Absolutamente nadie hacia que los Uchiha’s pudieran asombrarse, pero aquella tarde donde el notario leía las condiciones que el anterior patriarca había dejado, los más adultos se miraron entre si y luego voltearon a mirar al pequeño Uchiha Sasuke.
Por su puesto Sasuke no sabía lo que estaba pasando, no entendía por qué su abuelo le quitaría todos sus bienes y lo donaría, realmente el viejo ya estaba en las ultimas para pensar en semejante estupidez, lo irónico es que él debía casarse, vaya tontería, era lo que tenía “pensado”, triunfar como ningún otro Uchiha, sabía de antemano que ningún Uchiha había conservado a su Mujer porque eran pocas cosas según los adultos.
Sasuke lo sabía, lo imaginaba y suponía, la razón por la que ningún Uchiha tenía a mujer de lado es porque los muy tarados habían fallado en encontrar una mujer que los hiciera valer por sí mismo, él se aseguraría de escoger a la mujer perfecta, a la más bonita y más tonta, no quería problemas con su herencia, al fin seria valorado, no por el valor monetario que cada uno presentaba, porque todos los Uchiha’s tenían su propio valor, itachi era considerado el soltero más cotizado de todo el país, el siguiente más cotizado era izuna hábil en los negocios, seguido por kagami el mejor en cualquier deporte, shisui reconocido por su amabilidad y exiliado por la familia por lo mismo, sasuke el más prepotente y engreído, óbito el uchiha más cool que había y en último lugar estaba Baru Uchiha, el uchiha con el cual deberías tener más cuidado.
Sasuke siempre rivalizaba con Baru por todo, Baru, no era agraciado ni tampoco considerado alguien inteligente pero había algo en su semblante que era de temer. Todo lo que tenía sasuke, Baru se lo quitaba, posiblemente la envidia de que el fuera más agraciado lo hacía actuar de aquella forma, no había problema, al fin saldría de esa mansión, al fin conocería el mundo exterior por sí mismo, no les tenían permitido salir por ser menores, solo podrían salir al cumplir la mayoría de edad, si miraban televisión era por una hora a lo mucho, no entendía por qué su familia poseía esa extraña costumbre.
Claro que no entendía muy bien porque los demás lo miraban con esa cara, excepto Baru, la cara de psicópata no se le quitaba con nada, decidido se atrevió a preguntar por qué le miraban de esa forma, absolutamente nadie respondió, todos se marcharon de aquella habitación, dejándolo solo imaginándose los peores escenarios por esas caras que habían puesto.
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Al fin saldría de esa casa, fue su único pensamiento por horas y horas, no pudiendo conciliar el sueño, tocaron su puerta, por pura formalidad el sujeto detrás espero unos cuantos segundos y entro, sasuke miraba a la persona que había entrado a su aposento, preguntándose qué es lo que agobiaba su mirar.
— ¿No puedes dormir? Pequeño hermano, mañana inicia tu nueva vida, debes dormir, dejaras tu vida en casa y estarás con nosotros pero antes de eso necesitamos hablar primero.
Itachi debía aclarar las dudas de su hermano, el y Baru eran los únicos Uchiha pequeños, inocentes a su manera, sus otros parientes ya estaban al tanto de la procreación de los Uchiha’s, era su deber como hermano mayor por 2 años aclarar las costumbres raras de su familia, seguramente su hermano refutaría cuando supiera de donde viene, y la verdad sobre por qué no hay mujeres en la familia.
—Por supuesto que se lo que es la inseminación artificial itachi, es un método que utilizan las mujeres que no tienen hombres disponibles, una tontería para aquellas que no saben cómo conquistar a un hombre.
Itachi rodo los ojos, definitivamente sasuke pegaría el grito en el cielo, cuando le dijera que no tenia permitido ni siquiera besar a una mujer, mucho menos acercarse a ella, ya imaginaba el berrinche que haría cuando supiera que todos los del trabajo son hombres, no hay mujeres disponibles, y tampoco les eh permitido voltear para mirar alguna bella mujer.
— Es… ¿en serio?, no puedes bromear con algo así, ¿Qué significa esto? ¿seré virgen para siempre?
— Ese es el punto hermano, eres al único que el abuelo le permitirá casarse, pero, también nuestro padre se está oponiendo a que tú te cases, nunca, se ha faltado a esa costumbre y créeme que hará todo lo posible para invalidar esa parte, recuerda esto, ya no es nuestro padre, él está asumiendo el mando de los Uchiha por lo tanto tiene mucho valor su palabra puede hasta comprar al abogado de la familia y voltear las cosas.
Su hermano le conto las extrañas costumbres en su familia, le aconsejo que se cuidara de todos, pero realmente que significa ¿todos?, esta insinuando que el también sabotearía su felicidad, ahora todo tenía sentido, esas miradas que recibió de su familia y luego que se fueran sin decir nada, absolutamente nadie impediría que fuera feliz, el tenia una oportunidad y no la desaprovecharía, era el colmo, que ni siquiera tenían permitido saciar su cuerpo por sus propios medios, quizás por eso todos tenían esa cara de amargado, también que su tío óbito fuera un desastre, y Baru fuera el más amargado, entendía perfectamente de donde provenían las ojeras de itachi, ese deseo de no poder saciar la necesidad de su cuerpo ni con sus propias manos.
Haber esperado tanto tiempo para por fin vivir una vida plena de todo lo que había sido privado, se la querían arrebatar, no había puesto un pie afuera de la mansión y todos sus planes se estaban arruinando.
Había anhelado tanto tiempo el roce de una mujer, alguien que pudiera tan siquiera despertar esa fibra de todo su ser, ansiaba el rose de los labios, y el habitual contacto de piel a piel, no lo conseguiría, quería probar el alcohol, la diversión, lo que pasaba en las películas, que eran muy pocas las que dejaban ver, su vida siempre se había concentrado en lo monótono, y pensar que a él le iría a ocurrir lo mismo, estaba al borde del colapso, se juró antes de caer a los brazos de Morfeo que su vida comenzaría a vivirla a partir de mañana.
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Despertó muy temprano, en esa habitación tan oscura como su cabello, en realidad no espero a que sonora ese aparato, solo se levantó cual muerto fuera, se arregló lo mejor, hoy comenzaría otro día más en la oficina, le daba bastante envidia lo que su abuelo había hecho con su hermano, el jamás había mirado a las mujeres de tal forma singular, nunca falto a la costumbre de su familia, lo único que le gustaba de su monótona vida , era ir a trabajar, ir a ese lugar y platicar con la única persona que parecía no importarle quien era, o si lo sabía, él, sabía perfectamente disimularlo.
Para que negarlo desde que escucho un singular silbido en el área 3 de copias e impresiones, llamo su atención, ¿Quién se atrevería a faltar alguna regla? Ese silbido era algo que le gustaba escuchar, todos los días a la misma hora 10:00 am, pasaba por el área 3, para escuchar a la única persona que osaba ir en contra de las reglas, siempre silbaba cuando salía una copia, no se atrevía hablarle, pero esa persona causaba en el sensaciones que nunca había descubierto, su propia piel se erizaba cuando lo escuchaba y su tenue sonrisa lo volvía loco.
Aun no sabía que significaba ese sentimiento, ¿cómo podría interpretar esa alegría de repente que emanaba de, el? Él era un psicópata con tendencias raras era su conclusión, cada día que pasaba llegaba a la misma terminación, que mente retorcida espía a un empleado cuando está silbando, en realidad las pláticas que establecía con el susodicho solo eran tres veces al dia, buenas tardes, con su permiso, propio, hasta luego, eran las únicas palabras que cruzaba con él, nadie más se ponía en el lugar de ese rubio, jamás alguien le había dirigido la palabra, solamente él.
Claro él no era nadie para recordarle al chico cuales eran las reglas a seguir, el daba por hecho que ese muchacho debía saberlo a la perfección,
Las reglas de la compañía son tan estrictas, tanto que se tiene prohibido a los empleados tutear con alguien propio de la familia, está prohibido hablar con alguien más mientras esta uno laborando, no puede llevar otro color debajo del uniforme, blanco y gris solamente, las normas son claras, nada de risas, no chismes, no mujeres, no llegaras tarde, no voltear a otro cubículo, no regresar tarde del almuerzo, no llegar tarde de la hora de deporte, la hora de entrada 7:00 am, hora de salida 9:00 pm, no celulares, en conclusión no vida social.
Sin saber que esa fecha se tornaría muy diferente, termino de arreglarse y espero a su tonto hermano menor y a su primo Baru, era el tercer día de Baru, el primer día de Sasuke y el último día en que Itachi estaría en esa oficina.
Como todos los uchiha’s llegaron juntos, sin saludar absolutamente a nadie, mirada al frente y su porte de galanes, nadie volteaba, los que se cruzaban por su camino solo daban una ligera reverencia con su cabeza.
Ese día anunciarían al nuevo jefe de la compañía, habría muchos cambios de personal, su padre escogió los asistentes de su hijo, ya se había acostumbrado a la presencia del chico que provenía de la familia de Danzo, aunque su sola presencia le daba nauseas no sabía cómo es que su padre había aceptado tal chico, incluso dudaba que cumpliera con los requisitos, el a simple vista no era agraciado, de lo que estaba seguro es del chico que silbaba, el si cumplía con creces los requisitos impuesto por la empresa, solo faltaba verle de reojo para saber que era muy agraciado y de una importante familia, lástima que una de las reglas era evitar el chisme, no podría ir a recursos humanos y pedir el expediente como si nada.
La ceremonia para itachi paso como si nada, no pudo divisar por ningún lado al chico que siempre saludaba, solo la formalidad, y todos regresaron a su puesto de trabajo, nadie dio condolencias, nadie felicito al nuevo jefe, solo asintieron con la cabeza y el salón donde se llevaba a cabo dicha ceremonia quedo vacío en menos de un pestañeo.
—itachi, tu nueva oficina será en el nivel 8, tu nuevo asistente debe estar organizando tu nueva oficina en estos instantes, espero lo mejor de ti hijo, no me defraudes.
Esas palabras de su padre hicieron un ligero click en su cabeza, si no había visto al chico en la ceremonia, seguramente el seria su nuevo asistente, no podría esperar para llegar, por lo general el usaba las escaleras, evitaba tomar el ascensor principal que solo los ejecutivos podían usar, sin que nadie lo supiera ese día estreno el elevador de los ejecutivos.
Camino con paso decisivo hasta la oficina, se detuvo al visualizar su nombre en la puerta de lo que sería su oficina, Uchiha Itachi, Co-Presidente de Desarrollos Tecnológicos, una ligera muy ligera sonrisa surco por sus labios, y decidido levanto su mano para apoyarla en la cerradura y abrirla.
Grande fue su sorpresa, la puerta se abrió abruptamente, solo miro aquellos ojos azules que lo miraron sorprendido, el mencionado solo inclino su cabeza dando a entender que entendía cuál era su lugar.
Solo entro a la oficina y su nuevo asistente cerró la puerta, algo andaba mal, algo muy mal, el rubio no lo saludo, ni buenos días, no hubo sonrisa, no hubo suspiros, no hubo nada, parecía un robot más, apostaba que su antiguo asistente sai, por lo menos hacia muecas, pero el, solo se sorprendió cuando me vio.
Su asistente paso una hoja, así se comunicaban con los demás empleados, por medio de hojas, no podrías hablarle a ningún uchiha bajo ninguna circunstancia, lo suponía el rubio no sabía quién era, el muy despistado creyó que era un simple empleado más que se pasaba por el área tres de copias.
Comenzó a leer el papel pasado por su asistente:
Carta de Vida.
- Nombre: (うずまきナルト, Uzumaki Namikaze Naruto)
- Séptimo Asistente de Co-Desarrollo y Producción.
Descripción física:
- Cabello rubio alborotado bigotes pequeños
- Ojos azul claro (que se vuelven rojos y con pupila rasgada cuando está bajo presión.
- Fecha nacimiento: 10 de Octubre
- Padres: Uzumaki Kushina, Namikaze Minato
- Hermanos: Gaara Namikaze Uzumaki, Deidara Namikaze Uzumaki
Deporte:
Natación y Basquetbol.
Situación sentimental
Soltero
Itachi no siguió leyendo el documento, volvía a leer la parte de situación sentimental “soltero”, la palabra que más hacía eco en su cabeza una y otra vez, de haber sabido que estaría con el chico prodigio, y que para el colmo era un Namikaze, los cuales eran increíblemente dotados de muchas cosas, y carecían de algo que decían los demás, no sabía mantener la boca cerrada, eso explicaba por qué el chiflaba, y hasta lo saludaba, definitivamente los Namikaze eran conocidos por no saber respetar una regla, y vivir sus vidas como querían.