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Amor Forzado por redangel

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Notas del capitulo:

aqui el siguiente capitulo mas pronto de lo que pense

Asique mi conjetura fue verdad, realmente hace bastante yo no era víctima, había tomado el papel contrario, escuchaba sin interrumpir cada palabra de Joshua, sonreí de lado al darme cuenta que en algunas de sus palabras había cierto resentimiento contra mí.

-          Una de las cosas que más me dolió fue escucharla decir que su corazón dolía más que el dolor físico que sentía en ese momento… ciertamente tú le enseñaste lo que era el dolor y el rencor a una niña que no superaba los 13 años, pero después de unos años dijo que te lo agradecía porque le abrió los ojos a lo que era la realidad, que sin ellos no sería realmente fuerte…pero con su compromiso pensé realmente que ella de alguna u otra forma te clavaria un puñal pero no fue así se concentró tanto en tratar de romper ese compromiso que lo olvido y de paso termino haciendo lo que tu querías- sonrió negando con su cabeza

-          Realmente cuando lo conversé con el padre de Sarah… sin duda supe que funcionaria, por las personalidades de ambas- dije tomando un gran sorbo de whisky

-          Aun así… aunque solo eso haya funcionado, todo lo que ha vivido no se puede arreglar por conseguirle una buena esposa…¿realmente sientes algún cariño por ella?- pregunto Joshua

-          Amarla… así… no, pero sin duda se ha ganado un poco mi cariño y su lugar como mi heredera, sin duda creo que sentimos lo mismo el uno por el otro-

-          Ya veo…- dijo pensativo- ¿Qué aras? Me refiero a que si de verdad no la quieres, ¿Cómo aras que las cosas mejoren?  ¿Cómo trataras de relacionarte? ¿lo intentaras?-

-          No lo sé… realmente quiero tener en mi vida a jazmín… pero ese es el requisito principal… no creo que ella me perdone, lo único que puedo hacer es dejarla tranquila y tratar de tener una mejor relación, una más respetuosa al menos… tratare de hablar con ella en unos días y luego de eso intentar dar algún paso, aunque sea al menos intentarlo, supongo que será mi momento de ser maltratado…-

 

Dos días pasaron de aquella cena, Jill había vuelto a su casa, su padre no había dado señales de vida y mejor para ella, pero alguien que no debería se había contactado con ella, era esa mujer, la había esperado fuera del colegio como acosadora y había pedido hablar a solas, al principio me negué puesto que esa mujer no tenía por qué meterse en mi vida, si quiere meterse con mi padre, puede hacerlo, no necesita mi permiso o bendición, mientras estuvieran lejos y no amenazaran su futuro, pero aquella mujer no parecía rendirse, por insistente había dicho que sí, que se verían al día siguiente a fueras del colegio.  Estaba algo molesta por la insistencia pero acabaría al hablar con ella.

Al día siguiente luego del colegio le pedí a Sarah que se fuera primero, que debía hacer algo antes de ir a la casa, que luego el explicaría lo ocurrido con mayor detalle. Camino hacia salida y observo hacia todos lados con expresión aburrida, de un auto se bajó aquella mujer para hacerle señas de que entrara, Jill suspiro y procedió a entrar al auto, la mujer condujo hasta un departamento, ahí ambas se sentaron y se miraron fijamente.

-          Lamento haberte hecho venir aquí e insistir- dijo disculpándose

-          No importa… solo di lo que tienes que decir… para que me vaya- dijo de mala gana

-          Sacaste el carácter de tu padre- sonrió  mientras inclinaba levemente su cabeza

-          No quiero que me digas lo que me han dicho mil veces- dije molesta cruzando mis brazos

-          ¿Cómo está tu mano?- pregunto preocupada al ver un parche

-          Bien no me duele- dijo Jill

-          Me alegro fue una fea caída…- dijo con un dejo de tristeza- escucha… sé que no debo ser bienvenida por lo que paso en la cena y todo lo que debes saber del pasado de tus padres y mío, pero  yo no quiero ser tu enemiga, ni hacerte sentir mal, quiero ayudarte…- Jill al escuchar aquello apretó los dientes y la miro con rabia

-          ¿¡QUÉ ESTAS DICIENDO!?- dijo enojada- ¿AYUDARME? No me jodas… si quieres estar con mi padre no es necesario tener una buena relación conmigo, con que no me estorbes basta- apreté los puños fuertemente

-          No es lo que quiero…- dijo levantándose de su asiento y caminando en dirección a la más joven, sin que Jill pudiera darse cuenta aquella mujer la abrazaba fuertemente, aunque al principio pillo de sorpresa a Jill, una vez que fue capaz de reaccionar trato de apartarla de ella con cierta desesperación- no sabes… realmente no sabes cuánto me duele pensar que la persona que quiero fue capaz de lastimarte tan profundamente, tu corazón y tu alma esta lastimada profundamente, tuviste que ver y sufrir por algo del cual no deberías,  te obligaron a ser fuerte y a esconder tus emociones…- lagrimas cayeron por los ojos de aquella mujer se deslizaron por mejillas y se dirigieron a la cara de Jill, quien aún más confundida, no sabía que decir-  yo te quiero… siempre estuve al pendiente de ti-

-          ¿qué? Pero si yo no soy nada tuyo…- dijo en un susurro- no lo entiendo… que quiere conseguir…-

Aquella mujer se separó lentamente de Jill y secándose sus lágrimas volvió a sonreír.

-          Que ustedes sean felices- exclamo Jazmín

-          Imposible…- miro el suelo Jill- es imposible que me lleve bien con el asesino de mi madre

-          Puede que el haya llevado a tu madre a una depresión profunda, pero al final quien tomó la decisión de suicidarse fue ella, él no la obligo, deja de culparte y de culparlo, no es más que una excusa para odiarlo y cerrar tu corazón, si vives en el pasado no vivirás el presente y no abra futuro para ti…- toco la mejilla de Jill y la miro con intensidad- deja descansar en paz a tu madre y vive tu vida como la verdadera Jill, sin remordimientos y sin un deseo de venganza-

-          Lo se… pero aun así no puedo perdonarlo… creo que todas mis emociones relacionadas con él se marchitaron… por mucho tiempo lo que me mantuvo de pie fue odiarlo y desear vengarme no tenía nada más…- sonrió con cierta melancolía- el no cambiara conmigo… yo no lo perdonare…-  me levante con brusquedad y me marche rápidamente me costó saber un poco donde estaba ubicada pero tome un taxi y me fui a mi casa. Me fui directo a mi habitación al darme cuenta de la presencia de mi padre, me desplome en la cama pensando en o que había hablado con aquella mujer, en un arrebato me había marchado sin saber realmente quien era, para Jill aquella mujer era un misterio al igual que su comportamiento. Me gire para mirar al techo y coloque mi brazo sobre mis ojos, suspire derrotada, esa mujer iba a meterse en su relación con su padre aunque ella se enojara mil veces. Demasiado por un día, sin duda esa era su conclusión, no era capaz de ordenar su cabeza, al cabo de un rato siente que alguien toca su puerta y alguien entra, sin duda la persona que menos esperaba, era su padre quien pedía permiso para entrar, lo que faltaba ¿ahora qué quería?

-          Jill podemos hablar…- aquel hombre sin duda había suavizado su voz, poseía una actitud más sumisa ¿enserio era su padre? ¿enserió esa mujer podía cambiarlo tanto? Una rabia interna la invadió, tenía ganas de golpearlo con fuerzas.

-          ¿Qué quieres? – dije de mala gana -no estoy de ánimo-

-          Necesitamos hablar de lo que pasara de ahora en adelante- exclamo cerrándola puerta tras de el

-          ¿qué? No me digas que serás un buen padre ahora… no me jodas- exclame levantándome de golpe   

-          No puedo ser algo que nunca seré… pero podemos tratar de llevarnos bien… sé que no te he tratado como se debe y…- no pude terminar un fuerte golpe en la mejilla lo había tirado asía tras chocando con la puerta, cayendo sentado. El por primera vez no respondió el golpe, se quedó mirando a un costado mientras se limpiaba la sangre que había brotado de un costado de su labio con su mano.

-          Me niego…- dijo en un susurro Jill, su voz se escuchaba temblorosa, apretaba fuertemente los puños y se mordía su labio inferior provocando que sangrara, muchos emociones luchaban por salir la más fuerte era la rabia, también estaba desilusionada- no hay necesidad de palabras lindas…- exclamo mirándolo fijamente- débil- le grito- mantente firme- lo agarro de la camisa, tirando algunos botones- no me decías… aquellas palabras mientras lloraba, por la muerte de mi madre- aunque tratara de evitar lagrimas salían traicioneras- si yo no pude quedarme con mi madre… tu…tu tampoco podrás quedarte con esa mujer- le espeto enojada, su cabeza empezó a dolor, miles de palabras empezaron a escucharse dentro de ella, no podía pensar en claridad, estaba perdiendo el control, la rabia la dominaba, levanto su puño y lo volvió a golpear con mayor fuerza, lo soltó completamente mientras se agarraba de la cabeza,  su padre la miro sorprendido, una vez cuando él era joven perdió el control, también se agarraba fuertemente la cabeza como lo hacía su hija, si es así, ahora él estaba en problemas, su fuerza era abrumadora, evitando otro golpe certeros dispuso a salir rápidamente de ahí, siendo seguido por su hija, quien trataba de golpearlo a toda costa. Debió suponer que en algún momento esto pasaría, ambos nunca fueron buenos con las emociones y después de todo es su hija.

Esquivaba los golpes y patadas que su hija le daba con algo de dificultad era difícil esquivarlos en el pasillo, debía bajar al primer piso y calmarla en el dojo. Retrocedió unos pasos y se giró para bajar las escaleras, pero su hija con una patada golpeo su pantorrilla, haciendo que perdiera el equilibrio, recibió otro puñetazo en la cara pero logro agarrar a su hija de su uniforme de deporte  y ambos cayeron por las escaleras. El primero en levantarse fue el, y después con algo de dificultad ella logro pararse para seguirlo atacando, era difícil esquivarla, daba giros golpeaba tanto arriba como la parte inferior de su cuerpo, también saltaba, era demasiado ágil, los bloqueos no funcionaban mucho, le costó pero al fin logro su cometido  la llevo al dojo donde podrían pelear tranquilos.

Jill trataba de controlarse, pero los fantasmas  de su pasado la estaban atormentando cada palabra que él le había dicho de niña se enterraban como un puñal  en su alma. Quería destruirlo con sus propias manos, no era justo para nadie, ¿Por qué él tenía que ser feliz? Mientras le arrebato todo a ella, su castigo era encontrarse con el amor de su vida, no era justo, ciertamente no.

-          No te perdonare aunque te disculpes- dijo mirándolo con odio

-          No pretendo disculparme, no tienes por qué hacerlo de todos modos- solo quiero paz entre nosotros-

-          El que quieras eso no acortara el tiempo en que pase herida- apretó los puños fuertemente, lo tomo de su camisa y empezó a golpearlo en el rostro y en su cuerpo, pero él no se defendía- en verdad no sabes nada de mí, de lo que tuve que pasar por tu culpa, no te are nada fácil, esa fue la promesa que hice frente a la tumba de mi madre, siempre te toca las cosas buenas, porque siempre tengo que sufrir yo…-  su padre pareció arrepentido al escuchar aquellas palabras- siempre me duele, constantemente me sangra el corazón, conocí lo que era el verdadero por ti, siempre… mire las familias de mis amigos y eran tan ajenas de mi… tu cara tu desprecio aunque no lo demostraba me dolía… ya no quiero más… ¡quiero a mi madre!- lo golpeo una última vez dejándolo en el suelo, lagrimas salían incesantemente, rodaban por sus mejillas, cuando ella se colocó arriba de él, estas cayeron en el rostro de su padre-  ¡DEVUELVEMELA!- grito alzando su puño en aquel momento Sarah entro y tomo el puño de Jill con la mano y con su mano restante la abrazo

-          Calma- dijo- tranquilízate amor mío, yo estoy contigo...- Jill comenzó a temblar y se demoró, ambas cayeron sentadas y ahí Sarah la abrazo fuertemente.

El padre de Jill la miro mientras se levantaba con dificultad, por primera vez había culpa y dolor en el, sin duda nunca sería capaz de arreglar las cosas con su hija, clavo un puñal demasiado profundo en el corazón. La obligo a crecer de un modo que hasta ahora le dolía, sus últimas palabras fueron un balde de agua fría, le obligo a sentir algo que no había sentido hasta ahora, sin duda le faltaría vida para compensar el daño que le provoco.  Salió del dojo dejándolas solas, observo a Joshua quien estaba cruzados de brazos apoyado sobre la pared de afuera. Lo miraba seriamente, pero paso de hablar con él, sin duda iría a otro lado para hablar al respecto de la proposición que le había hecho el día de la cena.   

 

Al quedarse solas, Jill se giró y abrazo a Sarah con fuerza, Jill aplico un poco de fuerza y tiro a Sarah al suelo, quedando encima de ella, la observó unos momento su rostro expresaba tristeza, luego la beso con desesperación, Sarah respondió  y la abrazo.

-          No me dejes sola- dijo Jill una vez que se separó un poco de Sarah

-          Sabes que no lo are aunque quisiera- con su mano toco la mejilla de su prometida- pero no lo are… te lo prometo-

-          Vamos a tu cuarto… necesito descansar- dijo levantándose

-          Vamos- dijo levantándose

Robín cayo rendida una vez que se acostó junto a Sarah, mientras la última le costó dormirse, sin duda su prometida estaba muy lastimada, le dolía verla así, quería ayudarla pero no sabía cómo, lo único que podía decir era estar junto a ella en aquellos momentos malos, pero sentía que no era suficiente, no sabía si podía ayudar a sanar su corazón.

Al día siguiente Jill tenía un mejor aspecto, su humor parecía haber mejorado, pero no lo suficiente, Sarah la miro y se acercó a ella y la beso varias beses en los labios, Jill quedo algo sorprendida y confundida por lo que hacía aunque no le desagradaba.

-          ¿Qué haces?- pregunto

-          Nada… te molesta- dijo sonriendo Sarah

-          No pero…- aun ella la besaba

Jill la tomo por la cintura y beso a Sarah con un poco más de pasión, ambas caminaban hasta chocar con la cama y caer, Jill la miro unos momentos y se sonrojo, Sarah la atrajo a ella abrazándola por el cuello,  Jill comenzó a besar el cuello de Sarah y a lamerlo, el momento cada vez se hacía más íntimo, pero algo las interrumpió de improviso.

-          ¡JILL!- la voz de aquella mujer poseía cierta preocupación, pero al abrir la puerta sin tocar, interrumpió un momento que avergonzó a ambas, pero fastidio a una- oh… lo siento- dijo sonrojándose y colocándose incomoda.

-          ¿Qué haces aquí?- pregunto algo enojada, mientras se sentaba en la cama

 

Notas finales:

gracias por leer n.n espero que les haya gustado el capitulo espero poder actualizar pronto


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