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El precio de tu vida por Haruka Eastwood

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Notas del fanfic:

Los personajes de Naruto y Naruto S. son propiedad de Masashi Kishimoto-sama y las pendejadas aquí escritas son cien por ciento mías. 

Notas del capitulo:

Hola! bueno, pues quiero compartir con ustedes este one-shot, el cual es el primero que escribi, hace varios ayeres XD el cual espero que les guste n.n 

Y pues me quiero disculpar con quien lee mis otros fic TmT ya que no es falta de inspiración mi no actualización, es solo que son tantas ideas que no las puedo ordenar bien, una enorme disculpa y prometo pronto actualizar. 

NOTA: aclaración importante al final 

Y sin más preámbulos a leer!! wii XD

El precio de tu vida

 

Sasuke estaba dispuesto a dar o pagar lo que fuese con tal de que su amado rubio siguiera con vida, pero jamás imagino lo que eso le costaría, ahora ya no estaba tan seguro de haber aceptado. ¿Cuál era el precio por la vida de Naruto?

 

Caía una fuerte tormenta en Konoha, la cual parecía intensificarse a cada segundo, pero a nadie le importaba eso. Al menos no a Sasuke, ni a los que le rodeaban en ese momento.

Las lágrimas del azabache se mezclaban con la fría lluvia, pero no le importaba, se sentía destrozado, abatido y sin vida, siendo sus negros ojos reflejo de lo que sentía.

—Estamos aquí reunidos para despedir a un gran, hombre, amigo, padre y esposo— se escuchaba la triste voz de Tsunade la cual estaba a punto de quebrarse ante la impotencia que sentía—, Naruto fue un gran héroe, que murió cumpliendo su deber y con una gran sonrisa en los labios. El que hoy estemos todos aquí es gracias a ti Naruto, porque nunca te rendiste incluso cuando todo estaba prácticamente perdido nos demostraste que aun había esperanza… Gracias. ¡Realmente gracias por todo¡ Nunca te olvidaremos.

Fuertes sollozos se escuchaban entre los shinobis que estaban presentes en aquel lugar. El gran héroe de Konoha había muerto protegiendo su amada aldea, dando su vida para preservar la de quienes amaba.

Sasuke parecía permanecer en estado de shock, su mente aun no concebía la idea de que su amado ángel rubio haya muerto. De que ya jamás le volvería a escuchar, de que no le volvería a molestar pidiéndole que le llevara a comer ramen, mucho menos le diría “teme”. Ya nunca volvería a escuchar una palabra de amor de aquel que fue su esposo por los últimos quince años de su vida, los mejores para él. Ya no podría abrazar a ese ser escandaloso, cálido y alegre que le había dado el mejor regalo que pudiese recibir, su amado hijo Haruka.

Fue entonces que comprendió que lo había perdido para siempre y que jamás regresaría, tenía que entender que ya no lo volvería a ver sonreír gritar o alegar. Se culpaba por no haberlo podido proteger, aun cuando le juro que lo haría…

Fue entonces que sintió como el mundo se le venía encima, un mundo en el que no deseaba estar si no era con Naruto. Sus piernas en ese momento le fallaron, haciendo que callera de rodillas al suelo, apoyo su frente contra el húmedo suelo, llorando fuertemente.

Ya no le importaba nada, no le importaba que le vieran, tan solo quería desaparecer de ahí. Golpeo con impotencia el suelo, logrando lastimarse la mano en el proceso, sentía dolor, pero no era nada comparado con el que pudo sentir Naruto antes de morir. Levanto su rostro mirando al cielo exclamando el nombre de la persona que tanto amaba y amara. Era un grito desgarrador, que acabo por quebrar las pocas almas que aun intentaban mantenerse fuertes ante aquella situación.

La tormenta seso dejando que se escuchara el llanto de los presentes.

—¡No! ¡Papá! ¡Papá! ¡PAPÁ¡ ¡Me dijiste que tu jamás me dejarías! ¡Pensé que eras la persona más fuerte! ¡No puedes morir!... no me dejes… por favor… no te vayas, ¡TU NO PUEDES MORIR! ¡NARUTO! —Haruka un pequeño niño de ocho años, el cual era el reflejo de Naruto lloraba desconsoladamente frente a la tumba de su rubio padre.

Sus gritos estremecieron a más de uno, que no podía hacer absolutamente nada, los cuales prefirieron marcharse del lugar en silencio. Tsunade estuvo a punto de acercarse a abrazar al pequeño, pero se detuvo al ver que Sasuke prácticamente corrió a abrazarlo, apretándolo fuertemente contra su pecho. El niño se desahogaba y gritaba aferrándose fuertemente al cuerpo de su otro padre, quien dejaba caer silenciosas lágrimas.

—Haru… —susurro el azabache en un intento por calmar a su pequeño.

—Dime que no está muerto ¡Dime que no lo está! —sujetaba con desespero a Sasuke por los hombros moviéndolo. Pero el azabache simplemente negó con la mirada a lo que el pequeño volvía a sollozar aun más fuerte—. Tu no me dejes… ¡promételo!… promételo… por favor.  

—Te lo prometo.

Aquel día el pequeño Haruka se negó a despegarse de los brazos de su padre, incluso quiso dormir abrazado a él, lo cual Sasuke permitió. Una vez que el pequeño se quedo plácidamente dormido lo acomodo y cubrió con las mantas, levantándose con cautela de la cama.

Camino lentamente al patio de la mansión, observando las rosas blancas que Naruto cuidaba con tanto recelo, se agacho y con suavidad deslizo sus dedos por los pétalos de una, volviendo a derramar silenciosas lágrimas, las cuales parecían brillar por el reflejo de la luna llena.

—Mi Naru, haría o daría lo que fuera con tal de que estuvieras vivo —susurro con melancolía, dándose cuenta que eso era prácticamente imposible.

—¿Lo que fuera?

—Sí, lo que fuera —volvió a repetir sin pensarlo, pero entonces se percato de aquella profunda y aterradora voz que momentos antes había escuchado. Rápidamente se levanto poniéndose en posición de defensa activando su sharingan—. ¡Sal ahora mismo!

Escucho un taconeo que parecía retumbar por todo el lugar, sintiendo el ambiente pesado, como si lo inmovilizara, entonces observo a su alrededor, como todo se tornaba de un carmín profundo.

—Un genjutsu… ¿pero cómo?

—No es ninguna técnica —se dejo escuchar nuevamente aquella tétrica voz.

Con dificultad volteo a ver de dónde provenía esa voz, y lo que observo le impresiono en demasía. Era un hombre de unos veinticinco años de edad, piel nívea, cabello largo de color azabache y unos extraños ojos rojizos cual carmín, quien vestía con un ajustado pantalón de cuero, camisa abierta y botas, todo de color negro, pero lo que lo sorprendió fue ver unas enormes alas como de murciélago tras su espalda, las cuelas parecían querer rodearlo y unos cuernos posarse sobre su cabeza.

—¿Qué demonios eres? —dijo estupefacto.

—Eso, un demonio —se escucho su cínica voz, seguido de una risilla burlona—. Si lo quieres vivo eso tendrás, pero a cambio de algo por supuesto.

Aquel demonio hizo un ademan con la mano indicándole a Sasuke que se acercara, pero este no obedeció, por lo que aquel ser frunció el seño volviéndole a indicar que se acercara. El cuerpo del azabache se movía por si solo, hasta quedar a centímetros de aquel supuesto demonio.

—¿Qué rayos quieres? ¡Suéltame! —demando molesto el Uchiha mirandolo amenazante.

—Escucha niño, tú me has llamado aquí porque anhelabas traer de regreso a un tal Naruto —Sasuke abrió los ojos, topando su negra mirada con aquellas orbes escarlata que le escudriñaban el alma, aun así le miro fijamente a lo que el demonio sonrío con prepotencia, “ya lo tengo” pensó.

—¿Qué quieres a cambio? Mi alma —se mofo el Uchiha, ya que tal vez todo eso era un sueño, pero todo parecía tan real, aunque si realmente pudiera traer a Naruto de regreso no le importaría tener que dar su alma a cambio.

—Algo mejor, pero por ahora solo tienes que aceptar, ya después cobrare lo que corresponde —dijo sin más.

—Acepto —respondió Sasuke firmemente.

—Excelente —todo alrededor del moreno regreso a la normalidad, observando todo perplejo por cuestiones de segundos, pero cuando volvió a fijar su vista en la figura del supuesto demonio este ya no se encontraba, tan solo volvió a escuchar su tétrica voz—. Mañana lo tendrás.

No entendía nada de lo que había pasado, pero la cabeza le dolía horrores, ¿realmente había hecho un contrato con un demonio con tal de volver a ver a Naruto? Peor aún, sin saber qué es lo que le pediría a cambio.

Intento ignorar todo pensamiento y se dirigió nuevamente a su casa, camino a su cuarto, observando como su pequeño Haruka dormía plácidamente. Con ternura acaricio sus mechoncitos dorados y le deposito un beso en la cabeza, acomodándose a su lado dispuesto a dormir, aunque no lo deseaba su cuerpo se lo exigía.

Los rayos del sol entraron por la ventana de su cuarto, obligándole a removerse inquieto, en eso sintió un brusco movimiento en la cama, sus ojos aun no se acostumbraban a la luz, por lo que apenas y distinguía la rubia cabecita de su hijo.

—Haruka te mueves demasiado —exclamo divertido, pero la sonrisa rápidamente se le borro del rostro a una de tristeza, aun así sabía que tenía que ser fuerte porque su hijo lo necesitaba y porque a Naruto no le hubiera gustado verlo triste y hubiera hecho hasta lo imposible por alegrarlo.

—¡¿Quién demonios es Haruka´ttebayo?!

Sasuke no presto atención a la pregunta, si no a esa voz de la persona que tanto amaba, por lo que sin pensarlo se abalanzo a sus brazos apresándolo contra su cuerpo como si de una ilusión se tratase o fuera a desaparecer en cualquier momento. Estaba seguro que si se trataba de un sueño no quería despertar nunca.

 —Naruto, Naruto, mi Naruto… te amo, te amo tanto, por favor no me dejes —pedía el moreno con lagrimas en los ojos—, quédate conmigo siempre. Por favor perdóname, yo… yo no pude protegerte, pero te juro que esta vez no dejare que nada malo te vuelva a pasar.

Naruto no entendía absolutamente nada, ¿el serio de su esposo estaba llorando? El señor nada me afecta y nada me conmueve ¿estaba abrazándolo como si se fuera a ir?, como si de eso dependiera su vida...

—Sasu… ¿estás bien? —pregunto preocupado el blondo, mientras lo apartaba un poco de su cuerpo para mirarlo—. ¿Te sientes mal? Seguro tuviste una pesadilla ´ttebayo.

El blondo le calmo con una cálida sonrisa, haciendo que el azabache se sintiera completamente vivo. Beso los finos labios de su esposo, sintiendo como el moreno aumentaba el ritmo, como si estuviera desesperado de sentirle.

Fue entonces que su enojo regreso, se aparto rompiendo el beso con brusquedad y encarando a Sasuke.

—Sasuke Uchiha, ahora si no te hagas el tonto y dime quién demonios es Haruka —sentencio el rubio con enfado y tristeza ante la posibilidad de que el moreno le hubiese podido ser infiel con ese tal “Haruka”

Pero Sasuke enarco una ceja con enfado, mirándolo seriamente.

—¿De qué diablos hablas dobe? ¿Te volviste loco? —entonces recordó las palabras de aquel ser de mirada escarlata, el cual no le había dicho el precio por traer a Naruto de vuelta.

Y sin más se paro tan rápido como pudo, cayendo en el proceso con las cobijas que se le enredaron en sus pies, observo el cuarto que desde siempre había compartido con Naruto, todo parecía estar igual y sin más salió y comenzó a gritar el nombre de su hijo.

El blondo no entendía nada, Sasuke tenía una expresión de terror y pánico. Corría por toda la casa gritando “¡Haruka!” “¡Haruka!”. Por lo que con preocupación le siguió, observando cómo su desespero crecía a cada segundo, maldiciéndose y comenzando a gritar ¿qué hice?

—Sasuke… Sasuke. ¡Sasuke maldita sea te estoy hablando!

—¿Dónde está? ¡¿Dónde está?! ¡Maldición responde! —sacudía al blondo de los hombros con brusquedad.

—¡¿Quién?!

—¡HARUKA! ¡Tu hijo, mi hijo! ¡Nuestro hijo! ¡Maldita sea Naruto, ¿Dónde está nuestro hijo?! —estaba alarmado, no quería creer que su amado hijo fuera el precio que tenía que pagar por tener a Naruto.

El blondo le dio un fuerte puñetazo al azabache para que se calmara, el cual lo tumbo en el suelo, obligándole a sostenerse la mejilla.

—Sasuke ¿Cuál hijo? Nosotros no tenemos ningún hijo —el rubio estaba a la altura del azabache, su voz era tranquila pero triste, su flequillo cubrió sus ojos, mientras estos se tornaban vidriosos amenazando con derramar lagrimas—. ¿Acaso no recuerdas el accidente de hace ocho años cuando atacaron la aldea y casi muero? Después de eso Tsunade Oba-chan me dijo que ya no era posible que yo pudiera tener hijos.

Silenciosas lágrimas caían por los ojos de Naruto, no le gustaba recordar aquel accidente donde lo secuestraron para torturarlo, el mismo día que le iba a decir a Sasuke que estaban esperando un hijo. Le costaba recordar eso, más porque cuando escapo como venganza atacaron la aldea, pero los detuvo y casi muere, de no ser por Sasuke que llego en el momento justo, lamentablemente aquel día perdió a su amado bebe, el cual de seguro tendría ocho años. Incluso le colocaron una lapida, pero como no pensaron en el nombre simplemente decía “Uchiha-Namikaze”

—No es cierto… ¿qué hice? —mascullo incrédulo. Entonces recordó la promesa que le hizo a su hijo de nunca dejarlo y gruesas lágrimas comenzaron a caer.

—¿De qué hablas Sasuke?... será mejor que vayamos al hospital para que Sakura-chan te revise.  

—Yo no quería que esto pasara así… te amo, pero tampoco quería que él no existiera —susurra ido. Logrando asustar al blondo.

Sasuke se levanto sentándose en el sofá de la sala, recargando sus codos sobre sus rodillas mientras se sujetaba la cabeza con frustración. El blondo se acerco sentándose a su lado y comenzando a frotar su espalda para calmarlo.

Repentinamente un susurro se escucho el cual decía: “El precio por la vida de Namikaze Naruto ha sido pagado”, lamentablemente solo el azabache fue capaz de escucharlo.

Con fuerza se giro abrazando a Naruto.

—Perdón… enserio lo siento, espero que algún día puedas perdonarme —dijo en un hilo de voz levantándose del sofá—, estoy… bien, no es necesario ir al hospital, tan solo necesito dormir.

El blondo le miro extrañado, ¿qué abra sido todo aquello? “Tal vez haya tenido una pesadilla demasiado realista” se dijo para sí mismo Naruto, intentando dejar de lado su comportamiento y dirigiéndose a la cocina a preparar el desayuno, esperando que después de comer regresara a la “normalidad”. Pero no entendía por qué tanto perdón, tal vez después se lo diría, por lo que simplemente lo dejaría descansar un rato más.

“Sasuke amaba a Naruto, pero su más grande error fue no preguntar cuanto valía su vida, pero aun así no importaría cuantas tuviese él, ya que no le alcanzarían para disculparse con Naruto y su hijo”

El azabache entro a su cuarto, tumbándose en la cama donde la noche anterior arropo a su amado hijo.

—Tal vez si lo hubiera sabido antes… 

Continuara~

Notas finales:

¿Ustedes que hubieran hecho si supieran el valor de la vida de ese ser amado? 

***Y la aclaracion era que nunca se me ocurrio algo concreto en cuanto a la muerte de Naru, por eso no lo especifique, y pues algo muy importante es que en el mundo donde Naruto esta vivo el ataque a Konoha fue hecho ocho años atras, en cambio para Sasuke paso hace apenas unos días. Sí lo se, bastante confuso por ese lado.*** 

En fin, ¿merezco rw? D: si no, yo lo entiendo TmT de todas formas, cualquier queja, duda, sujerencia, tomatazo, piedrazo, sillazo, besos, abrazos, chocolates o acosos favor de dejarlo en un sexy rw que con gusto respondere, sin más me despido y les deseo un excelente día/tarde/noche. 

Haruka Eastwood


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