-¿eres idiota, o qué? Reacciona de una vez por todas Taemin, él no te quiere, solo eres su consuelo cuando él y Changmin pelean –mire a mi amigo Kai, quien seguía sermoneándome y suspire levantándome del piso, estábamos en un salón, practicando una nueva rutina de baile.
-no pasa nada, deja de preocuparte Kai –mire mi celular, el cual sostenía desde hace un buen rato en mi mano- Dijo que estaría ocupado con su trabajo, por eso no podemos vernos, además ya va a terminar con Changmin.
-¿y tú creyéndole, no? Hace mucho que dice eso –poso sus manos en su cintura acercándoseme- Taemin, te mereces algo mejor y no esto, él no te quiere, solo te utiliza cuando aquel lo manda al diablo y tú vas a recibirlo con los brazos abiertos.
-Claro que no, el me ama, como yo a el –tome mi mochila y recogí mis pertenencias.
-sí, claro… él te ama, tanto que tiene novio –bufo y yo negué- ¿hasta cuándo lo entenderás?
-tu eres el que no entiende Kai, el me ama, pero debo ser paciente, porque el necesita arreglar sus asuntos, ahora si me disculpas, debo irme, nos vemos mañana –me despedí y salí deprisa del salón, camine apresurado hasta llegar a la parada de autobuses.
¿Porque no lo entienden? Yo te amo y tú me amas, eso debe ser suficiente, ¿no? Pero nadie nos comprende, yo sé que no me mientes, lo siento, con cada uno de tus besos y caricias, con esas pequeñas, pero muy significativas palabras de amor que susurras en mi oído. Pero todos nos juzgan, solo el día en que termines con Changmin será que dejen de criticarnos.
-al fin, hogar dulce hogar- metí la llave en la cerradura y entre dejando mi mochila tirada en la entrada junto a mis zapatos, el trayecto en el bus fue muy tranquilo- Debería prepararme algo de comer, me muero de hambre… -seguí avanzando dentro de mi casa, dirigiendo mis pasos hacia la cocina- ¿Qué comeré?
-¿Por qué mejor no te como yo a ti? –volteé a mis espaldas, ahí estaba el, con su sonrisa seductora, no pude evitar abrir mis ojos asombrado- ¿Qué pasa? ¿Acaso no te agrada la idea? –fue acercándose hacia mí, yo simplemente me quede estático, ahí de pie observándolo.
Con el simple roce de sus labios sobre los míos, logro que todo pensamiento desapareciera de mi mente y me entregue a ese beso, sintiendo toda la pasión que siempre desbordaba al vernos, pase mis brazos tras su cuello y el rodeo mi cintura atrayéndome, desapareciendo completamente la distancia de nuestros cuerpos, el beso era tan exquisito, pero nos fue inevitable no separarnos para recuperar el aliento.
-¿te he dicho que me encanta el sabor de tus labios? –susurro sobre mis labios y me miro directamente a los ojos, en su mirada se reflejaba la excitación de ese beso.
-¿solo eso te encanta de mí? –sonreí y el volvió a unir nuestros labios en otro beso.
-no solo eso me encanta de ti… -me sonrió de lado y fue empujándome hasta llegar al sofá de la sala- Puedo mostrarte que tanto me encantas, ¿quieres una prueba? –no me dejo contestar cuando ya se había abalanzado sobre mí, quedando ambos sobre uno de los sofás.
-espera, ¿Por qué mejor no hacemos algo? –trate de detener sus besos en mi cuello.
-claro que haremos algo –temblé al sentir sus manos colarse debajo de mi camiseta, acariciando mi abdomen- Eres tan suave Minnie.
-Minho, en serio detente –intente empujarlo, pero tomo ambas de mis manos, dejándolas arriba de mi cabeza, con su manos libre subió mi camiseta dejando expuestos mis pezones- Estoy sudado, hoy ensaye en la escuela.
-pero Taemin, yo no puedo esperar –cerré mis ojos al sentir los dientes de Minho clavarse en mi cuello, ¿para que sigo negándome?
Me entregue completamente a él, dejando que tocara mi cuerpo como le apeteciera, mi ropa y la de él poco a poco fue desapareciendo de nuestros cuerpos, quedando dispersa por el suelo, lo mire con amor, con ese infinito amor que sentía por él, y él se inclinó besando delicadamente mis labios, podía sentir mucho en ese suave contacto, lo amaba, y me entregaría las veces que quisiera a él por lo amaba como a nadie jamás había amado.
-Taemin, te amo –lo sé, me lo has dicho tanta vece que no lo olvidare.
-Yo también te amo Minho, te amo-
¿Soy suficiente para ti? Eso me lo pregunto muchas veces, no siento que sea lo que esperas, tu eres un empresario y yo un estudiante de universidad, cuando no siento tus brazos al dormir, después de hacerlo, siento que caigo en un gran abismo sin fin, donde la sociedad me señala diciéndome que no soy para ti. Yo quiero que sea para mí.