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Amor Forzado por redangel

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Notas del capitulo:

les traigo el capitulo dos de esta historia espero que les guste y lo disfruten 

Pasaron los días y me encontraba con mi padre discutiendo porque tenía que ir visitar a esa despreciable chica, tenía que hallar la forma de   escapar de este compromiso.

-          No iré tengo mucha tarea recuerda que ya estamos a finales de semestre tengo bastante que estudiar y hacer- le reclame mientras intentaba salir de su oficina

-          Es tu deber como prometida de Sarah el ir visitarla- trataba de impedirme el pasa

-          Y yo ya te dije que no iré y a ella tampoco le gustara verme, fue odio a primera vista es absurdo que nos hagan esto- por fin pude librarme pero me agarro por la cintura y me hecho al hombro

-          ¡OYE… SUELTAME! ¡¡PAPA!!- le reclame mientras lo golpeaba con los puños en su cabeza

-          Iras por las buenas o por las malas Jill- a cuestas me saco de la casa y me metió en el auto, cerro con pestillo

Mientras tanto en la casa de Sarah al igual que en la casa de Jill había discusiones, su padre también la perseguía por la casa para que se vistiera decente para la visita de su prometida.

-          Yo no veré a esa tal Jill-   corría por toda la casa tratando de escapar de su padre  era día sábado y quería descansar, estaba con pijama y despeinada.

-          Jill llegara pronto mas te vale que estés lista o estarás en problemas-

-          No lo haré- dicho esto corrió a la seguridad de su cuarto

Su padre miro a su hija esconderse en su cuarto y negó con la cabeza, que aria con su hija, no podía seguir de esta forma, sin decir que en los días que habían pasado no había dejado a su novio.

Al cabo de una hora  estaban frente a la puerta de la casa de Sarah, tanto Jill como su padre, el señor Butovich los invito a pasar amablemente y los tres se sentaron en la gran sala de estar, platicaron un poco en lo que la sirvienta le avisaba a su hija que habían llegado las visitas y que bajara.

-          Y… ¿Qué tal el colegio Jill? La última vez que supe de ti habías ganado el nacional en artes marciales y que tus calificaciones eran las mejores

-          Bueno… hasta el momento me entreno para el regional que habrá dentro de unos  meses  y ya estoy a finales de semestre así que me tengo que esforzar para tener otra vez el primer lugar y  ¿usted señor  Butovich que tal le va a su empresa?-

-          Muy bien gracias señorita pero ya que pronto seremos familia me gustaría que me llamaras por mi nombre “Joel”- sonrió el  hombre , en los años que la conocía nunca lo había llamado por su nombre

-          Joel…- pronuncio débilmente la muchacha

En aquel momento baja Sarah  y ambos hombres observan como Jill se pone tensa al igual que Sarah, observan como sus miradas se cruzan y se miran con mucho odio, Sarah camina con paso elegante y saluda al señor Ginovaef  pero ignora a Jill y se sienta junto a su padre, Jill solo observa a su prometida con actitud seria.

Ambos hombres se miran preocupados y niegan con la cabeza, miran a sus respectivas hijas y ven como se ignoran y el ambiente se coloca cada vez más tenso.

-          Hija ¿no vas a saludar a Jill?- pregunto el Joel a su hija

-          No- se cruzo de brazos  y miro a otro lado

-          Jill ¿no le preguntaras nada a tu prometida?- esta vez era el padre de Jill quien se dirigía a su hija

-          No tengo nada que preguntarle y ella no es mi prometida- ella también se cruzo de brazos y miro a otro lado

Ambos hombres miraron a sus hijas y llegaron a la conclusión que no avanzarían nada si ninguna de las dos ponía de su parte. Ambos se miraron y suspiraron frustrados.

-          ¿Quieres un whisky?- le pregunto Joel a su amigo

-          Si por favor-

Ambos miraron como sus hijas se miraban con odio por más de una hora y no cruzaban palabras, hasta que  Jill con su padre se retiraron.  Ninguna de las dos se despidió de la otra.

-          El lunes iras a la casa de los Ginovaef- le dijo Joel a su hija

-          No lo haré y no puedes obligarme- le dijo Sarah mientras subía a su habitación

-          No te lo estoy pidiendo es una orden-  pero su hija no respondió y solo se escucho el gran portazo

Era lunes por la mañana y ambas chicas se encontraban en clases por un lado Jill se encontraba de mal humor esperando la siguiente clase que le tocaba, se encontraba sentada con los brazos extendidos en la mesa  y su cabeza descansando en uno de ellos.

-          Te vez fatal pareciera que se te cayo el mundo- dijo una joven de cabello café claro casi rubio  de tez banca y ojos verdes, sin duda ella era Vivian  la mejor amiga de Jill

-          Peor que eso- resoplo frustrada mientras escondía su cabeza entre sus brazos

-          ¿Qué puede ser peor que eso?- pregunto curiosa, le interesaba saber que era lo que le acomplejaba tanto a su amiga, acaricio su cabello rebelde, para luego deslizar  sus manos por sus brazos y levantarlos y poder encontrar su rostro

-          Me han prometido con un persona malvada- soltó al fin dejo caer su peso en su amiga y la abrazo  

-          ¿Con un chico? ¿malvado? ¿por qué?- correspondió

-          Nuestros padres  lo decidieron así y si, es la peor persona que he conocido desde que me conoció no ha hecho más que putearme y mirarme con desprecio le odio y es mutuo y para rematar no es un chico es una chica-

-          Una chica…-se sorprendió de sobremanera- no pensé que tiraras para ese bando

-          No tiro para ese bando, estaba decidido antes que naciéramos- la miro enojada

-          Perdón, perdón- sonrió acariciando el cabello de su amiga

-          Me puedo mudar contigo amiga- Jill la miro con cara de cachorrito incluso refregó su rostro en el brazo de su amiga

-          Como  negarme a esto-  se rio un poco- así que te llevas mal con ella… pero por qué no tratas de hallar algo en común… como…  música, deporte o incluso el hecho que no quieren estar juntas-

-          Interesante idea pero si no salgo viva de ese ser perverso  quiero rosas azules para mi funeral

 

Mientras tanto en el colegio de Sarah ella se encontraba con su novio Sebastián, ella estaba acurrucada en sus brazos, ayer le había comentado su situación con Jill y ambos se encontraban desanimados.

-          mi padre no quiere que te vea, pero le dije que no te dejaría y mas por ella tendrá que entender que te amo a ti y no a esa Jill- se aferro fuerte a su novio

-          No te dejare tan fácilmente, yo igual te amo y luchare por ti aun que me enfrente a esa chica-  tomo el rostro de su novia y a beso

-          ¿Qué deberíamos hacer?- le pregunto a su novio

-          No lo sé ya se nos ocurrirá algo-

Al finalizar la jornada escolar ambas se habían dirigido a sus respectivas casas donde dentro de algunas horas le tocaba a Sarah visitar a Jill, así que Jill se cambio de ropa a una más cómoda y se puso a hacer su tarea mientras Sarah se cambio y fue por algo de comer.

-          Sarah ¿estás lista? – le pregunto su padre

-          Me gustaría que no, pero ya que- se resigno y se subió al auto

El padre de Sarah estaba en el patio fumando un cigarro mientras esperaba que su amigo y su hija llegaran, desde ayer una idea loca le había rondado la cabeza y necesitaba discutirla con su amigo, ambos sabían que la relación entre ambas jóvenes debía mejorar y pronto dentro de unas semanas se aria una ceremonia de compromiso oficial  de ambas y se les presentaría a la sociedad y no querían hacer el ridículo.

Sintió la puerta del portón abrirse y supo que ellos habían llegado, el en persona los recibió y los llevo al comedor de la gran casa, pero su hija no daba señales de aparecer, vio que iba pasando el maestro de Jill y lo llamo.

-          Joshua¿ has visto a Jill?- le pregunto

-          No  señor, debe estar en su cuarto últimamente ha tenido mucha tarea-

-          Ve a buscarla entonces- ordeno

-          No será necesario ya estoy aquí- apareció detrás de su maestro, en aquel momento estaba usando unos jeans ajustados una polera negra sin mangas y un poleron gris claro abierto. En su mirada se veía fastidio y apenas fijo su mirada en Sarah sonrió maliciosamente- hola Sarah- se acerco a ella con sus manos en los bolsillos, ambos hombres miraban expectantes a la situación, esperaban algún movimiento.

-          Hola Jill- saludo de mala manera Sarah

-          Les importa si les robo por unos momentos a mi prometida- sonrió de medio lado la tomo del brazo y se la llevo casi a rastras

-          Oye…¡SUELTAME!-le ordeno Sarah

Jill la ignoro y se la llevó de aquel sitio recorrieron varios pasillos hasta una parte de la casa que no se veía ningún alma, parecía tranquilo.

-¿qué me aras?- pregunto temerosa Sarah

-          ¿Qué te are? Buena pregunta…primero…- sonrió macabramente- te violare, luego te matare lenta y dolorosamente para luego descuartizarte con una moto cierra-

Sarah puso cara de espanto e intento zafarse del agarre pero no pudo, pero luego ese miedo paso a un enojo, al ver que Jill reía de buena gana, al parecer le había gastado una broma

-          Calma mujer- trataba de contener la risa- no te are eso…- se agarraba el estomago ya que de tanto reírse- ¿Qué clase de persona me consideras? Ni que fuera a arriesgar mi futuro por matarte-

-          Eres una idiota- espeto furiosa y le lazo un golpe en el brazo

-          ¡Auch! Duele calma… dios- al fin pudo controlar tu risa- te traje aquí para hablar sin insultos y esas cosas, mi punto es quiero un tregua-

-          ¿Una tregua?- repitió curiosa- habla…

-          Una tregua entre ambas… para romper este compromiso ya que tu has expresado de varias maneras tu odio asía mi y ya que es mutuo, me gustaría trabajar contigo para romper este compromiso y poder vivir nuestras vidas tranquilas lo más alejada posible.

-          Suena bien… ¿pero cómo?- pregunto Sarah

-          Em…etto…aun no lo se ya pensare en algo, hasta el momento llegue hasta aquí no creí poder hablar contigo sin pelear- se rasco la nuca

-          ¡¿QUÉ CLASE DE PERSONA ME CONSIDERAS?!- ante la pregunta de Sarah ambas rieron un poco tal vez no eran las personas que creyeron bueno no tanto

-          Bien sellemos esta tregua con un apretón de mano-

-          Está bien- estrecho la mano de Jill y en aquel momento apareció el maestro de Jill

-          ¿Qué hacen escondidas aquí?- pregunto curioso-oh… ya se… no será que es puro teatro ese odio que ambas sienten y hacen…- no pudo continuar que  Jill le había proporcionado una gran patada en su entrepiernas

-          Joshua eres un idiota y si hablas de esto te matare- le sentencio Jill  

En el salón en la cual las dos chicas habían abandonado, ambos hombres se encontraban hablando pero cada cierto tiempo miraban en la dirección en la cual se fueron sus hijas y trataban de escuchar algún grito o golpe, después de tanta resistencia a estar juntas en un mismo espacio en todas las visitas de la nada se habían ido y parecía tranquilo demasiado tranquilo.  Era el momento de plantear aquella loca idea que había tenido el padre de Jill

-          Joel… tengo una propuesta… a juzgar como se fue mi hija con la tuya tal vez piensen en algo para deshacer el compromiso u como las visitas no mejoran la situación se me ocurrió algo interesante-

-          ¿Dime ? tal vez coincidamos en la misma idea- sonrió de medio lado Joel

-          Que para su mejor convivencia tal vez sería mejor que una de ellas se mude con la otra al principio no les gustara pero con el tiempo acabaran aceptándolo y aprenderán a convivir juntas y a la larga será beneficioso-

-          Interesante propuesta, ¿sabes?… te iba a plantear lo mismo- rio un poco- pero preferiría que esto se lleve a cabo en vacaciones para no entorpecer su rendimiento y también me gustaría que estudiaran en el mismo colegio, ya que tengo un problema  y es el novio de Sarah, el muchacho es un idiota que estudia en el mismo colegio que ella y ella como aun es muy joven esta cegada por el amor pero confió que con esto le podre decir adiós-  sonrió confiado ambos se sentían satisfechos con aquellas ideas que pondrían en práctica cuando terminara el año. Pero no se lo dirían de inmediato si no más adelante.

-          Y… ¿en cuál casa se vivirían?- pregunto el padre de Jill

-          Me gustaría que por el momento fuera la tuya y de preferencia el mismo instituto de Jill, he recibido muy buena crítica de él y que su nivel ha aumenta así podría deshacerme del dichoso noviecito ¿te parece bien?-  

-          Me parece bien, le vendría bien a esta casa, últimamente se ve muy desocupada y es bastante grande-

En aquel momento ambas chicas aparecieron y notaron la sonrisa cómplice de sus padres ambas se preguntaron que habían tramado esos dos, pero debían por el momento  preocuparse de idear un plan que las separara para siempre.

Notas finales:

gracias por leer 


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