Jongin masajeó un poco su cien con disimulo y cerró sus ojos intentando liberar un poco su cansancio, había sido un día muy ajetreado entre las entrevistas y sesiones fotográficas para su estrenado libro, aunque la culpa era solo suya, había estado acumulando reuniones aburridas y más carga a su ya apretada agenda para evitar pensar en cierta invitación que hace poco llegó a su correo electrónico. Eludiendo nuevamente aquella invitación peinó su cabello hacia atrás con la misma mano enfocándose mentalmente en lo que sería la última entrevista de la noche.
Una chica del staff le sirvió una taza café para aminorar la espera pero el fuerte y agradable aroma solo consiguió que su mente retomara aquel pensamiento.
Americano
Tomó la pequeña tasa entre sus manos y la acercó un poco más a su nariz para disfrutarla. Podía sentir los granos tostado de aquel café y también podía ver a cierta persona degustándola con pasión de la misma forma que enseñaba a un grupo de retoños las odiosas matemáticas.
No se había percatado del tiempo, ni que sonreía, hasta que alzó la vista y el periodista le miraba con paciencia.
—¿Listo para comenzar? — le preguntó sonriéndole amablemente.
—Por supuesto— sentenció dejando la taza a un lado y respiró profundamente.
—Bueno señor Kim, estoy consciente que el día de hoy ha tenido que soportar innumerables entrevistas, por lo que me he esforzado por hacerla un poco diferente—comenzó relajadamente y Jongin de pronto sintió que más que una entrevista aburrida, tendría una agradable conversación.
—Está en lo cierto y le agradezco por ello pero por favor solo llámame por mi nombre
—De acuerdo. Sé que esto se lo dirán a menudo pero también soy un gran admirador suyo, su estilo literario me parece muy interesante y refrescante pero a la vez muy maduro, alguien que le lee por primera vez debe pensar que se trata de algún veterano y déjeme decirle que la sorpresa es muy grata al descubrir lo joven que es
—Gracias
—Pero mi interés en todo esto se centra en sus primeros pasos como escritor, me gustaría que pudiera hablarme de la primera vez que Kim Jongin tomó un lápiz y escribió por primera vez....
Era una interesante petición y si era cierto que era la primera vez que alguien del medio le preguntaba de ello, con sus casi veintisiete años y más de cinco libros publicados, era casi un ícono de la literatura moderna, recibiendo incluso muy buenas críticas de la competencia extranjera, alabando su estilo de redacción y caracterización de los personajes, por su atrevimiento a temas considerados tabús en la sociedad y la forma racional pero sin dejar de lado el enredo de sentimientos para afrontarlos. Lo cierto es que Kim Jongin en este siglo no pasaba desapercibido pero toda grandeza necesitó un pie de inicio, una musa que le sirva de inspiración, alguien que en el momento oportuno haya creído en su talento y amor por lo que le apasionaba y Jongin lo tuvo y siempre lo ha tenido presente, solo que no había tenido la oportunidad de expresarlo.
—Bueno, comenzó en la primaria — relató recordando su vieja escuela, sus amplios y limpios pasillos, sus innumerables estudiantes y sus exigentes maestros—siempre me he caracterizado por ser callado, en esa época me costaba aún más hablar con alguien y debido a que mi padre cambiaba constantemente de ciudad por su trabajo, nunca pude hacer un amigo, solo tenía a mis libros, a mis momentos de silencio y soledad
—Entonces no era muy popular....—le comentó y sonrió avergonzado.
—No para nada, era uno de los niños que se aísla y no era notado por el resto de sus compañeros, hasta ese entonces...
—¿Y qué sucedió luego? — preguntó intrigado, la verdad es que hombre parecía un niño escuchando emocionado las aventuras de su abuelo y lo encontró adorable.
—En quinto año, llegó un maestro nuevo, era recién titulado y sería el encargado de nuestro salón, era jovial y enérgico, si presto atención al recuerdo de sus rasgos, podría decir que lucía como un gato montés, aparentaba ser más joven de lo que era, lo que hacía que lo viéramos como un hyung más.
—Con esa descripción, me recuerda a Marco de su segundo libro, alguien liviano y confiable, incluso puedo imaginarme su sonrisa.
—Pues bueno, ese era uno de sus encantos, este maestro realmente sabía cómo sonreír, hasta los más revoltosos de la clase le tomaron cariño, era alguien a quien no podías pasar desapercibido
—Por cómo habla, siento que fue alguien especial — y sí que lo era.
Jongin recuerda que el lunes de la primera semana de abril, el director llegó hasta su salón, les habló que su antigua maestra no regresaría, ya que su marido había sido trasladado a otra ciudad de urgencia. El resto de la clase parecía muy aliviada; la maestra Choi nunca fue muy cercana a ellos, su estilo estricto y anticuado, no caía con los ideales de alguien cariñoso y preocupado que la mayoría de los chicos de su salón tenían, por lo que al anunciarse la noticia que alguien nuevo llegaría, todos se habían olvidado de ella.
A lo lejos podía escuchar al director decir que era joven y recién titulado, pero él solo esperaba que todo eso se terminara pronto para poder seguir leyendo su libro de Moby Dick.
—Bien maestro pase, por favor —Jongin escuchó la puerta deslizase y al no oír comentario alguno alzó su mirada, comprendiendo porqué nadie decía nada.
—Hola a todos, mi nombre es Kim Minseok y seré su maestro a cargo a partir de ahora, espero nos llevemos bien— habló dejando al salón aún más impactado.
Su porte bajo, a comparación del maestro Wu de educación física le hacía lucir como un estudiante de secundaria, su rostro redondo y piel blanca provocó en las chicas de su salón tal admiración que incluso Seohyun, la chica más inteligente murmurara que era muy guapo, sin embargó él se quedó estupefacto debido a su inocente sonrisa, en cómo los pómulos se alzaban y hacían que sus ojos se achicaran adorablemente logrando que el presentado maestro luciera como un minino al cual él quería cuidar y proteger.
Cuando el director dejó el salón, todo se alborotó, el nuevo maestro les permitió hacer preguntas libremente y sus compañeros se tomaron la palabra muy en serio.
—¿Maestro, es cierto que es recién titulado?
—¿Cuál es el secreto para lucir tan joven?
—¿Maestro, qué le gusta hacer en sus momentos libres?
—¿Maestro, que música escucha?
—¿Será muy estricto?
—¿Maestro, cuál es su tipo ideal?
Y por muy estúpidas que le parecía las preguntas él las respondió todas sin quitar su felina y adorable sonrisa. Luego de la ronda de preguntas, el nuevo maestro dijo que era su turno de conocerlos, así que ordenó que todos se presentaran.
Comenzaron por la fila próxima a la puerta, uno a uno sus compañeros hablan cosas interesantes y de qué sentirse orgullosos mientras que él sentía que no tenía nada emocionante que contar. Recuerda que cuando más se acercaba su turno para hablar, sus nervios aumentaban, había pasado solo una semana desde que él había llegado a esa escuela y no esperaba tener que hablar frente a todos nuevamente pero él no podía negarse al carisma envolvente de su nuevo maestro.
— Hey— le llamó moviendo su mano desde su tarima intentando llamar su atención — eres el último en presentarte
Y tragó con dificultad, solo debía pararse al lado de su pupitre decir su nombre, si tiene alguna mascota y lo que más le gustaba hacer, nada del otro mundo, solo debía controlar sus nervios y no fijarse en la sonrisa del mayor.
—¿Maestro, es necesario?? Él no habla, ni cuando le pedimos dinero para el almuerzo — habló Chanyeol un poco harto de su actitud.
—Claro que sí Chanyeol, debo conocerlos a todos, así que guarda silencio, por favor— le habló cuidadosamente sin sonar irritado y luego se fijó en él — Bien, ¿y cuál es tu nombre? —le preguntó volviendo a su estado encantador nuevamente y Jongin se sintió enrojecer.
—Kim Jongin—respondió a secas desviando su mirada.
—Es un placer Jongin— le dijo— Dime, ¿tienes mascotas?
—Sí, tres poodles
—¿En serio y cuáles son sus nombres? —le interrogó sorprendiéndole su repentino interés.
—Monggu, Jjaggu y Jjangah — las nombró y el resto de la clase se rió por la peculiaridad de sus nombres y comenzó a entrar en pánico, ¿cuándo se terminaría todo?.
—Que nombres más adorables—le comentó siendo totalmente sincero y Jongin se concentró solo en eso, percatándose que el calor de sus mejillas se transportaba por todo su cuerpo sin razón—¿Y qué es lo que más te gusta hacer, Jongin?
—Leer —respondió y la clase volvió a reír pero estaba vez a jongin no le importó, porque el maestro le había sonreído solo a él y eso invalidaba las burlas del resto.
—Eres un chico interesante Jongin, gracias por presentarte— le dijo encantado y Jongin volvió a su pupitre con la sensación cálida llenando su corazón y era algo nuevo que le hacía sentir muy bien.
El maestro nuevo resultó ser todo lo que el salón había querido, por ello se había ganado el corazón de todos, incluyendo de los chicos de otros salones quiénes les envidiaban por tener un maestro tan cariñoso y preocupado. A pesar de haber llegado hace unas semanas, ya se sabía el nombre de todos y de vez en cuando les preguntaba, cómo estaban sus mascotas, sus actividades extracurriculares o sus abuelos enfermos. Claro, que no todo era tan bonito, ya que ese hombre encantador resultó ser maestro de matemáticas y era un poco estricto.
— ¿Entonces, el maestro que le ayudó era de matemáticas y no de lengua? — le interrumpió el hombre algo confundido.
— Si nos limitamos a su labor como docente, la expectativa no encaja, el podría ser muy perseverante en las matemáticas pero también era muy cuidadoso en motivar a sus estudiantes en sus áreas sobresalientes — explicó dejando al periodista más convencido.
—Es un maestro modelo
—En esa época era el mejor, nuestra clase pasó de ser la más revoltosa a la más brillante, los maestro se peleaban por tenernos como representaste en alguna convención o concurso, realmente superamos nuestras propias expectativas
—De seguro y tomando su figura, han de ser profesionales ejemplares actualmente
—Puede ser, ese maestro hizo tanto por nosotros que ya antes desde salir de la primaria teníamos decidido a qué dedicarnos y qué camino tomar, en su estadía hizo cosas imposibles...
—¿Podría darnos un ejemplo desde su punto de vista?
—Como mencioné anteriormente, no era muy bueno hablando, ni menos en las matemáticas... — comenzó a relatar nuevamente mientras su mente volvía a retomar aquellos recuerdos.
—Chanyeol, Sehun, Jongin a la pizarra— les llamó en voz alta recibiendo quejas por parte de los primeros chicos — nada de quejas muchachos, deben aprender a dividir con decimales — les habló seriamente mientras les pasaba a cada uno una tiza y les indicaba un ejercicio— Bien, les daré un minuto para que resuelvan el ejercicio como ustedes creen que se hace y luego, escogerán a alguien para que les ayude si se han equivocado, ¿de acuerdo?
—Maestro esto es imposible para mí, incluso mandarín con el maestro Lu es más fácil que esto — se quejó Chanyeol logrando que la clase riera y el mayor igual.
—Y eso que tampoco le entendemos nada—habló Sehun y Jongin no pudo estar más de acuerdo con ambos por primera vez.
—Inténtenlo, chicos. Les estoy dando la oportunidad que alguien les ayude después, cosa que no haré en el examen, así que esfuércense — habló serio y todos volvieron su vista al pizarrón temiendo por sus vidas.
123,87 : 0,448=
Era la división para Jongin, no tenía claro que si por desinterés propio o descuido no sabía cómo comenzar a resolverlo y se sentía apenado, luego que su maestro le dijese que era interesante le estaba dando una imagen totalmente errónea y decepcionante, ¿por qué no pudo ser maestro de lengua? Así le habría demostrado lo bueno que era en redacción y pronunciar palabras complejas.
—Tiempo—habló el maestro y los tres suspiraron derrotados porque apenas habían podido dividir los primeros números—vamos chicos, no se desanimen, ahora escojan un compañero para que les ayude y no puede ser la misma persona, así que Sehun y Chanyeol dejen de mirar a Seohyun— y la clase siguió riendo.
Jongin se volteó a la clase y miró a su alrededor, estaba convencido que nadie querría ser su compañero, desde que había llegado no había intercambiado palabra alguna con sus compañeros, así que encontraba algo injusto que por un ejercicio le dirigiese la palabra a alguien. No quería verse como un interesado, cuando la verdad era que apenas podía recordar nombres y controlar sus nervios al conocer a las personas.
—¿Jongin? —le llamó — ¿ya escogiste a tu compañero? — y negó nervioso —de acuerdo, ¿alguien que quiera ayudarle?
Y esa pregunta le hizo entrar en pánico nuevamente, era obvio que nadie respondería y lo comprobó con el silencio que acompañó al salón luego de la pregunta.
—Yo— saltó Kyungsoo sin quitar esa expresión neutra de su rostro.
—Bien, Kyungsoo, Baekhyun y Junmyeon pasen al frente ayudar a sus compañeros
El chico de cejas poblabas y estatura baja se acercó a él y comenzó a hablarle sobre correr comas, encontrar el divisor, restar y agregar la coma al final. La verdad es que pudo seguir sus indicaciones y resolver el ejercicio pero no dejó de estar sorprendido por su decisión, ¿en verdad él había querido ayudarle o era solo para quedar bien con el maestro?.
—Terminamos—le anunció el muchacho al maestro y este se acercó para revisarlo.
—Excelente, muchachos —les felicitó y luego puso su mano cálida en el hombro de Jongin— ¿Has entendido un poco como resolverlos? —le preguntó dejándole sin palabras debido a su cercanía por lo que solo atinó a asentir — Bien, pueden tomar asiento
—¡Baekhyun, se supone que tienes que ayudarme!
—¡Tú fuiste el tonto que me nombró, yo apenas estoy comprendiendo los decimales!
—¡Pero qué mal amigo resultaste ser!
—¡No es mi culpa que seas un retrasado!
—¡¿Quieres pelea?!
—Chicos, chicos. Basta o los envío con el prefecto.
Al terminar la clase, el maestro les dejó a ellos tres tarea extra para que practicaran las divisiones y si lograban realizarla bien tendrían puntuación extra como incentivo, eso si antes de terminar le advirtió a Chanyeol y a Sehun que no intentaran que alguien se las hiciese por ellos porque se daría cuenta en el examen y desistiría inmediatamente de ayudarles a subirles el promedio.
—Ok... —ambos mientras él pensaba que podría pedirle ayuda a sus hermanas para lograr la puntación extra.
—Bien, chicos los veré la próxima clase— y pensaba regresar a su pupitre para terminar de leer otro libro mientras el resto de sus compañeros se dirigían a la cafetería —¿Jongin, puedo hablar contigo un momento?
No dijo nada y ambos esperaron que los chicos cerraran la puerta tras de si.
—Me he dado cuenta que no hablas con nadie de la clase—comenzó algo preocupado y Jongin no sabía realmente que ocurría en su interior — sé que eres nuevo y sé lo mucho que cuesta adaptarse a un lugar pero trata de esforzarte, verás que no hay nada de qué temer
—Yo... lo intentaré... —dijo sonando ambiguo pero en su cabeza aquello era una promesa.
Salió después que su maestro y se compró una leche, escuchó un par de murmullos al otro lado del pasillo y divisó a Kyungsoo sentado mirando con indiferencia por la ventana mientras sus amigos Junmyeon y Jongdae parloteaban entre sí. Tragó con dificultad sabiendo que esa era una buena oportunidad para cumplir con la promesa silenciosa que le había hecho a su maestro, así que actuando lo más rápido que pudo para no arrepentirse, compró otra leche y a pasos gigantescos llegó hasta los demás.
Los chicos se callaron al verle y eso le hizo ponerse aún más nervioso, al no escuchar ruido alguno Kyugsoo se volteó hacia sus amigos encontrándose con su figura sintiendo a cada segundo que las fuerzas le abandonaban.
'Soy un idiota'
—¿Necesitas algo? — preguntó Jongdae algo fuerte y el saltó un poco de la impresión.
—No lo molestes— le dijo Kyungsoo parándose frente a él — su voz es algo ruidosa es por eso que nadie lo tolera — le comentó con la misma expresión neutra de siempre
—¡Oye eso no es verdad, el maestro piensa que soy gracioso!
—Como sea, nunca sabes cuándo callarte y ese es tu problema —continuó peleando con su amigo mientras Jongin se sorprendía, ¿en verdad eran amigos? ¿entonces porqué discutían?
— Si hablamos de problemas, el tuyo es mayor, eres un amargado...
—Hey, están asustando a Jongin— comentó Junmyeon para que detuvieran su absurda pelea y todos los ojos volvía a estar nuevamente en él.
— Lo siento, ¿querías algo? — ahora era Kyungsoo el curioso por su aparición.
'Trata de esforzarte, verás que no hay nada de qué temer...'
Recordando las últimas palabras de su maestro estiró su mano ofreciéndole una de las leches que había comprado pero Kyungsoo seguía sin entender su conducta.
— Gra-gracias por ayudarme hoy... — le susurró mientras escuchaba a Junmyeon y Jongdae chillar de la emoción.
'Sea sonrojado'
'Míralo que tierno'
'Y yo que pensaba que era más amargado que Soo'
'Quiero adoptarle'
Y los cometarios iban en aumento haciendo que sus mejillas se sonrojasen más de la cuenta.
—Ya basta— les cortó Kyungsoo— No hay de qué Jongin, puedo ayudarte cada vez que quieras en matemáticas, si tú me ayudas con lengua — le dijo aceptando la leche.
¿Eso significaba que había hecho un amigo?
—De-De acuerdo — y el muchacho le sonrió mientras su nuevo amigo bebía la leche.
—Hey, vamos rápido a la cafetería, quiero comer el especial del día — y de la nada terminó siendo arrastrado por Jongdae hasta la cafetería.
— Sin darme cuenta había hecho amigos, con solo dar las gracias y comprarle una leche, es simplista pero esos pequeños actos pueden significar mucho para las demás personas, eso fue lo que aprendí en ese momento
—Relatando todo este recuerdo, veo que muchos de sus personajes están basados en personas cercanas a usted
—Puede que ahora sea más hablador que ese entonces pero mi capacidad está aún limitada, viera usted el esfuerzo sobre humano que debo hacer para poder hablar en las entrevistas — se permitió reír porque era todo un ritual a seguir — así que aún me sigue costando conocer gente, solo hablo lo gusto y necesario para las ocasiones de trabajo, con mi editor y periodistas, por lo que construir un personaje a veces se me dificulta. Cuando ya no hallo cómo darle vida pienso en el pasado, en personas que me han marcado e imagino cómo serían ahora, bajo ciertas circunstancias y ambientes, es un ejercicio que desgasta pero creo que le da a los personales más libertad y el lector le es más fácil identificarse con ellos que con un personaje tan idealista
—Me quiero detener ahí, porque siento que algo tiene que ver con mi pregunta... ¿cuándo fue la primera vez que pudo tomar un lápiz y construir un personaje?
—Fue para el festival de primavera de la escuela...
Esa mañana como ya comenzaba ser costumbre, estaba con su nuevo grupo de amigos, Jongdae como siempre habla sin medirse mientras que Junmyeon trataba de calmarle pero sus esfuerzos eran en vanos, Kyungsoo le amenazaba cada tanto lo que hacía que riera sin parar porque el más ruidoso le imitaba a la perfección.
De lo divertido que estaba no escuchó la campana y el maestro ingresó al salón sosteniendo su ya tradicional café matutino que aromatizaba todo el ambiente.
—Chicos a sus lugares— advirtió y corrió hasta el suyo notando que este le miraba sorprendido pero luego sonrió aliviado de verle compartir con otros chicos.
—¡Maestro! ¿hay noticias del festival? — interrogó Chanyeol impaciente.
—Sí, Chanyeol, vengo con toda la programación — y la clase celebró— pero no diré nada si no guardan silencio— y todo el mundo cerró la boca haciéndole reír — este año, el tema es 'Dramatismo'— informó desenrollando el cartel con dicho nombre con un fondo oscuro.
—¿Eh?
—Cada clase deberá presentar una obra, la cual será juzgada por los profesores del departamento de lengua, el salón ganador obtendrá un viaje a Busan
—¡¿En serio?! — dijeron todos pero como siempre la voz de Chanyeol era la que más se escuchaba.
—¡Ese viaje es nuestro! — celebró Baekhyun confiado.
—Me gusta ver ese entusiasmo, ahora ¿qué obra presentaremos? — y ante la pregunta toda la clase comenzó a murmurar.
—¿Que deberíamos hacer?
—¿Romeo y Julieta?
—¡Hagamos 300!
—Esa es una película, idiota
—Chicos, chicos — llamó la atención de la clase — imaginé que esto sucedería, así que tengo un plan. Jongin — le llamó de pronto notando que todas las miradas se volcaban hacia él.
—¿S-si?
— ¿Podrías escribir una obra para nosotros? — le preguntó sonriendo pero en su expresión y palabras, habían mucha decisión, tanta que él creía que iba a llorar.
— ¿Una obra? — repitió el periodista sorprendido.
—Sí, la primera vez que escribí fue una obra, los estilos entre la dramatización y narración son muy distintos pero el fin es el mismo, contar un historia, reflejar emociones y construir personajes reales, fue un trabajo duro
—Pero, ¿cómo se sintió escribir por primera vez?
—Impresionante, fue algo mágico... aunque al principio nadie tenía fe en mi—
La clase estaba en un caos, algunos decían que sería mejor hacer una conocida y descargar el guión por internet, otros ya se resignaban a la idea de no ganar, entonces las ganas de Jongin se esfumaron tan rápido como aparecieron.
—¿Acaso quieren ganar o no? — preguntó el maestro.
—Sí pero Jongin... — habló Chanyeol pero luego se arrepintió.
—Hay otras formas de poder ganar, solo hay que pensar un poco más— le siguió Baekhyun, recibiendo el respaldo de gran parte de la clase.
—Que Jongin escriba una obra, me parece buena idea — habló Kyungsoo, llamando la atención de todos— si hacemos una obra popular corremos el riesgo en que otro salón la haga e independiente de la actuación siempre escogerán al que la ha presentado primero y los cursos superiores siempre abren los festivales, si Jongin escribe una obra, no solo será original, sino que ganaremos puntos extras de inmediato así que más oportunidad tenemos de ganar el primer lugar
—Pero Jongin nunca ha escrito una historia, ¿verdad Jongin? — le interrogó Chanyeol siendo algo intimidante.
—Independiente si nunca ha escrito o no, esta es su oportunidad, como la de muchos ¿no habían chicos entusiasmado con la actuación y el diseño de vestuarios? si dejamos el premio de lado, este es el momento en que pueden hacer lo que más les gusta por primera vez y divertirnos todos juntos, ¿qué opinan?— y no había mucho que decir, porque todo el salón chilló de la emoción y de acuerdo con sus palabras.
Junmyeon como presidente de la clase comenzó a anotar a los integrantes de los grupos de comisión de la obra, los que actuarían, los que confeccionarían el vestuario y la escenografía.
Jongin, por su lado ya comenzaba a crear una historia en su mente y al salir de clases corrió lo más rápido que pudo hasta el paradero del bus para tomarlo cuanto antes, apenas saludó a su madre y se encerró gritando que no quería que lo molestasen.
'Esta es su oportunidad'
Esa frase repercutía en su mente, antes nunca se le había pasado por la cabeza de escribir, cuando un libro no le gusta imaginaba una mejor trama y un personaje más carismático pero nunca se creyó capaz de tomar un lápiz y construir su propio mundo, sin embargo llega un adulto cualquiera con cara de bebé, planteándole a todo el mundo que sus pasiones y sueños eran alcanzables.
Le tomó toda la noche pero al fin la terminó, la imprimió orgulloso y la metió en su mochila de la emoción salió antes de su casa pero al momento de llegar al frente de la puerta del salón de profesores su inseguridad le abrumó.
¿No será muy infantil?
¿Debió darle otro final?
Quizás el clímax debería durar más
A lo mejor el beso entre Yunho y Boa no era tan buena idea...
—¿Jongin? — y cuando estaba golpeando su cabeza contra la pared el maestro de mandarín le sorprendió.
—Bueno días, maestro Lu— le saludó en mandarín.
—¿Buscas a alguien? — le preguntó— ¿Será al profesor Kim? me ha contado que escribirás la obra para tu salón, acaba de llegar, ven pasa— le invitó abriendo la puerta de golpe sorprendiendo a los que estaban adentro incluyendo al nuevo maestro.
—¿Jongin? — murmuró y no tuvo más opción que entrar.
—Buenos días— le saludó cohibido.
—¿Sucede algo malo? — preguntó preocupado.
— N-No... es sobre la obra...
—¿Tienes problemas para escribirla?
Y no respondió, solo sacó el montón de papeles impresos de su mochila y se lo dejó en su escritorio.
—¡¿Ya la has escrito?! — chilló sorprendido— eres realmente increíble Jongin, yo pensaba que te tomaría una semana— y la tomó para leerla.
—¡N-No! — ahora chillaba él avergonzado, no quería estar ahí para cuando la leyera, eso sería demasiado para sus nervios.
—Está bien, la leeré cuando te vayas— le dijo comprendiendo sus sentimientos.
Y pudo quedarse ahí de todas formas, viendo su rostro tranquilo, embriagándose con el olor de su café matutino admirando sin descaro su belleza pero era momento de irse, por más que ese cosquilleo en sus manos y ese calor en su pecho le dijeran otra cosa. Se inclinó aún avergonzado y salió corriendo a toda prisa hasta su salón con el corazón en la mano.
Al parecer ese calor en su corazón, era lo que los adultos llaman amor.
El tímido Kim Jongin, se había enamorado de Kim Minseok, su maestro de matemáticas.
Para la clase de matemáticas de esa tarde, el maestro había llegado emocionado con una copia para cada uno de sus alumnos, le incentivó para que la leyeran y dieran ideas de la escenografía y vestuario. Sorprendido por la algarabía de sus compañeros al leerla, suponía que a todos les había gustado.
—¡Woah, soy el malo, Yunho morirás bajo mi sable! — Chilló Chanyeol imitando los gesto de un pirata.
—¡No si yo lo impido! — Le siguió el otro chico simulando una batalla de espadas con el ancho guión.
—Creo que el vestuario iría bien con algo como eso... — escuchó hablar a Kyungsoo a su grupo encargado de confeccionar los trajes.
Más adelante veía a las chicas encantadas por los personajes y la historia de amor detrás de ella y a otro grupo planear cómo se vería mejor la escenografía desde cierta parte del salón.
Jongin, estaba en blanco. Jongin, no comprendía nada... ¿qué era eso que sentía su cuerpo?
—¡Jongin, Jongin! — le llamó Chanyeol eufórico que terminó por abrazarle — Gracias por hacerme tan genial, desde ahora, si alguien se mete contigo, solo llámame ¿de acuerdo?
—Idiota, el que se mete con él, eres tú— le retó Sehun.
—¿Jongin, este 'sin cara' te está molestando? dime que le rompa las piernas y con gusto lo haré—
—¡Voy a romperte las orejas si no dejas de llamarme 'sin cara'!
Y una nueva pelea se había formado en la clase, el maestro llegó para separarlos y los envió a sus respectivos grupos de trabajo pero Jongin estaba inmune a lo que ocurría a su alrededor, ¿realmente había hecho feliz a toda la clase? su sola presencia no era nada en ese salón hasta hace algunas horas y ahora, todos hablaban de su historia, de lo genial que era y que ganarían el primero lugar por mucho.
—Has hecho un buen trabajo y creo que has encontrado algo más que solo leer— le dijo el maestro agachándose hasta su altura.
Tenía razón, había encontrado algo en lo que creía se podría dedicar para siempre, además había encontrado una nueva forma de acercarse a la gente sin exponerse tanto, sin nerviosismo e inseguridades, podía dejar algo en ellos y ellos inspirarle a él.
Desde ahora en adelante así funcionaría su mundo.
—Escribir es la forma de acercarse a la gente... — repitió el periodista encantado con esa frase— debo decir que le encuentro toda la razón en ello, sus libros no solo tienen una historia que contar, sino también una nueva forma de ver la vida y lo digo como admirador— le dijo encantado.
—A veces es bueno ver otro punto de vista pero la gente últimamente no responde bien a eso, si la das cuando conversas, se cierran de inmediato, te ven como el enemigo pero ¿y si la leyeran como si fuese su vida? las cosas cambian, el mundo también, entonces ¿por qué no las opiniones? — terminó con esa pregunta en la que el joven periodista sonrió con orgullo, al parecer se sentía algo tocado con ello.
—Mi profesión se basa en lo último que dice pero replanteando mi corta carrera, creo que no he conseguido ese fin... — reflexionó
—Entonces, quizás es el momento de hacerlo— le dijo intentando transmitir aquella confianza que vio en los ojos de su maestro cuando le motivó a escribir.
—Lo más probable que sí, en esta vida hay que ser capaz de romper nuestras propias barreras— comenzó a citar
—Vamos una a una, solo así llegaremos al final — terminó él sonriendo al recordar una de más recientes frases favoritas.
Tuvo razón desde el principio, aquella no sería una entrevista más, sino una conversación agradable y reflexiva, una que le ayudaría a tomar una decisión.
Continúa...