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Mi ex novio es un idiota. por IGOTEXO

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Notas del fanfic:

EXO-L desde hace dos años.

Escritora hace unos 3 años.

ChanSoo shipper desde hace 1 año.

Escritora de ChanSoo fanfics desde apenas ayer.

Notas del capitulo:

Es la primera vez que escribo un ChanSoo, espero que lo disfruten tanto como yo he disfrutado el tiempo elaborándolo.

Me encantaría que dejaran su opinión sincera acerca de este pequeño proyecto que he subido.

Capítulo único. Mi ex novio es un idiota.

 

 

 

 

 

-¿Te encuentras bien, Kyungsoo?-Chanyeol se sitúa a mi lado y no hago más que alejar mi mirada de la suya.

 

-¿Qué necesitas, Park?-cruzo mis brazos por encima de mi pecho y sigo sin sostenerle la vista a nada. Espero unos segundos antes de que se escuche su voz llenando la pequeña sala.

 

-Tu ex novio es un idiota.-sentencia.

 

No puedo dejar pasar la oportunidad de sorprenderme y sonreír de soslayo mientras tomo una bocanada de aire y niego con la cabeza.

 

-Eso no es cierto.

 

Siento sus manos sobre mis hombros mientras me voltea y quedamos cara a cara.

 

-No lo defiendas.-me obliga a verle.-No lo defiendas mientras tus lágrimas caen poco a poco y no es él quien las seca.

 

Sus pulgares quitan todo rastro de lágrimas y me sonríe parsimonioso y yo no sé qué hacer con mi vida en ese momento.

 

Tal vez Chanyeol tiene razón y Jongin no ha sido más que un zángano en mi vida, quien disfrutó de mis besos y mis caricias, mis te quiero y mis te amo, sin darme nada a cambio, sin hacerme sufrir pero tampoco haciéndome feliz.

 

Yo me sentía lleno a su lado, sin embargo, me estaba quedando vacío poco a poco, sosteniéndome sólo de mi raciocinio de amarlo sin mañana y que el ayer se impregnara a nuestras pieles con locura.

 

-Lo amo.-sale de mi boca ese sonido que se resquebraja junto con mi dignidad, Chanyeol levanta mi rostro y sigue sonriendo tranquilo.

 

-Puedes llorar hoy y mañana, pero no toda tu vida, Kyungsoo, y menos por tu ex.

 

Dejo caer mi cabeza en su pecho aspirando su aroma a sudor mezclado con la colonia barata que utiliza, y mis lágrimas caen dolorosas, impregnadas de Jongin en cada una de ellas. No hablo ni gasto mi voz en susurros idiotas, Chanyeol sólo me abraza y sé que está con una sonrisa estúpida en su rostro, porque lo conozco y me conoce, y sabe que no me detendré hasta la mañana siguiente, maldiciendo una y mil veces en mi cabeza al idiota de mi ex, y eso es lo que le causa gracia en este momento.

 

-No rías, Chanyeol.-amenazo cuando escucho una breve queja y una risa.

 

-No estoy haciendo nada.-complementa y vuelve a reír. Le golpeo el pecho suavemente aún con mi rostro enterrado en su cuerpo gigante y él vuelve a la tarea de peinar mi cabello mientras su camisa se vuelve más húmeda.

 

Niego después de minutos y me alejo de él, limpio mis lágrimas y le miro serio, él vuelve a sonreír y yo suspiro.

 

-Mañana vamos a salir.

 

-No, Park.

 

-No te estoy preguntando, Do Kyungsoo.-toma mi mano y me levanta del sillón, me lleva a su habitación. Sé por experiencia y él también que hoy quiero dormir con él, porque lo necesitó ahí a mi lado, velando mi sueño mientras yo me comporto como un egoísta y dejo que acaricie mi espalda y sonría como tonto. Porque lo conozco y él a mí, y sabe que yo haría lo mismo por él.

 

Entonces cuando cierro mis ojos, no puedo evitar pensar en el tiempo donde conocí a Chanyeol, ese grandulón con sonrisa de psicópata y orejas de dumbo. Todos decían que el acercarse a él era una mala idea, así que aprendí a distanciarme de su mirada y sonrisa extraña.

 

Nunca le faltaba ser el happy virus del salón, pues de entre todos, el más feliz siempre sería Chanyeol, y no había alguien en la escuela que lo dudara.

 

Nunca le dirigí la palabra hasta el día en que su sonrisa no alumbraba como antes, y sus chistes malos ya no salían tan seguidos con la finalidad de aligerar el salón. Su sola existencia en su banca se sentía vacía y parecía que jamás Park Chanyeol volvería a ser la alegría infinita. Sus amigos habían desaparecido de su lado y lo que antes era Chanyeol, quedó como un mal recuerdo.

 

Entonces decidí levantarme de mi asiento y dirigirme a él al final de la clase.

 

-Park, hoy vamos a salir.

 

-¿Kyungsoo?-preguntó confundido. Durante los 3 años que llevábamos juntos en la misma clase, mis palabras nunca iban dirigidas a él, y las de él siempre eran sordas a mis oídos.-No me malinterpretes, Do, pero hoy no estoy con ganas de…

 

-No te estoy preguntando.

 

Y fue así que salí del instituto con un guardaespaldas que me doblaba la altura.

 

Termino de sentir unas manos recorrer mi espalda y sé que Chanyeol se ha cansado de estar despierto. Me volteo en su cama y quedo frente a su rostro donde me vuelve a sonreír y me niega con la cabeza.

 

-No me malinterpretes, Do, pero…

 

-Yo también estoy cansado, Park, duerme.-digo antes de cerrar mis ojos y entregarme a mi subconsciente.

 

Cuando despierto, reconsidero la idea de levantar todo mi peso y quedo inundado de bostezos y vuelvo a cerrar los ojos fingiendo sentir sueño y creyendo que mi cerebro está de acuerdo con ello. Pero no tardo mucho en darme cuenta que fingir ya no está en mis manos, que no es cierto que el mar azul y que Jongin no está ahí mandándome un mensaje de buenos días, para yo recibirlo con una sonrisa tonta.

 

Entonces es cuando mis ojos se abren de golpe, un golpe duro que empiezan a doler los recuerdos en un instante y las lágrimas están al borde del precipicio.

 

-Buenos días, Soo.-la puerta se abre rápida y es Chanyeol quien me mira desde el umbral con una sonrisa maniática. Y me doy cuenta que estuve a punto de llorar en su cama, no es un delito hacerlo, pero no puedo darme ese lujo ahora.

 

-No le encuentro lo bello a este día.-hablo con la voz chica y los cabellos alborotados, él sigue mirándome con su sonrisa y camina hacia mí con los brazos abiertos.-No esperes que te abrace, grandulón orejón.-vuelvo a taparme entero y siento su peso completo sobre mí.

 

Chanyeol es así, grande, orejudo, simpático, alegre, psicópata, maniático, analizador y pesado, muy, muy pesado.

 

No tardo en moverme para quitármelo de encima, y se escucha el golpe de su cuerpo en el piso, él vuelve a levantarse y me arranca las colchas haciéndome sentir desnudo y pequeño ante su inmenso cuerpo.

 

-Hoy vamos a salir.-dice con su voz profunda y me estremezco porque no quiero ser parte de su programa de caridad. Entonces recuerdo a Jongin y lo bien que me sentía al salir con él y la oportunidad de besarle los labios se me escapa en un suspiro.

 

-No pienso salir contigo.-digo arrancándole un suspiro y niega con su cabeza. Sin decir nada sale de la habitación y escucho que prende el televisor.

 

Es ahora donde suspiro yo. Él es frágil como una pluma y es tan sentimental que nunca acepta un no por respuesta, pero cuando se trata de mí, sé que siente las ganas de golpearme hasta dejarme inconsciente, guardarme en un saco y sacarme a pasear como su mascota personal. Pero no estoy de acuerdo con eso, no quiero salir, ver las nubes navegar el cielo mientras el sol irradia luz y que el viento golpee mi cara. No quiero sentir su enorme cuerpo junto al mío y que la vida se me pase en un siglo mientras la suya solo tarda un segundo.

 

No quiero verle sonreír y fingir que estoy bien, esperando que se trague la historia de que ya he superado todo lo que pasa. No quiero hacer nada eso, no quiero ni siquiera respirar con tal de que Chanyeol sepa que sigo vivo. No quiero hacer esto si Jongin no está ahí para descifrar todo de mí en un segundo, y me abrace y bese mis labios diciendo que entre nosotros no hay ningún problema.

 

Mis lágrimas caen de nuevo, siento su ausencia tan palpable que empiezo a preguntarme si mi vida sigue siendo mía o se la entregué toda a él. No basta que me acerque a Chanyeol, él viene a mí como si tuviera un radar sobre mí y siento sus brazos tomar mi cuerpo y acercarme a él.

 

-Soy patético.-digo tan sublime a la situación y me entrego al tiempo perdido donde las lágrimas caen una a una haciendo mis ojos arder.

 

-Sí lo eres.-sé que sonríe al decirlo y yo también lo hago.

 

Una vez arreglado, salimos del departamento y miro a mi lado, Chanyeol está ahí haciéndome sentir pequeño como siempre, pero me gusta que sea así. Que, aunque sea un malentendido, piensen que este idiota gigante sea mi novio y así no hay nadie que me quiera dañar.

 

Caminamos lento saliendo de la vecindad y después de varios minutos, llegamos al centro de la ciudad donde la gente corre, grita y sonríe a más no poder, porque son felices haciendo eso. Pero yo me estremezco al escuchar la voz de Chanyeol tan cerca de mi oído.

 

-Soo, hoy voy a demostrarte que tu ex es un idiota.-toma mi mano y salimos corriendo antes de que replique sobre su idea o su comentario hacia Jongin.

 

No es tarde para recordar aquella vez que susurró contra mis labios ese te quiero que marcó nuestras vidas. Jongin había sido parsimonioso conmigo. Él me gustó la primera vez que lo vi, y, aunque no estoy seguro, sé que yo le gusté la tercera vez que me vio.

 

El instituto estaba lleno de adolescentes hormonales ir de allá para acá. Yo sólo sostenía un libro en mis manos y trataba de llegar lo más rápido posible a mi siguiente clase. Es ahí cuando me tropecé con él, con su piel morena y sonrisa perfecta, él tomó mi mano entre la suya y me levantó de un tirón. Se despidió de mí y le agradecí con mi sonrisa antes de que desapareciera por el pasillo solitario.

 

La segunda vez que nos topamos fue después de descanso, todos estábamos al borde del colapso buscando el salón de la siguiente clase. Entonces volvimos a coincidir cuando un tipo más grande que yo me empujó haciéndome a un lado para pasar, tropecé con una mochila que estaba detrás de mí y caí en sus brazos. Él volvió a mostrar su sonrisa perfecta y volví a agradecerle con la mía.

 

La tercera no fue más una coincidencia, estaba buscando toda la semana toparme con él, pero mis intentos fracasaban más rápido que el idearlos. Sin esperarlo, caminé hacia el patio de atrás tratando de despejarme de su sonrisa perfecta, y si quererlo me encontré con él ahí.

 

Y el resto seguirá siendo historia, no quiero recordarlo ahora que estoy con Chanyeol haciéndome correr más de una cuadra. No sería justo para él tener que secar mis lágrimas cada vez que recuerdo el calor que me hacía sentir Jongin antes de que él decidiera poner fin a esta relación degastadora, según él.

 

Chanyeol paró tan seco haciéndome chocar con su espalda.

 

-Park, te pido que si vamos a correr, no pares así.-digo separándome de él y al ver el espacio que nos rodea, no puedo evitar sorprenderme.-¿Qué hacemos aquí?-preguntó enarcando una ceja sonando molesto.

 

-Vamos, el observatorio es genial.-él dice tan alegre que no puedo enojarme con él por traerme aquí.

 

Tomo una moneda y la deposito en los binoculares gigantes que hacen que vea la ciudad completa, y me alegro de estar aquí. Sonrío mientras miro las pequeñas casas a los lejos y siento la mano gigante de mi amigo posarse en mi hombro.

 

-Mi turno.

 

Dejo que pase él y me distancio un poco. Río al ver cómo tiene que agacharse un poco para poder mirar bien por el objeto, Chanyeol también ríe por lo vergonzoso que se siente.

 

-¿Sabes? Este fue el primer lugar a donde Jongin me trajo como nuestra primera cita.-confieso dándole la espalda y sintiendo de repente un frío por todo mi cuerpo. Tal vez la ausencia de mi ex ya está empezando a afectar más que a mi corazón solamente.

 

-Lo sé.-él dice seguro y su voz alcanza mi subconsciente abriendo algo nuevo en mí.

 

Me sorprendo al escucharlo, no se lo había contado nunca antes. Aunque es mi mejor amigo, hay cosas que guardo de mi relación y no le digo. No es porque no le tenga confianza, sólo que siento que los recuerdos son lo único que me mantiene vivo, y regarlos por ahí, me dejaría sin ninguno solo.

 

-Lo sé porque yo los seguí.-confiesa y yo me volteo para verle, su rostro está bajo y me acerco a él.

 

-Debí haberte contado.

 

-¿Y escuchar la historia cuando yo la presencié?-ríe y vuelve a levantar su rostro con su mueca psicomaniática.

 

No debería de dudar de mi amigo, pero siento que un día me matará con el objeto más sencillo que se encuentra en nuestro departamento. Sin embargo, así es Chanyeol y pedirle que cambie es pedirle al sol no salir de día; porque no tiene remedio, ni él ni su sonrisa espanta-personas.

 

No le cuestiono más y seguimos caminando por la orilla de un puente, empieza a anochecer, el cielo es de colores rosa, morado y azul pastel aún. Y en seguida sonrío porque Jongin tomaría mi mano, yo voltearía a verlo y nuestros labios encajarían perfectamente.

 

Pero él no está aquí. Y tal vez no lo estará más porque ha buscado la felicidad en brazos de alguien más. No lo culpo, no puedo. Es tonto, lo sé, pero si es lo que él quiere, no puedo retenerlo a la fuerza.

 

Mi ceño se frunce al pensar lo último y es que el amor eterno que juraba sentir por mí era más que falso. Trato de alejar esos pensamientos pero el saber que yo no tengo más su amor me hace sentir realmente estúpido por ese año que estuvimos juntos.

 

Sigo caminando despacio mientras Chanyeol admira alrededor, yo no puedo disfrutar igual que él aunque me sorprendo de algunas cosas. Caigo en cuenta de que se ha vuelto completamente obscuro el cielo y los faroles que hay en el puente se encienden poco a poco.

 

-Do, ¿estás bien?-me abstengo de contestar y me dejo tirar en la primera banca.

 

Este es el momento justo de sentirme patético con mi vida porque en este mismo lugar, Jongin me dio mi primer beso, el cual fue el más torpe del mundo aunque gracias a ese, llegamos a muchos más.

 

-Chanyeol, no sé qué pretendes con traerme aquí.-sé que él no tiene idea de qué le hablo, pero lo más racional que puedo pensar es que toda esta salida a la que me ha traído ha sido con la intención de recordar a Jongin.

 

-¿Kyungsoo?-escucho una voz reconocible y espero que al voltearme no sea quien estoy pensando. Pero no es posible que eso suceda, porque lo veo ahí, a unos metros de mí, acompañado de su nuevo amante, de su nuevo dueño.

 

Me estremezco en mi lugar porque me encantaría estar yo en su lugar. Ahora ya no es así pero cuántas ganas de que eso sea mentira.

 

-Hola, Jongin.-ya no puedo llamarle más por su apodo, no estoy en ese derecho. Chanyeol se posa a mi lado y sonríe.

 

-Creo que nunca tuvimos la oportunidad de hablar. Soy Chanyeol, el roomate de Soo.-se presenta ante los dos ajenos a nosotros. Nunca pensé que sucedería el día en que ellos tuvieran que encontrarse.

 

Chanyeol nunca conoció a Jongin y viceversa. No sé porqué, pero no quería que mi mejor amigo supiera de él, así que jamás le dije su nombre o algún dato sobre él. Mantuve la distancia entre ellos lo más que pude, pero no es fácil hacerlo por todo un año.

 

Sin embargo, con lo que acababa de descubrir, Chanyeol ya sabía quién era.

 

-Yo soy Jongin y, bueno, él es Sehun-apunta al chico a un lado suyo.-él es…

 

-Tu novio.-complemento yo con la mirada perdida.

 

Jongin y Chanyeol comparten unas palabras ante las que lucho no escuchar, porque no quiero recordar su voz. Así que antes de que pasen cinco minutos, se van y me dejan a solas con mi guardaespaldas personal.

 

Sigo sentado en la misma banca desde que llegamos aquí y Chanyeol se sienta a mi lado invitándome a recostar mi cabeza en su hombro.

 

-Pensó que era tu novio y no tu roomate.-me dice con tranquilidad y yo dejo que mis lágrimas caigan silenciosas.

 

-No eres mi roomate, tonto. Eres mi mejor amigo.-le digo y escondo mi mirada de la suya, no quiero destruir ahora mi imagen. Él ríe y asiente ante eso.

 

-Pero…me pidió que te cuidara.-él recuesta su cabeza sobre la mía y pasa un brazo por detrás de mí.

 

Su voz suena como el primer día que salimos para que se distrajera de lo que le agobiaba. Llegamos a un parque y le pedí que fuera sincero conmigo.

 

-Park, sé que no tienes que contarme si no quieres, pero, ¿por qué dejaste de ser el psicópata del salón?-él soltó una carcajada eufórica. Esa fue la primera vez que pude observarle bien después de tres años alejado de él a una distancia de cuatro asientos hacia atrás.

 

-Me caes bien, Kyungsoo.-me confesó en ese instante y yo seguí mirándolo fijamente para que no dejara de lado mi pregunta. Tomó una gran bocanada de aire y se alejó un poco de mí.-Mis padres fallecieron y tal vez tenga que dejar la escuela.

 

-¿A qué te refieres?­-fue ahí que me preocupé por él. Apenas lo conocía de un día y ya me caía bien. Y me arrepentí de hacer caso a los rumores que escuché sobre él antes de darle una verdadera oportunidad.

 

­-Tengo familiares lejanos, así que lo más seguro es que vaya a vivir con ellos.-su voz pareció partirse al terminar la frase y vi que su rostro se mojaba. Me acerqué a él y le abracé, sé que necesitaba a un amigo y yo quería ser ese quien le reconfortara.

 

Caminamos hacia su casa, se veía tan solitaria tanto por fuera como por dentro. Sabía de sobra que nadie le esperaba adentro, ni sus padres ni su hermana quien se había fugado hace más de cinco años.

 

-Me quedaré a dormir.-le dije y no esperé a que dijera que sí o no, me adentré a la casa como si fuera la mía.

 

-¿No vas a pedir permiso de quedarte aquí?­-me preguntó resignado con la decisión que tomé por mí mismo. Yo le miré y negué con la cabeza.

 

-¿Acaso parezco de las personas que piden permiso?-sólo escuché su risa resonar por toda la casa ante mi comentario.

 

Esa noche dormí con él, velé su sueño y le canté. Lo traté como un niño pequeño, aunque lo sigue siendo. Lo cuidé como un tesoro realmente valioso y lo es. Solo que sería siempre mi tesoro, ese que yo descubrí.

 

-¿Me vas a cuidar, grandulón?-pregunto sarcástico y él ríe. Me encanta escucharle hacer ese sonido, porque aunque es muy exagerada su risa, es una melodía que me hace reír por igual.

 

-Lo sé, no sé ni cuidarme yo solo y quiere que cuide de un pequeño ojón.-le pego en el pecho y él suelta una carcajada.-¿Qué? Es cierto.-me reprocha.

 

Vuelvo a acomodarme en su hombro y seguimos disfrutando de la noche.

 

-Soo, él es un idiota.

 

Dejo pasar unos segundos y me la pienso bien. Creo que es hora de aceptar lo que pienso acerca de Jongin desde que terminó conmigo.

 

-Lo sé.-contesto y sonrío.-¿Cuál es tu criterio de pensar eso acerca de él?-le cuestiono y me alejo de él para ver su rostro iluminado por la luz baja de los faroles.

 

-Él me pidió que cuidara de ti de ahora en adelante porque él ya no podrá hacerlo más.-le miro cuestionante, sigo sin entender el punto.-Él cree que no te he cuidado nunca, pero lo que él no sabe es que siempre he estado ahí para ti.

 

Nos sonreímos y me doy cuenta de que él es mejor que cualquier persona que he tenido a mi lado.

 

-Además…-agrega después de tiempo.-Jongin es un idiota porque ha dejado a la persona que muchos quieren a su lado. Tú, pequeño ojón, eres un fastidio pero tienes tu lado dulce. Y si él no puede ver que sacrificaste mucho tiempo por él, entonces no merece ganar una vida contigo.

 

Sonrío de nuevo y le agradezco en silencio. Nos conocemos tan bien que a veces las palabras entre nosotros están de más. Siento que me abraza y yo le correspondo porque aunque el contacto físico no es mi gran afición, no puedo negarle nada ahora.

 

-Park, si ya sabías de Jongin desde que empecé a salir con él, ¿entonces por qué me has traído a estos lugares?-le pregunto una vez que nos separamos.

 

-A estas alturas ya deberías de saberlo, Soo.-contesta seguro y me mira sonriente.-En realidad me gustas mucho-confiesa sin tropezarse en sus palabras.-y quería hacer nuevos recuerdos contigo. Hacer que cuando recordaras estos lugares, nos vieras a nosotros dos y no a ti y al idiota de Jongin.

 

Se me escapa el aire al escuchar su confesión. Tardo segundos en reaccionar, pero no puedo mentirme y no puedo mentirle.

 

-No me malinterpretes, Chanyeol, pero…

 

-Lo sé, Soo. Soy la última persona en la que te fijarías por obvias razones.-su sonrisa ya no es de maniaco recién salido del psiquiátrico; es de una persona normal y sé que está feliz, porque nunca le había visto sonreír así.-Pero…

 

-… qué se le va a hacer.-completo su frase y le sonrío igual. No puedo hacer más que eso por ahora.

 

Nos alejamos del lugar a paso lento y disfrutamos de la compañía del otro sin palabras. Él pasa un brazo por sobre mis hombros y me apega a él, yo no replico ni me alejo, quiero estar así con él por ahora, tal vez mañana no quiera ni verle la cara. Pero no voy a desperdiciar la oportunidad de mostrarle a todos a mi guardaespaldas personal.

 

-Oye, Soo…-llama mi atención y sigo con mi vista al frente.

 

-¿Qué pasa, Park?

 

-Si alguna vez te parezco guapo…-yo sólo sonrío por lo que se avecina a continuación.-y sabes que ambos estamos disponibles… bueno… Si ya no puedes resistirte a mis encantos, sabes dónde encontrarme.-me guiña un ojo y le doy un golpe mientras mi sonrisa se ensancha más.

 

-Lo pensaré, gigante.-ambos reímos ligeros de toda tensión.

 

-Pero hablo en serio, Kyungsoo.

 

-Yo también, Chanyeol.

Notas finales:

Ojalá les haya gustado^^ Sé que al final de cuentas Chanyeol y Kyungsoo no han quedado juntos, pero el final es meramente abierto para quien quiera imaginárselos más adelante.

 

Besos a quien lo lea y/o comente:)


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