Un lindo joven peliverde y ojos color esmeralda lloraba a media noche sentado frente a un lago, parecía que sufriese, con la brisa una flor de color rosa se desvanece entre el viento. Al parecer parecía que sufría por alguien, de entre los árboles se ve un alma, con grandes alas blancas semejantes a las de un cisne, era un joven de cabellos rubios, ojos azules y su piel era algo pálida, comenzó a acercarse al joven llamado Shun y cuando estuvo bastante cerca le habló, el peliverde reconoció esa voz, alzó la mirada y se encontró con las orbes azules de Hyoga.
Al verlo los recuerdos llegaron a su memoria, algo que quiso olvidar durante meses, su corazón latía rápidamente, la suave brisa hacía meser levemente la hermosa rosa azul cielo que tanto Shun había protegido con su vida, Shun cada que veía esa rosa se sentía culpable y débil por no haber por lo menos ayudado a Hyoga cuando más lo necesitó, sin ponerle mucha atención a la presencia del joven rubio, comenzó a derramar lágrimas en realidad creía que Hyoga sólo era producto de su imaginación y no era real.
El corazón del peliverde cada vez latía más rápido, ese corazón puro donde había guardado el recuerdo de Hyoga eternamente, la brisa suave del viento chocaba con los dorados mechones y rostro del rubio. Shun se acomodó mejor en el suelo sentado con sus brazos abrazando a sus piernas y su cabeza entre sus rodillas, Hyoga al mirar ese gesto por parte de Shun se sentó al lado de este, algo cerca, y una de sus manos rodeó los hombros del peliverde y la otra la recargaba en el pasto, las lágrimas de Shun no dejaban de caer, el lindo joven recordó cuando perdió a Hyoga.
------Flashback------
Todos sus amigos tendidos en aquel suelo frío, incluyéndolo, a excepción de Hyoga el cual se mantenía de pie débilmente frente a joven peliverde tendido en el suelo, dándole la espalda luchando con el enemigo. Dispuesto a morir a manos de aquella persona por el peliverde. Soportando los golpes y el dolor, Hyoga se sentía castigado a cada golpe que fallaba, sentía que no era suficiente para salvar a sus seres queridos, sentía débil físicamente y sobre todo sentía que no debía fallarle a Shun, con esto en mente Hyoga dió su último golpe: ‘’Polvo de Diamantes!’’, acabando con el enemigo, después se desplomó en el suelo y Shun cerró los ojos, a las horas después el peliverde despertó y vio el cuerpo de Hyoga aun tendido en el suelo alrededor de un charco de sangre y se dio cuenta de algo, era tarde Hyoga se había ido para siempre, se dio cuenta que su hermano estaba allí viendo con suma tristeza el cuerpo pálido del joven rubio sin vida y bañado en sangre, Shun buscando apoyo abrazó a su hermano.
Shun durante los primeros días de la muerte de Hyoga salía al balcón a ver las estrellas y rogando a la luna que calmase su dolor, él pensaba que las estrellas morían al igual que Hyoga había muerto, en esos días Shun prometió siempre recordar a Hyoga por la eternidad jurándoselo a una estrella.
El peliverde soñaba inquieto podía ver que estaba en el cielo y vió a Hyoga con unas imponentes alas blancas, tenía los brazos extendidos. Shun al ver esto corrió hasta él pero a cada paso que daba Hyoga se alejaba Shun no resistió más y se dejó caer al suelo lleno de lágrimas y despertó, mirando a todos lados para ver si Hyoga se encontraba y no había nada.
----Fin del Flashback-----
Hyoga se levantó de donde estaba sentado dejando a Shun, se acercó a la rosa que el peliverde solía cuidar, la cortó y la colocó en el cabello del peliverde que, a pesar de que no veía lo que sucedía, sabía que Hyoga había puesto su rosa en su cabello, el peliverde tomó valor y se puso de pié frente a Hyoga en eso Hyoga aprovechó y tomo la mano de Shun y se elevó tomando bien la mano de Shun y volaron el peliverde miraba el paisaje nocturno impresionado mientras que el rubio lo quería llevar a un lugar especial que sólo él y el kraken conocían, el rubio a ver que habían llegado bajó ya en el lugar se trataba de un hermoso lago de hielo había nieve a los alrededores, el menor se quedó asombrado por tal belleza luego dirigió su mirada a Hyoga y se percató de que este estaba desvaneciéndose, Shun, recordando su promesa a la estrella comenzó a sollozar, la estrella que estaba prometida a un amor que nunca se extinguió, Hyoga con dulzura comenzó a limpiarle las lágrimas con sus dedos y lo besó. De ahí Shun se despertó todo había sido un sueño ante ese pensamiento, sus ojos se llenaron de lágrimas y salió al balcón a ver a ‘’su’’ estrella, al verla se sorprendió esta brillaba más que nunca, una suave brisa chocó en su rostro y de ahí un susurro se escuchó entre la brisa:
‘’mi luz nunca se extinguirá de esa estrella….. Shun’’
El joven peliverde se quedó algo impresionado, entró a su habitación y notó que la mesita de noche que estaba a lado de su cama había una hermosa rosa azul y una pequeña hoja de papel doblada por la mitad, se acercó y abrió la hoja al abrirla decía:
‘’Te amo Shun tu luz siempre estará en mí, y yo siempre estaré contigo’’….
FIN