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Ruido por CandyLoB

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Notas del fanfic:

pufff soy mala haciendo resumenes... jeje .. mejor veanlo y comente...nota es el primer lemon que hago ... :P

Notas del capitulo:

bueno aqui esta el primer lemon espero y les guste ... acepto comentarios para seguir mejorando ....

Desde el momento en que nació su destino había estado escrito, el solamente era el hermano menor, el segundo, la sombra que debía vivir siempre en la oscuridad. Un fantasma que no sería reconocido por nadie y que siempre seria llamado el segundo. Nunca nadie reconocería que era una persona y que valía lo mismo que su hermano o al menos eso era lo que pensaba.

Transcurrían tiempos complicados Aspros estaba siempre entrenando y el tiempo que pasaban juntos se había reducido mucho, desde siempre él había estado oculto en las sombras. Las personas del santuario le obligaban a usar una máscara para ocultar su relación con el próximo caballero de Géminis. Pero eso no lo detenía de hacer maldades y molestar a las personas, siempre le habían dicho que su alma  había nacido mala, entonces él les demostraría que no estaban tan equivocados.

Estaba tratando de escapar de los guardias del santuario, esta vez se veían molestos y no era para menos ya que se había disfrazado y había empezado una pelea que pronto se había convertido en una batalla campal aunque pareciera que está en desventaja era fuerte como su hermano y no se dejaría atrapar.  Ya llevaban varias horas de persecución y esta situación le empezaba a fastidiar que no  se cansaban de perseguirlo aparte de que parecía que estaban en todos lados, no había un lugar donde esconderse hasta que todo esto pasara. Poco a poco y sin darse cuenta se fue alejando del poblado y se internó más en el bosque, al fin!! Ya no había más guardias que lo persiguieran. Por fin podía sentarse a descansar cuando sintió una fuerte energía, parecía que venia del rio y movido por la curiosidad fue a ver de quien era ese cosmos.

Al llegar ahí vio a un chico más o menos de su edad con largos cabellos dorados que estaba sentado en flor de loto de cara al rio. Jamás había visto a esa persona, usaba una túnica que no se veía por esos lugares.

- Haces mucho ruido.- De pronto escucho hablar al extraño y esto lo saco de sus pensamientos, pero como iba hacer tanto ruido, era conocido por pasar desapercibido era una “sombra”.

- hump, debes saber que no me importa si te moleste, solo estaré un rato aquí, en lo que se calman un poco los “ánimos” allá.- dijo haciendo una pequeña señal hacia el poblado.

No hubo contestación, que tipo tan mas extraño, que manera de iniciar una conversación y luego terminarla tan rápido, además de que le extrañaba que ni siquiera hubiera volteado a ver quién era aunque de todas formas ya estaba acostumbrado a la indiferencia de las personas.

-Aunque no movieras ni un solo dedo te podría escuchar.- dijo en un tono  neutral que lo dejo helado como podía decir eso si no conocía sus capacidades.-¿quién eres?.- pregunto ya que había logrado despertar su curiosidad.

-Tu acabas de llegar y no has dicho tu nombre… me llamo Asmita, llegue hace poco tiempo y encontré este lugar donde puedo seguir con mis meditaciones lejos del ruido.-contesto sin más, al parecer después de todo no era tan odioso como había pensado. Pero a que había venido aquí se preguntó y como si el otro leyera su mente dijo.- he venido para convertirme en caballero de Athena.-El silencio se hizo presente, no sabía que decir, casi todos los que estaban ahí era porque estaban entrenando para ser caballeros excepto el que no podría convertirse en caballero.

-Deuteros.-Fue lo único que atino a decir.

-mmmmm?

- Mi nombre es Deuteros.- tenía miedo de la reacción del otro aunque llevara poco tiempo en el santuario seguramente ya sabía que solo era una  “sombra”.

-Encantado…… aunque eres un poco ruidoso.

-que?.- No se lo podía creer, nadie decía encantado cuando lo conocían. - que puedes quedarte, de todas formas querías descansar ¿no? . Aún te están buscando.

-Claro, no hare tanto ruido… - se sentó en orilla del rio en completo silencio. Le pareció que Asmita sonreía aunque solo fue un momento tal vez solo lo imagino. No entendía muy bien como aquella persona podía saber que lo estaban persiguiendo, aun así se aguantó las ganas de hacerle tantas preguntas por el momento estaba conforme de poder estar cerca de alguien sin sentirse rechazado.

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Y así el tiempo siguió avanzando después de aquel día Deuteros regresaba al rio muy seguido simplemente se sentaba junto a la orilla y contemplaba el paisaje. El aura calmada del otro le daba tanta tranquilidad que no necesitaba estar en otro lugar. Las palabras de Asmita eran que era muy ruidoso, eso al final del día no importaba tanto ya que eran la única persona con la que ambos contaban.  Tal vez él tenía a su hermano Aspros pero este había cambiado mucho últimamente ahora que era caballero se había vuelto más frio, más distante.

Cuando la armadura de Virgo le fue dada Asmita tuvo que hacerse cargo de los deberes como caballero y ya no pudo estar tan cerca de Deuteros como antes. De vez en cuanto este pasaba por su templo se sentaba junto a un pilar y ahí se quedaba en silencio sin hablar, aunque fuera de esta manera le gustaba ya que le recordaba la época en la que solía sentarse a meditar junto al rio y no importaba donde estuviera podía sentirlo. Verlo tan tranquilo sin perder la compostura ante cualquier situación era uno de sus hobbies favoritos.

Aspros también había notado la existencia de Asmita, aquel chico de apariencia calmada le había empezado a llamar la atención de una manera muy peculiar, ahora buscaba pretextos para pasar más tiempo junto a él, para hacer más cosas que los involucraran a los dos. Buscaba temas de conversación y saber más cosas sobre él. Las pocas veces que solía estar en casa le hablaba todo el tiempo a Deuteros de él, era su tema de conversación preferido, esto solamente hacia crecer en el menor un sentimiento extraño que no podía decir que era, solo sabía que no le gustaba que pasara  tanto tiempo cerca de Asmita.

Un día el patriarca llamo a Aspros y Asmita para enviarlos a una misión en Asia cerca del Tíbet donde los espectros de Hades habían aparecido y estaban asolando a los pobladores de esas aldeas. El viaje seria largo y les llevo un poco más de tiempo en volver.

Mientras Deuteros no podía vivir de esa manera ya casi había pasado un mes desde que se habían ido juntos, esta palabra la odiaba, odiaba pensar en que Aspros estaba cerca de Asmita en ese momento, odiaba pensar en que su hermano por ser caballero podía pasar más tiempo junto a él, que Asmita podría preferir a su hermano que a él, le dolía pensar que ya no le gustara estar cerca de él y peor aún que ya lo hubiera olvidado.

Sentía celos pero porque, seguramente porque Asmita había sido el único amigo que había tenido, si eso tenía que ser. Excepto cuando pensaba en su blanca piel y en lo finas que eran las líneas de su cara o  en sus labios rosas que por alguna razón pensaba que debían de tener un sabor tan dulce. Pero que estaba pensando, eso no era normal ellos solamente eran amigos era imposible que Asmita lo pudiera ver de otra manera y cuando pensaba esto una punzada de dolor llegaba directamente a su corazón. Pero porque le dolía era acaso que en verdad sentía algo más que amistad, era… era… era Amor. Casi se cayó de la silla en la que estaba por pensar eso.

Paso otra semana y ellos por fin regresaron. Aspros le conto que habían tenido problema con los espectros ya que habían ido escondiéndose en cada aldea y los habían perseguido todas estas semanas. Lo que dijo ni la mitad escucho, solo pensaba en que Asmita ya estaba en el santuario pero no se atrevía a ir a verlo, conociéndolo se habría dado cuenta de sus sentimientos en seguida y seguramente se alejaría completamente de él. A que pesada carga tener a la persona que ama tan cerca pero a la vez tan lejos.   

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Desde la primera vez que se habían visto había notado esa sensación electrizante que provenía de aquel hombre eso nunca lo había sentido con alguien más. En este momento ya habían pasado dos semanas desde que había regresado y él no se había parado por ahí. Sabía que no estaba enfermo podía sentirlo, sin embargo, en lugar de eso sentía una completa confusión en su interior y no podía explicar porque tal vez simplemente se había hartado de ir a verlo, de estar sentado en completo silencio, de su forma de ser tan calmada y del hecho que al parecer no tenía un buen tema de conversación, simplemente se había aburrido  de él. Estos pensamientos hicieron sentir un gran dolor algo que Asmita catalogo como la sensación de soledad, no había tenido a nadie tan cercano hasta que lo había conocido.

 

Deuteros estaba algo cansado de esta situación quería verlo pero a la vez no porque se daría cuenta de sus sentimientos, algo que había entendido a lo largo de estos años es que no le podía esconder nada él siempre sabía lo que le pasaba, el siempre sentía lo que pasaba. Había  estado caminado sin rumbo por un rato y sin darse cuenta llego al lugar donde lo había visto por primera vez, estaba tan distraído que no noto su presencia hasta que levanto la vista y lo vio, su corazón empezó a latir de una manera tan acelerada que pensó que saltaría de su pecho y se iría corriendo. Que podía hacer ya no podía correr y seguir evadiéndolo, más bien no quería.  Se acercó dónde estaba Asmita y lo saludo con un simple  “hola”.

-No habías venido….- fue lo único que obtuvo por respuesta.- Lo siento estuve un poco ocupado.-mintió mientras el ambiente se hacía más tenso ya no aguantaba el tenerlo tan  cerca le estaba destrozando los nervios.

-¿Qué te pasa?.- Oyó esa pregunta, sabia a que se refería pero no iba a decírselo.

-Nada.

De pronto Asmita se acercó de una manera rápida a él y tomo su manos entre las suyas en un agarre firme que lo sorprendió tanto.

- Sé que algo te pasa y no me lo quieres decir… tus emociones son como un tornado y no puedo saber bien lo que tienes. Dímelo por favor. Primero no vas a verme como siempre lo hacías y ahora también tratas de mentirme. Que pasa dímelo. Porque tratas de alejarme…

Se había quedado sin palabras era todo como una ilusión, estaba tan cerca de Asmita podía sentir su calor, lo delicadas que eran sus manos, su aroma incluso su respiración que había perdido el ritmo pausado que siempre tenía gracias a que estaba hablando más de lo que lo había hecho alguna vez pero ya no lo podía oír solo podía pensar en sus labios rosas tan cerca, tan antójables que  no pudo reprimir el impulso de atraerlo más hacia él y atraparlo en un beso apasionado. Asmita abrió los ojos como reacción al beso  que se podía ver perfectamente su color azul tan intenso como el cielo. Que era eso esa sensación tan extraña como electricidad recorriendo su cuerpo, tan placentera, jamás nadie lo había besado mocho menos había estado tan cerca de alguien, ahora aparte del beso también podía sentir el calor del mayor, su fuerte y duro pecho y debajo de este un corazón que latía tan fuerte.

El corazón de Deuteros latía tan rápido que parecía que en cualquier momento iba a estallar, los labios de Asmita eran más dulces de lo que se había imaginado, soltó el agarre, lo abrazo y lo atrajo más a su cuerpo sin dejar de besarlo hasta que ya no quedaba ningún hueco que los separara. Empezó a deslizar su túnica que era lo único que lo separaba de recorrer las finas líneas de su cuerpo.

Asmita se estremeció al sentir el toque de las manos del otro. Cada vez que lo tocaba una corriente de electricidad recorría todo su cuerpo llenándolo de oleadas de calor que crecían más y más, todos los lugares donde sus manos habían pasado estaba un hormigueo que crecía a medida que su autocontrol iba desapareciendo, jamás se habría imaginado ese tipo de  sensaciones tan placenteras.

Deuteros dejo por un momento los labios del menor y empezó a bajar por su cuello besando y lamiendo cada pedazo de piel que encontraba a su paso hasta que llego a uno de los pezones que empezó a devorar con locura ante lo cual  Asmita dejo escapar un pequeño gemido lo que hizo crecer la excitación del mayor. Llego a su ombligo pero no se detuvo ahí, tomo su miembro en una mano y el rostro del menor se cubrió de un encendido color rojo ante tal caricia y un gemido salió de los finos labios. Se dedicó a lamer de todas las maneras que se le ocurrió para darle placer. Le gustaba la sensación de tenerlo en su boca y de que era el quien le estaba causando tanto placer.

El autocontrol que Asmita siempre había mantenido, la razón que se imponía a todos los demás sentimientos se estaba esfumando poco a poco dejando lugar a las sensaciones que se apoderaban de su cuerpo, no podía creer que tuviera tantas terminaciones nerviosas que lo hacían estremecerse cada vez más. Ya no podía reprimir los gemidos de placer que se le escapaban de vez en cuando. Ya no podía pensar con claridad. Solo quería más y más.

-ahh!... No pu..edo más…- Oyó decir a Asmita, lo dejo por un momento y alzo su boca hasta encontrar de nuevo sus labios, pero al mismo tiempo  le abrió las piernas y se colocó entre ellas, no podía esperar  más, busco la entrada del menor y lo penetro de un solo empujón. La expresión de Asmita se convirtió en dolor de inmediato se estremeció de pies a cabeza  y puso sus temblorosas manos encima de las del otro enterrando su rostro en el cuello  comenzando a respirar hondo.  El estar en su interior se sentía demasiado bien, pero trato de contenerse dándole tiempo al menor de acostumbrarse a esa nueva sensación. Luego de un tiempo Asmita se relajó dando la indicación de que podía continuar.

Comenzó a mover las caderas hacia atrás y hacia delante en un leve vaivén con pequeñas y lentas estocadas cuya velocidad iba aumentando con cada nueva.

Asmita recibió las primeras estocadas sintiendo una mezcla de dolor y placer que fue desapareciendo poco a poco conforme su cuerpo se iba acostumbrando a esta nueva sensación que cada vez le gustaba más. Beso apasionadamente a Deuteros y este acelero el ritmo. Los gemidos de cada uno se hacían escuchar pero a la vez eran calmados con apasionados besos que solo se rompían por la falta de oxígeno.

Asmita había perdido completamente la razón y lo único que hacía era pedir más y más. En que momento había perdido el control sobre su cuerpo y sus actos, ya no podía reprimir esa lujuria que  recorría todo su ser. Nunca se habría imaginado que una persona le hiciera sentir tantas cosas.

Los dos  estaban llegando a su límite ya no podía resistir más, con una dura estocada Deuteros se derramo dentro de Asmita quien no aguanto más y cubriendo el vientre del mayor con su esencia dejando escapar un  gemido de placer. Ambos quedaron completamente agotados, con su corazón latiendo a la misma velocidad tratando de calmar su respiración agitada.

Asmita estaba acostado en el pecho de Deuteros repasando[B1]  todo lo que había sucedido, todas las sensaciones, ahora que su cordura había regresado le costaba trabajo comprender todo lo que había hecho y más las sensaciones que había tenido. Como era posible que una persona albergara tanto calor. Deuteros él era especial, poseía una alma pura, diferente a la de su hermano que tenía un poco de maldad. Diferente, único, especial si eso debía ser. Asmita levanto sus manos y las puso en la cara del mayor, empezó a recorrer su cara describiendo cada línea con la yema de sus dedos hasta que estos se posaron en sus labios, este simple tacto le hizo sentir una descarga eléctrica. Qué extraña sensación, que extraña emoción lo único real en estos momentos era el sentimiento que los unía, algo que incluso ni  la muerte podría llegar deshacer.

-Te quiero.

-Yo también.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 [B1]

Notas finales:

jeje bueno asi termina... aun no se como definir ese final .. pero apenas estoy empezando en este mundo del fanfic :D


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