La rosa y el balcón
Erase una vez un medico muy pobre que vivía frente al palacio y tenía tres hijos: dos varones y una mujer. Sus nombres eran: la mayor se llamaba Mikasa, el mediano Armin y el menor Eren. Los dos varones eran muy apuestos y de la dama ni se diga
Ellos tenían una hermosa rosa en la ventana y salían a regarla un día cada uno; un día que el rey salió al balcón vio a Mikasa regando la rosa y le dijo:
-niña, niña, tú que riegas la rosa, ¿Cuántos pétalos tiene la flor?
Mikasa, mortificada de que el rey le hablara y no sabiendo que contestarle, cerro la ventana.
Al día siguiente le toco regar la rosa a Armin. El rey salió al balcón como el día anterior y le dijo:
-niño, niño, tú que riegas la rosa, ¿Cuántos pétalos tiene la flor?
Armin azorado de que el rey le hablara, mejor se hizo el sordo y se metió.
Al tercer día Salió Eren a regar la rosa y el rey, que estaba en el balcón, luego que lo vio se sintió atraído por el joven y le dijo:
-niño, niño, tú que riegas la rosa, ¿Cuántos pétalos tiene la flor?
Eren que era un boca suelta, le contesto:
-Rey Rivaille su real majestad mi nombre es Eren Jeager, pero dígame usted que está en su balcón, ¿Cuántos rayos tiene el sol?
Rivaille quedo sorprendido de la contestación de Eren y avergonzado de no poder contestar y se metió; después de pensar y pensar se le ocurrió como el joven es muy pobre le convenía mandar a un sirviente a que se paseara por la calle gritando que cambiaba uvas por besos.
Eren, que nada se imaginaba, tan pronto como oyó al sirviente salió a su encuentro y le dio el beso a cambio de la uvas. A la mañana siguiente que salió a la ventana a regar la rosa, el rey ya estaba en el balcón y luego que lo vio le dijo:
-Eren, Eren, tú que riegas la rosa, que le diste el beso a mi sirviente, ¿Cuántos pétalos tiene la flor?
A Eren le dio tanto coraje que cerró la ventana y se metió decidido a no volver a regar la rosa. Por su parte Rivaille sonrió divertido y satisfecho.
El rey, que ya estaba acostumbrado a ver a Eren, se enfermo de amor de no verlo y su médico de cabecera, viendo que no podía curarlo, mando a llamar a todos los médicos del reino a ver cuál de todos lo curaba.
Para esto Eren, que solo estaba esperando la ocasión para desquitarse, se disfrazo de médico y fue al palacio llevando del bozalillo un burro macho, y llegando a la presencia del rey Rivaille le dijo:
- Rey Rivaille su real majestad, si gusta usted surcarse es necesario que le bese el rabo a mi burro y que salga mañana al balcón a recibir los primeros rayos del sol.
El rey lo hizo con tal de curarse lo hizo, así que después de besar el rabo del macho se acostó a dormir.
A la mañana siguiente, muy temprano, salió al balcón y Eren, que lo estaba esperando regando la rosa, inmediatamente que lo vio le dijo:
- Rey Rivaille su real majestad, usted que está en el balcón, usted que beso el rabo del burro, ¿Cuántos rayos tiene el sol?
Rivaille, dándose cuenta de lo bien que lo había engañado Eren, se metió muy enojado y mando a llamar al médico.
Luego que llego el buen hombre a la presencia del rey, este dijo:
-vecino medico, quiero que a las tres horas del tercer día me traigas a tus tres hijas-y agrego-quiero que Eren venga bañado y no bañado, peinado y no peinado, a caballo y no a caballo, y si no lo cumples tal como te lo he ordenado serás ejecutado
El pobre medico se fue muy triste a su casa y le dijo a sus hijos lo que el rey le había ordenado: Mikasa y Armin solo se quedaron pensativos; en cambio Eren le dijo:
-no te preocupes ya verás cómo me las ingenio.
Y a si fue: a las 3 horas del tercer día se presento el doctor Jeager en el palacio con sus hijos e hija, adelante iban los Armin y Mikasa y más atrás Eren montado en un borrego con un pie en el aire y otro en el suelo, sucio de medio lado y el otro bien limpio, media cabeza peinada y la otra no.
Viendo que había acatado sus órdenes se dio por bien servido le dijo a Eren:
-en premio a tu astucia puedes llevarte del palacio lo que más te guste.
-¿de verdad lo que más me guste? ¿Lo que sea?
-si
Y después de esto se fue el rey a dormir una siesta. Eren, que no esperaba otra cosa, ¿a que no se imaginan lo que hizo? Pues mando a llamar a 4 sirvientes y con mucho cuidado se llevo al rey a su casa.
¡Cual no sería la sorpresa de Rivaille al despertar y encontrarse en una casa pobre y desconocida!
Lo primero que hizo fue llamar a sus lacayos:
-¡petra!, ¡Hanji!, ¡Erwin!
Pero en vez de alguno de ellos fue Eren quien acudió al llamado
- Rey Rivaille su real majestad, usted fue lo que más me gusto del palacio por eso me lo traje a mi casa.
El rey viendo que con Eren llevaba siempre las de perder así que se caso con él.