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Frustrado por Matildespitzenberger

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Notas del fanfic:

Sé que debo terminar otro fanfic pero este debía estar listo hace tiempo y bue... una noche de estudio terminó en esto (?). Denle amor ~

 

 

¡A leer~!

Jongin, llevaba días sin soportar su propia existencia. Su cuerpo y mente lo estaban traicionando y aunque la carga de trabajo era excesiva no servía para distraerle o calmar sus alborotadas hormonas.

 

Días enteros encerrados en un cuarto ensayando, mojados y cansados. Otro poco más grabando anuncios y programas, guapos y divertidos. El resto de los minutos del los días se los pasaban echados en el living sin ser capaces de moverse solo hasta el metro cuadrado de sus habitaciones, aún así todo ese cansancio no servía para bajar esa ola de calor que sentía su cuerpo.

 

En cada una de las situaciones que se veía envuelto con los miembros, había una en particular que no podía sacar de su mente. Cuando los músculos definidos de sus brazos se asomaban por cualquier lugar, se le secaba la boca, cuando el sudor se hacía presente y bajaba provocativamente por su cuello y se perdía en su torso, se sentía humillado pero cuando la vista del mayor se posaba en su persona, cosas incoherentes y sucias acaparaban su cordura.

 

Ya no podía más.

 

—¿Jongin, te encuentras bien? — Kyungsoo interrumpió sus pensamientos tortuosos y solo hizo falta hacer contacto visual con él para que este supiera la razón multiplicando su mal carácter— ¿Otra vez con lo mismo?

 

Y ese tono recriminador solo lo hizo gruñir por lo bajo.

 

Dejó la habitación de ensayos murmurando que iba al baño pero notó que el mayor le seguía, quizás para comenzar un sermón, así que al llegar a las instalaciones solo se encerró en uno de los cubículos para cortar sus intenciones.

 

—¿Saldrás o debo esperar a que termines de fingir que estas cagando?

 

Ok, los sonidos que salían de su boca, no era porque estaba fingiendo evacuar los desechos de su cuerpo, sino que más bien intentaba calmar cierta parte baja de su anatomía que le estaba molestando.

 

—Oh por Dios, Jongin. No te masturbes aquí— le ordenó harto.

 

Y salió echa una furia del cubículo dirigiéndose al lavamanos para mojar su cabello por completo.

 

—Ya no eres un adolescente

 

—¿Es necesario que deba escucharte ahora? — le encaró sabiendo que estaba que echaba fuego por la boca pero el mayor era inmune a su mal carácter y eso le hacía enfurecer aún más.

 

Solo quería estar un momento a solas, con su mano y sus pensamientos.

 

—Minseok hyung, preguntó por ti— le escuchó y su cerebro se desconectó— me preguntó si tu cintura te estaba molestando de nuevo.

 

Jongin, comenzó a respirar agitadamente una por la emoción de haber llamado la atención del que es origen de todos sus males pero a la vez sintiéndose un idiota por ser tan evidente.

 

—Te vez fatal, Jongin... — le susurró acariciando su espalda — no es posible que una persona te tenga en estas condiciones

 

—Es difícil para ti comprenderlo, porque te corresponden

 

—Aun así deberías hacer algo para bajar tus niveles de frustración... todos están comenzando a preocuparse

 

De todas formas es muy poco lo que podía hacer por sí mismo. Las duchas frías no le calmaban, menos ocuparse manualmente de su problema porque una vez que terminaba, la temperatura de su cuerpo volvía a subir y su piel se sentía el doble de sensible descontrolándolo por completo.

 

Sabía que estaba irreconocible, se sentía como un trainer de nuevo, escondiéndose de sus mayores, evitando el contacto visual y físico y apartándose de todos cada vez que tenía oportunidad, se sentía tan vulnerable, que cualquier cosa podría hacer que gimiera y terminar pidiendo hacer cosas vergonzosas.

 

El problema, es que él no quería a cualquier persona, él quería al ser más imposible dentro de ese grupo de once personas.

 

 

 

+

 

 

 

Estar nuevamente en el extranjero, en parte le ayudaba a calmar sus impulsos, debía solo concentrarse en parecer cansado, alejarse un poco y en los momentos libres echarse a dormir. Todo estaba bajo control.

 

—Compartirás habitación con Minseok — escuchó decir su manager.

 

—¿Qué?

 

—Me ha pedido que te deje contigo, debe estar cabreado de tu mal humor, así que prepárate para una buena reprimenda, estaré en la habitación de al lado por si necesitas ayuda

 

Pues no era precisamente lo que fuera que Minseok quisiera decirle lo que le asustaba, sino el hecho de compartir un espacio reducido con él. Independiente de sus manías con el orden, Jongin, no estaba preparado para ver al mayor en paños menores, menos tenerlo a metros de él mientras se ducha desnudo y desprotegido... él, no sería capaz de soportarlo.

 

—¿No piensas irte a tu habitación? — le interrogó Tao ya metido en la cama.

 

—¿Tienes algo que hacer? — preguntó echado en la cama que le correspondía a Sehun.

 

—Sí y claramente tú no entras en esa dinámica— le respondió pareciendo algo obvio.

 

—Vaya, no pensé que lo tuyo con Sehun iba tan en serio

 

—Va más en serio de lo que te imaginas, así que necesito que te largues

 

—Dormiré en este sofá—sentenció levantándose y se dirigió hasta el pequeño salón que había en la gran habitación.

 

Sehun apareció desde el baño recién duchado sorprendido de verle allí.

 

—¿Aún sigues aquí? — preguntó

 

—Amor, intenté echarlo pero su cerebro no capta las ordenes simples

 

—Tengo el sueño pesado, así que pueden hacer todo lo que quieran, no se cuarten por mi— comentó poniéndose cómodo en el largo y caro sofá.

 

—¿Por qué no te vas a tu habitación? — interrogó Sehun confundido— Minseok hyung, será terco y cuadrado pero no es alguien a quién hay que evadirle tan descaradamente

 

—No me llevo bien con él... — respondió rápidamente intentando no dar muchas pistas de su incomodidad.

 

—Eso es mentira, a no ser que... — murmuró Sehun dándose cuenta  muy pronto— Kim Jongin, ¿No me digas que te la pone dura?

 

—Eres un asqueroso, ¡me voy! — reaccionó dejando la habitación de sus amigos en un parpadeo acompañado por sus carcajadas insoportables.

 

Solo en el pasillo, supo que no tenía otro lugar a donde ir, sinceramente no quería tocar o entrar y encontrarse con alguna escena desagradable. Asumiendo que debía irse a su habitación, por un momento pensó que pasar la noche junto a su oloroso y ruidoso manager, no hubiese sido tan malo.

 

De todas formas, aunque rezara, ya no tenía otro lugar a donde ir.

 

Metió la tarjeta de la habitación aún dudando si debía bajar la perilla o no, sudando en frío contó hasta tres e ingresó sin dejar tiempo alguno para vacilar. Ya dentro, miró a su alrededor y no percibió peligro alguno.

 

El lugar estaba en un silencio dudoso y al aproximarse hasta el pequeño living no había rastro alguno del mayor, lo que le hizo pensar que quizás ya estaba en la cama durmiendo.

 

—Gracias al cielo— murmuró aliviado y al ver el pequeño mini bar una chispa de alegría lo embargó. Una cerveza antes de dormir no le haría daño.

 

Era de una marca extraña, con unos 7% grados, perfecto para noquearlo hasta el otro día.

 

Entusiasmado, se sentó en uno de los sofás raros pero sorpresivamente cómodo y  bebió tranquilamente el primer sorbo notando que el sabor de la cerveza era fuerte y además algo espesa, quitándole de golpe sus preocupaciones pasadas.

 

Al tercer trago, sentía un agradable cosquilleo en sus mejillas y su cuerpo más relajado, aunque aún conservaba su conciencia que ruidosamente le recriminaba su conducta, quizás debería buscar a alguien con quién descargar esta frustración, a lo mejor debería comentárselo a Taemin, él probablemente le ayudaría con este inconveniente, con tantos años en el entretenimiento, sabría cómo y con quién lidiar con esto de la forma más discreta posible.

 

—¿Qué crees que estás haciendo?

 

Le preguntaron de pronto y casi bota parte del contenido que había bebido por la sorpresa. Minseok, estaba recargado en el umbral que separaba el living  del angosto pasillo con un semblante serio, provocando que todo el licor que había ingerido se esfumara al chocar sus ojos en los de él.

 

—¿Bebiendo un día antes del concierto? — volvió a preguntar firmemente mientras se acercaba a él y tomaba la botella para echarle un ojo— Vaya, es de las fuertes, no sabía que tenías esta costumbre— comentó pasándosela nuevamente.

 

Jongin, sin voz por lo asustado que estaba, le vio dirigirse hasta el mini bar y sacar una idéntica.

 

 —Creo que tenemos algo en común— sentenció alzando la botella en son de brindis y se sentó al otro lado del sofá mientras bebía un largo sorbo— Mierda, sí que es fuerte— comentó arrugando su perfecto rostro.

 

—Yo... no acostumbro a esto, hyung.... — se sentía intimidado y por ello se excusó de inmediato, no quería que tuviera una idea tan equivocada de él, por lo que además dejó la botella en la pequeña mesa rápidamente arrepintiéndose por su arrebato.

 

—No tienes que darme explicaciones, beber te ayuda a descargar un poco el estrés, no deberías sentirte tan culpable, después de todo no tenemos tantas libertades— le dijo bebiendo nuevamente.

 

Aún así no tenía ganas de volver a tomar la botella.

 

—Yo... creo que me iré a dormir, mañana tenemos un día pesado— habló intentando alejarse lo más pronto posible del mayor, necesitaba tomar una ducha fría  e intentar dormir toda la noche sin algún inconveniente, anatómicamente hablando.

 

—Jongin— le llamó él luego de levantarse— No tienes que salir corriendo cada vez que estoy cerca de ti, no soy tan duro como parezco, me agradas mucho así que intentemos llevarnos bien— le dijo con esa voz que tanto le desesperaba, era dos tonalidades más baja que la normal y le daba la sensación que ese suave y ronco sonido le acariciaba sutilmente  de pies a cabeza provocando un escalofríos en su columna.

 

Y no pudo evitar gemir por lo bajo.

 

Me agradas mucho

 

Lamentablemente, él sentía más que un 'agrado' por él, así que tenía que de todas formas debía salir de allí, antes que pudiera decir algo que luego se arrepintiese.

 

—Tú también me agradas, hyung— le respondió a secas evitando encararle.

 

—¿Entonces? — le interrumpió— No se habla más, termínate esa cerveza conmigo—  sentenció invitándole a sentarse a su lado y no supo cómo negarse.

 

De cierta forma, sería la primera vez que compartiría un momento a solas con el mayor, teniendo un sin fin de puntos en contra sobre esta situación, el solo hecho de poder escuchar por más tiempo su voz y tener su atención por completo, eran argumentos más que suficientes para soportar un poco este calvario.

 

Para pasar un poco la incomodidad, bebió un sorbo más pero aún no se acostumbraba al sabor, así que arrugó un poco su rostro provocando que el mayor se riera de él.

 

—No eres buen bebedor, ¿verdad?

 

—No... apenas puedo con el soju— respondió ganando un poco de valor con el licor ingerido.

 

—¿Y por qué estas bebiendo ahora? y no quiero saber que Jongdae tiene algo que ver en esto— le advirtió, con el nombrado había una relación divertida de hermanos y él había agarrado la costumbre de copiar ciertas conductas del mayor, solo por admiración.

 

—Solo quería relajarme...

 

Al parecer sonó bastante convincente porque Minseok solo le sonrió aceptando sus palabras. El problema es que se quedó viéndole más de lo necesario, quizás se sintió atraído por la forma que sus finos labios de encorvaban haciéndole lucir más adorable a pesar de ser bastante varonil y serio, quizás porque su inconsciente rogaba guardar la mirada que el mayor le dirigía, una penetrante e iluminada logrando que se sintiera afortunado pero debía controlarse.

 

—¿Y qué hay de ti? dijiste que era una costumbre— interrogó rompiendo con su admiración.

 

—Bueno lo era, comencé cuando debutamos, el problema es que tiene tantas calorías que terminé aumentando de peso parecía una morsa, así que lo reemplacé por el ejercicio— explicó

 

Jongin se encontró de pronto en una encrucijada, porque en el pasado el adoró sus mejillas y su torso algo robusto, que le daba un porte más natural y masculino, pero ahora... comprendía  a las fans que lloraban al verle con musculosas... era hermoso y sexy. 

 

—No parecías una morsa, eras guapo— le comentó tratando de sonar como una persona normal y no como un baboso.

 

—¿Era? — hizo hincapié logrando ponerle nervioso—¿Con esas enormes mejillas? no te atrevas a mentir Kim Jongin

 

—Tus mejillas eran tu atractivo, no soy un mentiroso hyung y lo sabes

 

Y por la expresión sorprendida del mayor supo que no había logrado su objetivo, así que bebió el resto de su cerveza para poder pensar en algo más.

 

—De todas formas, es bueno que comenzaras a ejercitarte, te ha hecho muy bien

 

—¿Te me estás insinuando?

 

Escupió el resto de su cerveza preocupado.

 

—¡No! yo, es que quería decir, o sea sí pero...

 

Le escuchó reír ligeramente y por un segundo agradeció que no se tomara sus palabras tan a pecho, no quería arriesgarse a quedar como un idiota baboso.

 

—Aunque no me molestaría que lo hicieras— y ahora era él quien al parecer bebía un trago de su cerveza, para evitar su mirada.

 

¿Había escuchado bien?

 

—Pero lo más probable es que ya tengas a alguien a quién seducir— comentó quizás algo decepcionado.

 

—No la tengo— saltó de pronto dejando en claro su disponibilidad y de paso quizás que solo lo había hecho con él.

 

Y le escuchó reír nuevamente.

 

—Te creería pero es muy difícil, con ese físico y tu buena personalidad, es imposible que no lo uses a tu favor— siguió riéndose y por un momento se sintió ofendido— Solo te bastaría sonreír para tener a alguien— o quizás no...

 

—¿Algo así? — interrogó dándole al mayor una de las sonrisas que aprendió para las sesiones de fotos, esas de medio lado, mostrando su quijada sin quitar su mirada de su objetivo.

 

Parecería que el alcohol nuevamente estaba llegando a su cabeza, creía que la respiración del mayor se había detenido por un segundo y que una capa oscura de deseo se había posado en los oscuros ojos mientras tragaba con dificultad.

 

—Vaya, eres más terrible de lo que pensé— le dijo mientras no le quitaba la mirada de encima. 

 

—¿Entonces puedo tenerte?

 

No sabía de dónde había salido eso, quizás la cerveza gatilló que tuviera el valor suficiente para  encararlo y el beneficio estaba en que también podía recurrir a el si es que las cosas llegasen a salir mal, aunque no estuviese tan afectado por los grados ingeridos.

 

Luego de diez segundos culpaba a esa botella, más aún cuando vio como peligrosamente el mayor se le acercó y terminó por acorralarlo en la esquina del sillón, sintiendo su respiración en su mejilla, manteniendo su mirada en la puerta sin ser capaz de voltear hacia su dirección.

 

—Sería al revés, Jongin— le susurró chocando su respiración en su oído mientras sentía que su voz violaba sus sentidos— Yo te tendría— finalizó acariciando suavemente con sus labios el contorno de su oreja llegando hasta el centro de su lóbulo para depositar un beso caliente.

 

Solo le quedó vibrar al mismo tiempo que un gemido se escapaba de su boca dejando al descubierto cuanto le había gustado.

 

—Entonces hazlo...

 

No se lo estaba pidiendo, su voz y su pequeña valentía terminaron por mezclarse para encarar al mayor, exigiéndole y retando a que lo hiciera,  tenía su cuartada y sabía que esta oportunidad no  la volvería a tener, así que solo le quedaba jugar las únicas cartas que tenía.

 

Minseok sostuvo su mirada un par de respiros, era tan oscura y seductora que le atravesaba los sentidos, la forma que degustaba sus labios con sus ojos comenzaba a sofocarle y cuando creyó que no haría ningún movimiento le besó como si estuviera hambriento mientras él trataba con dificultad de acoplarse al ritmo.

 

No sentía el sabor de la cerveza en sus bocas, sino un sabor más dulce, adictivo y cálido.

 

Nunca se le pasó por la cabeza que el mayor fuese tan apasionado, fogoso o bueno en esta área, o quizás eran tantos los sentimientos involucrados que un solo tacto de su parte lograba derretirlo por completo,  tanto  así que al minuto había perdido toda conciencia de sí mismo.

 

Los besos era territoriales, sus labios no estaban acostumbrados a ese ritmo tan acelerado y demandante, le costaba respirar y mientras intentaba recobrar el aire Minseok aprovechaba el momento para explorar otras partes.

 

Bajó por su cuello mientras marcaba otro camino hacia su oreja haciéndolo temblar nuevamente.

 

—Creo que encontrado un punto sensible...— se rió al mismo tiempo que sus manos bajan hasta sus caderas y sus cuerpos se apegaban a las necesidades de ambos.

 

Pero luego de otro gemido aludible se escapara de su boca se detuvo abruptamente.

 

—Lo siento, yo... — intentó decir viéndose como si acaba de despertar de un sueño—No debería estar haciendo esto, lo siento me dejé llevar...

 

—Hyung— le llamó rogándole sosteniendo su cabeza para que le mirase.

 

Y atrapó su mirada, su rostro volvió a suavizarse y con su pequeña nariz comenzó a recorrer sus fracciones dejándole embobado, estaba siendo demasiado delicado tanto que sentía que no lo toleraría.

 

—Eres hermoso... — le susurró el mayor juntando sus frentes— pensé que nunca iba ser capaz de besarte— le terminó por confesar y un nudo se hizo lugar en su garganta.

 

Sabía que debía decir algo pero eran tantas emociones en tan solo un momento que solo atinó a besar la mejilla del mayor con ternura esperando que captase el mensaje. Primero fue la derecha, luego la izquierda, también su pequeña nariz y para cuando se estaba dirigiendo a su boca Minseok nuevamente reaccionó deteniéndole.

 

—Deberías permitirle esto a la persona que amas— susurró sofocándole aún más.

 

—Y en eso estoy pero al parecer es algo lenta... — escupió notando como se le escapaba el aire y sus ojos gatunos brillaban con más intensidad.

 

—Si que eres terrible... — murmuró mientras volvía a sus labios con más ímpetu que antes.

 

Y volvía a sentirse completo, vibrando con cada caricia, disfrutando de la cercanía y de la pequeña confesión.

 

Mientras el mayor seguía devorando su cuello, sus manos trataban de ingresar debajo su camisa, él no halló mejor manera de calmar aquel fuego que sofocaba su cuerpo, que ir contra de las ligeras embestidas que Minseok intercalaba con sus beso.

 

—Mierda... — gimió fuertemente al sentir como ambos cuerpo colisionaban perfectamente logrando que desde el pelo hasta los pies temblaran del placer.

 

Se sentía como una bestia enjaulada a la cual le daba a probar un poco de comida pero necesitaba de más, lo imploraba. Así que liberó sus piernas y rodeó la cintura del mayor haciendo más fricción, generando que otros gemidos salieran de su boca con desesperación.

 

—Joder, Jongin.... — murmuró Minseok volviendo a atrapar sus labios— ¿Tu cintura está bien?

 

—¿Qué?, claro que sí...

 

—Bien, porque no pienso controlarme— sentenció y al instante desabotonó de un golpe su camisa y degustó de lleno uno de sus pezones.

 

Jongin se estaba volviendo loco y necesitaba atención extra.

 

—Hyung, mi... — pero tenía un ligero problema con ser directo pero milagrosamente pudo ser comprendido.

 

Sintiendo la mano de Minseok en sus vaqueros le hizo desfallecer un poco más y a pesar de estar en el lugar correcto pues no estaba haciendo mucho que digamos, lo que aumentaba su frustración.

 

—Estas demasiado caliente, no me digas que es esto lo que te tenía tan irritante— se burló mientras desabotonaba la prenda e intentaba ingresar su mano.

 

Sería demasiado vergonzoso admitirlo en voz alta lo que su cuerpo claramente estaba gritando, así que distrajo al mayor atrayéndolo a sus labios mientras sentía como su mano maestra rodeaba su miembro.

 

No sabe en qué momento el mayor le despojó de las prendas inferiores pero lo que si sabía es que sentía un poco de vergüenza de ser el único en esas condiciones, por lo que trató de cubrirse un poco, siendo detenido por un sorprendido Minseok.

 

—No te cubras, quiero verte... — le pidió mientras tomaba sus muñecas y las dejaba sobre su cabeza, colocándose entre sus  piernas.

 

Y la forma tan detenida de admirarle terminó desactivando por completo su mente dejando al mando solo sus emociones básicas que recorría las terminaciones nerviosas de su cuerpo. Nunca antes se había sentido tan deseado, el recorrido de la mirada del mayor encendió hasta la última chispa dando rienda suelta a todo su cuerpo, siendo dominado magistral y cuidadosamente por el mayor no supo de miedos, ni de reproches de su cordura. Solo se dejó guiar llegando al límite entre embestidas y besos interrumpidos por la falta de aire que le permitieron liberar toda esa maldita frustración y que fue acogida y devorada por un susurro, un te quiero antes de caer rendido.

 

 

 

+

 

 

 

Sentía que era de día, el sol golpeaba su cuerpo desnudo que se removía en el sofá mientras una manta        que no recordaba caía por completo al piso. Intentó encontrarle coherencia a lo que había sucedido la noche anterior y eso aumentó su vergüenza que se disfrazó perfectamente de pereza, no quería abrir sus ojos y enfrentarse a la realidad, no quería percatarse que había sido un sueño como los de siempre, aunque se sintiera muy distinto a los anteriores.

 

Si bien una parte de él sabía que no había truco alguno a las sensaciones que experimentó su cuerpo, como el dolor punzante pero satisfactorio de su espalda baja, el nuevo aroma que se desprendía de su piel o a la hinchazón de sus labios provocados por el salvajismo de otros.

 

Y ese otro, ¿dónde estaba?

 

—Jongin— le llamaron de pronto respondiendo su pregunta.

 

Minseok apareció en su cuadro de visión vestido cómodamente mientras su pelo húmedo y agradable fragancia le decían que él ya estaba de vuelta en la realidad y lo quería junto a él.

 

—Despierta, tenemos ensayo en una hora, sino te levantas el manager te verá así— le advirtió removiéndolo suavemente.

 

Pero Jongin se rehusaba a volver, así que le dio la espalda.

 

—Jongin... — volvió a llamarle y esta vez sonando como un maullido logrando sacarle una sonrisa— Hey... — dijo nuevamente, esta vez cerca de su oído y disfrutando más de ese calor que desprendía el mayor mientras era rodeado por uno de sus fuertes brazos, haciendo que se aferrarse a sus sueños nuevamente.

 

Sintió de pronto como pequeños besos eran depositados en su hombro degustando su desnudez junto con una pierna provocativa que separaba las suyas y hacía de aquel mañanero abrazo algo más íntimo y placentero.

 

Podría quedarse allí para siempre.

 

—Vamos, Jongin... estamos muy atrasados— rezongó luego de un par de minutos y supo que tenía que obedecer.

 

Haciendo casi un esfuerzo sobre humano, se alzó sin preocuparse por su apariencia y casi a tientas se puso de pie casi chocando con la mesa de centro debido al pesado sueño que sentía.

 

Iba  lastimarse con ese mueble pero ese brazo robusto y cálido volvió a cogerle rodeándole esta vez con cuidado al mismo tiempo que cubría su cuerpo con la manta que yacía en el piso, embobado por la pequeña atención dejó caer su cabeza en el hombro del mayor sintiendo una paz que desconocía.

 

—¿Despertaste? — le preguntó una vez que alzó su cabeza para observarle.

 

Y le encantaba lo que veía pero a la vez una duda cruel revoloteó en su mente.

 

—¿No culparás al alcohol, verdad? — interrogó asustado, la sola idea era aterradora, si él había planeado usarla de excusa, probablemente el mayor también.

 

—El alcohol fue la excusa— le confesó mostrando esa coqueta sonrisa de lado— Aunque no planeaba ir tan lejos... no quería apresurar las cosas— prosiguió depositando en él un alivio que se reflejó en su rostro— pero por otro lado si no lo hubiera hecho, habrías explotado— bromeó avergonzándole.

 

—¡Hyung! — fue lo único que atinó a decir porque en parte tenía razón.

 

—¿Qué tal si vamos con calma ahora?

 

Y nada le hacía más ilusión que eso, por lo que solo atinó a besarle torpemente imitando su salvajismo de la noche anterior como respuesta y Minseok no paró de reír del júbilo entrelazado con ternura.

 

 

 

 

 

 Fin

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero les haya gustado, dejenme sus comentarios para saber :)) 

 

Nos leemos en otra ocasión~


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