I
Preludio Nocturno
‘Un encuentro sin color
Se tiñe de blanco y negro’
Palabras tan dulces que son como veneno, caricias amorosas que te hacen enloquecer y luego sin que te des cuentas tu alma es arrebatada…
Esa es la manera en la que los demonios cazan y es algo sumamente interesante de ver por eso de vez en cuando le gustaba seguir a un demonio para ver su forma de cazar. Pero solo uno logro atraparlo con su forma tan inusual de cazar, lo único que sabía de aquel demonio era que le gustaba cazar a medianoche, por eso sin falta alguna salía al mundo humano para presenciar tal acto… y ese día no era la excepción…
Lo que hacía única a esa noche era el brillo carmesí que la luna irradiaba, cautelosamente seguía al demonio que aún no se percataba de su presencia. Extrañamente el demonio no estaba acechando a ningún humano, algo decepcionado decidió dejar de seguirlo pero su curiosidad impidió dicha acción, a pesar de que el demonio vago por varias horas el no dejo de perseguirlo. Tenía la ligera esperanza de que quizá, solo quizá, el demonio estuviera a punto de hacer algo sumamente interesante y estaba en lo cierto…
El demonio se detuvo cerca de un campo donde vagaba sin rumbo una dama que emanaba un aroma exquisito, no pudo evitar soltar un silbido irónico, aquello puso alerta al demonio que de inmediato enfoco la vista en su figura, aunque rápidamente se quiso esconder sabía que era demasiado tarde había sido visto. Se mantuvo quieto por varios segundos manteniendo la respiración, no tenía miedo de ser descubierto solo no quería interrumpir la acción que prometía ser interesante. Al final logro que el demonio se convenciera de que era su imaginación, cuando estaba a punto de observar el acto algo, o más bien dicho alguien, lo interrumpió
-Lord Phantomhive- estaba a punto de gritarle a aquella persona que lo había interrumpido pero cuando vio quien era se quedó callado- ¿Qué hace aquí?
-Observando- contesto en un bufido
-¿A quién?- interrogo aquella persona que era el mayordomo personal de su padre, William. Un pelinegro sin vida social que solo se dedicaba a seguirlo para informarle a su padre. Con algo de molestia se dispuso a contestar
-No sé- dijo en tono indiferente, William solo enarco una ceja mirándolo con algo de burla
-¿Puedo?- pregunto señalando hacia el lugar en donde anteriormente esta, asintió a regañadientes mientras le cedía el paso para mirar- Ese es el hijo de Lord Michaelis…- le dijo cuándo pudo ver al demonio en el que estaba ligeramente interesado- Y usted sabe los michaelis…
-Ya se, son nuestros enemigos- contesto con desgano restándole importancia al asunto aunque una parte de él estaba decepcionado, el demonio no era del todo desagradable, poseía, en su forma humana, un cabello negro como las plumas de un cuervo y unos hipnóticos ojos de color carmesí. Movió su cabeza ligeramente para ahuyentar sus esperanzas- ¿Qué haces aquí?- pregunto con intriga a William aunque ya sabía la respuesta
-Su padre me ordeno buscarlo- contesto fríamente
-No puede hacerlo personalmente- pregunto algo fastidiado
-Usted sabe que está muy ocupado- William hizo una reverencia- Tenemos que irnos Lord Phantomhive- le dijo con algo de amabilidad
-Está bien… después de todo…- miro de reojo al demonio que ya había terminado con su casería - ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me llames Lord Phantomhive?- regaño para cambiar de tema
-¿Cómo debería llamarle?- pregunto William mirándolo fijamente
-Ciel… solo Ciel – respondió mientras miraba el cielo nocturno, el color del cielo le recordaba el color azul zafiro de sus ojos. Era algo por lo cual los demonios siempre le hacían burla, porque a pesar de ser un demonio, y el más poderoso de su clan por cierto, el parecía más un ángel y para su pesar aquello no se alejaba mucho de la realidad
-Bueno Lord Ciel es hora de regresar a casa- asintió mientras seguía a William que lo llevo a lo profundo del inframundo…
El inframundo estaba dividido en dos clanes, el Clan Phantomhive, al cual el pertenecía, y el Clan Michaelis. Rivales desde tiempos antiguos, ambos clanes se disputaban el control absoluto del inframundo.
Él era el hijo del jefe del Clan Phantomhive, por lo cual el algún día heredaría el control del clan y el inmortal odio hacia el Clan Michaelis. Dejo de pensar en ello porque de alguna manera sentía que él nunca podría odiar al Clan Michaelis y todo por culpa de aquel demonio que lo había cautivado con su forma de cazar
-Hijo- la voz de su padre lo saco definitivamente de sus pensamientos, puso de inmediato una sonrisa mientras se dejaba abrazar por el hombre que era prácticamente su versión adulta
-Hola padre- saludo casualmente
-Lord Phantomhive, justo como lo ordeno aquí está el Joven Lord Phantomhive- hablo William con la mayor seriedad posible
-Puedes retirarte William- y con estas palabras el mayordomo desapareció- ¿Dónde estabas Ciel?- le pregunto a el aludido que parecía algo ido
-Por ahí- contesto sonriendo ladinamente pero la mirada seria de su padre le indico que no estaba de humor para bromas- estaba cazando algunas almas…- dijo con fingida sinceridad que de alguna manera convenció a su padre, que presumía de ser un detector de mentiras
-Eso está bien…- contesto su padre mientras en su mente analizaba algo- Pero…
-¿Pero?- le pregunto con algo de curiosidad su padre no era de los que decía pero… él era mucho más directo, o lo regañaba o le ordenaba pero jamás le recomendaba
-La próxima vez dile a un sirviente que te acompañe- finalizo haciendo que frunciera el ceño
-No soy un niño padre- le recordó con enojo, tenía forma de un niño, adolecente más bien, pero no era uno, en realidad tenía muchos siglos de vida pero no los suficientes para su padre
-Lo sé, pero es solo por precaución- le dijo mientras le revolvía sus azulinos cabellos- ahora ve a cambiarte… Te espero en el salón del trono- sin decir nada más su padre se perdió entre los pasillos dejándolo solo, a regañadientes se dirigió a sus aposentos para hacer lo que su padre le había dicho, para su sorpresa en ellos se encontró con su ‘nana’, Hannah
-¿Qué haces aquí?- cuestiono molesto mientras miraba a la peliblanca de piel morena que estaba escogiendo las ropas que ese día usaría
-Nada- contesto mientras seguía con su labor- Deberías dejar esos paseos nocturnos- le recomendó haciendo que Ciel hiciera una mueca de fastidio aun así le parecía refrescante que alguien lo tuteara
-Tu sabes que eso no pasara- le cuestiono mientras esbozaba una sonrisa algo traviesa
-Bueno realmente no importa- aquella respuesta lo hizo enojar pero aun así lo quiso disimular- el baño ya está listo así que por favor…- chasqueando la lengua se dispuso a hacer lo que Hannah implícitamente le había ordenado
Ya estando en el baño, completamente solo, se puso a pensar en aquel demonio que según William era hijo de Lord Michaelis, aun no podía creer su mala suerte aquel demonio lo tenía fascinado como nunca alguien lo había hecho y ¿De qué se enteraba? De que justamente ese demonio era del bando enemigo. Se sumergió de golpe en la bañera para refrescar un poco sus ideas, aun así no era una perdida absoluta quizá algún día podría acercarse a él, cuando su padre ya estuviera muerto o cuando simplemente no pudiera soportar las ganas de hablar con él. Ante tal pensamiento salió de la bañera para cambiarse, porque si hacia esperar a su padre y a su sequito de idiotas le iría muy mal, y ese día no tenía ganas de lidiar con esos bufones…
El salón del trono era algo así como el centro de reunión para la crema y nata del Clan Phantomhive, y para su desgracia él tenía que estar en esas reuniones ya que como futuro líder del clan debía acostumbrarse a aquellas reuniones. Había días en los que lograba escabullirse pero había también sus excepciones, como ese día por ejemplo…
-Como le decía Joven Lord Phantomhive, sus ideales me parecen bastante interesantes pero no pasaran…- le dijo con cierta burla ese conde idiota que lo había hostigado para que le digiera cuales eran sus planes para cuando el fuera el líder del clan
-Lo apoyo Conde Kasmir, aun así no se desanime Joven Lord Phantomhive algún día será un gran líder como su padre- sentía que si pasaba un minuto más con aquellos demonios idiotas moriría del aburrimiento
-Eso espero- contesto para terminar de una vez con todas con la plática, los demonios se alejaron para acosar a otra persona. Esa era su oportunidad, con sigilo se dirigió a la puerta dispuesto a irse pero…
El ambiente se empezó a llenar con un aura obscura proveniente de su padre que estaba hablando con William, Ciel de inmediato intuyo lo que pasaba así que sin perder tiempo corrió hacia la entrada que esta tan cerca pero a la vez tan lejos
-¡CIEL!- aquel grito detuvo abruptamente su huida y la amena reunión ya que todos ahora enfocaban su vista en el furioso Lord Phantomhive- Ven acá- le ordeno su con una mirada demoniaca que le erizo la piel, con paso ligeramente tembloroso se acercó a su padre- ¿Por qué estabas siguiendo a el bastardo de Michaelis?- ante tal pregunta los murmullos no se hicieron de espera, le dirigió fugazmente una mirada cargada de rabia a William que estaba impasible
-Error- se atrevió a decir- era el hijo de Lord Michaelis- aquello pareció encender más la furia de su padre, en su mente estaba pensando algo para justificar aquello pero por alguna razón no se le ocurría nada
-¡¡CIEL!!- aquel grito demoniaco prácticamente resonó en todo el inframundo, el aludido trago saliva si no pensaba en algo rápido estaba frito- Tienes tres segundos para decirme la razón y más te vale que sea buena- aquella amenaza no ayudaba a sus ideas que estaban revueltas
-Bueno… yo lo seguía porque…- se quedó callado
-¿¡PORQUE?!- grito su padre haciendo que sus ideas se acomodaran formando algo coherente y creíble
-Porque estaba ideando un plan para erradicar al enemigo- contesto con firmeza pero a la vez con nerviosismo
-¿Erradicar?- pregunto su padre ligeramente sorprendido, el aura demoniaca empezaba lentamente a desaparecer
-El Clan Phantomhive y el Clan Michaelis han estado por muchos siglos en guerra por el control del inframundo- empezó a relatar ante la mirada atenta de todos los presentes- yo pienso que esa guerra tiene que acabarse, así que mi plan era hacerme amigo del hijo de Lord Michaelis para ganarme su confianza y luego convencerlo de que mate a su padre el líder del Clan Michaelis…- varias ovaciones llenaron el lugar, Ciel soltó el aire que estaba reteniendo para luego continuar- Una vez muerto el líder del Clan Michaelis lo que resta es matar al heredero… cosa de la cual yo me encargare…- dijo con fingido entusiasmo- La victoria será definitivamente nuestra- los aplausos llenaron el lugar, con la respiración ligeramente agitada miro a su padre que parecía pensativo. Con un movimiento de su mano, Lord Phantomhive los hizo a todos callar
-Ese plan es… BRILLANTE- exclamo su padre haciendo que su interior se desplomara del alivio- pero no basta hacerte amigo del hijo de ese bastardo…
-¿A no?- dijo sorprendido mientras un mal presentimiento se apoderaba de el
-Tienes que enamorarlo, hacer que este loco por ti, que esa locura lo lleve a asesinar a su propio padre…- ante tales palabras solo pudo sonrojarse, aquello definitivamente no se lo esperaba- ¿Qué opinan?- le pregunto a los presentes que charlaban entre si discutiendo el tema
-¡Es una magnífica idea!- dijo uno
-¡Es un plan brillante!- alego otro
-Muy bien, esta decidió Hijo mío, Ciel Phantomhive estarás a cargo de esta misión, enamoraras al hijo de Lord Michaelis y justo como lo has dicho te encargaras de conducir el Clan hacia la victoria- proclamo su padre siendo apoyado por los demás, por un minuto sintió que se iba a desmayas pero aun así fingió estar honrado por tal… honor
Aunque si lo pensaba muy bien, el plan le podía dar su tan esperada oportunidad de conocer a el hijo de Lord Michaelis, aquel demonio que lo tenía fascinado y quizá también podía conseguir que el estuviera a sus pies…
Sonrió maliciosamente… Sin duda alguna había sido una muy brillante idea…
By Phantom Dark