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Dulce Melodía por Lawlie

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Notas del fanfic:

Hola! 

Soy Lawlie! ESTO NO ES UN PLAGIO

En la actualidad este fic está siendo publicado en Fanfiction.net y en mi cuenta de Tumblr, pueden encontrarla aquí . No planeo subir de un porrazo los tres capítulos que ya están hechos, pero si ustedes quieren pueden encontrarla en cualquiera de las dos mencionadas.

Sin más, les dejo unas breves notas.

Notas: 1. Debido a que Eren es mudo, he decidido diferencia su  diálogo colocándolo en cursiva. 2. No sé nada acerca de Francia, Alemania, nunca he pisado aquellos lares aún, por lo cual esto es solo obra de mi imaginación xD. 3. DISCLAIMER: Shingeki no Kyojin no me pertenece, sino a su respectiva autora. Yo solo me presto de sus personajes en calidad de fan. 4. WARNING: Yaoi ;) 5: Eren es mudo.

Enjoy it!

Dulce Melodía
by Lawlie

 

Prólogo

Martes 21 de Setiembre del 2013, 2:59 a.m. – En algún lugar del mundo.

Janine repasaba con aburrimiento título tras título, sin buscar algo en específico, simplemente tratando de encontrar alguno lo suficientemente bueno para distraerla en la hora de los demonios, como ella solía denominar a la tercera hora de la madrugada, en la cual contaban las leyendas de hechos sobrenaturales. Chasqueó la lengua y maldijo internamente a Clarise, su mejor amiga, por recomendarle una página web tan aburrida como aquella.

-          “Rincón 48... Historias basadas en la vida real”... Sí, claro, cómo no... – Fastidiada y, sobretodo, aburrida continúo bajando de título en título hasta que su atención se fijó en uno en especial: El juego de los mudos. La advertencia le prohibía leerla por no pertenecer aún al grupo de los adultos, pero ella a sus dieciséis años ya tenía suficiente experiencia literaria y perturbadora sobre relatos de ultratumba y sadomasoquismo, así que sin más dio click pasando por alto el aviso de alto contenido sangriento.

No supo a ciencia cierta si fue el título lo que llamó su atención o si fue el breve resumen de apenas un par de oraciones. Pero su pericia en historias creipy le indicó que aquel relato era digno de su curiosidad, y confirmó su teoría cuando el autor, BlueEyes, había especificado claramente que la historia estaba basada en la vida real y que, por ende, era necesaria la abstención de personas sensibles. Ella río para sus adentros y continuó leyendo, convencida que llevaba demasiado tiempo leyendo relatos de tal índole como para sorprenderse por algún pretencioso autor.

 Esa noche, y lo que restó de la semana, no pudo pegar ojo sin que las pesadillas la invadieran.

 

Capítulo I

Lunes 21 de Abril del 2014, 7:00 a.m. - Alemania

Querido Namir:

Lamento no haberme conectado durante esta semana, los exámenes me tienen loco. ¿Recuerdas que te hablé de esa maestra con complejo de modelo? Pues, ella no ha parado de acosarme para que la pinte como mi próximo proyecto... Por supuesto, me he negado varias veces pero ella sigue insistiendo... Sea como sea, espero que podamos hablar dentro de unas horas... ¡Nos leemos pronto!

-Eren Jeager

 

Eren suspiró sonoramente mientras dudaba en apretar el botón de Enviar; él no era precisamente el tipo de persona que se molestaba en justificarse con cualquier persona tras una semana de desaparición virtual, sin embargo, de alguna extraña forma, llegó a considerar a Namir Latré como su mejor amigo virtual al que nunca verá en su vida, y realmente esperaba que fuera así, no soportaría pensar que todos aquellos secretos que le contó fueran divulgados por aquí. Por suerte, Namir era francés y no estaba interesado en viajar a Alemania. Finalmente, se decidió por enviar su breve mensaje esperando que le llegara pronto una respuesta.

-          ¿Hablabas con tu amigo virtual? – La voz del rubio lo sorprendió, no esperaba verlo tan pronto en la universidad.

-          Sí, ¿qué haces tan temprano aquí? – Preguntó mediante señas.

-          La profesora Harris me citó temprano, quiere publicar mi ensaño sobre “La pena de muerte: controversias” a una revista famosa allá en New York... pero no sé... ¿Tú qué piensas? – Preguntó avergonzado tomando asiento frente al castaño.

-          Deberías aceptar. Tienes una buena habilidad de argumentación. – Respondió con una sonrisa acariciando suavemente la mano de su amigo en son de confianza. Armin se sonrojó levemente, no esperaba que su mejor amigo de la infancia pensara eso de él.

-          Lo pensaré. – Respondió devolviéndole la sonrisa. 

El castaño observó la hora en su móvil, pronto comenzaría su clase de Teoría Gráfica; con una breve disculpa cogió su morral y emprendió marcha. La Facultad de Artes de la Universidad Mayor de Alemania estaba justo frente a la cafetería en la cual minutos antes se hallaban ambos sentados, por lo cual Armin pudo observar como su amigo se perdía entre el mar de estudiantes que entraban angustiados. Era la época en la cual los trabajos de medio ciclo se entregaban, muchos avances debían ser resueltos pronto si no deseaban ver una terrible nota desaprobatoria en su registro. La Universidad Mayor de Alemania era muy rigurosa con sus estudiantes, y tal vez por eso también era una de las más caras; pero eso no fue problema para Armin, quien recibió una beca completa gracias a su desempeño sobresaliente en su etapa escolar. Jeager, por otro lado, pudo apelar a media beca debido a su incapacidad de habla, el resto lo financiaba con el fondo que sus padres habían dejado para su educación universitaria.

El rubio calculó que aún le quedaba un par de horas antes de que su clase de Derecho Penal II empiece, con un suspiro breve sacó un libro de su morral y lo abrió en la página en la que se quedó el día de ayer.

 

*-*-*

 

9:12 a.m. – Alemania.

El Peregrino era un bar conocido en los barrios bajos que abría sin falta alguna todos las noches de la semana, todas las noches del año, contando fechas festivas y días no laborables. El dueño, James Thompson, un hombre regordete que fácilmente pasaba los cincuenta, era conocido por sus más allegados por su increíble sentido de avaricia, llevaba dos divorcios realizados y un tercero en pleno trámite en su registro civil; a pesar de que no era un hombre sociable, contaba un pequeño grupo de amigos que religiosamente visitaban su bar todos los fines de semana. Y fue precisamente por este pequeño grupo de amigos que ahora la policía se encontraba invadiendo el local con una intervención justificada por cuarenta y ocho horas registradas de desaparición del presunto dueño. Los amigos de Thompson se extrañaron cuando el pasado viernes por la noche fueron como siempre a ventilar sus penas en dulces tragos de alcohol, y se encontraron con la extraña escena del bar cerrado; sin embargo, no fue hasta el domingo por la noche cuando Robert Darris llamó a la policía denunciando el secuestro de James. Lo que no imaginó fue que Thompson sí se hallaba en su local, solo que llevaba más de tres días en proceso de descomposición.

-          ¡Comandante Smith! ¡Hemos confirmado la identidad del cadáver, en efecto se trata de James Thompson, y estamos casi seguro que esto es obra de él! – Dijo un joven con insignia policial acercándose rápidamente al rubio.

Erwin no dijo nada, pero fijó sus fríos ojos azules en la cinta amarilla que prohibía el ingreso de cualquier persona fuera del cuerpo policial. No necesitó de la declaración de su subordinado, él ya sabía quién era el autor de dicho crimen. Sin mediar palabra ingresó al local con un solo objetivo en mente: verificar por sus propios ojos lo que ya sabía de antemano. Y como si todo se tratara de un absurdo déjà vu presenció lo que ya llevaba viendo como una horrorosa y repetida pesadilla: el hedor de la sangre descompuesta y almacenada durante días invadió sus fosas nasales, sino fuera porque él ya estaba acostumbrado al pútrido olor nauseabundo ahora se encontraría devolviendo el desayuno como algunos de sus subordinados; aunque las ventanas se hallaban cubiertas podía adivinar que el gran bulto cubierto por un manto negro era James T., así que sin mayor ceremonia se colocó un par de guantes desechables y se apresuró a destapar el cadáver. El rostro del hombre que estaba frente suyo apenas fue reconocible con la foto que fue presentada horas atrás, su boca se hallaba sellada por unos hilos negros gruesos que habían sido introducidos en su piel como una macabra costura, los párpados habían sido extraídos, por lo cual los ojos hundidos del fallecido causaban una mayor impresión. Smith acarició las costuras que noches atrás impidieron que Thompson gritara por ayuda, frunció el ceño reincorporándose repentinamente; sin lugar a dudas esto era obra de él. Retirándose los guantes llamó a uno de sus subordinados.

-          Registren toda la zona, no dejen pasar nada por alto. Quiero hasta el más mínimo cabello como evidencia del crimen. No podemos dejar que se nos escape esta vez. – Demandó mientras sacaba las llaves del coche ignorando a la multitud de periodistas que habían arribado solo apenas unos minutos atrás. Sin más Erwin se retiró maquinando en su cabeza su próxima ficha a mover, este asunto se estaba volviendo personal.

 

*-*-*

 

10:35 p.m. – Alemania.

-          ...Y volviendo con las noticias de esta noche, se presume que El Mudo, como la policía ha denominado al asesino serial que viene aterrorizando Alemania durante estos últimos meses, ha vuelto a hacer de las suyas. La policía se encontró esta vez con el asesinato de James Thompson, un trabajador honrado que con mucho esfuerzo logró abrir su propio bar mejor conocido como... – La voz de la periodista se perdió en el pequeño departamento cuando Eren fue a la cocina en busca de más salsa roja.

 

-          Eren... ¿te parece que cambie de canal?... quiero comer tranquila sin tener que escuchar otro episodio sangriento de homicidas locos... – Pidió Mikasa, quien al ver el pulgar levantado de su amigo desde la puerta de la cocina cambió el programa por uno de animales fantásticos.

 

El joven castaño se sentó junto a la asiática con su plato de pasta roja, observando curioso como un perro se balanceaba sobre una gran pelota roja. Era común que algunas noches Ackerman se pasara a cenar junto a él, se conocieron en la secundaria cuando ella fue trasladada desde Asia, de alguna parte de Japón que ahora no recuerda, a su escuela. Desde entonces, la joven ha desarrollado un instinto sobreprotector con el joven de orbes expresivas. En un principio Eren, quien estuvo acostumbrado a lidiar solo desde temprana edad, se vio incómodo por la insistencia de la pelinegra de estar siempre con él, pero con el tiempo aprendió a soportar su presencia callada y devota.

Ambos jóvenes cenaron en silencio. Una vez que lavaron el servicio, Mikasa condujo a Eren a la sala de estar mientras apagaba la TV con el mando a distancia.

-          ¿Cómo te va con Dereck? – Preguntó sin más. El mayor la observó hastiado.

-          Me va bien. ¿Qué tal las clases? – Preguntó en busca de escapar del tema que sabía se aproximaba.

-          Sabes que puedes contarme cualquier cosa, ¿no Eren? – Señaló seria la menor sujetándole las manos con cariño.

-          Lo sé, no te preocupes. Estaré bien. – Respondió sonriendo mientras acariciaba suavemente las manos de la joven.

El mayor acomodó un poco su bufanda roja mientras regresaba a la cocina por un poco de té, sabía de las costumbres de Ackerman y, aunque a veces era un poco molesta y sofocante, no podía evitar tener ciertos detalles con ella. Mikasa observó con cariño al joven, debido a la incapacidad adquirida de hablar de su amigo, él solía mostrar su afecto y confianza mediante breves caricias, generalmente en las manos; era de aquella forma en la cual demostraba su agradecimiento y apoyo a sus seres más queridos. Él ni ella tenían familia en Alemania. Ella porque decidió hacer su vida en Alemania, lejos del control parental, y él porque había perdido los suyos años atrás cuando apenas era un retoño de tan solo siete años. Pero esa era historia pasada, y no evocaría cosas tristes siendo ellos tan felices como lo eran ahora.

Con una sonrisa vio como Jeager apareció con un plato de galletas en mano y una taza de té en la otra. Sí, definitivamente ellos eran felices ahora, pensó.

 

*-*-*

 

11:25 p.m. – Alemania.

-          ¿Revisaste el informe, Hangi? – Preguntó Smith mientras sorbía un poco de café amargo. La mujer de anteojos se encontraba parada frente a él, observando a su compañero y amigo inmerso en un mar de papeles extendidos en su escritorio.

-          Por supuesto, fui yo quien lo escribió. – Respondió seria, como siempre que se trataba de su trabajo.

-          Entonces, debes estar de acuerdo con lo que te propuse esta mañana, ¿verdad? – Cuestionó mientras por breves segundos levantaba la mirada de los informes que leía.

La castaña cambió de actitud repentinamente, mostrando ahora una sonrisa maniática en su rostro. Lanzando una carcajada lunática respondió:

-          ¡Por supuesto! ¡Es hora de llamar al enanín! – Dijo con voz cantarina mientras salía tarareando de la oficina del mayor. Con ellos el rubio de cejas pronunciadas no hizo más que suspirar cansado; al final de cuentas, tal vez eso era lo mejor, después de todo.

 

Notas finales:

Eso ha sido todo por hoy. Mañana 25 (cumpleaños de Heichou) subo el siguiente cap. :) Hasta lueguito. FELICES FIESTAS!


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