LA ÚLTIMA PROMESA.
Sherlock observo a John, estaba feliz y verlo así lo llenaba de placidez, era perfecto todo era agraciado, Sherlock estaba más que feliz con ello. había sido una buena idea llevar a John a esas vacaciones, últimamente habían vividos tantas cosas por culpa de Moriarty.
Pero él le escondía algo a John, y aunque sabía que eso le iba a causar daño en un futuro, él quería que esos días sean solo para ellos, deseaba que John recuerde aunque sea una cosa buena de él, después de todo él no era una persona muy común y cada vez que proponía pasar buenos momentos con John, siempre lo acaban secuestrando, golpeando o apuntando con un arma.
-Me encanta- comento John mientras se acercaba a Sherlock y le daba un beso -Esto es muy bello, gracias por traerme aquí- Sherlock sintió el abrazo de John y se llenó de paz, eso era John para él Paz, amor, locura, pasión, era eso que nunca había planeado sentir y ahora lo sentía, y le causaba un gran placer el saber que era John quien había despertado esos sentimientos en él.
-Es bueno saber eso, sabes que me alegro cuando estas feliz- Sherlock entrelazo sus manos y le sonrió –Vamos al hotel- dijo y empezaron a caminar
-Te amo mucho- expresó John y le sonrió
El viaje a Ámsterdam había sido cansado y aunque la cuidad era bella tenía que esperar hasta el otro día para que ellos dos la recorrieran, John miraba a Sherlock y sabia que algo le preocupaba pero sabía bien que no le iba a responder así le preguntara, pero él lo conocía –incluso más de lo que se conocía el mismo- y sabía que algo le preocupaba pero esta vez era diferente, era un tipo de preocupación que John nunca había visto en el pelinegro y eso solamente lo inquietaba más.
-¿A dónde quieres ir mañana?- pregunto Sherlock acomodándose en las piernas de John quien estaba viendo televisión -¿A dónde quieres ir tú?- dijo John al momento que sobaba el cabello de Sherlock con suavidad -Al lugar donde se conecta el cielo y el mar- comentó Holmes sonriendo -Entonces vamos a ese lugar- agrego John con tanta seriedad que Sherlock no pudo hacer nada más que reír
-Sabes que ese lugar no existe ¿cierto?- Sherlock se puso de pie y miro al rubio con seriedad
-Si tú quieres ir, podemos buscarlo, después de todo tenemos toda la vida para hacerlo- Sherlock miro con ternura a John, por eso lo amaba porque siempre iba a estar a su lado, aunque él le propusiera ideas descabelladas él iba a acabar accediendo a ellas -Podemos dejar eso para después, ahora tengo hambre- Sherlock se volvió a sentar y arrimo su cabeza en el hombro del rubio -John cocina- pidió en tono consentido
El rubio alzo la ceja –Podrías decir por lo menos por favor- Sherlock soltó un suspiro –No lo vas a conseguir- agrego, John suspiro pelear con Sherlock por eso era por gusto después de todo palabras como por favor, gracias y Adiós no eran muy usadas por el pelinegro -¿Qué quieres comer?- pregunto, Sherlock se puso de pie -Lo que sea está bien- John suspiro de nuevo
-Si quieres comer algo, dilo-
-Curry- comento el otro con una sonrisa
-No se cocinar eso-
-Entonces cocina lo que sea, para que me preguntas que quiero comer si hay una alta posibilidad que lo desee no lo sepas hacer-
El rubio sintió ganas de golpear al pelinegro pero se contuvo –John- el rubio emitió un sonido con la boca –Te amo- dijo Sherlock y dejo la cocina para caminar a la habitación.
La preocupación no se iba de la mente de Watson, a pesar de que la actitud de Sherlock era buena no estaba actuando como el mismo, Holmes era el tipo de personas que reprimían sus pensamientos, él simplemente decía lo que creía y aunque eso irritante -incluso para John- el hecho de verlo actuar como siempre lo preocupaba más.
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-¿Quieres ir a la casa de Ana Frank?- pregunto John mientras miraba la guía turística que tenía en la mano
-Me parece bien- John sonrió -Entonces prepare comida para llevar y nos vamos-
-Para que vas a hacer eso, puedes comer en un restaurant sabes, después de todo son “vacaciones”-
-No lo hago para mí, lo hago por ti, tú no comes nada que haya sido preparado por mí o la señora Hudson-
Sherlock sonrió le encantaba cuando John lo consentía de esa forma -Por cierto que haces en mi portátil-
-Público en tu blog- John suspiro
-No tienes el tuyo, para que hagas eso-
-Si pero es un verdadero gusto averiguar tu contraseña y revisar tus cosas, además es más divertido hacerlo desde tu blog-
-De vacaciones con no mejor amigo, amante y compañero ¿te gusta?- pregunto
-Me parece bien- comentó restándole importancia, John sabía que decirle a Sherlock no lo haga era una invitación directa a que desobedeciera
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-Esto es magnífico- John se detuvo en el puente y observo el panorama de la cuidad, ver los edificios antiquísimos que tenía la cuidad y el rio que la atravesaba era un verdadero espectáculo, le gustaba ese ambiente era muy tranquilo y armonioso, Sherlock entrelazo sus manos y ambos se quedaron observando el paisaje.
-Yo te amo mucho, John- comento Sherlock y John sintió de nuevo preocupación, parecía que Sherlock quería dejar grabada esas palabras en su mente.
-Cuando te conocí nunca imagine te que te convertirías en algo tan importante para mí, al principio me pregunte que había visto en ti, pero después de todo lo que hemos pasado he llegado a entender que un rompecabezas no se arma con las mismas piezas, eres tan diferente a mí y sin embargo me entiendes tan bien, creo que nunca entenderé por qué pero te juro que no importa, solo me interesa saber que tú me amas de la mima forma en la que yo te amo a ti - Sherlock levanto la quijada de John y lo miro fijamente a los ojos –Te juro John que eres lo mejor que tengo en la vida, prométeme que me vas a amar siempre-
Sherlock beso a John suavemente en los labios -Claro, te amare para toda la vida, después de todo, tu estas perdido sin tu blogger y biógrafo personal-
Sherlock sonrió y le dedico una mirada llena de con ternura -Vaya no sé qué te ha hecho creer que eres tan importante en mi vida- comento en tono burlesco
-De hecho no es algo que crea yo lo puedo afirmar, soy importante en tu vida-
John empezó a andar y Sherlock fue tras él y por primera vez el pelinegro sintió que era el quien seguía a Watson.
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John se colocó la corbata y se miró en el espejo, tenía mucho tiempo que no ocupaba traje, Sherlock le había dicho que se arreglara que él tenía planeado una noche fantástica pero él no sabía cuál era la sorpresa de su pareja sin embargo estaba seguro que sea lo que sea iba a ser algo memorable, después de todo era Sherlock Holmes, él siempre era fantástico.
-¿Estás listo?- pregunto Sherlock apareciendo de la nada -Se te ve bien- John sonrió ante el comentario -Gracias tu también te ves bien- Sherlock sonrió y se sentó en el borde de la cama -Estoy vestido como siempre- John soltó una risita -De todas formas te vez bien- Sherlock se levantó y tomo de la mano a el rubio -Vamos- John asintió y ambos salieron del hotel.
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-Este lugar es grandioso- John observaba el restaurant era muy bello, tenía un ambiente clásico y los colores eran cálidos -Mesa para el señor Holmes- exclamo Sherlock a la recepcionista -Buenas noches, pasen por aquí- expresó mientras lo guiaba atreves del pasillo, la muchacha lo llevo a una mesa cerca de la ventana, Sherlock y John tomaron asiento, través de la ventana se podía ver el rio que cruzaba por la cuidad, la misma que otorgaba sus luces para que se reflejen en el agua.
-El vino es por parte de la casa- comento el mesero mientras llenaba las copas que se encontraban en la mesa
-Es grandioso- comento John después de probar el liquido
-Hay un refrán que dice “El vino da brillantez a las compañías, exalta los corazones, enciende las pupilas y enseña a los pies la danza” esta es una de nuestras mejores cosecha, espero la disfruten- comento el mesero y después se retiró, John miro a Sherlock y le sonrió
-Bueno señor Holmes- comento John mirando al aludido y alzándose la copa de vino -Podría decirme porque me trajo a este lugar-
Sherlock se acomodó en su puesto y miro a través de la ventana -Quizás te diga el propósito de esto más tarde por ahora querido Watson, disfrutemos la noche- dijo mientras levantaba su copa y probaba el líquido por primera vez –Esto es magnífico- John sonrió –En verdad debe de ser algo verdaderamente bueno, normalmente tu no alabas las cosas “comunes”-
-Eso es una mentira, te alabo a ti y tú eres común-
-Lo tomare como un cumplido- comento con ironía.
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En qué piensas pregunto el rubio al ver tan distraído a su pareja
-Sabes he llegado a la conclusión de que el tiempo no espera a ningún hombre, el mañana no existe y lo que tengo ahora es todo lo que me pertenece pero no sé si mañana lo tenga-
John miro a Sherlock con ternura y amor –Escucha bien, Sherlock, no puedo hablar por los demás pero lo que diré lo comentaré por mí, yo nunca te abandonare-
-Oh, mi querido Watson- exclamo con nostalgia –No temo que me dejes, lo que temo es que yo me marche-
John sintió que un gran dolor lo llenaba –Entonces no te marches- Sherlock tomo la mano de John y la beso –Nada me haría más feliz, pero hay cosas que yo no controlo- Sherlock se acercó el rostro de John al suyo y lo beso –Te amo tanto- dijo y el dolor y la tristeza llenaron al rubio.
Después de la cena ambos caminaron por la cuidad John no decía mucho, solo se limitaba a escuchar a Sherlock y después de varios intentos fallidos por iniciar una conversación el pelinegro se rindió.
-Sherlock- llamo el rubio sin ánimo
-Esta es la primera vez en mi vida, en la que deseo que te equivoques, en lo que predices, porque yo no quiero que te vayas y me abandones-
-Nunca te abandonaría- Sherlock se acercó a John y lo miro fijamente –Solamente son cosas que pueden pasar, sin embargo no debí haber hablado de esa manera, discúlpame si- John abrazo con fuerza al pelinegro –Nunca más vuelvas a decir algo como eso- el pelinegro cerro los ojos, tenía que decirle la verdad a John pero no quería lastimarlo –Nunca más volveré a hablar de esa forma- y por primera vez en la vida Sherlock mintió y no dijo las cosas como eran, en ese momento pensó que la felicidad era efímera y el solamente quería dejar buenos recuerdos en John.
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Los días pasaban y después de ese mal rato vivido en el restaurant la visita a Ámsterdam los estaba divirtiendo mucho, después de la conversa entre Sherlock y John esa noche, el pelinegro había vuelto a ser igual que siempre y a John le agradaba verlo así, aunque en algo momento la actitud de Sherlock los metió en problemas –como siempre- John le restó importancia después de todo, Sherlock era el mismo de siempre.
Un día mientras tomaban el desayuno el celular de Sherlock sonó -¿Que paso?- pregunto el rubio al ver el ceño fruncido del pelinegro -Mañana regresamos- pronuncio y John supo que algo malo pasaba -Empezare a empacar- comento y aunque tenía ganas de preguntar no lo hizo, él había aprendido que cuando Sherlock le escondía algo lo hacía para protegerlo, y por primera vez desde que conocía a Sherlock no quiso saber cuál era el secreto que guardaba.
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Sherlock se encontraba en el balcón de la habitación observando el panorama cuando Watson apareció -Ya está todo listo- comento
-Gracias- dijo Sherlock y regreso su vista al panorama, se sentía culpable, había llevado a John para poder decirle la verdad y sin embargo no podía hacerlo, quería terminar las cosas ahora para no causarle un dolor innecesario pero cualquier decisión que el tomara iba a causarle daño -Mañana de vuelta a Londres- comento el rubio al ver tan ido a Sherlock
-Devuelta a nuestro hogar- agrego y le tomo la mano
-John, yo te traje aquí por una razón y eso era para decirte algo muy importante- Sherlock guardo silencio quizás esta no era la mejor decisión de su vida pero solamente quería dejarse llevar -Yo he estado pensando las cosas, y en realidad quería proponerte algo- Sherlock parecía nervioso, John no decía nada, no sabía que era lo que Sherlock necesitaba decirle, tampoco podía adivinar después de todo el pelinegro no era una persona predecible -Yo- Sherlock metió sus mano en los bolsillo -En verdad esto es más difícil de lo que parece- dijo sonriendo -John te acuerdas que el otro día dijiste que íbamos a estar juntos siempre- el rubio asintió -Pues he estado pensado en eso, y quiero proponerte matrimonio- Sherlock retiro las manos de sus bolsillos y saco un anillo dorado, -Entonces esta es la parte es donde debería preguntarte si aceptas o no, pero como se la respuesta no preguntare- Sherlock tomo la mano de John y coloco el anillo en su dedo anular -Que te haces pensar que aceptare- John intentaba controlar sus emociones, estaba demasiado feliz -Porque nadie se resiste a mí- comento Sherlock para después besar a John con gran necesidad.
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El viaje de regreso fue largo y cansado, pero John estaba feliz por lo que Sherlock había echo, cuando llegaron a Londres el primero en darse cuenta fue Microsoft, a quien no le agrado la noticia en lo absoluto sin embargo no dijo nada, la segunda persona en darse cuenta fue Molly y gracias a su indiscreción todo el mundo de entero de que Sherlock le había propuesto matrimonio a John, las personas más cercano a John y Sherlock se alegraron por la noticia y estaban planeando la boda, por otro lado Sherlock y John no decían nada, pero ver a la gente emocionada y a John feliz aumentaba la culpabilidad de Sherlock, un día en una reunión de amigos realizada por la señora Hudson, Mycroft hablo con Sherlock-Que creíste que hacías al proponerle matrimonio, acaso eres idiota-
-Tú no eres nadie para recriminar mis decisiones- agrego molesto
-Tienes idea del sufrimientos innecesario que le vas a causar, sabes bien como están las cosas tenías que ahorrarle el dolor no aumentarlo, porque demonio lo llenas de falsas esperanzas, sabes bien como están las cosas-
-¡Lo sé!, déjame en paz, pero no puedo decirle la verdad, sé que he tomado el camino más largo y doloroso pero por ahora será lo mejor no quiero que nada malo le suceda-
-Sabes que es lo más lamentable que tú tomaste el sendero pero quien va a transitarlo será el no tú-
Después de la conversación entre los hermanos Holmes la culpabilidad de Sherlock aumento y las cosas con Moriarty empeoraron al mismo tiempo, entonces paso, el día que Sherlock quiso evitar llego, estaba en la sala leyendo un libro cuando recibió el mensaje.
Sherlock miro a John quien estaba cocinando -Tengo que salir- comento poniéndose de pie -Está bien, pero vuelve pronto por favor- John miro a Sherlock y su rostro le dijo todo, un escalofrió recorrió su cuerpo y aunque Sherlock no dijo nada el entendió todo -Moriarty- comento, Sherlock asintió -Cuídate por favor-
-Lo hare- John acompaño a Sherlock a la salida el clima era frio, ambos se quedaron en silencio hay de pie hasta que el pelinegro hablo -Adiós John- dijo empezando a caminar y John sintió ganas de llorar -Adiós Sherlock- agrego conteniendo las lágrimas -Te amo- pronuncio y el pelinegro se fue sin decir nada, sin mirarlo.
Desde que se conocían esa era la primera vez que Sherlock le decía adiós, se había despedido de él y de forma tan fría, John recordó el día en el restaurant y sabía que Sherlock se iba a ir, lo supo pero no creyó que fuese de esa forma, se sentó en el mueble a esperar la noticia, y en verdad quiso que estaba pensado fuera erróneo. Después de dos hora su celular sonó, era Mycroft -¿Que paso?- pregunto
-Sherlock murió- John sintió que la vida se le iba en ese instante, no pudo decir nada solamente, cuando John vio partir a Sherlock supuso que eso pasaría pero guardaba la esperanza de que regresa después de todo él siempre se salía con la suya, cuando Sherlock lo llevo de vacaciones, fue un regalo de despedida y cuando le propuso matrimonio, era un siempre estaré contigo aunque me marche, sus sospechas se vieron confirmadas después de la conversación en el restaurant y aunque Sherlock quiso prepararlo para que no le doliese tanto su partida, era algo verdaderamente desgarrador.
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El funeral de Sherlock se llevó a cabo y aunque la gente creyó que John lloraría no lo hizo, estaba calmado, después de la llamado de Mycroft para dar la fatídica noticia John no había derramado una lagrima, Sherlock le había dado la mejor semana de su vida y fue para que no llorara cuando ese día llegara, ese fue el objetivo del viaje, aunque el pelinegro nunca se lo dijo él lo pudo deducir. Mycroft se encontraba en un extremo y observaba a John, no podía creer que estuviese tan tranquilo y recordó lo conversación que en algún momento mantuvo con su hermano.
-Estoy seguro que John no llorara en mi funeral-
-Porque tan seguro acaso le pediste que no lo hicieras- Sherlock negó y una sonrisa que Mycroft nunca había visto se dibujó en su rostro -Sabes porque amo y tanto a John porque es la única persona que hace lo que quiero sin que se lo diga, él no va a llorar yo me encargare de hacérselo saber sin pronunciar una sola palabra-
Mycroft se acercó a John quien miraba la lápida de Sherlock, todas las personas ya se habían marchado solo quedaban ellos dos, -Esta bien llorar- comento mientras se acercaba -A todos nos ha dolido su partida- John sobrio irónicamente -No voy a llorar a él no le hubiese gustado-
-Él te lo dijo- Pregunto con curiosidad
-Nunca hablo de eso conmigo, yo solamente lo sé-
-Él te quiso mucho- agrego Mycroft
-Lo sé, el me lo demostró de muchas maneras, aunque fue un poco egoísta, ambos sabíamos que esa noche no regresaría y sin embargo todo lo que dijo fue un adiós- Mycroft miro a John, a pesar de parecer alguien tan común era inteligente, el dedujo solo lo que le iba a suceder a Sherlock sin que él se lo digiera
-¿Porque crees que lo hizo?- pregunto, quería saber que era lo que John pensaba, él sabía la verdad, aquella verdad que Sherlock le escondió a John pero necesitaba saber cuál era la “verdad” en la que estaba viviendo John Watson.
-Porque él va a volver- respondió con simpleza
-Eso no va a pasar- comento con frialdad Mycroft –Sé que lo amaste mucho pero eso no va a pasar, esta es la realidad- dijo señalando la lápida del pelinegro
-Cuando veníamos de regreso Sherlock me dijo "cuando regrese nos casaremos y después de nuestra boda nos iremos de luna de miel por dos años, iremos a donde el cielo se conecta con el mar" Sherlock nunca promete cosas si no las va a cumplir, así que yo voy a esperar a que regrese, porque sé que lo hará-
En ese momento Mycroft entendió porque su hermano siempre decía que la única persona que lo entendía era John Watson, Sherlock era muy inteligente aunque no le había dicho la verdad a John, le dejo suficientes pista para que el la descubriera por sí solo, o talvez solamente era la esperanza de volver a ver a la persona que amaba.
-Es bueno tener esperanza- Mycroft quería hacer que John vea la realidad como era –Pero has de saber que…
-El tiempo no espera a ningún hombre y eso lo incluye a él- comento John como si hubiese leído los pensamientos de Mycroft -Quizás tengas razón, quizás no, pero en verdad esto es lo único que tengo, la esperanza-
Después de eso John regreso al departamento aunque había mantenido la compostura mientras hablaba con Mycroft estaba destrozado, le dolía que Sherlock de hubiese ido de esa forma, tan solo con un frio Adiós, quizás ese era el motivo por el cual aún tenía fe en que el volvería, por lo menos para despedirse de la forma correcta.
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Había pasado unes desde que Sherlock había muerto y John iba a diario a su tumba sin embargo continuar con su vida era difícil y a él le parecía imposible continuarla, ni siquiera escribía en su blog, estaba herido y a pesar de que sentía tanto dolor no podía llorar y eso lo hundía aún más en la depresión, entonces paso, un día mientras limpiaba la casa encontró su computadora y la abrió, después de tanto tiempo entro de nuevo en su blog y empezó a leer las entradas, recordó todas las aventuras que había tenido con Sherlock y la melancolía lo invadió, empezó a revisar las entrada cuando entonces la vio, una entrada no publicada "De vacación es con mi mejor amigo amante y compañero" John recordó y abrió la entrada
"Hola, John no sé qué tipo de situación estés cuando este leyendo esto pero quiero que sepas que te amo, quizás y lo mas probable es que yo ya no esté a tu lado, sé que es doloroso para ti y quizás estés decaído y deprimido pero no quiero que te sientas de esa manera, sé que es egoísta de mi parte pedirte esto cuando yo soy el causante de tu dolor pero te pido de por favor que camines hacia delante, quizás no me despedí correctamente de ti, sabe que en verdad no sirvo para esas cosas pero ahora quiero hacerlo por este medio, en mi vida he llegado a querer muy pocas cosas, pero tú eres la primera persona a la que llegado amar por locura, tú has sido una de las mejores experiencia en mi vida, me has dado tanto, me has enseñado tanto y pusiste a mi disposición un mundo maravillo y lo era por que estabas en él, te metiste en mi pensamiento en mi piel y en cada parte de mi alma y ahora lo único que quiero es protegerte, las cosas que hemos vivido han sido maravillosa, sabes cuándo una es observado a pesar de que miro la misma persona cien veces siempre va a encontrar algo magnifico y eso eras tú para mí, lo mejor que había en este mundo, y era muy feliz porque eras mío y me pertenecías a mí. Pero ahora si no estoy a tu lado, quiero que mires hacia adelante y camines aunque yo ya no sostenga tu mano, me hubiese gustado decirte todo esto de frente pero sé que no iba a poder, hay ocasiones en la que uno encuentra su destino en el sendero que toma para alejarse del mismo, y yo te encontré a ti, tú eres mi destino, durante mucho tiempo no me importaron los sentimientos pero tú me mostraste ese mundo tan maravillosamente doloroso, te amo John y no hay nada en el mundo que me haga más feliz que verte feliz, por eso mira hacia el futuro y camina, y por favor olvídate de mí, no me esperes solamente continua, mi último deseo es que me abandones despréndete de mí, este es mi Adiós y quiero que aquí empiece el tuyo también, Adiós mi querido Watson, te amo”
John cerró los ojos y por primera vez después de la muerte de sherlock, lloro. –Porque no me lo dijiste- susurro -Ni siquiera un te amo, cuando te marchaste- John lloraba desconsoladamente -Eres un egoista Sherlock Holmes, me propusistes matrimonio y después me abandonaste, eres tan injusto- John se puso de pie y camino a su habitacion, lloro desconsoladamente y aunque quiso culpar a Sherlock por todo su dolor no pudo hacerlo, John sintió que todas sus esperanzas se habían ido.
“En la vida no elegimos quien nos hace daño pero si quien nos hace daño”
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Fue difícil la superación de la partida y salir de la depresion costo mucho, pero John pudo hacerlo y ahora que ya habian pasado dos años después de la muerte de Sherlock, él pudo continuar con su vida sin embargo aun seguía visitándolo a diario la tumba del pelinegro -Hola Sherlock- dijo mientras se sentaba frente la lápida -Sabes he empezado a leer un nuevo autor es americano es realmente bueno, su nombre es Pablo Neruda, es maravilloso estoy seguro que si pudieras leerlo te gustaría- John sonrió - No de seguro lo odiarias es muy sentimental para ti- John miro el libro que tenía en la mano -Sabes hoy me siento raro, creo que algo bueno va a sucederme pero despues de tu partida no me han ducedido muchas cosas buenas, no sé qué sea pero me siento tranquilo, quizás esa porque al fin he podido desprenderme de ti -John sonrió con tristeza -Creo que estoy enloqueciendo, sabes, últimamente siento que puedes escucharme, es como si pudiera sentirte a mi lado- agrego, John coloco una rosa en la lapida de sherlock y dijo -Te voy a leer este verso después de esto no volveré a venir aquí, yo necesito desprenderme totalmente de ti y creo que el venir aqui no me lo permite- John suspiro y se puso de pie -Este es mi adios Sherlock Holmes- John abrió el libro y en voz alta dijo "Es tan corto el amor..."
-“Y tan largo el olvido"- una sonrisa se dibujó en su rostro -Después todo este ha sido un gran día- agrego mientras se giraba y ahí estaba el encuentro con su destino –Ahora si cumplirás tu promesa- dijo sonriendo y con lágrimas en los ojos.