Al fin las merecidas vacaciones habían llegado y hasta el momento mi padre había desistido de esas visitas tan seguidas, en vez de cuatro veces a la semana eran dos veces a la semana, aun que algo me inquietaba, esa mirada de complicidad entre Joel y mi padre.
Como habíamos iniciado una tregua con Sarah solo nos limitábamos a mirarnos mal ya no nos insultábamos. Habíamos intentado varias cosas para deshacer el compromiso pero ninguna funciono.
Ya que era mi primer día de vacaciones decidí salir a caminar con Vivian, para despejarme fuimos al parque donde nuestras madres solían traernos a jugar, nos sentamos en los columpios y nos balanceamos.
- ¿oye qué tal te ha ido con tu prometida?- pregunto
- No la invoques- le reclamos Jill mientras saltaba del columpio- que si la llamas es capaz de venir, hasta el momento tenemos una tregua para romper este compromiso- suplico Jill a su amiga
- Perdón- se disculpo mientras reía levemente- de verdad no te agrada…-afirmo mientras miraba al cielo- hay algo que he quiero preguntarte-
- ¿Qué cosa?- pregunto mientras volteaba para ver a su amiga
- Bueno… es que nunca has tenido interés por ningún chico ni nada por el estilo… una vez pensé que tal vez te gustaban las chicas pero tampoco vi interés y dada las circunstancias de que estas comprometida con una chica que en casi todos los caso no es aceptado y de la nada te comprometen con una mujer ¿no te da curiosidad probar? Y si no ¿qué es lo que te gusta realmente?
- M…- Jill se cruzo de brazos y cerró los ojos para pensar-ninguno de los dos hasta el momento no me interesan, supongo que la relación de mis padres me afecto un poco pero…hasta el momento nada me llama la atención solo hacer deporte- finalizo con un sonrisa mientras levantaba su pulgar
- M… pero responde ¿no te da curiosidad el estar con una chica? Y más ahora que se te está dando la oportunidad-
- Si es Sarah no- negó inmediatamente- pero si eres tu aria una excepción- dijo mientras sonreía coquetamente y se acercaba lentamente
- Aléjate Jill- empezó a retroceder para luego empezar a correr ya que Jill la perseguía
Ambas estuvieron corriendo por aquel parque mientras reían obvio que todo era un juego, ellas eran amigas desde que tenían 5 años de edad, luego de bastante Vivian se canso y Jill la atrapo abrazándola por el cuello.
- ¿Qué debería hacer ahora que te atrape?- se pregunto con malicia
- no me hagas nada obsceno chica pervertida-
- ¿yo pervertida?- dijo Jill fingiendo indignación- pero si yo soy un ángel-
- ¿Ángel? Es broma ¿no?, lo dice la chica que ha hecho llorar a un hombre adulto y que de niña colocaba insectos en el libro de la profesora sin mencionar que para asustar a los demás profesores te tirabas del segundo piso y fingías que estabas muertas para salir corriendo… si quieres puedo seguir- Vivian se cruzo de brazos y miro a los ojos a su amiga que se había apartado y al poco rato se había arrodillado y colocado sus manos en el suelo mientras escuchaba a su amiga decir sus maldades de niña
- Okey no precisamente un ángel pero no soy una mala chica- sin salir de aquella posición en el suelo su amiga se había acercado y había posado una mano en su hombro
Luego de discutir un poco las cosas que había hecho Jill de niña, decidieron salir, iban riendo cuando un chico se les había acercado y trato de golpear a Jill, pero esta lo esquivo y tomando la muñeca del chico la doblo y la llevo a la espalda de este levantándola cada vez mas asiendo que el chico gritara de dolor.
- ¿Quién eres y porque me quieres golpear?- la actitud de Jill había cambiado drásticamente, de reír había tomado una actitud seria sin emociones
- Duele…¡¡AH!! ¡¡SUELTAME!!- grito el chico
- ¡¡SABASTIAN!! – grito una voz que inmediatamente reconoció Jill eso le produjo aun mas fastidio- Jill, suelta a mi novio- le ordeno la persona que en ese momento se había acercado corriendo
- Mandaste a tu novio a golpearme que estúpido…- miro amenazante a Sarah- creo que esta tregua se acabo-
- Le aras daño ¡¡suéltalo!!-
Jill miro aquel chico y lo soltó asiendo que cayera al suelo mientras se agarraba e brazo
- Diablos y pensar que por un momento creí podría pasar mi primer día de vacaciones tranquila y no tenias que venir tú y tu estúpido novio a molestar- dijo fastidiada Jill- espero con ansias no verte nunca más- se dio la vuelta agarro del brazo a su amiga y se fue
- ¿Jill estas bien?- dijo Vivian preocupada ya que Jill se veía muy enojada
- No, no estoy bien- dijo de mala gana- porque tenía que encontrarme justo con ella hoy
- ¿ella es tu prometida?- pregunto Vivian
- Si por desgracia-
- Ya tranquila… todo mejorara- abrazo por la cintura a su mejor amiga comprendía un poco lo que estaba pasando, sabía que la paciencia no era la mejor virtud de Jill y esa chica aun que era linda parecía problemática
Luego de aquel acontecimiento ambas amigas se fueron a sus casas y al llegar a la suya se encontró con algunos movimientos sospechosos en su casa, movían cosas y lo hacían rápidamente.
- -¿Qué está pasando aquí?- pregunto
- oh… Jill, bienvenida a casa- le saludo su padre- pensé que llegarías más tarde-
- tuve un encuentro que me quito el buen humor y ¿me dirás por que mueven esas cosas?
- Ah… eso… es… porque… como lo digo… alguien vendrá a vivir aquí- trato de sonar lo menos sospechoso posible aun que inútil, ahora tendría que decirle a su hija quien era esa persona y no le va a gustar.
- M… y ¿Quién es?-
- Em… bueno…- se rasco la nuca- es Sarah…
- Sa…Sarah…- se puso pálida- ¿te refieres a…?- no termino la frase
- No quería decírtelo hasta mañana pero… tu prometida se viene a vivir aquí-
Jill no dijo nada solo apretó los puños con fuerza y pensó que no podría tener peor suerte, justo se vino a enterar hoy que esa chica se vendría a vivir con ella desde mañana, ahora tendría que convivir con ella a todas horas desde que se levanta hasta que se acuesta, sintió escalofríos y para rematarla cuando pensó que podrían tener una simple tregua para romper el compromiso esa manda a su novio a pegarle, acaso este día no podría empeorar, la relación entre ambas no podría estar peor, no quería imaginar cuan desagradable se tornaría esto.
Jill no dijo nada y se fue a su habitación donde golpeo su pared hasta que se canso.
En casa de Sarah ella se encontraba furiosa, Jill le había causado problemas con su novio, lo había lastimado, había escuchado de su padre que ella era muy fuerte pero… era necesario tanta brutalidad de su parte, sin decir de esa mirada, era como si todo rastro de emoción se hubiera ido, cada vez odiaba mas tenerle cerca.
Hace unos momentos atrás.
- Mi brazo… me duele mucho- exclamaba un joven en el suelo mientras se agarraba su brazo fuertemente
- Sebastián ¿están bien?- le pregunto Sarah
- Mi brazo… agh… por qué no me dijiste que sabia pelear- le exclamo enojado
- No preguntaste, además no me dejaste terminar cuando corriste a ella apenas te dije quien era-
- ¡¿Ahora la defiendes?! mira como me dejo- se paro se agarro su brazo y camino dejando a su novia en el lugar
- Pero amor… no te enojes, no la defiendo solo que… - trato de tocarlo pero este se lo impidió bruscamente
- Déjame solo- se marcho dejándola sola
Al llegar a su casa subió a su habitación de mala gana y dando un gran portazo se encerró en ella.
- Estúpida Jill- pronuncio enojada mientras escondía su cabeza en su almohada, pero no pudo seguir maldiciendo ya que en ese momento vio que algunas de sus cosas estaban guardadas en cajas y habían varias maletas, se levanto de su cama y fue a su armario donde toda su ropa había sido guardada, supuso que estaban en esas maletas tal vez por el trabajo de su padre tenían que viajar, pero por que no le dijo si para este momento esa era una gran noticia, si viajaban aun que fuera a la siguiente cuidad estaría muy alejada de esa odiosa chica.
Bajo rápido las escaleras y busco a su padre y lo encontró en su oficina revisando unos papeles.
- Papa…- entro feliz- ¿porque no me dijiste que viajábamos?- le pregunto entusiasmada
- He… hija…¿llegaste temprano?- dijo mientras sonreía nerviosamente
- Si tuve un inconveniente mientras salía con mi novio, pero en fin dime a dónde iremos-
- Em… hija… como lo explico sin que incendies la casa y no me mates… m…- se agarro la barbilla y pensó unos momentos, pero no supo encontrar palabras adecuadas o que evitaran que su hija armara un gran escándalo- no viajaremos todos… bueno si… pero no al mismo sitio- hablo, su hija puso cara de interrogante
- ¿A qué te refieres?- pregunto dudosa
- Me refiero que en unos días tu madre y yo viajaremos por unos negocios pero… tu te irás a vivir desde mañana a la casa de los Ginovaef
- ¡¡¡QUEEEE!!!!- su quijada en aquel momento tuvo que haber llegado hasta el piso, como se le ocurría a su padre esta idea tan mala, acaso la odiaba y deseaba lo peor para ella, en aquel momento su cuerpo perdió fuerzas y se tuvo que sentar se puso pálida y trato de articular alguna palabra pero no pudo, irse de su casa a vivir con Jill y su familia, esos significaba verle la cara de idiota desde que amanecía hasta que se dormían, acaso su vida no podría empeorar.- papa… esto… esto no es… no es ¡¡JUSTO!! Maldición… acaso me odias… que te he hecho padre para que me des semejante castigo…- sus ojos se humedecieron- papa por favor no haré cualquier cosa pero… por favor te lo suplico no dejes que vaya a vivir con ellos- su tono era de suplica
- No exageres hija que no es que te odiemos, al contrario queremos lo mejor para ti, pero su relación ha ido de mal en peor y pronto se acerca la fiesta de compromiso y queremos que de verdad se lleven aun que sea un poco mejor, ninguna de las dos puso de su parte y no hayamos mejor formo que esta- se paro de su escritorio y abrazo a su hija pero esta se aparto enojada
- ¿mi madre sabe de esto?-
- Lo sabe y está de acuerdo, ya no hay nada que discutir Sarah mañana te vas a su casa aun que sea arrastras y mas te vale comportarte bien- sentenció al final su padre la muchacha enojada se fue a su habitacion.