. El llanto fue una buena actuación. Demonios, debería ganarme un Oscar o algo. Estás de muerte, pero no para tanto.”
“¿Me puedes explicar qué está pasando?”
“Era un plan. Tú tenías tu plan y yo tenía mi plan, ¿qué tan difícil es de entender?” tuve que haberle dado la mirada más confusa del planeta porque Kyuhyun rodó sus ojos y continuó su discurso. “Explicaste tu parte, ahora yo explicare la mía. Verás, la noche en que nos conocimos, estaba un poco borracho, bueno muy borracho no lo niego, pero desde que te vi hablando con tus amigos juro que lo que quería más que nada en esta vida era hablarte. Cada vez que trataba de pararme para caminar a tu lado todo daba vueltas y no sabía qué hacer. Entonces pensé que quizás llorando… oye no me mires así, ¿eh? Que funcionó, tú viniste donde estaba y me preguntaste cómo estaba y nos hicimos amigos. Pero quien querría ser amigos contigo, Siwon, por favor. Traté, en serio traté, pero tú solo me veías como tu amigo el llorón y yo no quería alejarme de tu lado, el resto es historia. Para mi tú también eres muy interesante y súper guapo y...”
“Así que lo que quieres decir es que...”
“También me gustas, estúpido. O debería decir, gustabas.”
“¿Tiempo pasado?”
“Eso creo.”
“¿Por qué?”
“Un discurso tan magnífico como ese se merece una recompensa.”
Se levantó de la silla, elegantemente despacio, y caminó hacia mi lado. Tomó el lado de mi silla y lo arrastró hasta que tuvo el espacio de mis pernas abierto. Se sentó en ellas y me rodeó con sus brazos el cuello. A este punto todos los que estaban en el restaurante trataban de no mirar, pero como no podrías mirar a alguien como Kyuhyun… el ser irreal que era Kyuhyun…
Me besó, con lengua, en medio del restaurante, enfrente de todos.
Yo volé.
Él sabía a frutas. Toda clase de frutas. Quizás no era fruta. No sé. Él era dulce, y su lengua estaba jugando conmigo. Como si necesitara otra razón para necesitarlo más.
“Quiero que me lleves a tu casa,” murmuró en mi oído cuando se detuvo para tomar aire, “y quiero que repitas todas las cosas que has dicho aquí mientras me desnudo. Tenemos que recuperar el tiempo perdido. Te amo, Choi Siwon.”
Sin perder otro segundo tomé su mano y salimos corriendo del restaurante.