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El campamento Kyubi. por Katokakiari_Ai_Shiteru

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Notas del capitulo:

Expresiones: Diálogo normal - Pensamientos de los personajes.

Contenido: Ooc justificado, creo - Lenguaje malsonante pero poco -Explicaciones extensas y detalladas que pueden aburrir al lector o lectora - Donceles para nada afeminados - Violencia.

 

*PD: Este capítulo contiene Flash Black’s, que son recuerdos, y están en cursiva.

¡Disfruten!

 III

Hermanos

 

El viento helado traspasó la cazadora de color café que llevaba y se recriminó mentalmente por no haberse puesto algo más abrigador, instintivamente se encogió un poco. Su mirada negra resplandecía con las distintas luces de la ciudad, sus labios se encontraban un poco morados y sus pálidas mejillas eran adornadas por un ligero sonrojo. Aspiró el frío aire profundamente por la nariz y lo expulsó.

Se sentía, de alguna manera, libre. Por fin había salido de esa odiosa casa. Miró las calles poco transitadas y no se extrañó, es decir, ¿Quién andaría en la calle a las dos y media de la mañana? Afianzó el pequeño bolso en su espalda y camino lentamente, apreciando los distintos edificios y locales de la enorme ciudad. Tan diferente. 

Salir de la mansión le había costado más de lo planeado ya que tuvo que evadir las cámaras y los odiosos guardias. Se había colado por la enorme ventana y corrió por el enorme patio hasta que llegó a la impotente reja. Saltar no le costó nada e internamente agradeció al bastardo de su tutor.

Unos pasos lo trajeron a la realidad, giró discretamente su mirada y se encontró con un hombre que caminando atrás suyo, nada extraño, claro sin contar su apariencia que no dejaba mucho a la imaginación, ya que andaba completamente cubierto y más encima de negro.

Un ladrón– fue el primer pensamiento al verlo, se ergio lentamente preparado para cualquier acción sospechosa. Dobló en una esquina para ir a la estación de autobuses y si ese hombre lo seguía ya sería mucha la coincidencia.

Por su mente pasó rápidamente la mirada furiosa de progenitor y no pudo evitar reír levemente. Como desearía estar en ese momento para ver esa expresión cuando note su ausencia. Sería un regocijo para su orgullo, por todo lo que le hizo.

Sasuke sin saber aumentó el paso impaciente por marcharse de ese lugar hasta que paro toda acción al sentir algo duro posicionarse en su espalda.

–Maldición... –murmuró airado y apretó lo puños con fastidio–Lo que me faltaba –rodo los ojos y puso su cuerpo rígido, listo para darle una buena  paliza al ladrón.

–Vaya, vaya. Mira con lo que me encontré. –el aliento putrefacto del hombre se estrelló en su mejilla y Sasuke arrugó el entrecejo.

–Si no quieres que esa asquerosa mano quede inutilizable por el resto de tu miserable vida te advierto que la apartes. –advirtió con voz ronca, tan intimidante que el ladrón tembló y no por el frío.

La pistola se presionó más contra su espalda y Sasuke apretó los dientes, no debía hacerlo enojar pero era tan frustrante no poder estampar su puño en esa cara. Siempre tan débil, tan indefenso. Sus labios se fruncieron y de un rápido movimiento se dio vuelta y golpeó al hombre en el estómago. Causando que ante el repentino acto este jalará el gatillo de la pistola.

El estruendoso sonido resonó por todo el lugar.

–Hijo de puta. –su mano se cubrió rápidamente la herida por donde salía abundante sangre. El dolor era insoportable, sentía como escocia y ante el mínimo contacto dolía. Pero tenía que presionarla, si no quería morir desangrado.

–Pero mira lo que tenemos aquí. –la voz rasposa del hombre alerto a Sasuke. Este lo miraba de arriba y abajo, escaneándolo detenidamente, silbó sorprendido y se saboreó asquerosamente los labios– Pero si eres un lindo doncel. –sonrió con lujuria y Sasuke lo fulminó con la mirada –Esta noche me voy a divertir y mucho.

Parece que a la vida le gusta joderme... –pensó hastiado y apretó la herida al sentir un ligero ardor.

 

ooO*Ooo

 

Itachi caminaba por los desolados pasillos de la mansión, desde que Sasuke le había dicho esas hirientes palabras en dojo sintió su corazón agrietarse, de alguna forma, aunque sonará extraño. Esas palabras resonaban en su cabeza una y otra vez. La voz de reproche e ira.

No hagas a estas alturas el papel de hermano mayor, no te sale y nunca te saldrá.

Esas palabras eran dolorosamente ciertas, sabía que no podía autoproclamarse un excelente hermano y es más, no llegaba ni a hermano. Pero no podía suprimir los deseos de protegerlo, de hacerle sentir el enorme cariño que sentía por él.

Dobló hacía el pasillo izquierdo y entró a su antigua gran habitación que estaba ordenada pulcramente. Su vista revoloteó al enorme ventanal por donde entraba la tuene luz de la luna. Sus ojos se abrieron de la impresión al darse cuenta de que había luna llena. Y un extraño sentimiento de culpabilidad atacó su corazón.

Se acercó al baño de la habitación con un piyama en mano y entró para asearse y cambiarse. Cuándo ya estuvo listo salió con el cabello húmedo y unas finas gotitas caían por las puntas.

Los años le habían asentado muy bien, su cara ya era adornada por un aire más maduro, sus ojos negros dejaron de ser redondos y aniñados, con ese toque de curiosidad, para que se rasgaran y se volvieran más pequeños. Las ojeras en sus ojos habían crecido pero le hacían resaltar más su belleza. Su cabello negro lo mantenía largo y amarrado en una coleta baja.

Es claro que todos cambiarían con los dieciséis años transcurridos. Él ya se estaba haciendo cargo de las empresas de su padre y en veces se quedaba en la mansión para ver a Sasuke, para estar seguro de que nada le pasará pero era una tarea difícil ya que él se guardaba todo y sobretodo muy astuto.

Abrió las sabanas de la cama y se introdujo en la mudilla cama, en veces no sabía que era mejor; quedarse en la mansión o quedarse en su casa con su esposa. A los veinte años se había casado por obligación de su padre con una chica de estatus alto llamada Konan, la chica era amable, sí, eso no lo podía negar. Pero era frustrante verle la cara todos los santos días y cumplirle sus caprichos. Intentar llevar una relación donde claramente no había ni la mínima atracción. Y tener presión por darle un heredero a Fugaku.

Con suma lentitud cerró sus parpados y en unos minutos su respiración se volvió lenta y rejada. Se había dormido.

 

–Hermano…murmuró un pequeño Sasuke de unos siete años, sus ojos grandes y expectantes eran adornados por un brillo de curiosidad y astucia. Su cara era redonda y su nariz todavía pomposa. El brillo aumentó cuando logró verle la espalda.

Se le acercó al nombrado con una extraña mueca en su rostro. Itachi golpeaba un palo acolchonado con fuerza y rapidez, al oír la voz aniñada pero sería de Sasuke detuvo toda acción. Se giró y lo miró por unos instantes.

– ¿Qué pasó, Sasuke? –su voz cálida reflejaba confianza y el menor abrió la boca con titubeó.

–Y-yo… ¿Qué es ser mediocre? –Itachi se extrañó por la extraña pregunta, miró él pequeño cuerpo de su hermano y sin más se agachó para quedar a la misma altura.

Sentía que la pregunta tenía un doble significado, es decir, ¿Cómo un niño de siete años se enteraría de esa extraña palabra? Era fácil descifrarlo y todo esto llevaba a sus padres. La primera era Mikoto, la descartaba e inmediato porque simplemente ignoraba a Sasuke. Él otro era Fugaku y obviamente tenía que ser él, ¿Quién más si no? Y si por las dudas descartaba a la servidumbre, no se atreverían a tocar al hijo menor de la pareja Uchiha, no estaban tan locos para cometer ese acto. 

– ¿Quién dijo eso?. –el rostro de Sasuke se transformó en un mueca incrédula, a veces su hermano podía ser un adivino y eso le asustaba o simplemente era muy trasparente y eso sin duda lo enojaba.

– ¿Por qué me preguntas eso? Lo escuché entre los empleados. –mintió y giró el rostro con seriedad pero sus mejillas se colorearon sutilmente.

Itachi no pudo suprimir la lave sonrisa que se posó en sus labios, Sasuke se vía tan encantador cuando mentía y es más, no sabía ni hacerlo. Su hermano era muy orgulloso y eso que solo tenía siete años, no podría imaginárselo el cómo sería más adulto.

Borró la sonrisa y su rostro se puso serió.

–Sasuke–su voz salió con un tono de advertencia–Fue padre, ¿cierto?.

–…No. –bajó la mirada y apretó los puñosNo fue él, él no fue. ¿Por qué dices eso?.

–Solo era una suposición. –sonrió con tristeza oculta y trató de desviar el tema–Sabes que no debes mentir, mentir es malo. –alzó su mano y acarició levemente la mejilla de Sasuke con las punta de los dedos, un contacto tan suave como ser tocado por un pluma. –Si mientes te crecerá la nariz, tonto hermano menor. –su mano se desvió hacía la frente del menor y la golpeó con el dedo incide y de en medio. Sasuke frunció con molestia el ceño y corrió la mano, fulminó al Itachi con la mirada. Y este no se inmutó en lo más mínimo al contrario, se río divertido por las expresiones del menor.

–Eso es mentira, no crecerá si miento. Eso sería ridículo. –refunfuño y se cruzó de brazos– Además, tú ya tendrías la nariz larga con lo mucho que mientes, claro si eso fuera cierto. –sonrió burlón.

Itachi se sorprendió por la madura e inteligente respuesta, Sasuke verdaderamente era suspicaz. A pesar de ser solo un crio ya era como un, Adulto. Sus ojos se abrieron de la impresión, si seguían de esa forma Sasuke sería como él de antaño. Y eso lo aterró.

–…Yo no miento. –respondió ido. El silencio reino por unos breves segundos, Itachi ante el mutismo de Sasuke levantó la mirada y se extrañó. Ya que el menor miraba por encima de él con miedo e impresión. Nuevamente temió lo peor.

– ¿Qué crees que estás haciendo, Itachi?. –la voz severa de Fugaku se escuchó por el lugar, instintivamente Sasuke retrocedió con miedo y agacho la mirada. Su padre le daba miedo.

El nombrado se levantó  y suspiró con cansancio. No se iba a colocar nervioso, ya no más. Ya no era un crio y los nervios ya no lo iban a vencer. No iba a dejar solo a Sasuke, ya no más.

–Y tú. –apuntó de manera despectiva al menor, como si estuviera enfrente de basura–¿Qué estás haciendo aquí? Te había dicho que no te quería cerca de Itachi y menos cuando este entrenando o estudiando. –se acercó con pasos amenazantes y Sasuke quedo inmóvil, sin saber qué hacer o que decir.

–Padre…–Itachi habló con voz ronca de la ira y miró a su progenitor.

–Cállate. –lo interrumpió cortante, giró su mirada nuevamente hacia el menor. – ¿Acaso tu inepta cabeza no puede comprender eso? –un extraño escalofrió paso por la espalda de Itachi que miró a su padre sorprendido. Estaba haciendo lo mismo que hizo con Mikoto, su madre.

Sasuke se encogió, lo más que quería en ese momento era desaparecer de ese lugar. Hacerse tan chiquito y escapar de los penetrantes ojos de su padre. Pero lo que su joven mente no podía entender era, ¿Por qué lo trataba así? Lo despreciaba dese que tenía uso de la razón y no entendía, ¿Qué había hecho de malo? ¿Acaso su existencia era mala? Miró de reojo a Itachi, no lo iba a proteger. Y eso lo entristeció.

–Fugaku. –el silencio reino y el nombrado se sorprendió. Itachi nunca lo había llamado por su nombre. –Yo llamé a Sasuke.

El menor de todos abrió los ojos sorprendido, había mentido. Lo había protegido ante su padre. Un agradable calor se instaló en su pecho. Buscó con suspicacia la mirada de Itachi y lo que recibió lo dejo sin aliento. Él lo miraba enojado y fríamente, esa mirada lo asusto. Su hermano nunca lo había mirado de esa forma tan cruel, esa se parecía a la de su padre y a la de su madre. El calorcito en su peco desapareció y rápidamente se instaló un incomodidad y opresión.

¿Él era igual que sus padres? Pero si era igual a ellos, ¿Por qué no lo trataba de forma cruel?  Abrió los ojos sorprendidos ante la respuesta. Mentía. Todo era mentira. Por eso le había respondido de forma extraña cuando lo acusó de que mentía.

 Sus ojos poco a poco perdieron brillo y su expresión ya no fue de miedo, si no que la compuso sería e intimidante. Sintió como algo se quebraba y el dolor interno no tardó en llegar pero no lloraría.

Todos eran iguales. No lo querían. Y si no lo querían, ¿Por qué rayos había nacido? ¿Para qué ellos descargarán su odio contra él?.

 –Con permiso. –hizo un aleve reverencia, se dio media vuelta y caminó de manera altiva.

Itachi quedó mirando la espalda de Sasuke con preocupación, quizás no debió de dirigirle esa mirada. ¿Pero de qué otra manera lo podía sacar de allí sin que su padre sospechara? La falta de emoción en él lo preocupó.

Sus parpados se cerraron con dolor, sin enterarse de que esa mirada había cambiado todo. Todo el lazo se destruyó. Destruyó a Sasuke y de paso a él.

Porque las miradas dicen mucho y eso Itachi lo aprendió en carne y hueso.

 

Abrió rápidamente los parpados y respiró agitadamente, el sudor recorría todo su cuerpo que temblaba con una extraña sensación en el pecho. Se pasó la mano por la perlada frente y se levantó con rapidez al baño. Al llegar encendió la luz y se lavó la cara repetidas veces. El agua fría despejo su mente e hizo que el infernal calor desapareciera.

–Joder…–murmuró cuando levantó la cabeza y vio su reflejo en el espejo. Se acercó más y miró con atención sus enrojecidos ojos. – ¿…Qué mierda? –se acercó aún más y los miró con angustia. La negra pupila se encontraba dilatada y sus ojos se encontraban ligeramente rojos, de una forma casi alarmante. Apretó los parpados al instante. –Debe de ser el cansancio. –salió del baño se acercó a paso rápido a la cama, se sentó en ella y entrelazo las manos con preocupación.

Ese sueño, era unos de sus más tormentosos recuerdos. Ya que desde ese día Sasuke se distancio de todo, se volvió frío y arrogante. Desde ese entonces ya no lo miraba con cariño, solo con un profundo despreció. Se había convencido de que Fugaku le había dicho algo luego de que se fuera pero no. Entonces sin no fue Fugaku, ¿Por qué lo miraba así?.

–Agh…Maldición. –presionó la palma de su mano con sus ojos. Dolía como el mismo infierno. Le ardían, como si le hubieran echado ají en ellos. Otro punzante dolor se instaló en su pecho, miró con dificultad hacía la ventana y quedó absorto. La luna estaba en su máximo esplendor. Otro dolor y sonrió con una inusual ternura.

Sasuke.

Recordaba los buenos momentos que pasó con él. Le encantaba hacerlo enfadar y es que lo hacía con relativa facilidad. Unas cuantas palabras y el pequeño golpe en su frente eran suficientes. Y tenía a Sasuke como una gatito mojado y huraño.

Sasuke.

Orgulloso y prepotente, como ninguno otro. Su pequeño hermano con dieciséis años de edad. Como pasaba el tiempo. Como cambiaban las personas. La pequeña sonrisa desapareció poco a poco hasta que su expresión se volvió sería. El dolor del pecho y ojos seguían ahí, reclamando atención.

Sasuke.

¿Él estaría bien?, ¿Estaría es su alcoba?, ¿Estaría bien acobijado?, ¿Estaría llorando? La opresión en su pecho se agrandó, las palmas de su mano le empezaron a picar y se humedecieron por el sudor. Sus ojos revolotearon hacia la puerta y se mordió dl labio inferior. Sin decidirse.

Aspiró aire y su mirada se endureció. Lo iba a hacer.

Salió de su antigua habitación y caminó por los desolados y oscuros pasillos. Había olvidado lo escalofriante que era esa mansión de noche. Una agradable sonrisa surgió de sus labios, ya que hace tiempo, cuando Sasuke tan solo era renacuajo de cinco años le había descubierto su primer miedo infantil.

 

Era una noche de invierno, de esas noches que el frío te calaba los huesos mientras duermes. Ese día se había acostado temprano por el arduo enteramiento que tuvo, su cuerpo le dolía y necesitaba descansar. Se había acostado cerca de las cinco de la tarde y el frío ya se sentía presente.

Se removió inquietó cuando Morfeo lo quería soltar del mundo de los sueños. Gruñó molesto y se colocó de lado, cerró los ojos e intentó dormir nuevamente. Acompasó su respiración pero no pudo hacerlo. Lentamente abrió los ojos y sintió los parpados pesados, bostezó sin ninguna elegancia y se desordeno el cabellos.

Un gruñido de estómago lo despabiló. Tanteó su teléfono en la mesita de noche y cuando lo tuvo en sus manos se sorprendió. Eran las una y cuarto de la madrugada. Otro gruñido y él chasqueo la lengua. No había merendado ni tomado once y era normal que su estómago se sintiera vacío, más aún con la adolescencia y pubertad.

Se reincorporó y al levantarse lo huesos de la columna y rodillas sonaron escandalosamente.

–Ahg… –estiró su cuerpo y se dirigió a la enorme cocina con lentitud. Al llegar abrió el refrigerador y hurgó entre las numerosas comidas, latas y cajas. Un trozo de sabroso pastel llamó su atención y sin más lo tomó entre sus manos. Lo colocó en la mesa con un tenedor y encendió el  hervidor con un poco de agua.

Cuándo todo ya estuvo listo se hizo un café descafeinado, lo puso en una bandeja y se encaminó por los pasillos. Una brisa se estrelló contra su espalda y ahora que lo pensaba, hacía frío y mucho.

Un extraño sonido llamó su atención. Detuvo todo movimiento y sus ojos se centraron en la puerta. Sonrió inconscientemente al darse cuenta de que la habitación era de Sasuke. No se habían visto en todo el día ya que se encontraba muy ocupado estudiando o entrenando.

Otro ruido y eso lo alerto, ¿Habría entrado un ladrón? Descarto de inmediato la opción, la seguridad de la mansión era impenetrable. Con sigilo abrió la puerta y la oscuridad fue lo primero que vio. Dejó la bandeja en un mueble cercano y se acercó como un depredador a la cama. Dio un paso y cuando estaba a un metro de la cama, un hueso de su cuerpo crujió sonoramente.

La persona en la cama dio un respingón y se tapó hasta la cabeza con las tapas. Itachi quedó quieto, casi como una estatua. Y sonrió nuevamente, Sasuke se encontraba despierto.

Se vio tentado en asustarlo pero recapacito, ¿Dónde quedaba su seriedad cómo hermano mayor? Se acercó a la lámpara y sin más la encendió. Sasuke ni cuenta se dio ya que los plumones tapaban toda la luz.

–Sasuke, ¿Te encuentras bien? –por instinto el nombrado respingo y sacó rápidamente el cuerpo de las tapas. Sus ojos aniñados lo miraban con enojo y miedo.

–…Itachi. –susurró sorprendido. Su cara era casi redonda y su pequeño cuerpo ocupaba menos de la mitad de la enorme cama. El mayor no pudo evitar reír, se veía gracioso. –Eres un tonto.

¿Por qué? ¿Te dan miedo los monstruos de la oscuridad? –lo pico con maldad. Sasuke tenía cinco años y se enojaba con relativa facilidad.

–Hmp. –volvió el rostro al verse descubierto y un enorme sonrojo apareció en sus mejillas. Se encogió un poco cuando el frío ataco su cuerpo.

– ¿Tienes frío? –preguntó Itachi ocultando su preocupación con su voz sería.

–…No.-mintió. El mayor ni se sorprendió. Sasuke a pesar de su corta edad tenía un sorprendente orgullo y no dejaba que nadie lo tratará de forma amable.

Suspiró y se encaminó hacia el mueble en donde había dejado la bandeja. De reojo miró la habitación. Las paredes pintadas de un color neutro, ordenada, ningún juguete a la vista, libros en los estantes y escritorios. Se entristeció con tal solo ver la habitación. Sasuke no estaba disfrutando su niñez y ni siquiera empezaba.

Cuándo estuvo con la bandeja en mano se sentó en la mudilla cama y dejó la charola en la mesita de noche. Le acercó la tasa de café y Sasuke la tomó entre sus pequeñas y blancas manos extrañado.

–Para el frío. –le explicó calmado y el menor frunció los labios.

–Yo no tengo frío.

–Entonces es para que seas más fuerte. –intentó persuadirlo, Sasuke lo miró a los ojos y un extraño brillo aparecieron en ellos. Sonrió levemente mirando el café.

–Gracias…–un pequeño murmullo, casi inexistente salió de esos pequeños y finos labios.

Luego de terminar el café quedaron sumidos en un silencio. Sasuke dejó la tasa en la bandeja cuando algo llamo su atención, el pastel seguía allí. Tan llamativo y a la vista sabroso. Se relamió los labios inconscientemente al verlo.

– ¿Quieres?. –preguntó al verlo mirando el pastel casi con adoración. Sonrió al ver la ansiedad en el menor.

–N-no. –su expresión entristeció por milésimas de segundo.

–¿Por qué?.

–No puedo comer dulces. –dijo con simpleza y decepción. Itachi lo miró atentamente atrajo el pastel y lo posicionó encima de las piernas contrarias. Podía casi jurar que eso de ‘no puedo comer dulces’ era un absurda orden de su progenitor.

–Podemos hacer la excepción esta vez, ¿No? .

–P-pero padre…

–Vamos, que no le voy a decir a nadie. –y eso basto para que Sasuke se comiera el pastel con desesperaron. El sabor dulce empapo sus papilas gustativas. Un sabor tan extraño y muy delicioso.

Cuándo terminó de cómanselo Itachi recogió la charola y se alejó lentamente hacia la salida, cuando estuvo en el marco de la puerta escuchó un pequeño murmullo.

–Gracias y buenas noches, Itachi.

Eso basto para que el mayor sintiera su corazón latir rápidamente, su hermanito era una persona con dificultades para expresar sus sentimientos. Sonrió cuando un fugaz pensamiento pasó por su cabeza.

–Solo tengo que darle más pastel para que sea más expresivo, nada complicado.

 

 

El ardor en los ojos había disminuido pero la opresión en su pecho era dolorosa. Sus manos sudaron y pasó las palmas por el pantalón de piyama. Abrió con lentitud la puerta y se sorprendió al encontrarla sin llave. La empujó completamente hacía adentró y miró la habitación. Todo seguía tal cual, nada más que ahora en el escritorio reposaba un computador.

–Hm, ¿Sasuke? –llamó de forma audible pero nada. Se acercó a la cama y lo que vio lo dejo sin aliento. Estaba vacía. Giró su cuerpo tenso y se encontró con la puerta del ropero abierta, dio unos pasos. La ropa estaba revuelta y la que había era escasa. Casi ni una.

Se mordió el labio inferior con fuerza, ¿Acaso había escapado? Esa idea lo desesperó, ¿Y se había perdido en la cuidad? Eso lo aterro aún más.

–Joder, ¿Qué hago? –caminó hacia su habitación rápidamente y rebuscó entre el velador las llaves del auto. Cuándo las tuvo en mano las miró indeciso. ¿Sería buena idea dejarlo irse? ¿Y si e había pasado algo? Sus pensamientos eran un total remolino de confusiones. No sabía qué hacer. Apretó las llaves entre sus dedos y exhaló apresuradamente aire.

Lo tenía decidido.

 

ooO*Ooo

Él hombre sonrió con confianza y nuevamente se lamió el lamió el labio. Sasuke gruñó cosas inaudibles y frunció, si es que se podía más, el ceño. Sentía unas grandes ganas de arrancarle esa asquerosa lengua y dársela a los buitres. Como lo miraba, odiaba esa mirada. Dio un paso hacia atrás y el ladrón dio otro. Dio otro paso, otro y otro. Pero fueron seguidos por el hombre.

Miró hacia atrás y se dio cuenta de la vereda doblaba. Sonrió con superioridad.

–Ojala que te pudras maldito imbécil.

Y dicho esto dobló y se echó a correr como un loco. Sabía que había hecho algo imprudente porque escuchaba los pasos del hombre detrás de él. Lo escuchaba gritar. Y sabía que en cualquier momento podía disparar.

Jadeó cansado, la herida no dejaba de sangrar y veía el camino borroso. Escuchaba cada vez más los pasos cerca. Más y más. La adrenalina corría por su cuerpo y eso era lo único que lo alentaba a seguir.

Impotencia. Eso sentía. Porque cuando por fin se había decidido escapar de esa maldita mansión se encontraba con esa cosa que lo venía siguiendo.

–¡¡Para o te disparo!!. –Sasuke escuchó la advertencia pero no hizo ni el menor caso, al contrario aumentó un poco más sus pasos–¡¡Maldita sea!!.

Y luego se escucharon dos fuertes sonidos. El primero fue el disparo de la pistola. Instintivamente su sangre se helo. Y la segunda fue un fuerte frenada de auto, las llantas frenando rápidamente por la calle y el sonido de un cuerpo impactarse con algo metálico. Luego, silenció.

Sasuke se detuvo de inmediato, su pecho subía y bajaba con fuerza, su nariz se encontraba roja por el frío y con lentitud se dio vuelta. Lo que vio lo dejo sorprendido y sin aire. Con muchas ganas deseó que una bala lo matara en ese instante.

– ¡¿Te encuentras bien?!.

–Sí, definitivamente a la vida le gusta joderme. –habló con enfado y presionó con mucha fuerza su hombro. Instintivamente sus ojos negros taladraron a la persona.

– ¡¿S-sasuke?!

 

 

Continuará…

Notas finales:

¡Holas!

Subo el capítulo hoy, día jueves, ya que el viernes no voy a poder y ¿Cómo estuvo? (n.ñ) *Nerviosa al extremo* Jump ¡¿Les gustó o no les gustó?!.

Quise ahondar un poco más en Itachi en este capítulo, no lo pude evitar, ¡Lo encuentro tan guapo con aires de misterio y cariñoso a su manera! (*-*) Y por cierto me gustaron mucho los dos recuerdos que tuvo, Sasuke se veía tan tierno cuando era tan solo un renacuajo, me gustó esa palabra. (XD)  ¿Y a ustedes les gustaron los recuerdos? Espero que sí.

Nekoneblinadesol  – AnónimoAndromedaUchihaAlenaC.C.BKonata san

Muchas gracias, en verdad los apreció mucho y todo su apoyo y también me encanta saber sus opiniones por sobre lo que pasará más adelante. (=’3) ¡En especial lo último!.

Y una última pregunta, ¿Quién será el que gritó el nombre de Sasuke? Estoy entre dos personitas… ¿A qué no adivinan cuáles son? (XD)

*Actualización: Posiblemente el día viernes, por la tarde, 30 de enero del 2015.

*IV: Contrato. (Cambié los nombres de los capítulos ya que me había equivocado en el orden).

 

¿Un comentario para Katokakiari? (e.é) <3


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