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Rivales eternos en el viento por RyoMoon

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Notas del fanfic:

Este fic, es porque me frustra que no encontre muchos fics de ellos dos, y mi mente comenzo a imaginarse una historia, asi que solo espero que les guste.

Notas del capitulo:

Este capitulo, es el primero, no es que sea la primera vez que escribo un fic, pero si es la primera de esta pareja.

Hajime no Ippo le pertenece a  Jōji "George" Morikawa

Espero que les guste.

El viento sopla por las tardes, siempre que lo veo me pierdo en ellos, mis recuerdos se mueren en lo que el atardecer se muere, desde hace algunos días mi vida ha sido monótona, o eso pensaba de ella, desde que perdí aquel encuentro en el que había quedado destinado a ser su contrincante oficialmente, no pude cumplirle mi promesa, y cada que lo pienso recuerdo que sus ojos me miraban con tristeza.

 

Supe después que él había sufrido mucho con mi derrota, que tristemente sus puños se habían lastimado cuando entreno, al día siguiente de su pelea se rompió los puños, y de castigo le impusieron que no los usara, así que tuvo que dedicarse a correr en ese mes.

 

Los días pasan y no lo he vuelto a ver, desde aquel entonces, lo extraño mucho, aunque no quiero aceptarlo frente a nadie, de hecho no me atrevía a verlo, porque no había cumplido mi promesa, he tenido tanto temor de que él me diga que realmente no quiere hablar con un perdedor que no tiene palabra.

 

-sabía que eras tú-

 

-Makanouchi-

 

-Miyata, ¿Por qué no has ido a verme?-

 

-es… no tengo nada que decir respecto a eso-

 

-mmm…-

 

-supe que ganaste el torneo, me impresionas-

 

-lo gane por ti-

 

-¿por mí?-

 

-el ver que te habían lastimado tanto, el saber que estabas mal, el comprender que no ibas a pelear conmigo por alguien que realmente no hizo las cosas bien, me lleno de furia, además pensé en los boxeadores a los que vencí para encontrarme contigo, y no podía perdonarlo, simplemente no podía-

 

-sé que no cumplí la promesa y lo…-

 

-no te disculpes, no tengo nada que reprocharte-

 

-déjame decirlo, al menos eso te mereces-

 

-no quiero escuchar esas palabras-

 

-pero es lo correcto-

 

-mejor déjame ver tu rostro, y con eso es suficiente-

 

-empiezo a creer que lo que dijo Takamura puede ser cierto-

 

-claro que no, solo quiero asegurarme de que eres tú, mi amigo, mi rival, y que estas bien-

Pasaron unos cuantos minutos.

-recuerdo que aquel día saltaste rápidamente hacia atrás para alejarte de mí-

 

-aunque las cosas de las que me entere fueron demasiado cómicas-

 

-¿de qué cosas hablas?-

 

-no sabía que era tan grande-

 

-no digas eso, me avergüenzas, además, voy a hacerle burla a Takamura, porque es muy pequeño-

 

-vaya que has cambiado un poco-

 

-¿qué dices?-

 

-bueno, es que solías ser más temeroso, ahora veo en tus ojos la confianza-

 

-discúlpame-

 

-¿Por qué tienes que disculparte conmigo?-

 

-te he fallado-

 

-¿en qué?-

 

-no podré participar en la siguiente pelea-

 

-¿Qué dices?-

 

-me lastime los nudillos, en la última pelea, el jefe trato de detenerme, pero yo no le hice caso, solo pensaba en ti, y no pude evitar que mis sentimientos por ti me impulsaran a seguir luchando-

 

Cuando él dijo que tenía sentimientos por mí, extrañamente tuve la sensación de querer molestarlo, extrañamente suelo ser educado, cortes, amable, a pesar de mi actitud fría, pero… en ese momento lo único que realmente quería era molestarlo.

 

-oye, déjame ver tu rostro-

 

Me acerque demasiado, casi al extremo, y lo confirme porque ya podía sentir su respiración, en ese momento, se escuchaba agitado, sus labios estaban abiertos y yo quería disimular, no me fue posible, mire sus ojos, sorprendidos, aterrados, no sé si estaba loco, juraría que escuche el latir de su corazón, y que ese latido me decía que me acercara más, estaba realmente muy confundido, no quería pensar en lo que estaba haciendo, solo quería hacerlo y ya.

 

Mi cuerpo se estremeció en cuestión de segundos, no sé si sea lo correcto, porque si es algo que no le gusta, terminare en el suelo, porque definitivamente sus puños, en este momento, deben ser tan fuertes y duros como el mismo acero.

 

-Ippo…-

 

-es la primera vez que me llamas por mi nombre-

 

-guarda silencio-

 

Fueron tan solo esas las últimas palabras que le dije en aquel momento, el lugar estaba solitario, estábamos bajo el puente que atraviesa el rio, hacia frio, el sol ya se había ocultado hace mucho tiempo, la luna reinaba en ese momento, pegue su cuerpo a la pared, lo retranque tan fuerte, sé que él se sentía acorralado, pero no se movió ni un centímetro, no sé si era por el respeto que siente hacia mí, no dijo nada, ni siquiera pudo expresar algo con su rostro, humedecí mis labios, y cuando cerro sus ojos, sentí que me daba permiso de continuar.

 

Segundos más tarde note que mis labios estaban unidos con los suyos, comencé a mover lentamente mi lengua, para que abriera paso, me doy miedo, porque estoy consciente de lo que estoy haciendo y aun así, quiero continuar, lo deseo con todas mis fuerzas, recargue mi rodilla entre medio de sus piernas, para obligarlo a hablar, cosa que no tardo mucho, y debido a que abrió la boca, puede besarlo con más fuerza, quise mover mi lengua delicadamente para no lastimarlo o asustarlo, abrí los ojos para ver que reacción tenia, él no estaba disgustado, su respiración se agitaba más cada que me acercaba a besarlo mejor, sus manos instintivamente tocaron mi cuello, y fueron subiendo hasta que se colgó por completo de mí.

 

No me separe de el por un largo rato, bueno, dejábamos de besarnos por segundos para recuperar el aire, pero, en seguida, sin abrir los ojos, buscándonos con nuestras mejillas continuábamos besándonos, acaricie lentamente sus cabellos, que me sorprendieron, por lo desordenado que es con su persona, pensé que estarían hechos nudos, pero eran suaves y estaban desenredados, me acerque más a él, cada vez más, que sin darme cuenta, y sin poder separarme de Ippo, note que su corazón estaba feliz y que latía al mismo ritmo que el mío.

 

Cuando finalmente nos soltamos, me percaté de que llevábamos muchas horas haciendo esto, porque el sol estaba a punto de salir, cuanto tiempo estuvimos juntos, besándonos de esta manera, tanto, que no me importaba lo que venía después, ni siquiera tenía que decirle alguna palabra, tan solo debía mirarlo, y abrazarlo, me senté en el suelo, y le hice señas para que él también se sentara.

 

-déjame abrazarte-

 

-Miyata yo…-

 

-no me digas así, dime Ichiro-

 

-Ichiro-

 

-no tienes nada de qué preocuparte-

 

Ambos veíamos a la misma dirección, yo estaba detrás de él, y podía abrazarlo tanto como quisiera, recargándolo en mi pecho.

 

-deja que el sol nos vea aquí juntos-

 

-dejare que su luz nos ilumine y nos diga que esto no es un error-

 

-no es un error-

 

-¿Qué va a decir tu padre y mi madre?-

 

-¿tienes miedo?-

 

-no lo tengo-

 

-entonces no pienses en eso, en este momento solo existimos tú y yo-

 

Nos quedamos más tiempo sentados en el pasto, no le dije nada, no me dijo nada, tan solo, abrazados, lo recargue en mi pecho, y el cerro sus ojos, parecía tan tranquilo, como mi corazón, después de saber que no le desagrado, y que puedo quererlo de esta forma, lástima que no me di cuenta antes, tan solo, de un día a otro, amanecí pensando en él, deseando abrazarlo, y más que nada, queriendo proteger toda palabra o promesa que hacía con él, porque para mí, esas son cosas, que ni mi padre, podrá quitarme.

 

“El viento sopla y se apodera de tu corazón”

Notas finales:

Espero que les haya gustado, tratare de actualizarlo pronto.

Bye


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