Aquel luminiscente haz de luz, se ha interpuesto entre padre e hijo; dejándoles por un segundo cegados a ambos pelinegros, que ante el estallido de tan fulgurante lucero, espectadores se encuentran de lo que esta ante sus ojos, una voz conocida por ambos les llama en un exclamo que suplica su cese a las armas y reine de nueva cuenta la armonía entre ellos, la luz se va disipando y todo en un sepulcral silencio se ha quedado, los ojos del monarca se abren con gran sorpresa, a la vez que con un aterrador asombro, por parte de Yue, tal parece que se le ha ido el habla no puede articular palabra alguna y su cuerpo empieza a vibrar por el impactante suceso que acaba de presenciar.
El carmesí va impregnando a Molgrif creando surcos en su hoja, aquellos hilos escarlata se van escurriendo; cayendo gota a gota en las embravecidas aguas de un mar perturbado por la aplastante y desmedida trifulca suscitada por el Maou y Yan, Yue se cubre con la mano izquierda la boca ahogando así un grito de desespero mientras quiere desencajar su espada del hombro derecho de aquel al que tanto ama, de ese ser que le ha dado su amor sin medida, de aquel que le ha visto crecer y es su mayor orgullo.
La espada de Yue sigue férreamente incrustada hasta el humero de su víctima aprisionando en este su hoja que no parece querer ceder y salir del crujiente y sangrante hombro de su receptor, El Maou está con un rostro desencajado al ver como Molgrif atravesara de lado a lado la parte media del abdomen de este luminiscente ser, bañando su espada y sus manos con su tinta sangre, el receptor de dichos ataques antes de permitir que padre eh hijo terminaran matándose uno al otro a preferido ser su cordero, su presa, la ofrenda de ambos sables que llenos de ira y potente poderío estaban destinadas a aniquilar a su adversario, mas su cometido no fue alcanzado, siendo truncado por el cuerpo y la sangre de este que victimasen ambos guerreros.
Yuuri no se atreve siquiera a respirar, teme sacar del cuerpo de este su espada para evitar así que se desangre y muera en sus manos, tras el crujir de huesos al ser desprendida la espada de Yue es como un quejido se libera de la boca de su víctima, un leve gemido de dolor, tras un desahogando suspiro de descanso al salir de su cuerpo aquel pesado metal que potente le atravesó en un corte diagonal la cabeza humeral hasta legar a medio brazo, la sangre corría ligera por aquel brazo, Yuuri y Yue bajan de las alturas con sumo cuidado de que este celeste ser no sufra mayor daño.
Al llegar a tierra, las aguas del océano se van calmando, las ennegrecidas nubes que invadieron la bóveda celeste se despejaron; dando paso a un cielo azul, aquella víctima no puede articular aun palabra alguna, pues el dolor que experimenta en su cuerpo es desbordante, con dificultad puede sustraer el aliento que le de vida a sus pulmones y de sustento a su cuerpo, se sujeta con su mano la herida hecha por Yue, mientras mira con enojo a ambos victimarios, haciendo de su dolor su fortaleza y dejando sin palabras al Maou y su hijo, inhala profundamente buscando fortaleza desde sus adentros, se pone en pie con algo de dificultad, y con una fortaleza y entereza que solo el orgullo Mazoku le ha caracterizado desde siempre, desincrustaba de su cuerpo a Molgrif, sacando un torrencial fluido vital de sus entrañas. El escarlata pintaba la tierra con su vibrante color, aterrando a sus espectadores al ver como la pérdida de sangre era tan desmedida y en pocos minutos de seguir así podría morir desangrado, Yuuri va presto a su amparo al igual que Yue, mas este ser de luminiscente esplendor mira a ambos con furia y de su mano aun con movimiento una dorada llama se presenta con un movimiento ascendente y descendente un par de espirales flameantes lo abrazan internándose en sus sangrantes heridas cauterizando su cortadas, tras un quejido más que eso pareciera un rugir desde sus adentros como el de un león. Cae de rodillas al charco de sangre y con su mano sana se sostiene mientras trata de contener el aliento y controlar su tembloroso cuerpo pues el daño fue grande. Ambos pelinegros se aproximaron un poco más a él cuando este les mira con el rabillo del ojo, un sulfurarte enojo se hace presente en este y de un rápido movimiento con la poca fuerza que aun habita en su ser, da un rafa gante golpe calcinan te, las lenguas de fuego que se expidieron de su cuerpo lazaron con su abrazante calor sofocante al Maou y a Yue tirándoles de espaldas dejándoles leves quemaduras superficiales en las manos y el rostro, mientras que su víctima y victimario les mira con gran recriminación e indignación, y reuniendo todas sus fuerzas se dirige a ellos.
Wolfram
--- ¡¡PAR DE ESTUPIDOS!!—
Yuuri
--- Wolfram… yo… perdóname amor yo, no se…----
Wolfram
--- ¡¡POR SUPUESTO QUE NO PENSABAS, IMBECIL, ESTUPIDO!!¡¿QUÉ DIABLOS ESTABAS PENSANDO CUANDO PRETENDIAS ATACAR DE ESTA MANERA A NUSTRO HIJO GRADICIMO ANIMAL!?---
Yue
--- M-Ma… ¡Madre cálmate por favor! ----
Wolfram
--- NADA DE QUE ME CALME, NI QUE OCHO CUARTOS, TU VAS A ESTAR CASTIGADO POR TODA LA JODIDA ETERNIDAD, O HASTA QUE YO DIGA, HIJO DESGOBERNADO, ¡¡¿¿CÓMO ES QUE SE TE OCURRE LEVANTARLE LA MANO A TU PADRE??!! ¡¡¿¿ESA ES LA EDUCACION QUE TE HE DADO ESTUPIDO??!! ----
Ambos pelinegros agachaban la cabeza tras las reprimendas a todo pulmón que el consorte real les infringía, sin nada con que replicar pues bien sabían que merecidas tenían tan duras palabras, sin mencionar que por lo general así era el rubio cuando se llegaba a enojar.
Wolfram
--- Den gracias al Shinou que me estoy muriendo de dolor que si no… ¡Les patearía el trasero de aquí hasta el otro jodido mundo par de bestias!. Estúpidos… Ahggg… si tenían que ser igual de idiotas que no controlan sus emociones, tarados, ¡¡NUNCA VUELVAN A PREOCUPARME ASI!! ¿¿Qué no saben que sin ustedes yo??… yo…---
El rubio ya no pudo seguir retando al par de morenos pues un nudo en su garganta se formo y todos los sentimientos encontrados se agolpaban en su pecho, impidiendo así que pudiera decir más cuando las palabras ya no pudieron salir, las lagrimas se abrieron paso brotando de ese par de esmeraldas que resplandecían con un destello dorado, con su mano se cubrió el rostro y les dio la espalda a ambos mientras comenzó a llorar sin control; pues el simple hecho se sentir que los perdía a ambos fue tan grande que el dolor en su corazón se incrustaba en lo más hondo, así como el coraje y enojo por ver como ese par, cegados por su enojo y rabia pudieron haberse matado entre sí, sin contar que ya arrastraba todo aquello que le rebelara su otro yo, aquel pasado tan tortuoso, y aquel rencor que albergara ese ser que sufriera en vidas pasadas por la injusticia de aquellos a los que ahora le debía su lealtad, todos las emociones se le venían al consorte real y lo único que atinaba era en llorar como un crio, rápidamente tanto Yuuri como Yue corrieron a su lado abrazándole entre ambos tratando de confortar a su querido rubio, por un lado Wolfram era consolado por su amante esposo quien le pedía una y mil veces perdón, y por el otro lado estaba su queridísimo hijo, quien avergonzado y preocupado suplicaba su indulto, pues nunca se perdonaría a sí mismo el haber lastimado de ese modo a su Madre.
Ambos mazokus de cabellos negros hicieron arder su Mayorku, restableciendo de todo mal al rubio quien fue sanando sus heridas, una conmovedora escena era esta, mas el momento hermoso seria arrebatado en pocos instantes por un estruendoso rugir de las bestias que liberadas de los adentros del mar emergían esta vez eran más grandes y poderosas que las anteriores, una enorme pata amenazaba con aplastarlos en un santiamén, los tres al unisonó saltaron escapando así de ser pulverizados por el tremendo Leviatán, de colosal estructura, sus movimientos eran lentos mas su poderío no tenia límite de su boca empezó a escupir lava calcinado todo aquello que tocaba.
Yuuri
--- ¡¡Yue!! Protege a tu Madre, yo me encargare de esta bestia ----
Yue
--- Si, yo cuidare de Madre. ---
Wolfram
--- ¡¿Pero qué leches se han creído?! ¿¿PIENSAN QUE SOY UNA DONSELLA QUE NECESITA SER PROTEGIDO?? ¡¡ESTOY TAN CABREADO QUE YO MISMO ACABARE CON TODA ESTA ESTUPIDES!!---
Yue
--- ¿¡Pero Madre!? ---
Yuuri
--- Por favor amor, deja que yo me encargó de esto, tu ve con Yue---
Wolfram
---¡¡ CLARO QUE NO!! ESTOY HARTO, HARTO DE TODO ESTO, ¡¡YA HA SIDO SUFICIENTE!!---
Un fulgor abrazaba todo el cuerpo del Consorte Real, iluminando todo su ser y dando un par de aleteos sus blancas alas lo hacen volar; hasta llegar a la cima del colosal Leviatán y alzando su mano una enorme bola de un dorado fuego es liberada, impactándose en aquella feroz creatura que rugía al ser carbonizada por el dorado resplandor, Wolfram repite aquella acción con los demás Leviatanes que estaban a su alrededor, haciéndolos arder en sus doradas llamas, sin dar tiempo a Yuuri o Yue para hacer algo.
Wolfram
--- Si tanto desean morir, yo mismo los llevare al infierno, de primera mano conocerán al Destructor---
Potentes centellas de fuego devastaron a los recién surgidos Colosos que amenazaban con arrasar a Shin Makoku, Yuuri y Yue mira sorprendidos y algo extrañados por escuchar de viva voz, que el consorte real se llamase a sí mismo “El Destructor”. Cuando este desquitase su frustración, tras tanta destrucción. Bajo a un claro, tratando de recuperar el aliento; Yue le alcanzó y después Yuuri. Se aproximaron a donde Wolf, quien en un dorado destellar de sus ojos intentaba con todas sus fuerzas el contener la furia de Sora, que a cada paso entre mas furioso se encontrase el Mazoku de fuego, mas ganaría terreno en su ser.
La paz parecía presentarse en tierras de Caloría, así como de las profundidades del mar dejaron de emerger los Colosales Leviatanes, Shinou desde su templo contempla todo con un rostro frio y serio, una mirada muy pocas veces vista antes por los mortales, el Monarca Original temía lo peor.
Shinou
--- Por fin ha despertado…---
Ulrike
--- ¡¿De qué está hablando mi señor Shinou?! ---
Shinou
--- El mundo tal y como ahora lo conocíamos acaba hoy querida Ulrike, el fin de nuestros tiempos empieza desde aquí…----
Ulrike
--- ¡¿Pero que está diciendo Shinou Heika?! ---
Shinou
--- Si, El Destructor despertó… También Yan regreso… Ni Wolfram o Yue podrán controlar a estos seres que habitan en sus adentros, pues la furia que llevan encerrada por milenios no tiene fin, un Tenshi al que le arrebataron todo, un Hijo que jamás pudo ver la luz del amanecer por ser arrancado del vientre de su madre, sin sentir el cálido abrazo de su padre, hay mucha rabia y cólera en sus corazones y aun mas. ----
Ulrike
--- ¡Shinou Heika! ---
Shinou
--- Pero eso no es lo que atormenta mi espíritu querida mía, sino el que viene tras de estos dos que han despertado, ese… ese es quien dará fin a este mundo---
Ulrike
--- Pero tenemos a Yuuri Heika, el nos…---
Shinou
--- Quien sabe pequeña… tal vez ni Yuuri pueda con este reto tan terrible---
¿A qué se refiere con ese reto el Gran Shinou? La pequeña sacerdotisa Ulrike por primera vez, ya hacía mucho; no sentía temor en su corazón, esa helada sensación de la desolación invadía sus pensamientos, mientras mira con angustia a su esfera que le muestra las 3 destellantes presencias del la familia real. El Shinou acaricia la frente de su amado Ken mientras este aun prosigue en los confines de la inocencia, baja su rostro hasta depositar en sus finos labios un tierno beso, el Monarca Original bien sabe que todo pronto podría llegar a su fin, y aun y a sabiendas de lo que vendrá, no puede intervenir en la vida de los que ahora moran este mundo, su momento de actuar ya fue. Aun y aunque pudiera, sus fuerzas hace mucho fueron rebasadas por el Vigésimo Séptimo Maou; Yuuri Shibuya, quien ahora recae la responsabilidad de proteger a su pueblo y no solo a este si no el porvenir de los que habitan ese mundo, Shinou mira también la esfera de cristal, esta le muestra el paradero de su querido primogénito, quien ahora combate y viaja a la vez en busca de un refugio para su amada Kasandra, mientras que Leviatanes aun dispersos por la tierra siguen asolando a su paso a los que se encuentran.
El equipo Alfa re direcciono su trayectoria, llevando a la princesa de Shimarron a tierras de Zurita, donde la Reina Greta la protegería, todo marchaba de acuerdo al plan; mas estaban lejos de imaginar que el destino de esta joven doncella no tendría un final feliz, aun y a pesar de estar en esos precisos momentos en brazos de su amado Andrew.
El capitán del escuadrón estaba feliz de poder salvaguardar la vida de su amada y mas que estaba siendo esta su compañera en su nave de combate, todo gracias a las nuevas reformas que hiciera en su momento Anissina, estaban próximos al puerto de Zurita cuando el radar detecta un movimiento poco inusual, de la nada y sin esperarlo un sonido se hizo presente, un silbido que se iba incrementando, y de repente la nave que iba escoltado al líder Alfa fue impactada por una inmensa bola de lava, Andrew volteo a ver a su lado derecho y ahí se asomaba una inmensa ala que tras un rápido movimiento creó una corriente de aire tan potente que le hiciera perder el control de dicho artefacto al joven Mazoku, Andrew pierde rápidamente el control de su vehículo y este se impacta en el mar, todo paso tan de repente que no dio tiempo a mas, Andrew solo alcanzo a ver como el agua entraba de golpe por el vidrio de enfrente y consigo los demás cristales a su alrededor se vencieron a la presión del agua, Andrew de su mano saco un potente disparo cargado de una gran energía blanca, saliendo a toda prisa de la nave, Kasandra se impacto contra el cristal lateral y perdió el sentido por lo que no logro salir de la nave al darse cuanta Andrew de tal situación intento seguir la nave que súbitamente caía en las profundidades, estaba muy próximo a alcanzar la y rescatar a su amada Kasandra, cuando desde las profundidades uno de los Leviatanes había mutado convirtiéndose en una extraña bestia marina, con sus grandes extremidades tomo la nave y la partió en dos, trituro todo lo que estaba en sus garras despedazando y haciendo explotar dicho artefacto, los ojos de Andrew se abrieron con gran asombro al ver cómo era destruida junto a su nave la persona a la que había decidido entregar todo su corazón, el dolor y la fuera del Primogénito del Rey legendario creció tanto que estallando en una rugido de agonía libero todo su poder de golpe,
Un potente estallido alzo las aguas de un profundo mar expulsado de este pedazos de la gran bestia que ahora simplemente había sido reducida a piltrafas, sale cual proyectil Andrew quien sigue encolerizado haciendo arder al máximo su Mayorku, siente como le arde la sangre por sus venas un punzante y penetrante dolor se va anidando cada vez mas y mas en su corazón.
Andrew
--- ¡¡Malditos, malditos los destruiré a todos!! ¡¡DESTRUIRE A CADA UNO DE ELLOS!!¡¡LO JURO!! ---
La rabia que sentía Andrew solo fue apaciguada un poco al exterminar a cuanto Leviatán tuvo a su paso no solo su amada Kasandra perecía ese día sino que todo su escuadrón cayo victima de dichas y colosales bestias. El Heredero al palacio del Shinou llego a como pudo a las costas mas estaba tan mal herido que cado desplomado, soldados que estaban centinelas en la costa le vieron y reconocieron le llevaron de inmediato a palacio donde fue atendido por los médicos del lugar, la Reina Greta y Lord Winccot no podían creer que tan noble guerrero haya sucumbido ante tan letales bestias pues conocían de antemano el inmenso poder que habitaba en el por ser hijo legitimo del Gran Shinou.
Andrew a caído en un estado de inconsciencia quizás por propia voluntad, puesto que siente que sin su amada Kasandra bien valdría mejor morir, desde lo lejos el Gran Shinou mira aquello con absoluta calma, mientas toma de la mano a su amado quien seguía preso de un profundo sueño provocado por el Rey original.
Shinou
--- Siento mucho lo que has pasado querido Andrew, pero… no se puede cambiar las cosas, cada quien tiene un camino ya marcado y no se puede escapar de lo inevitable, se paciente y valiente hijo mío, tu destino no es estar solo… mas esta no era la compañera que elegí para ti…----
Ulrike
--- Shinou Heika, parece que se han detenido los avistamientos de Leviatanes, ¡¿cree que por fin termino?!---
Shinou
--- Quisiera decir que si querida Ulrike pero, mucho me temo que es todo lo contrario ---
Ulrike
--- Tiene razon Heika, además aun queda tan difícil situación en Pacto de Sangre, aun no se ha decidido que va a pasar con su alteza ---
Shinou
---- Si, aun les faltan muchas pruebas que superar, pero… Tengamos fe en el mañana y en nuestro querido Maou ---
Mientras todo esto pasaba en costas de Caloría y en tierras de Zurita, en palacio los integrantes de la corte seguían aun divididos, las 10 familias estaban aun sin saber que deliberar, después del despliegue de poder de Wolfram y sus constantes metamorfosis no podían quedarse con los brazos cruzados era una latente amenaza tanto o más que los mismísimos leviatanes se decían, mas para quienes aman al rubio es indignante que sigan con ese pensamiento aun y cuando han sido salvados por la intervención de este en su momento, y sin estar presentes ni el Maou o el consorte real todo era un jodido caos ya no se podía tapar al sol con un dedo muchos guardias vieron como Wolfram se había transformado en un Tenshi y el rumor se esparció por el palacio así como por el reino al parecer la historia se repetiría nuevamente como lo que ocurriese con Sora.
En este mundo Mazoku parece no hay cabida para los Tenshi, aun y aunque este sea el consorte real, pero... si es así, ¡¿Qué pasara también con los hijos del Maou?! También son hijos de Wolfram y por ende son Tenshi, el estrés crese cada vez as entre los moradores de nuevo Makoku, su vida tal y como la conocían cambió radicalmente en cuanto aparecieron los Leviatanes y ahora también está la existencia de los terroríficos Tenshi.
Mientras esto ocurría, en tierras muy, pero muy lejanas en un mundo muy, pero muy apartado del Mazoku también se libraban férreas batallas donde no se daba cuartel a mas nadie, la desolación y devastación de los campos y las ciudadelas así como de los pueblos victimados por el paso de este devastador holocausto causado por las tropas del reino del Darckneess así como por el intento desesperado de los fieles guerreros de Dracon´s y Erandy.
El Rey Raiden junto a su amado consorte luchan incansablemente para salvaguardar la paz que parece se les escapa como agua entre los dedos, los envistes del enemigo han sido fortuitos muchos especulan que El Rey a perecido mas no se sabe a ciencia cierta si esto es verdad, el consorte fue a su aparo mas la duda se acrecentaba pues piensan llegara quías demasiado tarde y en otra parte del este vasto imperio El Rey de Erandy combate cuerpo a cuerpo con los enemigos buscando así como sus padres el libertar su pueblo y salvar el futuro de ese mundo y no sucumba ante las penumbras del Darckneess.
El chocar de los metales resonaba en las lejanías el carmesí se impregnaba en la tierra fértil, más ahora marchita por el fuego y acero bajo el yugo de una cruenta batalla que ferozmente se suscitaba en un pequeño pueblo de Plateros, un lugar en el cual se dedicaban a la orfebrería y artesanías, ahora los únicos rubíes que resaltan en este campo es el de la tinta sangre los combatientes que caen a los pies del fortísimo regimiento del rey Nathaniel, quien en compañía de su inseparable escolta Farell y sus leales soldados contenían y contrarrestaban los intentos de avance del enemigo.
Farell
--- Su majestad, por favor subid a vuestro corcel y partir de inmediato, llevaos a mi guarda y dejadme a estos bastardos que les he de dar fin, junto con los demás soldados---
Nathaniel
--- Eso jamás, mi deber el luchar codo a codo con mis amados soldados, quienes están entregando su vida por el bien de la nación, jamás me permitiría dejarles solos en un momento tan importante.---
Farell
--- No seáis cabezota su excelencia, y haced lo que os digo, nosotros no moriremos aquí el día de hoy, les alcanzaremos en el paso de Victorius cercas de Antares, y así seguir la ruta marcada---
Nathaniel
--- Victorius queda a media jornada a caballo, no puedo esperar tanto tiempo sin saber de vosotros, es demasiado tiempo, es mejor vencedles ahora mismo y viajar todos juntos---
Farell
--- Su excelencia, haced lo que os digo, no seáis necio ---
Nathaniel
--- No, no puedo… yo, no puedo dejarles son mi gente…---
Farell
---- Nuestro deber es mantenerle con vida y hacer que llegue lo antes posible donde su padre el Rey de Dracon´s, como soberano debe recordar cuál es su prioridad.----
Nathaniel entre estocada y embistes entre el sonido de las espadas al chocar y los enemigos uno a uno ir cayendo al piso, comprendió que las palabras de Farell llevaban razón y que se debía a su pueblo y si el perecía en una lucha sin sentido ¿Quién protegería su reino? Aun y a regañadientes el soberano subió a su corcel y junto a la escolta personal de Farell partió hacia Victorius y allí esperaría por sus demás soldados.
Una última mirada dio a sus férreos guerreros que siguen enfrascados en la lucha mientras el soberano de Erandy se alejaba a la distancia, una imagen cruzo su mente por una fracción de segundo, su amado Yue, un profundo dolor se incrusto en su pecho, un dolor tan grande y una angustia también, no sabía el por qué pero sentía que su amado Mazoku estaba pasando un terrible pesar.
Mientras tanto en las cercanías del reino de Darckneess, las tropas que aun pudieron mantenerse en pie después de una cruenta lucha sin cuartel han podido resguardar al Emperador y Soberano de Dracon´s mas este yace muy mal herido, recibió graves heridas y aun no le ve un fin o al menos una tregua para así poder recuperar los cuerpos caídos de tanto compañeros que fueron vencidos en la lucha, y cegadas sus vidas al igual que los que han quedado mal heridos, tal parece que el ejercito de las sombras no desea dejar títere sin cabeza, esto no es una lucha es una masacre contra el noble pueblo de Dracon´s, El Rey fue víctima de un sin número de lanzas, saetas y cortes de sables, el rey no podía soportar la masacre que hacia sucumbir a su loable ejercito por lo que se vio forzado en transformarse en el Dios Dragón del Trueno, utilizando gran parte de sus fuerzas para arremeter contra el enemigo, uso su cuerpo como poderoso escudo y aunque la gruesa piel del este era tan resistente como el acero aun y con todo esto los ataques continuos llegaron a debilitar y lacerarle a tal grado de dejar lo en precarias circunstancias. No puede regresar a su forma natural pues las heridas recibidas son muchas y el haber perdido tanta sangre en tan poco tiempo y aun queda el retirar una a una las saetas y lanzas que se le han incrustado mas por su endurecida piel es casi imposible el hacer tal labor para los guardias y galenos que le acompañan dado que es como querer desincrustar metal fundido en la mas solida roca.
Mientras tanto en camino a las afueras del reino de Dracon´s en el territorio de las sombras, la cabalgata frenética del consorte real es truncada por un ser no deseado aun mas el menos inesperado.
Kenichiro
--- Estas estorbando en mi camino bastardo, aparta de una vez tu vida de la de Raiden, el me pertenece, su vida y su muerte ---
Owen
--- No estoy de humor para lidiar con basura, déjame pasar de una puta vez ---
Kenichiro
--- No estás escuchando ¡¿Verdad?! Te he dicho que la muerte de Raiden está en mis manos, si es la única forma de separarlos lo hare, los separare de una vez, si no será mío no será para nadie ---
Owen
--- Deja ya de decir idioteces, apártate de mi camino no tengo tiempo que perder –
Kenichiro
--- En ese caso… Prepárate a ser recibido en el infierno ---
Aquel opositor que trunca el avance de Owen a conjurado alzando sus manos al cielo abriéndose con un potente haz de luz esmeralda cayendo de este una alabarda de doble cuchilla, el rubio de ojos verde vibrante mira con gran odio al consorte real quien le mira sin desmontar siquiera, los ojos platas de Owen destellan en un sulfurarte enojo y desespero, bien sabe qu e debe llegar a donde su amado, pero este imprudente se lo impide, la misión de Owen es llevar a manos de Raiden la poderosa espada celestial del trueno, solo lo Raiden puede poseer tan magnificente arma que pondrá fin a esta terrible lucha, mas los caminos qu e le llevan a donde el soberano de Dracon´s han sido truncados por ese guerrero dorado de ropajes esmeralda y negro, de un corte oriental.
Owen no a desenvainado su espada, a tomado en mano la lanza que crease en un rápido movimiento con su mano, resplandeciente, tan blanca y pura como el color de sus lunas platas, la escolta que le acompaña también se han puesto en guardia, y por ende los que venían acompañando a Kenichiro también estuvieron alertas al combate, en verdad que no tenía tiempo que perder el consorte real, por lo que inicio el primer movimiento abalanzando su corcel a toda potencia hacia aquel insensato que no movía ni un centímetro su equino que en un tono tinto como sangre estaba estoico esperando recibir en sus flancos el ataque, Kenichiro empezó a girar y girar su alabarda formando un potente tornado, los jinetes que estaban cercanos a él salieron volando, Owen no titubeo ni un solo segundo, al contrario dando un espuela so a las costillas de su corcel provoco en este que acelerara aun mas su paso.
El sonido de los cascos de tan poderoso equino resonaban a cada pisada Kenichiro esperaba aun si moverse, una mueca siniestra se dibujaba en sus labios esa mirada de superioridad que le dedicaba a Owen era el detonante que hacia hervir la sangre al oji plata, mas algo andaba mal, ¿Por qué no se movía?¿por qué no se preparaba para recibir el enviste de la lanza de Owen? ¿Qué era lo que le hacia sonreír con superioridad ante un panorama tan poco favorable? Cual quiera que se enfrentara cara a cara con un Tenshi no Herarudo, sabía que enfrentaba su muerte, pero este sujeto seguía sin perturbarse siquiera, además de que no solo se trataba de cualquier Tenshi, no era cualquier heraldo el que estaba en combate en ese momento, era un poderoso destructor de dragones, un poderoso Tenshi de milenios y milenios resguardando una furia sin control capaz de destruir el solo a este y a todos los que se le pongan en frente, el mismo espíritu combativo que habita en el alma de un Mazoku de Fuego, ambos rubios comparte almas, con el pasado de ese poderoso ser, el hermano de almas Mazoku a conservado la memoria intacta del poderoso Sora, y Owen a contenido dentro de la suya todo el odio y furia que creció y creció por milenios convirtiéndolo en un poderoso Destructor, ahora este oji plata esta apunto de enfrentarse a un ser que odia con todas sus fuerzas y aun y a sabiendas de Kenichiro que este le odia tanto no parece intimidarse ni un poco, el que oculte algo majo la manga a hecho reaccionar al heraldo que en un rápido movimiento a frenado el trotar de su bestia pura sangre y a lanzado con gran fuerza aquella lanza de luz blanca, Kenichiro separo la alabarda por la empuñadura y di un giro, un rayo negro envuelto en carmín partió en dos la lanza de luz, Owen entendió que esta no seria una justa batalla de nobles guerreros si no estaba enfrentando se a un portador del abismo, que con el rayo negro de las profundidades del Abis, se había armado para enfrentarlo.
Una batalla del bien contra el mal, Owen bajo de su corcel y retiro su capa que cubría una reluciente armadura dorada con detalles en ónix negro, de su s espaldas se desplegaron unas majestuosas alas doradas y su aspecto cambio, de un dulce jovencito de apenas 16 años se volvió el de un hombre mayor de larga cabellera plata de ojos almendrados y de rostro afilado, aun que aun con bellas facciones, su pecho resplandecía, y un pulso se hacía sentir alrededor suyo, Kenichiro sonrió complacido y también bajo de su corcel, y empezó a avanzar con velocidad a donde el heraldo quien sus lunas platas empezaron a tornarse en un tono más oscuro, casi negros, su voz cambio y no pretendía perder en ese combate.
Kenichiro
--- Por fin me muestras tu verdadero rostro, maldito bastardo. Hoy juro por Los amos del Infierno que he de enviarte a tu final---
Owen
--- Te espera una terrible desilusión, pues este no será el día en que un esbirro del inframundo, vencerá a un enviado de la luz ---
Kenichiro
--- Jamás perdonare el que me hayas robado el amor de Raiden ----
Owen
--- No digas estupideces tu lo dejaste, ¿recuerdas? Lo abandonaste, y te casaste con esa mujer, lo redujiste a una infinita soledad, yo lo salve de la miseria donde lo habías olvidado ----
Kenichiro
--- Mientes, mientes, él fue el que me fallo, el me engaño y aun así ¿esperaba que lo perdonara?----
Owen
--- Las cosas no fueron como tú piensas, nunca fueron así…---
Kenichiro
--- Basta!!! Yo debería estar gobernando junto a Raiden, y no tú… tu escoria inmunda ----
Owen
--- Hehehe pues como lo siento por ti, pero yo soy el único en el corazón del emperador Dragón y aun que te pudras de celos no va a cambiar ---
Las chispas que saltaban ente el choque de metal y metal resplandecían al calor de la batalla los dos no daban cuartel, ninguno de ellos pretendía ceder, Kenichiro usando magnificentemente las dobles cuchillas de su alabarda a voluntad las unía y separaba según le apetecía haciendo cambiar a cada avance, Owen y Kenichiro son rivales en el terreno amoroso, Owen gano en este el corazón del soberano de Dracon´s.
Owen no pretende perder el tiempo con todo esos reclamos sin sentidos su única prioridad es alcanzar a Raiden por lo que su semblante es recio y con aquel resplandor en su pecho tan latente envuelve su espada en un fulgor planito y comienza a conjurar poderes ancestrales en una lengua ya olvidada por el tiempo, su opositor retrocede un poco mas es tarde del ennegrecido cielo poderosas descargas eléctricas van cayendo una tras otra asestando en el cuerpo del oji verde quien con rapidez a formado un escudo en un tono carmín, la mirada de Owen es terrible parece que ha ideado algo que jamás imagino el que alguna vez estuvo a punto de ser el consorte real, en una poderosa magia conjurada por el Tenshi envolvió a Kenichiro encerrándolo en su propio campo de fuerza, al darse cuenta de tal treta Kenichiro intento salir de este usando su alabarda, mas fue imposible parecía haber sido preso de una hermosa joya color rubí, los soldados bajo el mando de Kenichiro al ver esto retrocedieron y huyeron al ver el poder de tan majestuoso Tenshi.
Kenichiro
--- ¡¡Maldito!! Sácame de aquí de una vez, sácame y enfréntate a mi bastardo ---
Owen
--- Importantes cosas están llamando me, que el estar perdiendo el tiempo con un insecto como tu ---
Kenichiro
--- Cobarde, eres un cobarde que huyes de la batalla, por temor a perder ante mi ----
Owen
--- ¡¡Ya basta!! --- al decir esto la furia de Owen creció y empuñando su mano la prisión que contuviera en sus adentros a aquel hombre de dorados rizos empezó a comprimirse más y en su interior poderosas descargas se impartieron por todo el cuerpo del oji verde, haciéndole gritar de dolor.
Owen
--- Créeme cuando te digo que si de mí dependiera el aniquilarte hace muchos años atrás ya habrías perecido ---
Kenichiro
--- Agghhh… q-que… que patrañas estás diciendo zángano… ¿si de ti dependiera? ---
Owen
--- Tu siempre serás un cretino egoísta, que jamás podrá alcanzar a comprender las cosas tal y como son, mejor mantente alejado de todo esto, cuando esto termine serás liberado, pero eso sí, muy lejos de aquí, y no te atrevas a volver ---
Kenichiro
--- ¿solo porque tu lo dices crees que te voy a obedecer bastardo? Tú no eres…aggghhh…---
Una poderosa descarga corrió por todo su cuerpo obligándolo a callar, con su magia Owen hacia levitar aquella prisión de rubí, en su interior Kenichiro está cayendo en la inconsciencia, mas aun no pretende darse por vencido, un trata con las pocas fuerzas que tiene el escapar, el Tenshi le mira con desprecio y de un revés lanza la esfera carmesí hacia los cielos y de este desaparece perdiéndose entre dimensiones Kenichiro cae vencido, su orgullo a sido mancillado y se niega a creer que perdió ante Owen una vez más, el Tenshi regresa a su apariencia dócil y tierna, y sube a su corcel, sus guardias lo acompañan y prosiguen su recorrido para reencontrarse con el emperador.
Silver
--- Mi señor, ¿puedo hacer le una pregunta? ---
Owen
--- ¿Qué pasa, cuál es tu inquietud? ---
Silver
--- ¿Por qué le ha perdonado la vida a ese traidor? Es más que obvio que usted pudo haberle vencido en un santiamén, de haberlo querido su excelencia ---
Owen
--- Porque si muere Kenichiro… Él… Él sufriría por su pérdida ---
Silver
--- ¿Él? ¿Acaso se refiere a?...---
Owen ya no dio mayor explicaciones y mirando siempre al frente prosiguió con su encomienda, el guarda Silver no comprendía lo que impedía a su excelencia el cosechar aquella vida con su espada, para él es más que inaudito el dejarle vivir, mas las palabras del soberano lo han dejado con una gran interrogante, se pregunta ¿Qué tan importante es este tal Kenichiro que hace que el gran y poderoso Tenshi no Herarudo detenga el filo de su espada y le perdone la vida? ¿Por que sufriría el emperador por la muerte de Kenichiro? ¿Acaso, es más importante este que el mismo consorte real? ¿Quién de esos dos pesara mas en el corazón de su majestad Raiden? Las dudas aun siguen surgiendo en su mente mas el camino hasta llegar con el emperador es largo, no pueden darse el lujo de distraer su mente en un momento como ese pues el enemigo acecha en cualquier vuelta, bajada o subida del camino, en cualquier pueblecillo o desolada finca, los enemigos del reino desean ver vencido el poder del Dios del Trueno, quieren hacer sucumbir en las tinieblas el reino de Erandy, Dracon´s y mucho mas.
En el campo de batalla Farell lucha cabalmente con férrea decisión imperturbable voluntad, sin ceder ni un solo espacio al enemigo, teniendo presente solo una cosa, volver a ver a su majestad Nathaniel y terminar con esa absurda batalla para que este vuelva a sonreír con ternura y le dedique esa dulce mirada que solo Nathaniel puede dedicarle, una sonrisa se dibuja en sus labios pensando en el momento que le vuelva a ver sonreír a su señor, cuando en eso, un intruso llega a su mente haciéndolo regresar a la realidad, el Príncipe Yue se presenta en sus fantasías y le arrebata a su adorado señor, a su querido Nathaniel.
La cólera se hace presente y se apodera de su mente, acesta con furia contra los cuerpos de sus enemigos su espada se estrellaba en los yelmos y armaduras de aquellos insensatos que nunca imaginaron de este tan gran poder.
Farell
---{{ Mal haya la hora en que ese mezquino e indigno príncipe de cuarta se le metió por los ojos a mi amado señor, ese bastardo solo le ha causado sin sabores, nunca lo ha sabido valorar, mi señor no puede seguir así, ese hombre cuando le vea en esta nueva forma lo sé, lo rechazara y le hará sufrir, jamás lo permitiré antes deberá pasar por mí que dejar que mi Rey sufra por su indecente prejuicio desazón, como te odio Yue Shibuya Von Bielefeld, te odio por no darte cuenta de la persona tan maravillosa que te estás atreviendo a robarme. Después de haber probado sus labios, de haberle sentido vibrar en mis brazos no pienso cedértelo, no te lo regresare, maldito Yue, no te daré a mi Rey}} ---
El leal comandante y escolta del ejercito de Erandy, su leal amigo, solo tiene en el pensamiento el arrebatar de manos del príncipe Yue la dulzura y tibieza del corazón del noble y gentil Rey Nathaniel y no pretende hacer que regrese a Shin Makoku, sea como sea y por los medios que sean pretende aprisionarlo en su ferviente amor y hacer que olvide a ese príncipe caprichoso.
Mientras que la batalla proseguía el férreo guerrero ideaba de qué forma conseguiría su cometido, sabe que será un difícil reto pues Nathaniel ama a Yue desde mucho antes de haberse comprometido mucho antes de que el mismo Yue se diera cuenta de su existencia el erradicar un amor tan profundo como este parece será un gran reto para oji rubí de piel canela y dorada cabellera, mas su determinación es grande y no piensa rendirse tan fácilmente.
Por otra parte el latente corazón del oji topacio sigue ferviente y aprisionado de un par de ojos esmeralda que no le abandonan en cada momento de su día a día, el rey aun y con la opresión de que su padre es presa de los terribles ataque del Darckneess y que aun su amada madre no ha llegado donde este y que en cualquier momento pudiera aparecer el terrible Malakai o alguno de sus secuaces y puedan victimar a el consorte real, su mente también esta constante en su querido prometido Mazoku, quien ansia volver a ver, volver a sentir su amor y pasión desbordándose poro a poro, beso a beso, mas las circunstancias en ambos reinos parecen una terrible pesadilla un mala broma del destino que los separa en un terrible combate sin tregua o cuartel.
Nathaniel sigue cabalgando, está por llegar al cruce de Victorius, en cualquier momento se verá el puente donde aguardara por el encuentro de sus leales soldados la escolta de Farell le acompañan siempre atentos a cualquier imprevisto, en esto están, sus caballos están agotados, y sus fuerzas están bajas, pareciera todo estar tranquilo por lo que han decidido desmontar y hacer guardia al pie del puente, piden a su majestad permanezca bajo el resguardo y cobijo de un gran árbol que en su tronco tiene un gran hueco, casi como una campiña creada exclusivamente para el Rey de Erandy. La Ceiba majestuosa que le ofrece resguardo y confort realmente pareciera le cobijase en sus entrañas para que tan noble y celestial visión descansara. Nathaniel confía plenamente en la guarda de Farell y en que pronto le alcanzara para seguir su camino, el sabe bien que debe aguardar y conservar todas sus fuerzas para la batalla final, el sueño se apodera de sus pensamientos hundiéndolo en un confortable ensueño, los Guardas que están al pendiente de su majestad no pueden evitar deleitarse con su presencia, su aspecto es un majar que alaga a la vista de piel tan blanca de rizoso tan rubios, de unos labios finos en un tono coral, de mejillas rosadas y esas largas y delgadas manos, a pesar de estar dentro de su armadura, el Rey luce frágil y dulce a los ojos de sus soldados q e son de una complexión más robusta y rustica, los hombres, divisan a la lejanía una gran escuadra a caballo, la luz del sol al atardecer le baña en un tono shedron, la guarda a reconocido el emblema de quien se acerca es el escudo de armas de Erandy y quien encabeza el destacamento es nada más ni nada menos que el gran Farell, todos llegan al lugar citado, desmontan y el capitán va adonde el rey, le han informado que su majestad descansa en los adentros de una gran Ceiba, por lo que se ha decidido hacer una parada y dejar que las bestias y los guerreros descansen, los mal heridos son atendidos mientras que otros improvisan un campamento otros más montan guardias por turnos, Nathaniel estaba tan profundamente dormido que no ha sentido cuando Farell le retiro parte de su armadura dejándole solo las botas y los puños, mientras que el yelmo y el dorso fue desprendido de su ser, también las hombreras y las faldas de metal de sus costados fueron quietadas, Farell con gran habilidad y delicadeza consiguió en un abrir y cerrar de ojos dicha presea, con ternura aparta del rostro de su majestad unos cuantos cabellos que le impedían ver por completo su belleza, no pudendo evitarlo más, se aproxima tanto a él que está a punto de besar sus labios, le mira con adoración a ese par de ojos que ahora cerrados están pero en sus adentros encierran a el par de gemas de un azul tan hermoso, el sentir el aliento de Nathaniel envuelve en un dulce hechiso a Farrel que arde en deseos de tomarlo y hacerle suyo, borrar de su piel cada beso, cada caricia creada y dejada por el indeseable Mazoku de ojos verdes.
Farell
--- Como deseo ser el dueño de vuestros sueños mi dulce, dulce Señor, estar presente en cada uno de vuestros pensamientos, que me busques solo a mi cuando te sientas en peligro o cuando os sentís feliz, que yo sea el motivo de vuestra dicha, de vuestra alegría, mi amado Nathaniel, no se por cuánto tiempo más podre contener estos sentimientos por ti, te quiero, te quiero solo para mí.---
Nathaniel
--- Mmm…Yue…ahh…. Yue te amo…---
Aquellas palabras que se escapaban de labios del soberano de Erandy le parten el corazón a Farell el cual siente hervir su sangre al escuchar de boca de su amado el nombre de ese indeseado Mazoku, abusando de la nobleza y confianza que le tiene el rey a su guarda le roba de tan puros labios un beso, el monarca que sumido en un dulce sueño, ha recibido aquel impuro beso, que corresponde pues en sus sueños quien le imprimía tan demandante entrega era su querido Yue, Nathaniel por inercia y sumido en la inconsciencia se abrazaba al cuello de Farell que le sujeta por el talle allegándole más a su ser y aprisionándolo más a su pecho, mientras aprovecha aquel momento de gloria que su querido Rey le brinda al sabor de sus labios.
Nathaniel, en su ensueño recibía de boca de su amado aquel demandante beso mas algo andaba mal, sus labios empezaron a doler y un sabor amargo empezó a inundar su boca, el repulsivo sabor le empezó a causar un escozor terrible, la realidad era que aun y víctima del sueño Nath reconocía quien era el único dueño de sus besos y que este que ahora lo aprisionaba en ese apasionando momento no era su querido Yue, un gran temor empezó a crecer al darse cuenta que alguien, uno de entre los suyos era quien le besaba, su mente regresaba del inconsciente y aunque ya estaba perfectamente despierto no quería abrir los ojos por no saber quien le besaba de esta forma, no quería saber quien le fallaba y faltaba a su confianza, mas el pobre Rey se enteraría de todas formas quien había sido este que le ha fallado. Después de fingir estar durmiendo termino aquel beso y quien lo aprisionaba en sus brazos lo fue dejando poco a poco, con gentileza lo deposito en un mullido lecho para que siguiera su descanso, un último beso casi solo un roce de labios y tras eso las palabras que helaro la sangre del noble quien al darse cuenta de quien le amaba no pudo sentir mas que terror e incertidumbre.
Farell
--- Te quiero tanto mi dulce Nathaniel, te quiero, te quiero ----
Nathaniel
--- {{¿¿Pero que ha sido todo esto?? Farell… Farell me a besado aprovechando el que estaba durmiendo, ¿Cómo ha sido capaz? ¿Que debería hacer? Si le aparto con violencia, lo dejare en evidencia ante los demás soldados y en un momento como este… No puedo dejar que pierda la valía y el respeto de mi gente, además es mi amigo… ¿Qué debo hacer? Yo amo a Yue, pero no quiero lastimar a Farell… ¿Qué debo hacer?}}---
Farell dejo al que creía su durmiente Rey quien desde hacía un rato había recuperado la conciencia, lo dejo en el interior de aquel hueco de la Ceiba y salió no cavia duda que para Farell fue la mejor recompensa después de haber regresado de la batalla, ¿qué mejor galardón podría entregar su majestad a su vasallo que la calidez de sus labios?
Mientras que para el monarca aquello había sido una de las experiencias más mortificantes de su joven vida hasta el momento escuchar como su leal amigo y fiero soldado le dice cuanto le ama, el saber que son robados sus besos cuando este duerme, de cierta forma le ha traicionado su confianza se siente dolido y consternado, su corazón sufre, pues ahora no sabe como deba reaccionar, es difícil ahora decir que confía en este con plenitud pues se siente bajo amenaza no solo por su seguridad personal si no porque podría llegar el alma de su amigo ser corrompida por el deseo mal habido de un amor no correspondido y le quiera tomar por fuerza, Nathaniel no es que tema a un ataque así, pues bien sabe que tiene todas las papeletas para vencer a este en cualquier momento, lo que teme es perder para siempre al que consideraba su mejor amigo.
¿Cómo tenerle confianza ahora a este que le ha besado mientras le cree dormido? ¿Cómo poder sentirse a salvo como antes, cuando el está cerca? ¿Cómo debe reaccionar ante el de ahora en más? El rey de Erandy está en una disyuntiva bastante complicada confiar en el aun y cuando le a traicionado o dejar de confiar en este y no solo eso perder a un gran amigo dado a esto. Nathaniel se gira y se encorva un poco abrazando sus rodillas el cansancio le vence una vez mas y cae en el sueño profundo, mas su intranquilidad le ha forzado a crear un campo de energía que nadie puede traspasar, los soldados se han quedado a montar guardia alrededor del gran árbol y en el interior una luminiscente luz azul destella, es como si el tronco de este gran árbol albergara en sus adentros una hermosa gema. Un topacio que resplandece en la inmensidad de la noche.
De regreso en Shin Makoku, la familia real regresa a Pacto de Sangre, después de haber exterminado con gran rapidez a los colosales leviatanes, Wolfram está muy agotado y lo único que desea por el momento es un poco se sosiego, van viajando en una carroza que llegara diligente desde el cuartel o mejor dicho desde los deteriorados cuarteles del escuadrón Omega, los demás soldados viajaban en caballos y carretas similares buscando el retorno y confor de su nació y un merecido descanso de todo aquello.
Cuando la caravana va ingresando a tierras de nuevo Makoku, las puertas de esta gran nación se van abriendo, debido a los Leviatanes s e tuvieron que alzar grandes murallas para proteger a los habitantes de Shin Makoku, cuando la carroza que transporta en su interior a la familia real va ingresando en el reino, los comentarios y chismorreos de la muchedumbre se escuchan como siseos resonantes en todo lugar, Yuuri, Wolfram y Yue estaban en su interior Wolfram dormía plácidamente en brazos del Rey y Yue lleva su mirada perdida completamente sumido en su tristeza, a perdido a su querido compañero de andanzas su leal Puchi y no está a su lado su prometido, mira de reojo a sus padres los cuales a pesar de pasar con grandes pruebas siguen juntos y se mantienen en pie el no confiando en el otro, siempre juntos, sonríe con melancolía y alza la vista buscando en el cielo de Shin Makoku el rostro de su pequeño Principito Don Perfecto, sonríe recordando al pequeño mas en eso un recuerdo fugaz borra aquel aspecto del gentil y dulce niño que adora tanto por el de un joven mucho mayor de belleza exquisita y de un físico delgadamente estético.
Suspira Yue y sin mucho afán voltea a ver a sus súbditos algo raro pasa, las personas que le miran le observan con recelo, con gran temor, Yue siente un terrible dolor en su pecho a causa de tal rechazo hacia él, está confundido, es la primera vez que su gente les hace una bienvenida de esta manera, el silencio va envolviendo la diligencia donde van llegando la caravana de tierras de Caloría. Solo se escucha las pisadas de los cascos de loso caballos, el girar de las ruedas de las carrozas al pasar con lentitud por la calzada principal del reino, Yue se siente inquieto y mira de reojo a su padre quien dormía también abrazando con gran amor a su Consorte.
En palacio, en Pacto de Sangre tal vez les espera una amarga bienvenida…
En tierras de Zurita un loable guerrero sufre la pérdida de su ser más amado, aquella de la que su corazón quedara prendado y quien ahora nunca más podrá sostener en sus brazos, con las terrible frustración de nunca haberle dicho apropiadamente lo que sentía por ella, sin poder probar de sus labios un tierno y cálido beso.
En el templo del Shinou, el rey original contempla todo sin decir nada solo aguarda por la llegada del tercero que esta por emerger, mientras que su amado mira con suma tristeza como las cosas se van suscitando de la manera más cruel, le duele profundamente el pesar de su querido hijo, pero parece que no puede hacer más por él, mira con recriminación a Shinou y este solo le dedica una mirada seria y regresa a observar el futuro de Shin Makoku.
En tierras de Dragones, el soberano sigua aun sufriendo de sus heridas y a la espera de reencontrarse con su amado Heraldo quien cabalga lo más rápido posible para llegar a su lado, y en el paso de Victorius dentro de un hermoso árbol de Ceiba un oji azul se protege de quien se supone debería protegerle.
El destino de nuestros personajes está pasando por duras pruebas, ¿estarán listos para supéralas?