Llamaban a la puerta. El ya sabía quien era, siempre venía. Con torpeza se acerca hasta la puerta y con cuidado la abre, dejando ver al de lentes del otro lado de la puerta. Se miran, sin decir absolutamente nada. El peli-verde solo entra dejando sus zapatos en el genkan y lo besa. La acción de hoy, comienza.
"Quiero que se burlen hasta llorar,
y llorarás pidiéndome perdón"
El beso sube aún más de tono, obligando al más alto a llevar al azabache en la habitación, en donde lo tira sobre la cama, besandole con fervor mientras le quitaba la camiseta sin sutileza. Le acaricia el blanco pecho, dirigiendo su boca hacia el.
"Ese rostro que duerme pide
a gritos un placer en descontrol."
El azabache gemía descontroladamente mientras la boca del otro atacaba su pecho. El peli-verde le mira de reojo, dejando su labor. Se quita su camiseta y se dirige a los pantalones del más bajo, desabrochandolos.
-Shin-chan...no más...-pide en un susurro
"Quisiera ser juzgado por su bien,
compartiré pecados que otra vez"
El peli-verde, ajeno al deseo de su compañero, continua bajando el pantalón hasta el tobillo, dirigiendo ahora su atención al bulto escondido tras la ropa interior del otro. Lo baja sin cuidado alguno, dejandolo a la misma altura del pantalón, dirigiendo su mano hasta allí.
"Se presentan cuando yo siento
que el placer se apodera de mí. Me liberó la mente enredada,"
Y empieza a frotar, primero con un ritmo relativamente suave, para luego subir la velocidad considerablemente. Mira al otro, quien tapa con una mano su boca intentando acallar los gemidos, aunque llega el minuto en el que no puede más
-Ngh....agh..S-Shin-chan...-
Y los gemidos inundan la habitación.
"Y aquellos días disfrutó. Cuenta me dí, de lo que nunca pudo ver
al negarse a ver esa luz del Sol. Te rogaré y te destruiré, ya no pienso dejarte ir.
Me sentí atado, profanándose aún más, me atrae hasta aquí."
Las paredes blancas son testigos de la creciente pasión vivida dentro de ese cuarto, de los besos humedos y las miradas lascivas, sobre todo de la semilla que mancha los torsos desnudos de ambos chicos victimas del deseo carnal,victimas de la lujuria.
"Te miraré, sin sospechar, hasta arder sin compasión,
Si nos reunimos sólo a calmar el dolor."
-Shin-chan....-su respiración entrecortada se hace presente, los jadeos resuenan en el silencio de la habitación.
El peli-verde no responde nada. Tan solo le muestra tres dedos al azabache, quien en seguida entiende el mensaje, empezando a pasar su lengua por ellos.
"Vamos a revolver entre sí este calor hasta no dar más.
El Sol, melancolía reflejará... Quisiera amar, aunque falso será,"
Cuando los dedos ya están lo suficientemente humedos, el oji-verde los saca de la boca del oji-azul, metiendo uno sin delicadeza en la entrada de este. El azabache reprime un gemido, aguantando una lagrima por la incomodidad de aquel intruso.
"Mis dedos tu cuello acariciarán.
Mi felicidad será enorme,"
Cuando el más bajo ya esta acostumbrado a el primer intruso, se introduce otro, haciendo movimientos en forma de tijeras, entrando y sacando los dedos. El peli-verde casi lo hace sin compasión, sin importarle el dolor del otro.
"Para así disfrutar la verdad. Recuerdos beberé sin vacilar,
incluso si no tengo corazón."
Y cuando la entrada esta lo suficientemente dilatada, el de lentes saca los dedos, introduciendo su pene dentro de la entrada del azabache, sacandole uno que otro sollozo a este, junto con unas cuantas lagrimas.
"El sueño seguirá vagando
por siempre en este mundo mortal. Desapareceré y este futuro Tan exhaustivo alcanzaré"
Y las embestidas no se hacen esperar. A penas el oji-verde entra en el chico, el movimiento es inmediato. Sin cuidado, solo embiste con fuerza, satisfaciendo así sus deseos lujuriosos al ser apretado por las paredes internas de su compañero.
"Con una lengua tan voraz cubrí aquellas palabras sin sentido alguno. Lo dañaré y lo torceré, una marca yo dejaré."
El azabache gime, y gime. Cubriendo la superficie y el aire mismo de los sonidos que evidencian el placer del momento. Sus manos se aferran al cuello del otro, provocando que la virilidad de Shintaro entre más en el.
-Shin...ngh...chan
"Incluso si tal vez te engañaran otra vez, aunque me creas tú.
Me dolerá, agonizaré, mi voz muy ronca quedará."
El oji-azul baja una de sus manos hasta su propio pene, masturbandose así mismo mientras el peli-verde empieza a embestir con más fuerza, dando estocadas en ese punto que ambos sabían, al azabache volvía loco.
"Incluso al fijar mi mirada aguda.
Las burbujas en el agua explotan al temblar en éxtasis"
La mano del tirador de tres puntos baja hacia la entrepierna del más bajo, quitando la otra, empezando el a tocarlo de forma casi violenta nuevamente.
Takao gime con aún más fuerza, jurando que su voz se podría escuchar hasta la esquina. Pero eso en el fondo poco importa cuando el placer es tan intenso y simplemente 'delicioso'.
La mano del peli-verde se mueve con aún más fuerza, mientras las estocadas se hacen al ritmo de su mano en la virilidad del otro.
"Me sentí atado, profanandote aún más, me atrae hasta aquí.
Te miraré, sin sospechar, hasta arder sin compasión,"
Y el final llega. Sin que alguno de ellos le avisará al otro, se corren. El ojo de halcón mancha los torsos desnudos de ambos, mientras el oji-verde mancha las paredes interiores del otro.
Cansados, se tiran a la cama. Las respiraciones alteradas es todo lo que se puede oír en ese minuto.
"Si nos reunimos sólo a calmar el dolor.
Vamos a revolver entre sí este calor hasta no dar más."
-Iré a darme una ducha-dice el oji-verde poniendose de pie
-Estas en tu casa-sonríe el azabache
El más alto no gira a verlo, solo toma una toalla y se encierra en el cuarto de baño. Al cabo de unos segundos se escucha el chorro de agua correr, lo que le da la calma suficiente al pelinegro como para acomodarse entre las sabanas sucias.
-Nos estamos matando, Shin-chan....-murmura para si mismo entregandose el derecho de sacar una lagrima antes de caer rendido al sueño
"El Sol, melancolía reflejará..."