Capítulo 1.- “Ni con un millón de caídas”
—Se lo suplico, por favor…—dijo YiXing queriendo ocultar sus sollozos—. Deme todos los contactos de donantes que tenga, por favor…
—Señor, no podemos ayudarlo ahora mismo…
—Por favor…
—Está bien —respondió la señora detrás del mesón—. Pero debemos cerrar en unos cuantos minutos más… Le dejaré la lista con donantes, pero debe irse pronto, ¿sí?
—Sí, muchas gracias… Realmente muchas gracias —agradece YiXing, reverenciándose unas cinco veces seguidas.
La encargada le entregó una nómina con todos los donantes de pulmón que existían en el país, eran nombres escasos, no había más de diez donantes y le pedía a Dios que hubiera alguno con tipo de sangre O.
Revisando minuciosamente la corta lista, guiándose por el tipo de sangre correspondiente, logra encontrar uno, pero… Simplemente había algo que hizo que se sorprendiera de una forma terrible.
El único tipo O era un chico que creía conocer…
Bian BaiXian.
YiXing se detuvo al leer aquel nombre. Era un nombre demasiado conocido para él.
Pensó un momento.
Byun BaekHyun.
Su amigo coreano, quien en la escuela era nombrado como BaiXian, su nombre chino, estaba en la lista de donantes.
¿Cómo? Todo debía ser una equivocación… YiXing estaba desesperado y confundido. ¿Cómo era posible que el nombre de su querido amigo estuviese en esta triste nómina?
Aguantando la respiración, dio un salto para encontrarse de frente con la señora que lo atendía y rápidamente le preguntó por qué estaba ese nombre en la lista.
—Él falleció hace unas semanas, señor…
—¿Cómo murió? ¿Quién es él?
—No podemos entregar detalles de personas ajenas a los clientes, señor.
—¡Él no es ajeno a mí! Por favor, ¿por lo menos sabe cómo era él?
—Ah… —suspiró—. Mire, sólo porque se ve realmente preocupado le diré unos cuantos detalles… Bian BaiXian estaba registrado como un joven extranjero, recuerdo que era coreano y no hace mucho lo inscribieron en la lista…
YiXing, desolado y con un nudo en la garganta, cubre su boca con su mano, mientras intenta evitar que las lágrimas cayeran.
—Gracias… Ya debo irme, pronto volveré por consultar números de contacto de los donantes, muchas gracias… —se reverencia una vez, se da media vuelta y comienza a caminar en dirección a la puerta.
—¿Se encuentra bien? —pregunta la mujer.
—Sí, hasta pronto…
Cruza la puerta, y sintiendo su cuerpo pesado, camina con sus manos fuertemente empuñadas hasta el parque que se encontraba a una cuadra de la oficina. Al llegar toma asiento en la primera banca que encuentra y rompe en llanto. El que había sido uno de sus mejores amigos entre los estudiantes de intercambio, con el que había compartido tantas risas, secretos y sufrimientos, había muerto hace unas semanas atrás y él no se había enterado de nada y de seguro nadie de su círculo de amigos sabría tampoco… No entendía nada… Sólo podía llorar…
Antes de que llegase al parque, finas y escasas gotas de lluvia habían caído, y esas gotas comenzaron a ganar tamaño y agresividad, desatándose una lluvia casi torrencial que no animaba ni un poco al triste YiXing.
Treinta minutos habían pasado bajo la lluvia y el chico seguía llorando, pero ya estaba un poco más calmado. El agua que caía de las pesadas nubes le traería un resfriado de seguro, pero en ese momento no tenía conciencia de nada.
Decidió respirar hondo, secar sus lágrimas, limpiar su rostro y llamar a Tao, debía informarle de una gran oportunidad.
—¿Diga? —contestó un soñoliento ZiTao al otro lado de la línea.
—Tao… Encontré un donante…
—¡¿Qué?! —exclamó atónito y golpeándose la pierna al levantarse bruscamente de la silla en la sala de espera—. Mierda…
—¿Estás bien?
—Sí… Oh, Dios. ¿Quién es? ¿Es tipo de sangre O?
—Lo es, pero me pidieron no dar ninguna información sobre el donante…
—Yo necesito agradecerles, por favor, dime quién es…
—Tao… Prometí no dar información, pero me aseguraré de agradecerles de tu parte, ¿sí?
—Está bien… Siento que en serio lloraré, el Doctor me había acabado casi todas las esperanzas… Gracias, Lay… Yo realmente no hubiese podido encontrar algo… Muchas gracias…
Así estuvieron hablando por 10 minutos más. YiXing aparentó estar bien, y luego de la llamada, regresó a casa para descansar. Al otro día volvió a la oficina de información de donantes para obtener los números de contacto y cuando se aseguró de que tuviera todos los trámites casi completos, conversó con el Doctor Meng para colaborar en mantener la identidad del donante en secreto y no lastimar a nadie.
Llegando el día de la cirugía todo marchó bien, no hubo problemas además de la pérdida de memoria temporal de YiFan y su pierna maltratada.
ZiTao había caído en una depresión, pero la superaría. Comenzó a recordar momentos con su novio, lo que logró hacer que éste tuviera una visión más clara de su pasado, para cuando ya había comenzado la rehabilitación por su pierna, de diez partes de su memoria, ocho ya habían sido restablecidas y todo iba mejorando.
Lo único que faltaba mostrar más mejora era la pierna de Kris. Si bien la cirugía había sido perfecta, el apoyo que necesitaba en sus ejercicios de rehabilitación era enorme, bastantes actividades y una fuerte ayuda psicológica sería el pilar para que todo volviera a la normalidad.
Tenían todo para la mejora física. Sus amigos lo visitaban y de este modo también podría revivir esa poca parte de memoria que aún seguía perdida.
YiXing les había pedido a todos los conocidos de BaekHyun que no nombraran nada con respecto a él. Todos se habían enterado de su muerte menos Tao y Kris, saberlo no sería recomendable después de la depresión por la cual ambos estaban pasando.
Nadie lo nombró, si preguntaban por él sólo decían que había regresado a Corea. Todos se mostraban felices, fuertes, no dejaron que los notaran tristes por la ida de aquel amigo.
Y así fue casi todas las semanas. Con cada visita Kris se notaba más motivado, y si bien a veces fallaba en sus pruebas de rehabilitación, todos lo alentaban hasta que al final del día podía lograrlo.
Todo marchaba tan bien. La relación de Tao y Kris se notaba aún más fuerte y los médicos estaban realmente satisfechos con el avance de la pierna de Kris, lo dejarían caminar totalmente independiente en unas cuantas semanas más.
—Tao… —susurra Kris mientras acariciaba el cabello de su novio.
—¿Hm? —murmuró el contrario que ya estaba a punto de dormir.
—Recordando todo, y pensando en lo que ha ocurrido últimamente, ¿cómo es que sigues a mi lado, cuidándome y aún queriéndome?
—Porque ni con un millón de caídas seré capaz de dejarte.
—¿Ni con un millón de caídas? ¿Qué caída es esta?
—La más reciente ha sido la caída número un millón dos —bromea—. Y siento que cada vez te necesito más y más…
—¿Cómo?
—Ah… —suspira y se acomoda frente a Kris—. Porque te amo y eres lo más importante para mí. Ya eres una parte de vida y arrancarte sería como perder una pequeña gran y significativa pieza de ella.
Kris guarda silencio. Tao había sido tan directo lo cual hizo que su corazón se sacudiera y encendiera. Cada palabra pronunciada lo volvía loco, amaba cómo se sentía junto a él. Cómo añoraba el amor que le entregaba, el modo en que lo cuidaba, la paciencia para estar con él hasta en los momentos más difíciles.
Charlaron un momento más, ambos adormecidos y acogidos por las palabras del otro, hasta caer dormidos. Hace un tiempo habían comenzado a terminar los días más exhaustos que antes, los ejercicios de Kris los agotaban a los dos y siempre necesitaban energía y por lo mismo se dormían antes de lo planeado. Podrían estar hablando y Kris se dormía primero, o Tao o simplemente ambos al mismo tiempo.
Pero si incluso sus conversaciones se acababan por la fuerza de Morfeo, era perfecto.
Si bien se equivocaban, discutían y tenían pequeños enojos, todo era perfecto.
Más perfecto que antes.